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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > I : (ABENATAR–CORTÉS) > ALEMÁN, MATEO.

Datos del fragmento

Texto

[p. 64]

Nació este célebre y eminente novelador en Sevilla, según él propio advierte en el frontis de su más preciado libro. Fué contador de resultas en la contaduría de ración de Felipe II y gracias a su escasa habilidad para los negocios hubo de portarse con tal desacierto en su empleo, que sufrió larga prisión y proceso. Quizá por esto dejó de su propia voluntad, según advierte el alférez Luis de Valdés, la casa real donde sirvió casi veinte años los mejores de su edad..., procediendo con tanta rectitud que llegó a quedar de tal manera pobre que no pudiendo continuar sus servicios con tanta necesidad, se retrajo a menos ostentación y obligaciones. Parece indudable que en alguna época de su vida, tal vez en su juventud, viajó por Italia. La excelente acogida que obtuvieron el Guzmán de Alfarache y otros escritos suyos, no parece que le sacó de pobre, pues en edad harto avanzada emprendió un viaje a Méjico, sin duda en demanda de mejor fortuna. Llegó a las Indias en la expedicion de abril de 1608, y salteóle una grave enfermedad no mucho después del arribo a aquellas partes. Repuesto algún tanto, [p. 65] dedicóse a retocar su libro de Ortografía Castellana, que se publicó al año siguiente. Se carece de toda noticia acerca de la época y lugar de su muerte.

Mateo Alemán es uno de los maestros de nuestra lengua, uno de los escritores más puros, discretos y acendrados que han cultivado nuestra prosa, y después de Cervantes, el primer novelista de nuestro Siglo de Oro. Sus obras son:

Primera parte de la vida del Pícaro Guzmán de Alfarache, Atalaya de la vida humana, Compuesta por Matheo Alemán, criado del Rey Don Felipe III nuestro Señor, y natural vezino de Sevilla. Dirigida a Don Francisco de Rojas. Marqués de Poza, Señor de la casa de Monçon, Presidente del Consejo de la hacienda de su Magestad y Tribunales della, Madrid, 1599. Edición que sólo citada hemos visto. Reimprimióse al año siguiente en Barcelona, en Bruselas, en la emprenta de Jaan Montmartre, detrás la cassa de la Villa y Rutgerio Velpio; en París, por Nicolás Bonfons; en Tarragona, Zaragoza y Milán, en 1603; otra vez en Bruselas, 1604, por Montmarte, y, según el alférez Valdés, llegaron a 26 las impresiones de esta primera parte en menos de 14 años y a 50.000 los ejemplares estampados, casi todos furtivamente y sin provecho alguno para el autor. Algo de exageración ha de haber en esta cuenta, pues parece imposible que, exceptuando a lo más siete u ocho, el resto de estas ediciones hayan perecido sin dejar rastro, ni ser citadas por los bibliófilos.

Los preliminares de las primeras impresiones de esta parte son una Dedicatoria (que ha desaparecido en las modernas), otra dirigida al vulgo, otra al discreto lector, una Declaración para el entendimiento de este libro, un Elogio escrito por Alonso de Barros criado del Rey nuestro Señor y un soneto anónimo. La aprobación suscrita por Fr. Diego Dávila y el privilegio son de enero y febrero de 1598.

El aplauso sin igual alcanzado por esta primera parte movió a un abogado valenciano, Juan Martí, a forjar una segunda no poco discreta y bien hablada, aunque inferior de mucho al original imitado. Esta continuación publicase en 1602 en Valencia, reimprimiese el mismo año en Zaragoza y en 1604 en Bruselas, existiendo además, según parece y Fuster indica, una de Barcelona y otra de Castilla (no expresa el punto). A pesar de tales [p. 66] reimpresiones el libro es muy raro: está reproducido en el tomo de Novelistas anteriores a Cervantes coleccionado por Aribau para la Biblioteca de Rivadeneyra.

