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Ejemplaridad y ética cristianas. Un análisis de la actividad de Ignacio Larramendi en ASE y en UNIAPAC

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De izquierda a derecha: Javier Fernández-Cid, presidente de ASE; Luis Hernando de Larramendi, presidente de honor de ASE; Bruno Bobone, presidente mundial de UNIAPAC International; Domingo Sugranyes Bickel, expresidente de UNIAPAC International y Fundación Centesimus Annus; Carlos Álvarez Jiménez, expresidente de ASE.

El miércoles, 10 de noviembre de 2021, en la sede de ASE en Madrid, se ha ponderado la actividad que realizó Ignacio Larramendi en las asociaciones de empresarios cristianos española (ASE) y mundial (UNIAPAC) con ocasión de presentar la Biblioteca Virtual Ignacio Larramendi y Acción Social Empresarial (ASE), que permite consultar, digitalizadas, la revista y publicaciones de ASE. Ignacio Larramendi fue presidente de ASE entre 1978 y 1984.

Han participado: Bruno Bobone, presidente mundial de UNIAPAC International; Domingo Sugranyes Bickel, expresidente de UNIAPAC International y Fundación Centesimus Annus; Carlos Álvarez Jiménez, expresidente de ASE; Javier Fernández-Cid, presidente de ASE y Luis Hernando de Larramendi, presidente de honor de ASE.

En este texto ofrecemos algunos extractos de las reflexiones y consideraciones que sobre Ignacio Larramendi y su relación con ASE expusieron los ponentes y que pudieron ser seguidas también en directo a través de Zoom. El acto completo se puede ver en diferido desde el canal de YouTube de la FIL.

Javier Fernández-Cid, ejerció de maestro de ceremonias del acto, lo contextualizó dentro de las actividades que la Fundación Ignacio Larramendi está organizando este año, el del centenario del nacimiento de Ignacio Larramendi, y dio la palabra a Luis Hernando de Larramendi, que desarrolló y explicó someramente las razones del centenario:

La Fundación Ignacio Larramendi no se planteó el centenario de Ignacio Hernando de Larramendi, su fundador, para glorificar su figura, sino para dejar una muestra de todo lo que se puede hacer con ilusión, esfuerzo dedicación, tratando de hacer visible lo invisible.

y los actos públicos que se están llevando a cabo:

En el primer acto:  «Dimensión cultural, empresarial e histórica de los proyectos americanistas de Ignacio Larramendi–Colecciones Mapfre 1492, Biblioteca Virtual de Polígrafos y Clásicos Tavera» (en la Universidad Antonio de Nebrija); en el segundo: «Becas y Ayudas a la Investigación Ignacio Larramendi otorgadas por MAPFRE» (en la Real Academia de Medicina), con los resultados de las becas de ayuda a la investigación médica;  en el tercero: el libro Larramendi, el arquitecto del seguro moderno: MAPFRE… y del humanismo en la empresa y la vida, en el Auditorio ABANTE/MAPFRE, fruto de la investigación de varios años de un equipo dirigido por el catedrático de Economía Aplicada Javier Morillas, durante su transcurso se proyectó un video con numerosos testimonios de personas que le conocieron durante su trayectoria en MAPFRE; en el cuarto: Etayo y Larramendi. 500 años después, la gesta de la carabela Niña II, en el Club de Regatas de Alicante, el libro que cuenta esta extraordinaria locura; en el quinto: Seminario Internacional sobre «Ignacio Larramendi y la dinamización de los estudios históricos sobre el carlismo», en dependencias del CEU San Pablo,  el impulso a la historiografía sobre la historia del carlismo; en el sexto la biografía monumental escrita por Mario Crespo [Ignacio Larramendi . Biografía definitiva]; y, en este momento, el octavo, la actividad que realizó Ignacio Larramendi en las asociaciones de empresarios cristianos española (ASE) y mundial (UNIAPAC).

Sobre la Biblioteca Virtual Ignacio Larramendi y Acción Social Empresarial explicó:

Decidimos que lo que mejor que podíamos hacer es dar a la labor de ASE el sentido de la historia. «Es prehistoria cuando no hay fuentes escritas» y, por ello, optamos por crear la historia de la Asociación, con el apoyo de la Fundación MAPFRE, a través de la digitalización en abierto de toda la documentación producida por ASE, lo que permite ahora su visibilidad internacional.
En las revistas se pueden rescatar momentos clave, como el hecho de que ASE fue impulsora del salario mínimo interprofesional. Y  esta documentación ayudaría  a ilustrar lo más importante que queríamos destacar en este acto, y es que MAPFRE fue el resultado de la preocupación por la doctrina social de la Iglesia de Ignacio Larramendi.

