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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > II : (DOMENECH-LLODRÁ) > FONT Y GUITART, JUAN

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Texto

[p. 71]

De este distinguido literato catalán son las siguientes versiones de Enrique Heine y de Uhland, que tomamos del Prólogo a la versión castellana de El Zorro, de Goethe, publicada en 1869 (págs. XXVIII a XLV) Créolas dignas de ser reproducidas:

DE HEINE
1.—A orillas del Ganges

   Sobre las alas de inspirado canto
Te quiero arrebatar, amada mía,
A un lugar apartado y deleitoso,
Allá del Gange en la remota orilla.
Sé yo un jardín de purpurinas flores,
Que a la luz suave de la luna brillan,
Y donde los nenúfares dorados
Con ansia esperan a mi dulce niña;
Murmuran las violetas cariñosas,
Y las estrellas amorosas miran;
[p. 72] Quedo las rosas cuéntanse al oído
Perfumadas consejas peregrinas;
Retozan las ternísimas gacelas,
Y con recelo en derredor atisban,
Y allá a lo lejos retumbar se escuchan
Del sacro río las sonoras linfas.
Allí, debajo de gentil palmera,
Caer nos dejaremos, alma mía,
Y reposo y amores gozaremos
Y sueños soñaremos de delicias.
2.—La Lore-Lay

   Honda tristeza me oprime,
No me la puedo explicar;
Un cuento viejo mi mente
Recuérdame pertinaz.
Sopla la brisa, anochece,
Y corre el Rhin sosegado;
El sol en su ocaso dora
La cima de los collados.
Allá arriba está sentada
Hermosísima doncella;
Sus joyas al sol relumbran,
Y sus trenzas de oro peina.
Péinalas con peine de oro,
Y va cantando un cantar,
Tiene su mágico acento
Poder sobrenatural.
Al barquero en su barquilla
Soblecoge cruel dolor,
No mira, no, el arrecife,
Sólo a la cumbre miró.
Creo que tragan las ondas
Barquilla y barquero: ¡ay
Con sus pérfidos cantares
Le perdió la Lore-Lay.
3.—A una ingrata

   En tus mejillas brilla
Estío abrasador,
Y el aterido invierno
Está en tu corazón.
Los tiempos cambian, niña,
Un día sentirás
[p. 73] Dentro el alma el verano,
Y el invierno en la faz.
4.—¡Mar en calma!

   ¡Mar en calma! Sus rayos ardorosos
A plomo lanza el sol sobre las aguas,
Y en el zafiro undoso verdes surcos
Abre la nave en su carrera blanda,
Junto a la barra, echado de barriga,
Duerme el piloto plácido a la larga,
Y al pie del mástil, remendando velas,
El breoso grumete se agazapa.
So el alquitrán que cubre sus mejillas
Le asoman los colores; su bocaza
Con dolor se contrae, y angustiosas
Son de sus grandes ojos las miradas;
Que el capitán le mira furibundo,
Y en ternos se desata y amenaza:
—¡Pillastre!, grita: ¡pícaro!... ¡Un arenque
Del tonel me has robado!... ¡No te escapas!
¡Mar en calma! Por sobre la onda riza
La cabezuela un pececillo saca
Por calentarse al sol, y coletea
Y alegre chapotea con el agua.
Mas atisba en lo alto la gaviota,
Y sobre el pececillo se dispara,
Y con la presa rápida en el pico
Remóntase en la atmósfera azulada.
5.—Odio y amor

   Entrambos se querían, mas ninguno
Osaba confesarlo de los dos;
Y casi se miraban enemigos,
Y perecían de anhelante amor.
Separáronse al fin, y no se vieron
Sino en sueños después;
Y muertos eran ambos tiempo había...
Sin saberlo tal vez.
6.—Coronación

   ¡Ea! cantares míos:
¡Oh, mis cantares buenos y queridos!
Armaos, y que atruenen los oídos
[p. 74] Las sonoras trompetas:
Alzadme con premura,
Sobre el pavés triunfante,
Como reina elegida, esa hermosura
Que debe dominar mi pecho amante.
¡Salve, salve, mi reina encantadora!
Al sol que brilla en el inmenso cielo
Le arrancaré sus rayos deslumbrantes,
El oro rojo que la tierra quema,
Para forjar con ellos la diadema
Que tus cabellos ciña undivagantes;
Y de la seda azul del firmamento
Un precioso girón he de cortarte,
De estrellados brillantes recamado,
Para el manto preciado
Con que los regios hombros quiero ornarte;
Y una corte he de darte
De engreídos sonetos,
De maneras pomposas y galanas,
De orgullosos tercetos
Y de estancias pulidas, cortesanas.
Por batidor tendrás mi chiste crudo
Y por bufón mi loca fantasía,
Y mi humor por heraldo, cuyo escudo
Una riente lágrima atavía.
Y yo en tanto, graciosa soberana,
Sobre cojines de esplendente grana
Rendidamente hincado,
En señal de amoroso vasallaje,
Te ofrezco mi homenaje,
¡Oh mi reina adorada y mi señora!
De mi pobre juicio el resto escaso,
Que, por capricho o por piedad acaso,
Dejarme quiso aún tu antecesora.
DE UHLAND
1.—El Clave

   ¡Vuestro clave tocadme, buen vecino!
¡Probad si su sonido
Proporciona tal vez algún consuelo
Al pecho dolorido!
Al ruego de la enferma, el viejo toca:
¡Así nunca tocó!
¡Tan pura, tan magnífica armonía
[p. 75] Jamás produjo, no!
Extraños sones de celeste gloria
En el clave despierta:
Sobrecogido de terror, se para
Y ve a su amiga yerta.
2.—Despedida

   ¡Adiós, adiós, adiós, amada mía,
Debo dejarte hoy!
¡Un beso dame, un beso de tu boca;
Para siempre me voy!
¡Una flor rompe y dame con tu mano
Del árbol del jardín!
Fruto no he de esperarlo: la esperanza
Murió ya para mí.
3.—La Serenata

   ¿Qué armónicos sonidos interrumpen
Mi sueño fatigoso?
Asómate, mi madre, a ver quién turba
Tan tarde mi reposo.
—Nada percibo en la desierta calle,
En paz, hija, dormita,
Que nadie a darte serenatas viene,
Mi enferma pobrecita.
—No es música terrestre la que llena
Mi alma de alegría:
Con sus cantos los ángeles me llaman:
¡Adiós, oh madre mía!
4.—El Tordo

—¡No quiero ir al jardín! ¡Ya estaré en cama
Todo el verano quieto!
¡Oyera solamente al tordo alegre
Que canta allá en el seto!...
Traen en una jaula al pobre nido
El ave aprisionada;
Mas no quiere cantar, la cabecita
Doblando acongojada.
Al pájaro con rostro suplicante
El niño enfermo mira;
Rompe el tordo a cantar; sonríe el niño...
Y en la sonrisa espira.
[p. 76] Publicáronse por primera vez estas versiones en La Abeja , Revista Científica y Literaria, principalmente extractada de los buenos escritores alemanes, por D. Antonio Bergnes de las Casas, Catedrático de lengua griega en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, D. Miguel Guitart y Buch, Dr. en Medicina, D. A. Sánchez Comendador, Catedrático de Mineralogía y Zoología en la Facultad de Ciencias de dicha Universidad, D. Antonio Rave, Catedrático de Física en la Facultad de Ciencias de íd., y D. Juan Font y Guitart . Barcelona, Oliveres, 1858-1860. Seis cuadernos folio.

Notas