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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > II : (DOMENECH-LLODRÁ) > GARCÍA MALO, IGNACIO

Datos del fragmento

Texto

[p. 120]

Helenista de las postreras décadas del siglo XVIII y comienzos del presente. Fué oficial de la Secretaría de la Junta Central y amigo de Quintana, que le tributa el siguiente hermosísimo recuerdo en la Memoria sobre su proceso y prisión, escrita en 1814: «En cuanto a García Malo no puedo pasar de aquí sin hacer de su bello carácter y de su capacidad la honorífica mención que se merece. Unos cuantos humanistas frívolos (¿aludirá a Hermosilla?) y, lo que es peor, malos amigos suyos, habían querido esparcir sobre él un aire de disfavor y tal vez de ridículo por la poca fortuna de sus trabajos poéticos. No le llevaban ellos en esta parte una ventaja muy grande, y él tenía, además, el seso de no hacer caso alguno de estos entretenimientos juveniles, como sus [p. 121] detractores hacían de sus pobrezas. Mas ninguno de ellos le excedía ni acaso le igualaba en extensión de conocimientos, en seguridad de principios, en aplicación sostenida, en facilidad de trabajo, en claridad y método de discusión. Y si a estas prendas de espíritu se añaden su profundidad, su consecuencia, sus nobles procederes, la igualdad de su trato, la nobleza de su corazón, incapaz de rencor ni de invidia, ¡cuán pocos son los hombres que se le pudieran preferir, y cuán sensible debió sernos a todos sus amigos su muerte fuera de sazón! De todo lo cual resulta que el señor D. Ignacio García Malo era un caballero particular de excelentes prendas y amenísimo trato, lo cual no le libró de ser un execrable poeta y de cometer con la Iliada nefandos sacrilegios. Una traducción de Homero no es obra que pueda emprenderse como entretenimiento juvenil: de esta suerte pueden disculparse todas las inepcias. Mejor lo pensó Hermosilla, que llamaba a su versión de la Iliada «el trabajo de su vida entera».

Escribió García Malo una tragedia intitulada D.ª  María Pacheco . Sus traducciones son:

Del griego

La Iliada de Homero,| traducida del Griego| en verso endecasílabo castellano| por |D. Ignacio García Malo.| Con licencia, en Madrid,| por Pantaleón Aznar, año 1788. Tres tomos. El primero comprende ocho libros, el segundo desde el 9.º hasta el 16.º y el tercero los restantes. Tiene el primero XC, + 357 págs.; el segundo, 390; el tercero, 356, dos hoj. sin foliatura para una advertencia.

Los preliminares son una dedicatoria al Conde de Floridablanca y un Discurso preliminar sobre Homero y la Iliada.

La Iliada de Homero, traducida del Griego en verso castellano, por D. Ignacio García Malo. Segunda edición. Madrid, imprenta de Verges, calle de la Greda, 1825. Tres tomos. Edición idéntica a la primera.

La versión de García Malo tiene el mérito de haber sido la primera que de la Iliada se dió a la estampa entre nosotros, tiénele, además, por la fidelidad con que generalmente se ajusta al texto, pero como obra poética es infelicísima de todo punto. Escogeré como muestra de este trabajo (olvidado desde la aparición [p. 122] del de Hermosilla) uno de los mejores trozos, porque, en fin, algo conserva de la hermosura incomparable del original: las súplicas de Priamo a los pies de Aquiles (libro XXIV):


   Aquiles, semejante a eternos Dioses,
Acuérdate, al mirarme, de tu padre,
Que es de mi misma edad, y está oprimido,
Como yo, de vejez y de los años,
Y quizá sus vecinos al presente,
Movidos de tu ausencia tan prolija,
Le oprimen, sin tener en tal peligro
Quien le libre de males y de daños;
Pero sabe que vives, y la dulce
Esperanza, que tiene cada día
De ver aún a su hijo tan querido
Retornar desde Troya victorioso,
Le sostiene y consuela en tal estado,
Y yo, el más desgraciado de los hombres,
De tantos bravos hijos que tenía
En la ciudad de Troya, no imagino
Que me queda uno solo, ¡ay de mí triste!
Yo tenía cincuenta en aquel tiempo
Que llegaron los griegos a esta corte,
Diez y nueve nacidos de una madre
Y los demás de madres diferentes.
El inhumano Marte impetüoso
De casi todos ellos me ha privado,
Y uno que solamente me quedaba,
Único defensor de mi familia
Y de toda Ilión, mi Héctor querido,
Acaba de ser muerto por tu mano,
Combatiendo animoso por su patria.
Por esta causa a las Acheas naves
A rescatar su cuerpo vengo ahora
Durante las tinieblas, y te traigo
Regalos infinitos. Grande Achiles,
A los eternos Dioses reverencia,
Y ten piedad de mí, triste, afligido,
Acordándote ahora de tu padre.
¿Qué mortal en la tierra ha sostenido
Tantas calamidades y desgracias
Como yo que me veo precisado
A besar unas manos homicidas
Con sangre de mis hijos aún teñidas?
[p. 123] Traducciones del italiano

ÓPERAS DE METASTASIO: El Demofoonte.
                                                   El Coriolano.

Santander, 19 de noviembre de 1875.

Notas