Maestro en artes y doctor en teología, defensor del atomismo y miembro de la Regia Sociedad de Medicina de Sevilla donde se reunían los novatores. Poco se conoce de su vida. Según aparece en sus obras, fue "Lector Jubilado, Chronista de el Orden, Padre de la Provincia de Sevilla, Examinador Synodal de su Arzobispado y del Obispado de Cádiz, y Consultor de la Real Sociedad de Sevilla". Participó en la disputa entre atomistas (novatores) y aristótelico-escolasticos (postura tradicionalista) con sus <i>Dialogos philosophicos en defensa del atomismo</i> (1716) que publicó bajo el seudónimo de Alejandro Avendaño y en los que respondía a los Diálogos físico-teológicos de Francisco Palanco, y <i>Maignanus redivivus</i> (1720). Aunque década y media después se retractó de sus opiniones atomistas con <i>Desengaños filosóficos</i> (1737).