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Nació en Guatemala, el 7 de febrero de 1786, e hizo allí sus primeros estudios. Dueño de una cuantiosa herencia, emprendió desde 1806 largos y continuos viajes por Europa y América, tomando parte muy activa en los negocios políticos de diversas repúblicas, ya como periodista, ya como militar, ya como diplomático, ya como gobernante. En Chile se vió, aunque por pocos días (ocho apenas), al frente de la República, en marzo de 1814. De 1815 a 1818, permaneció en Inglaterra de donde volvió a Chile, para ocupar el Ministerio de Relaciones Exteriores, que abandonó a los seis meses para ir a Buenos Aires a negociar el célebre pacto que dió por resultado la independencia del Perú. Representó a Chile en Inglaterra y Francia hasta el año de 1825, logrando negociar el primer empréstito anglo-chileno, por valor de cinco millones de pesos. En 1825 regresó a Guatemala, en cuyas contiendas civiles tomó mucha parte, abrazando la causa de los unitarios (conservadores) contra los federales, y mandando, con título de coronel, un destacamento. Vencido y prisionero en aquella guerra civil y condenado luego a destierro, residió desde 1830 en varias repúblicas del Sur, hasta que cambiando la faz de los acontecimientos de su país fué nombrado ministro de Nicaragua en los Estados Unidos, cargo que desempeñaba a su muerte, acaecida en 10 de junio de 1868. Fué uno de los americanos de más entendimiento y más vasta cultura de su tiempo. Escribió con pureza la lengua castellana en prosa y verso, y se distinguió por el nervio y la audacia de su estilo en la polémica política. Además de sus importantes Cuestiones filológicas (Nueva York, 1861) y de sus Poesías Satíricas y Burlescas (Nueva York, [p. 254] 1867) publicó gran número de folletos de ocasión. El empréstito de Chile (defensa de los tratados de paz de Paucarpata, Historia del asesinato del gran Mariscal de Ayacucho,..) e innumerables periódicos: el Semanario Republicano (Santiago de Chile, 1813), El Duende de Santiago (íd ., 1818), El Censor Americano (Londres, 1820), El Guatemalteco (1828), La Verdad Desnuda, La Balanza y El Correo (1839 a 43, los tres en Guayaquil), La Concordia, en Quito; El Respondón, en Pasto (Colombia); Nosotros, Orden y Libertad (1846-47, en Bogotá); El Revisor (1849, en Curazao y después en Nueva York).

A todas estas obras hay que añadir El Cristiano Errante (1847), la novela satírico-política titulada El perínclito Epaminondas del Cauca, la Memoria biográfica del Arzobispo bogotano D. Manuel José Mosquera, unas Cuestiones crítico literarias, una Gramática castellana, &, &

Una carta biográfica suya firmada por Pedro Ortiz, se halla en la Revista de Costa Rica. Ciencias y Literatura. Año 1.º Número 6. Abril, 1892, pp. 295-310.

Sabemos que existe otra mucho más extensa escrita por don Antonio Batres Jáuregui.