Presentación de la Biblioteca Virtual de Prensa Carlista

 

Luis H. de Larramendi
Presidente de la Fundación Ignacio Larramendi

 

carlista-prensaNo es proyecto menor esta Biblioteca Virtual de la Prensa Carlista digitalizada que se presenta justamente con motivo del Seminario Internacional Ignacio Larramendi y la dinamización de los estudios históricos sobre el Carlismo. En efecto, el estudio pormenorizado de la historia de la prensa carlista está por hacer, aunque se cuente con monografías tan extraordinarias como La Esperanza carlista (1844-1874) de la doctora doña Esperanza Carpizo, que fue acreedora del Premio Internacional de Historia del Carlismo Luis Hernando de Larramendi en su edición de 2008.

Quizá la fuente más detallada de la prensa carlista, otras veces tradicionalista, se encuentra en la obra de Melchor Ferrer Dalmau (Mataró, 1888-Valencia, 1965), Historia del tradicionalismo español (30 tomos; Sevilla, 1941-1979), que se puede consultar también en la Biblioteca Virtual de Pensadores Tradicionalistas, biblioteca que, al igual que esta, se dará a conocer durante el seminario citado.

Desde luego, la enumeración de la prensa tradicionalista de Melchor Ferrer es apabullante, pero es muy de temer que haya cabeceras que se hayan perdido o se encuentren ilocalizables. Lo primero es lo más probable, porque el slow-fire ha devorado millones de páginas de prensa de los siglos XIX y XX, es decir, cuando se empezó a imprimir en papel de celulosa totalmente ácido. Por eso el gran proyecto del Ministerio de Cultura de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica fue el primer proyecto que se acometió antes de una selección de incunables o manuscritos medievales, mucho más perennes.

Para la Fundación Ignacio Larramendi, y para su empresa filial DIGIBÍS, resulta un timbre de orgullo que esa Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura corra en el software DIGIBIB, que es el mismo que el usuario de esta Biblioteca Virtual de Prensa Carlista tiene al alcance de su teclado.

Si antes mencionaba la Biblioteca Virtual de Pensadores Tradicionalistas, es bueno recordar que buena parte de la obra impresa en libros de esos pensadores lo fue primero en las publicaciones periódicas que, con toda seguridad, tenían un alcance mucho mayor y mucho más popular.

Además, dentro de la prensa carlista y, como se verá, en toda la prensa histórica, son muchas las hojas volanderas, los boletines, revistas de poca circulación, pero que tenían una indudable cercanía al pueblo, bien por su baratura bien, incluso, por su gratuidad. Justamente estas publicaciones menores son las que más probablemente se hayan perdido, aunque son muy pocas las cabeceras de prensa histórica que no presentan numerosas lagunas.

Cuando se empezó este proyecto de prensa carlista digitalizada se hizo un acopio de 90 cabeceras, luego han sido 120 y ahora, cuando se presenta, son 143. Solamente con el tiempo la Fundación Ignacio Larramendi, casi casi al tran tran y con ayuda de sus muchos colaboradores, podrá ver acrecentadas esas cifras.

Estas cabeceras de prensa carlista digitalizadas han sido localizadas en primer lugar en la ya citada Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, que todos los años y a través de convenios de colaboración con las Comunidades Autónomas incorpora nuevos títulos o completan lagunas de números y ejemplares. Pero también es muy importante la aportación de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España y de bibliotecas virtuales de Comunidades Autónomas como Andalucía, Castilla y León, Asturias, Galicia o como el Arxiu de Revistes Catalanes Antigues de la Biblioteca de Cataluña, que llevan la impronta de DIGIBÍS, y otros grandes proyectos de prensa histórica digitalizada por terceros. Cuando se presente el proyecto Euskariana, también implementado en el software de DIGIBÍS, serán numerosos los títulos que se podrán descargar.

Si esta Biblioteca Virtual de Prensa Carlista digitalizada reúne tanta información de tantas cabeceras y tantos millones de páginas, el huevo de Colón de esta tecnología Linked Open Data es el reconocimiento óptico de caracteres que permite la búsqueda a texto completo. Yo mismo he descubierto con sorpresa muchas menciones a mi abuelo, Luis Hernando de Larramendi, en todas esas páginas.

Es muchísimo lo que falta por hacer; primero, ir sumando nuevas cabeceras o completando números y ejemplares y, segundo, el tratamiento informático que permite una búsqueda conjunta de todas las cabeceras a la vez. Pero los resultados son, y lo digo como usuario privilegiado, estupendos.

A medio plazo, técnicas de big data y de inteligencia artificial (que ya se asoman al tratamiento informático de grandes cantidades de textos) permitirán aún mayores maravillas.

La Fundación Ignacio Larramendi ha puesto la primera piedra, e incluso la segunda, en esta recuperación de la memoria viva del movimiento social del carlismo y de los olvidados redactores que al igual que las grandes firmas lo hicieron posible.

27 de agosto de 2021
Santa Mónica