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La Fundación Ignacio Larramendi se convierte en socio de la institución The Legacy

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La Fundación Ignacio Larramendi ha dado un paso más en la difusión del pensamiento filosófico, la ciencia, y la historia  desarrollados en España al convertirse en socio de número de la asociación The Legacy.

La asociación The Legacy se ha dedicado, desde su fundación en el año 2016,  a dar a conocer el importante papel que España tuvo en la construcción de los actuales Estados Unidos de América. Mediante la difusión de la historia, la cultura y la lengua española, esta asociación busca afianzar la relación que une a ambos países.

Es por ello que, la Fundación Ignacio Larramendi, se ha convertido en socio de número de la asociación The Legacy para seguir impulsando la difusión y el conocimiento del pensamiento y la cultura española.

Mediante esta asociación, la Fundación Ignacio Larramendi y The Legacy se alinean para conseguir un claro objetivo: promover los lazos de amistad que sigan uniendo a España con Estados Unidos.

Anuncio oficial

El pasado mes de julio, en un acto celebrado en San Sebastián, se hizo pública la nueva asociación entre The Legacy y la Fundación Ignacio Larramendi. A lo largo de dos días, la vicepresidenta de la Fundación Ignacio Larramendi, la doctora Carmen H. Larramendi, y una de sus patronas, Margarita H. Larramendi, asistieron a la presentación del proyecto Patente de Corso: El legado vasco en los Estados Unidos de América, de la Asociación The Legacy.

Este proyecto recoge una serie de postales sobre los bucaneros vascos que se embarcaron hacia América en el siglo XVIII, entre la que destacan las dedicadas a Ignacio de Olavarría, a la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas y al General Manuel Montiano, quien fuera gobernador de La Florida, primer libertador de esclavos y antepasado de nuestro fundador, Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano.

  • Fotografía del acto de presentación de la maqueta de la escultura de Víctor Goikoetxea del General Montiano, De izquierda a derecha Eva García, presidenta de The Legacy, el escultor donostiarra Víctor Goikoetxea y Carmen H. Larramendi, vicepresidenta de la Fundación Ignacio Larramendi

Posteriormente, en un acto privado, celebrado en la réplica de la famosa Nao Victoria, doña Eva García, presidenta de The Legacy, anunció que la Fundación Ignacio Larramendi se convertía en nuevo socio de esta asociación. Aprovechando el acto, se rindió un emotivo homenaje a las representantes de la Fundación Ignacio Larramendi, quienes asistieron no solo como miembros del patronato, sino también como descendientes del General Manuel Montiano.

En el mismo acto, el artista Víctor Goikoetxea presentó la maqueta de la escultura del que fuera llamado “Héroe de los desfavorecidos”, el General Montiano, con la esperanza de poder realizar dicha escultura en un futuro no muy lejano.

La exposición de postales estuvo abierta al público hasta el 4 de agosto en la capilla de San Pedro Apóstol en el muelle de San Sebastián.

Adopta un héroe

Bajo el nombre de “Adopta un héroe”, la asociación The Legacy ha puesto en marcha una gran iniciativa para fomentar el conocimiento de personajes relevantes de la historia de España y su legado en los Estados Unidos de América.

El primero de estos héroes ha sido don Manuel Montiano y Sopelana, nacido en Bilbao en 1685, y que desde muy joven mostró un gran interés por el ejército. En el año 1737 se convirtió en capitán general, siendo además nombrado el 32º gobernador de la Florida española.

 

 

Desde el principio, el general Montiano tuvo que lidiar con un territorio hostil y fronterizo. La rivalidad entre Gran Bretaña y España en suelo americano había llevado a los británicos a prohibir el comercio con las colonias españolas, provocando esto no pocos enfrentamientos.

Ante la masiva huida de esclavos africanos de las plantaciones, en el año 1738, el general Manuel Montiano mandó construir el primer asentamiento de esclavos libres en todo el continente. Nacía así el fuerte de Gracia Real de Santa Teresa de Mosé, conocido popularmente como Fuerte Mosé. Se fundaba de esta forma, y de la mano de un español, el primer santuario libre para los esclavos africanos que huían de las plantaciones británicas y holandesas de las Carolinas y Georgia, entre otras.