La Biblioteca Virtual Ignacio Larramendi y Acción Social Empresarial está conformada por los números digitalizados de la revista Acción Empresarial, los registros analíticos que se han creado para los 1.273 artículos publicados en ella y los 141 registros de autoridad para los redactores de los artículos. A todo ello se suma la digitalización de 23 monografías de las 32 que recoge el catálogo de la Biblioteca Nacional de España, con lo que se ha digitalizado el 72 % de lo editado como monografía. La Fundación Ignacio Larramendi digitalizará también el boletín Informaciones Sociales (1951-1970) que publicaba Acción Social Patronal, antecesora de Acción Social Empresarial.

Tras el gran esfuerzo tecnológico y humano que supone todo este trabajo se encuentra la propia Fundación Ignacio Larramendi, con Xavier Agenjo Bullón, director de Proyectos y patrono, al frente, y la empresa tecnológica DIGIBÍS, creada por Ignacio Larramendi tras su jubilación de cargos ejecutivos en MAPFRE y filial de la FIL, comandada por Tachi Hernando de Larramendi. A este respecto, Javier Fernández-Cid, presidente de ASE, señaló

lo importantísimo que es para ASE esta biblioteca virtual. Es «el mejor regalo» para ASE y ha sido realizada, además, por la más experta entidad en España, y empresa líder en el sector, DIGIBÍS. Esta Biblioteca recoge y dota de visibilidad todas las revistas y libros publicados por la asociación

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De izquierda a derecha: Armando del Bosque, representante de UNIAPAC en Estados Unidos, Javier Fernández-Cid, presidente de ASE, y Bruno Bobone, presidente de UNIAPAC International.

Recuerdos, vivencias y reflexiones sobre Ignacio Larramendi, ASE y UNIAPAC

Javier Fernández-Cid pidió a continuación a los componentes de la mesa que hablaran de sus recuerdos, vivencias o reflexiones sobre el legado de Ignacio Larramendi en ASE. Destacamos algunas de las que expusieron. Comenzó Carlos Álvarez, que dio importancia a tres puntos de su etapa de la colaboración con Ignacio Larramendi:

1. El impulso y la creatividad. 1978 fue un año en el que se potenciaron muchas entidades y se celebraron numerosas jornadas, asambleas, en toda España. Ignacio Larramendi contagió su dinamismo a ASE. Decía que «todo iba más despacio de lo que él quería», lo que era “inevitable con don Ignacio, porque todo iba más despacio de lo que él quería”.

2. Frase brillante de don Ignacio: «A las patronales vamos a defender nuestros derechos; a ASE a tomar conciencia de nuestras obligaciones». Eso lo repitió muchas veces. Don Ignacio formuló declaraciones importantes sobre lo que debía ser ASE, que ahora podrán ver la luz a través de esta obra magna de la Biblioteca Virtual que pone todos los papeles de ASE en soporte accesible.

3. Su coherencia y ejemplaridad. ASE difunde la Doctrina Social de la Iglesia y parece lógico que los socios pasemos de la teoría a los hechos en la realidad de nuestro entorno. Esto no es fácil. Requiere influir en las empresas, en lo que afecta a su cultura, su organización, etc. Ciertamente, cuando llegó a ASE ya tenía sólidos principios pero tuvo la oportunidad de enriquecerlos porque le permitió muchos contactos con el mundo empresarial de España y de otros países. Y fruto de sus convicciones morales y sociales y su coherencia y ejemplaridad los convirtió en realidad en MAPFRE, de la que era líder indiscutible.

Hacer que sus valores se materializasen en una empresa como MAPFRE es uno de los mayores éxitos dentro de sus infinitos éxitos.

Siempre daba a todo una proyección internacional. No era un hombre corto de miras. Al contrario, el mundo se le quedaba pequeño y eso se manifestaba sobre todo en su participación en UNIAPAC, done tenía oportunidad de aprender de otros empresarios de otros países. Dentro de su mentalidad abierta tuvo muchos contactos con Iberoamérica, donde creó muy buenos amigos, como Daniel Restrepo, Santiago Brurón, etc.

Habló luego Domingo Sugranyes Bickel:

Mi intervención no me va a permitir saldar mi deuda vital con él, que es inextinguible, pero me alegra aportar una notas a este concierto, como una sinfonía en nueve movimientos a lo largo del año. Cuando se trata de recordar a Ignacio, yo no soy objetivo, para nada. Tuve con él una relación intensa. Una relación de las que dejan rastro.

