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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > III : (MALÓN - NOROÑA) > MORALES, JUAN

Datos del fragmento

Texto

[p. 383]

Cuatro composiciones, insertas en las Flores de poetas ilustres recogidas por Pedro de Espinosa, han bastado para salvar del olvido el nombre de Juan de Morales, elegante poeta lírico y bucólico de fines del siglo XVI. Una de estas composiciones dedicada al señor de Guadalcázar nos proporciona un dato, para fijar, aunque con incertidumbre, su patria:

No creas que mis versos por ventura
Habrán de perecer, como su dueño
Del Betis hijo y de su margen verde.

Duda Sedado de si su patria fué Córdoba o Sevilla. Induce a creer lo segundo el estilo de sus poesías, no desemejante al de la escuela sevillana. Nicolás Antonio cita a un Juan Bautista Morales, nacido en Montilla y autor de una obra titulada: Jornada del rey D. Sebastián a Portugal, impresa en 1612, menciona también a un Fr. Juan de Morales, natural de Málaga, que publicó una obra en 1619. Creemos que ambos son distintos de nuestro poeta. No hemos podido hallar noticia alguna de su vida. Probablemente hubiera perecido hasta su recuerdo, a no habernos conservado sus poesías Pedro de Espinosa. Cortas en número por desgracia, aunque contienen oro y de subidos quilates, redúcense a una égloga (reproducida por Sedano en el tomo primero de su colección, y por Arrieta en los apéndices al Curso de Literatura de Batteux), una oda al señor de Guadalcázar, un soneto y una traducción de la oda X del libro 2.º de Horacio. Transcribiremos la última, ya reproducida en nuestros Apuntamientos criticóbibliográficos sobre traductores castellanos de Horacio:

Oda 10.ª del libro 2.º de Horacio

Rectiús vives, Licini

Vivirás más seguro
Si en alta mar, Licino, no navegas
Y si al peñasco duro
De peligrosa playa no te llegas,
[p. 384] Huyendo cautamente
La indignación del ábrego inclemente.

Quien ama con pureza
La santa medianía, no padece
La mísera pobreza,
De que la humilde casa no carece
Ni dél es envidiada
La de columnas de oro fabricada.

Más a menudo el viento
Contrasta el alto pino mal seguro,
Y viene a su cimiento
Con más grave ruina el alto muro
Y a la más alta sierra
Hacen los rayos más continua guerra.

En las adversidades
Espera el prevenido la ventura,
Y en las prosperidades
Teme como sagaz la desventura,
Que Júpiter envía
Las grandes lluvias y serena el día.

No porque falte ahora
El bien, ha de durar siempre la pena
Porque Apolo tal hora
Despierta la dormida musa y suena
Al son de dulce lira;
Tal duras flechas con el arco tira.

Tú pues con pecho fuerte
Haz rostro a la fortuna miserable,
Y en la dichosa suerte,
Cuando soplare el viento favorable,
Recoge con buen tiento
Las velas llenas del favor, que es viento.

Notas