Presentado el libro ‘Tinta, tierra y tradición. Ramón María del Valle-Inclán y el carlismo’
La figura de Ramón María del Valle-Inclán en su relación con el carlismo goza ahora de un magnífico libro que la estudia a través de los datos que él mismo dejó a lo largo de su extensa obra. El libro, titulado Tinta, tierra y tradición. Ramón María del Valle-Inclán y el carlismo, se debe al profesor Alfredo Comesaña, y es el fruto de su inmersión durante varios años en la obra completa de Valle-Inclán para entresacar todos aquellos fragmentos en los que se hubiera filtrado el espíritu carlista del autor gallego o estuviera claramente expresado. Colaboraron con él en esa importante y ardua labor documental Marta Monedero García-Inés, Olga Pardo Escudero y Patricia Juez García.
Ver en el canal de YouTube de la FIL la grabación del acto de presentación.
La Fundación Ignacio Larramendi, en el curso de las actividades de celebración del centenario del nacimiento de Ignacio Hernando de Larramendi, ha presentado esta obra, promovida y editada por ella, el 29 de noviembre de 2021, en el Salón de Actos del Ateneo de Madrid, con la participación, además del autor del libro, de Luis Alberto de Cuenca, especialista en Valle-Inclán, autor del prólogo, poeta y académico de la Real Academia de la Historia, y Luis H. de Larramendi, autor de la introducción y presidente de la Fundación Ignacio Larramendi. Cerró el acto don Carlos Javier de Borbón-Parma.
Luis H. de Larramendi explicó las razones por las que estaba muy agradecido al Ateneo por albergar esta presentación, basadas en el mismo Valle-Inclán, que fue presidente de la institución (sucedió a Azaña en el cargo), y en la relación de amistad que con el escritor gallego tuvo su abuelo homónimo, tribuno carlista y abogado, que fue a su vez socio ateneísta y llegó a ser en 1906 secretario cuarto de la Comisión de Cultura bajo la presidencia de Segismundo Moret. De la buena relación con Valle-Inclán da buena muestra el que le permitiera a Luis Hernando de Larramendi y Ruiz, cuando era director de Juventud Tradicionalista, publicar anticipadamente algún fragmento de La marquesa Rosalinda.
«El objetivo de la Fundación», explicó su presidente, «al hacer este último acto [del centenario] vinculado con Valle-Inclán es, si es posible, terciar, zanjando, sobre esa discusión de si Valle-Inclán era carlista, no lo fue, fue tradicionalista, cuando se afilió a la Asociación de Amigos de la URSS, él era comunista, cuando ponderaba las cosas de Mussolini en Italia, era fascista… Decía uno de sus contemporáneos que había que hacerle una entrevista quincenal para poder saber las cosas que había hecho en la última quincena, que naturalmente eran diferentes de las que había hecho en la anterior…, pero en cualquier caso lo que nos parecía importante era hacer una obra que dejara hablar a los hechos, más allá de las interpretaciones». Y añadió: «Si de verdad impulsábamos desde la Fundación, que no tiene ninguna misión apologética, más que la del rigor histórico, una investigación como esta, tenía que ser desde la base puramente factual, rigorista, de investigación».
Para Luis Alberto de Cuenca, Ramón María del Valle-Inclán fue un carlista decidido toda su vida. Escribe en el prólogo al libro, que leyó durante su intervención: «Valle-Inclán, por esteticismo, fue carlista toda su vida, desde su nacimiento hasta su muerte acaecida el cinco de enero de 1936, y lo fue con pleno convencimiento, porque una opción ideológica marcada por la estética en un escritor esteticista como él, era también una opción moral según la máxima platónica de que lo bueno y lo bello se identifican plenamente».Y antes ya había explicado: «… se sintió estéticamente aludido por las proclamas tradicionalistas y no dudó en apoyarlas desde muy joven con su testimonio incondicional y también, como no, con las muchas alusiones a la causa que se derraman con profusión a lo largo y ancho de su obra, como atestigua el admirable trabajo ad hoc que nos ofrece en este libro Alfredo Comesaña».
El autor del libro comentó, mediante el apoyo de algunas diapositivas, algunos momentos relevantes de la vida de Valle-Inclán, en una Galicia que está en transformación, que va del antiguo régimen, con figuras jurídicas como los vinculeros y los mayorazgos y por la que Valle siente apego, a lo que se llama hoy mundo contemporáneo. Expuso los contactos y las amistades carlistas que mantuvo Valle-Inclán a lo largo de su vida, así como sus paradojas y contradicciones.
Sobre esa especial forma de ser del autor gallego dejó Azaña escrito en su diario el 15 de junio de 1927: «En el fondo quien sabe lo que piensa Valle acerca de nadie y de nada. Le he oído sostener, siempre con brillantez y muchísima gracia las opiniones más contradictorias. Realmente Valle es por inclinación natural un tradicionalista. Su carlismo no fue una posición estética, como se ha dicho después, cuando no está muy sobre sí, casi siempre lo está, me divierte sorprender aquella inclinación». Inclinación que también fue reconocida por Jaime de Borbón y Borbón-Parma, el pretendiente en la época, que le concedió en 1931, un mes después de que se declarara la república, la Cruz de la Legitimidad Proscrita.
Cerró el acto don Carlos Javier de Borbón-Parma, nieto de Javier Borbón-Parma pretendiente del carlismo entre 1952 y 1975, quien m«mantiene enhiesta la bandera del carlismo», dijo Larramendi, antes de agradecerle «la gentileza de haber querido acompañarnos en este acto» para hablar «del personaje del mundo de la cultura posiblemente más ilustre que ha formado parte de las filas del carlismo»
Don Carlos dio las gracias a Luis Alberto de Cuenca, al autor, Alfredo Comesaña,, por su investigación exhaustiva del tema, y a la Fundación Ignacio Larramendi y, en particular, a su presidente, Luis Hernando de Larramendi, por el empuje personal que ha dado al proyecto, «todos los enamorados de la obra de Valle-Inclán, así como todos los carlistas, estamos, de verdad, profundamente agradecidos», añadió.
«Creo que la publicación de este trabajo marca un antes y un después sobre la discusión estéril de si Valle-Inclán era o no carlista. La respuesta es muy clara, lo fue y lo sigue siendo en sus obras, personajes e ideas», idea que don Carlos amplió diciendo que el carlismo es un movimiento que atraviesa a partir de un determinado momento la Historia de España y, por tanto, forma parte inseparable de ella. Disertó también sobre lo que el carlismo aportó a Valle-Inclán y sobre lo que este aportó al carlismo. Terminó su alocución afirmando que Valle-Inclán «fue para el carlismo, desde su grandeza literaria y humana, su amigo, su testigo, su adivino y hasta su profeta» y agradeció «a Valle-Inclán todo lo que hizo por el carlismo y por lo que sigue haciendo a través de sus obras».
Enlaces externos
—«Tinta, Tierra y Tradición», el libro que estudia la intensa relación de Valle-Inclán con el carlismo. El Debate. 30-11-2021.
—Vídeo: Tinta, Tierra y Tradición. Ramón María del Valle-Inclán y el carlismo. Tradición Viva. 15-09-2021.
—Tinta, Tierra y Tradición. Canal de YouTube de la editorial Reino de Codelia. 01-09-2021.