Volumen 10 - carta nº 507
De VICTORIANO LASTRA Y JADO
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
Olivar, 17, 3.º, Madrid, 14 julio 1890
Ilustre paisano y distinguido amigo: Nunca he sido empleado público y hasta la fecha, la nómina del presupuesto guárdame sus virginidades.
Mal que bien, entre el libro y el periódico -mas con el periódico que con el libro- he defendido los garbanzos «misteriosos» que dicen por estos barrios -yo vivo en el de Lavapies- en espera de una oportunidad que me permitiese ensanchar un tanto mis horizontes.
Sin afiliarme á partido determinado, ni defender política de bandería, mis campañas en la prensa no han tenido otro norte, que reñir á diario con el separatista franco, el autonomista vergonzante y el liberal imprudente; adversarios de distinto grado, pero enemigos todos de lo que resta de nuestro antiguo Imperio Colonial.
En ese punto, puedo sin inmodestia, alabarme de haber cumplido como bueno, y de ello darán fé los españoles de Filipinas, Cuba y Pt.º Rico, entre los cuales soy bastante conocido.
No sé si era Ganuza ó el pobre Dn. Bernabé, quien decia: (¿se acuerda usted de nuestro dómine de latin?) que es mas facil obtener un empleo ó dignidad que adquirirlo la primera vez que se solicita:
«Facilius crescit inchoatur dignitas»
Lo cierto es que yo me encuentro en este caso; por eso me atrevo á molestar á usted.
Todo se me vuelven dificultades para encontrar un modesto rincon donde meterme, siquiera sea este una biblioteca ó negociado de prensa de un ministerio: Ultramar, Fomento, Gobernacion... cualquiera que me permita estudiar y escribir, con mas desahogo que ahora.
Conozco y me relaciono con muchos diputados y personages mas o menos influyentes; mas, partidario de que en todo asunto se debe ir siempre á la cabeza; quisiera merecer de usted una carta para el Sr. Cánovas, que seria desde luego de resultados inmediatos; porque Dn. Antonio rinde pleitesia al talento y dos letras de Menendez Pelayo, valen para él mas que una votacion nominal.
No quisiera -y eso que mi salud esta pidiendo las olas del Cantábrico- moverme de Madrid sin dejar arreglado este tan importante punto para mi, pues el «momento histórico» de servir á los amigos es llegado. Yo espero de usted y ruego al condiscípulo ilustre la gracia de una contestacion favorable que me permita decir con Horacio:
«Non, si male nunc, et olim sic erit»
Le anticipa gracias y se repite admirador y amigo S.S. q.b.s.m.
V. Lastra y Jado
N.R. Tengo un libro nuevo en preparacion que oportunamente le remitiré.