La osadía del continuador embozado con el nombre de Mateo Luján de Sayavedra, que, según parece, aprovechó especies sacadas de los manuscritos de Mateo Alemán, movió a éste a dar a la estampadla

Segunda Parte de la vida de Guzmán de Alfarache, Atalaya de la vida humana, por Mateo Allemán, su verdadero autor. Y advierto al lector que la segunda parte que salió antes desta no era mía... A D. Juan de Mendoza, marqués de San Germán, comendador del Campo de Montiel, &, capitán general de los reinos de Portugal. Lisboa, 1604. Valencia y Barcelona, 1605. Milán, por Juan Bautista Bidelo, 1615, &. Lleva un prólogo al lector y un elogio del alférez Valdés.

Reimprimiéronse después entrambas partes unidas infinitas veces, ora en el mismo volumen, ora en dos tomos, de cuyas ediciones pueden verse registradas muchas en Brunet, Gallardo y Salvá, siendo las más estimadas entre los bibliófilos la de Madrid, 1641, y la de Amberes, por Verdussen, 1681, adornada con lindas estampas. En el siglo pasado y en el presente se han reimpreso asimismo no pocas veces y en todas formas. Moratín, grande admirador de tan excelente libro, proyectó refundirle, escardando muchas de las reflexiones que a cada paso cortan el hilo de la fábula y distraen la atención del lector. En la ed. de Rivadeneyra, estos párrafos están señalados así: lo cual no aplaudimos del todo, porque puede ser causa de que algún lector deje de saborear la riqueza de doctrina y belleza de lenguaje que en las largas disertaciones de Mateo Alemán bizarramente campean.

Esmaltan algunas de las primeras eds. de este libro versos laudatorios de Vicente Espinel (dísticos latinos), de Hernando de Soto y el licdo. Arias.

El Guzmán ha sido traducido a las principales lenguas europeas repetidas veces. Entre los franceses, que poseen hasta cinco versiones, es muy estimado por la refundición de Le Sage.

Libro de San Antonio de Padua, de Mateo Alemán, Dirigido a Don Antonio de Bohorques, Cavallero del hábito de Santiago, Gentilhombre de la casa de su Magestad y su Corregidor en Guadix, [p. 67] Baza y Almería, &. Va muy lleno de doctos y curiosos discursos predicables para diferentes propósitos, y de nuevo dos tablas, una de los capítulos y otra de materias comunes, y un Elenco para los Evangelios de entre Año. Imprimióse por primera vez en Sevilla, 1604, y reimprimióse en Tortosa, Ahí. Lleva al frente un Elogio del contador Juan López del Valle, una canción de Lope de Vega y un soneto de D. Rodrigo de Ayala y Castro. Es una vida de San Antonio, precedida de unos versos latinos, y tan bien escrita como el Guzmán.

Ortografía Castellana. A Don Juan de Villela, del consejo del rei nuestro señor, presidente de la real audiencia de Guadalajara, visitador general de la Nueva España. Por Mateo Alemán, criado de su majestad... En México. En la emprenta de Jerónimo Balli. Año 1609. Por Cornelio Adriano César. 4.º, 92 hs. Lleva una dedicatoria al Mecenas y otra a la ciudad de Méjico. Libro raro y curioso que describe extensamente el señor D. L. Fernández-Guerra en las notas a su excelente biografía de Alarcón.

Carta Apócrifa a Cervantes, publicada por D. Adolfo de Castro a continuación del Buscapié. Pasa por obra del mismo erudito gaditano.

Traducciones

Pliego suelto así encabezado:

A Don Diego Fer- | nandez de Cordova, Duque de | Cardona y Segorbe, Marqués | de Comares. Odas de Horacio, traduzidas por | Mateo Alemán. 4.º, 4 hs. la primera de las cuales llena el título. Dos y la primera llana de la 4.ª el texto, quedando en blanco la última. Sin a. ni l. de impresión. Las odas traducidas son el Rectiùs vives, Licine (X del libro II) y el Eheu fugaces... (XIV del mismo): una y otra comienzan así:

Muy más seguramente
Podrás vivir, Licino,
Cuando en el mundo menos te engolfares,
Y al hilo de la gente
Pasares tu camino,
Huyendo los peligros de altos mares
[p. 68] Donde aun la nave fuerte
Va temerosa de contraria suerte...
         —
¡Ay, Póstumo, los años van huyendo,
Viénese la vejez, y en dolencia
Poco a poco nos lleva consumiendo!
Tu piedad no podrá, hacer resistencia
Al brazo duro y fuerte
De la enemiga, inevitable muerte...
Junio de 1876.

Notas