Pero la historia, siempre caprichosa, quiso que uno de los descendientes del general Montiano fuera, ni más ni menos, que don Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano.

La familia Montiano

El origen de la familia Montiano se remontan al siglo XV en Villasana de Mena, la capital del municipio del Valle de Mena, de la comarca de Las Merindades en la provincia de Burgos. Curiosamente, en aquellos tiempos, la población pertenecía a Vizcaya.

Casi desde el siglo XVI, la familia Montiano desarrolló su vida en Bilbao, donde, según recuerda Ignacio Hernando de Larramendi, en su obra Así se hizo Mapfre, “por lo menos uno, no sé si dos, de sus miembros, fueron priores de su Consulado”.

En la misma obra, descubrimos que a lo largo del siglo XVIII, la familia Montiano tuvo gran relevancia tanto en la Chancillería de Valladolid como en la alta administración de la Corona.

De aquellos años cabe destacar, además de al ya mencionado Manuel de Montiano y Sopelana, a su sobrino, Agustín de Montiano y Luyando, fundador y director de la Real Academia de la Historia. Por si eso fuera poco, Agustín fue, además, miembro de distintas academias, no solo en España, sino también en otros lugares del mundo.

Agustín de Montiano y Luyando, quien no tuvo hijos, adoptó a su propio primo, hijo de Manuel de Montiano, de quien desciende María de Montiano, madre de Ignacio Hernando de Larramendi.

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María de Montiano fue, según recuerda el propio Ignacio Larramendi en su obra “Así se hizo Mapfre”, muy importante para él. “Era una pura vasca que conocía hasta 240 apellidos de ese origen” afirma en uno de los pasajes de la obra.

Una imagen, rescatada del archivo de la familia Hernando de Larramendi, nos muestra en el año 1926 a dña. María de Montiano en la playa donostiarra de Ondarreta con sus hijos: Ignacio, Luis Manuel, Mª Luisa, Teresa, José y Charo. Faltan en esta bucólica imagen Alfonso y Miguel.

De regreso a Estados Unidos

Tras el importante paso de don Manuel de Montiano y Sopelana, gobernador de la Florida, por Estados Unidos, quiso el destino que uno de sus descendientes volviera a cruzar el Atlántico para establecerse en aquel país.

En el año 1953, Luis Manuel Hernando de Larramendi y Montiano, y tras finalizar sus estudios de medicina, decidió proseguir su vida, junto a su esposa Paloma, en Canadá. En la universidad McGill de Montreal, el dr. Larramendi tuvo la oportunidad de trabajar como investigador ayudante del Dr. John Carew Eccles, para mudarse dos años después a Nueva York.

  • De izquierda a derecha, Ignacio H. Larramendi (1921) con su hermano Luis Manuel (1922) y con Paloma Carreras (1929), su futura mujer.

Pero fue en Chicago donde, finalmente, Luis Manuel y Paloma decidirían echar raíces.

Desde muy pronto, el dr. Larramendi descubrió su interés por la neurofisiología y la neuroanatomía, y fue en la ciudad del viento, donde desarrolló una brillante carrera como investigador en el departamento de Medicina de la Universidad de Illinois, a la que se incorporó en el año 1958, donde trabajó incansablemente hasta su jubilación, en 1984.

En noviembre de 2011, el dr. Larramendi nos dejaba. Su amada Paloma, lo hacía en 2016. Pero el legado de los Larramendi-Montiano sigue vivo en Estados Unidos.

En la actualidad, descendientes del general Montiano siguen perpetuando esa estirpe en el continente americano, a través de los hijos y nietos de Luis Manuel y Paloma.

Paloma Hawry (Larramendi antes de casarse), así como sus hijos y nietos, siguen manteniendo viva la hermandad, la colaboración, la historia y el recuerdo de España en los Estados Unidos de América.

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