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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > II : (DOMENECH-LLODRÁ) > LÓPEZ DE CORTEGANA, DIEGO

Datos del fragmento

Texto

[p. 359]

Para la biografía de este traductor de Apuleyo (además de lo que trae Pellicer):

Nació probablemente en el pueblo de su nombre (hoy provincia de Huelva).

Sospecho que se le han de atribuir las traducciones del Eurialo y Franco del Papa Pío II (1512, 1524, 1530, Sevilla), de las Fábulas de Esopo (1526, 1533, 1571), de los Coloquios, de Erasmo (1529) de la Lengua de Erasmo (1544) y quizá también de algún otro de los libros anónimos impresos por Cromberger, de cuyas prensas creo que salió también la primera edición de El Asno de oro.

Era erasmista.

Publicó en 1516 y 1526 la Crónica de San Fernando, emendado el lenguaje.

Está dedicada a Cortegana la traducción que hizo Cristóbal de los Arcos del Itinerario de Micer Luis de Varthema (1519 y 1523).

[p. 360] Adicionó y corrigió, por encargo del arzobispo Deza, el Missale Hispalense (1520).

Vid. Escudero, Tipografía Hispalense.

En una nota de la Reprobación... contra la falsa prognostación del diluvio (núm. 843 de Escudero), se habla de una predicción de Diego López.

Prólogo de Diego López de Cortesana en la Crónica de San Fernando que publicó (sobre las ediciones de esta Crónica, vide Gallardo, Salvá, Muñoz Romero, Escudero, Tip. Hisp. y Pérez Pastor, Imprenta en Medina). «Al muy magnífico y muy noble señor don Fernando Enríquez.».

«Entre otras escrituras, magnífico y noble señor, que en la librería desta sancta yglesia de Sevilla se guardan, hallé la historia del santo rey don Fernando que ganó esta insigne ciudad. Y como quier que algunos sumarios de su chronica se hayan impreso, parecióme que era bien publicar esta por ser más copiosa, y en ella largamente se cuentan sus notables hazañas dignas de perpetua memoria, y que no esté encerrada una historia que tanto es por todos desseada. Y porque para mejor contar su chronica hay necesidad de comenzar un poco más al principio de donde desciende, comienza la enarrativa dende el rey don Alonso su abuelo hijo del rey don Sancho el desseado. Y como a vuestra merced como principal cavallero desta ciudad y del nombre deste santo rey pertenesce favorecer sus grandes y nobles hechos, me pareció que justamente le debía dirigir esta chronica, para que con su auctoridad y favor se publique por todos los que la quisieren leer. Quanto más que vuestra merced sacando la estada deste santo rey bienaventurado el día de sant Clemente deste año del nascimiento de nuestro salvador Jesucristo de mil e quinientos e quinze años, quando se hace una solemne processión, en memoria que en tal día él ganó esta gran ciudad, estando en la capilla de los Reyes mostró desseo de ver su chronica. Por lo qual me moví por servirle a la enmendar, como dixe, y publicar en su nombre, pues en él y en sus nobles costumbres imita a este Sancto y bienaventurado rey. Bien creo yo que no faltará quien me reprehenda, diciendo que no es justo mudar los vocablos antiguos porque paresce que tienen magestad y más autoridad que los modernos. Pero a esto es fácil la respuesta que quando alguna historia latina se torna en nuestra [p. 361] lengua y común hablar, no usamos de los vocablos latinos aunque son más resonantes que el romance, sino de la habla cotidiana, la qual sirve según el tiempo corre. Que ya vemos en espacio de quarenta o cincuenta años asaz diferencia y mandamiento en muchos vocablos de entonces a los de agora. Pero con el favor de vuestra merced estas y otras cosas que los maldicientes suelen buscar, me darán poco cuidado, más de quedar por vuestro servidor, como lo soy: y con esta osadía y esfuerzo invocando el nombre de Dios y de la Virgen Santa María nuestra Señora su madre con sus armas y las vuestras comiença la historia en la manera que se sigue.»

En la edición de Medina, y seguramente en alguna otra, este prólogo está puesto a nombre del arzobispo D. Rodrigo (!).

Notas