Volumen 10 - carta nº 520

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A JOSÉ IXART

Santander, 25 julio 1890

Mi querido amigo: Recibí a su tiempo el quinto volúmen del Año Pasado , y no contesté inmediatamente, esperando a saborearle aquí con calma. El libro es precioso, quizá inferior [1] á los anteriores. Cada vez aparece más firme la crítica, y más suelto, animado y pintoresco el estilo. En muchas cosas, en casi todas convenimos. Siento que no haya hecho Vd. justicia completa al libro de Verdaguer: algo tiene del amaneramiento que Vd. dice o indica, pero el candor del poeta es natural y no afectado y en lo que yo recuerdo nunca ha sido sentida ni expresada con tanta delicadeza la poesía que encierran algunas leyendas de las contenidas en los evangelios apócrifos de los primeros siglos. Claro que esta poesía tiene algo de infantil, sobre todo si se la compara con el retrato admirable de Cristo que a creyentes y a incrédulos ofrecen los evangelios canónicos. Pero repito que hay poesía y gracia en algunas de esas leyendas, y que Verdaguer ha sacado de ellas un partido admirable.

Todo lo que Vd. dice de los Juegos Florales y del estado actual de la poesía catalana está pensado con muchísima sensatez y muy buen gusto. No a todos les gustará por de pronto,

pero la lección quedará y no ha de faltar quien la aproveche. Por lo mismo que el movimiento literario catalán es cosa muy seria, hay que impedir a todo trance que degenere en romanticismo trasañejo, en patriotería, o en cierta ordinariez realista de mala ley que a algunos les parece legítima poesía rústica. Los pagesos empiezan a encocorarme tanto como el gay saber y los trovadores.

Lo mejor del volúmen de Vd. son indudablemente los artículos de teatros. Cuanto Vd. dice de nuestros actores y de nuestro público es cierto, ciertísimo, aunque duela el confesarlo.

Felicita a Vd. de todo corazón su amigo y s.s.q.s.m.b.

M. Menéndez y Pelayo

[1] De esta carta sólo se conserva en la Biblioteca transcripción mecanográfica. Es dudosa esta expresión; quizá deba preceder «no».