Mi testimonio va a ser más personal, y por lo tanto, complementario del de Carlos. Lo conocí a mediados de los años 70 cuando yo era secretario general de UNIAPAC y él participaba en las reuniones internacionales. Le recuerdo en algunas de esas sesiones apuntando en un papel, con su imposible grafía, lo que él denominaba «ideas de futuro», para UNIAPAC, o para MAPFRE. Hacia 1980, iba yo buscando otra salida profesional y practicar de verdad esas virtudes empresariales de las que hablábamos todo el día.

Un rasgo esencial, autenticidad cristiana, como el de otro Ignacio, el de Loyola. Son maneras de ser muy cercanas al Evangelio. Se distinguía por un realismo perspicaz y exigente. Sabía preguntar y leía la mente de su interlocutor y sabía desenmascarar los torpes engaños con los que nos defendemos. Otro rasgo suyo era una capacidad de escucha atentísima, la curiosidad apasionada con la que se interesaba por todo y el fervoroso cuidado con el que escudriñaba las estadísticas; el dato.

También era típico su trato siempre directísimo, con horror por todo tipo de intermediarios. Era  al a vez, astuto y prudente y esa prudencia era la que, paradójicamente, le permitía asumir riesgos, cosa que, como buen empresario, hacía a menudo.

Y siguió Bruno Bobone, que se había desplazado desde Lisboa a Madrid expresamente para este acto, lo que le agradecieron vivamente Luis H. de Larramendi, en nombre propio y de la Fundación, así como el presidente de ASE. Bruno Bobone era el único de la mesa que no llegó a conocer personalmente a Ignacio Larramendi.

Yo de don Ignacio no puedo hablar mucho, pero he intentado enterarme.  Y lo que he visto es que era un empresario muy fuerte, que tomó una empresa que no estaba muy bien y la llevó lejos. Un hombre muy adelantado a su tiempo, con el desarrollo tecnológico como lo más importante. Un hombre de coraje. Creativo. Un hombre que ha aprovechado su tiempo, que ha sido empresario pero también escritor, ha trabajado para la cultura y para la sociedad.

El punto que me tica más es la preocupación que ha tenido siempre por las personas con quienes trabajaba. Era una persona que tenía conciencia de que lo importante era la persona. Es un ejemplo para un empresario cristiano. Y lo que ha hecho él por ASE y UNIAPAC no es tanto el tiempo que ha dedicado, sino el ejemplo que ha dado toda su vida, que nosotros podemos seguir; debemos seguir.

El Papa Francisco nos ha dicho que «la empresa es una noble vocación” y es la vocación que todos tenemos. Y es un don que Dios nos ha dado, la capacidad de crear riqueza, colocando todos los recursos juntos, que después podemos distribuir, es algo maravilloso.

Cerró el tema, con brevedad, Luis H. de Larramendi, que comentó que había oído cosas nuevas sobre su padre, y recordó:

Yo solamente quería destacar que tenemos, en la página web de la Fundación, la biografía de mi padre, que se presentó el 27 de octubre pasado, y también su libro Así se hizo MAPFRE: mi tiempo, y ahí se ve la influencia que UNIAPAC tuvo en el desenvolvimiento de MAPFRE, después de las diferentes reuniones, de Abiyán, Viña del Mar, Manila…, que favoreció el contacto con empresarios reunidos por su común fe y su preocupación por la Doctrina Social de la Iglesia., que creó un núcleo de interrelaciones.

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Los asistentes cubrieron completamente el aforo que permitió el protocolo de seguridad Covid.

El entorno de un empresario cristiano

Otro tema que puso sobre la mesa Javier Fernández-Cid tuvo que ver con el entorno que vivió Ignacio Larramendi y que viven, en general, los empresarios: ¿qué destacaríais del entorno y cuál fue la mayor dificultad?

Comenzó esta vez Bruno Bobone, que explicó la paradoja que ha vivido: fue elegido presidente de UNIAPAC, lo que supone tener que viajar por muchos países, cuando comenzó la pandemia y, por lo tanto, se vio obligado a quedarse en casa. Y sin embargo, encontró en las nuevas tecnologías un aliado que le permitió sacar ventaja de su confinamiento y establecer relaciones internacionales en poco tiempo, aunque no dejó de subrayar que lo primordial es el contacto directo.

Yo creo que la Doctrina Social de la Iglesia es perfectamente compatible con la economía de mercado, con la empresa, con el crecimiento. Si vamos  a los libros de management, casi todo está ahí. Se habla de motivación, de gobernanza, se dice que son importantes las personas, se habla de un espíritu de equipo.

El problema es que tenemos miedo de practicar lo que viene en los libros, porque los libros están muy cercanos a la Doctrina Social de la Iglesia, que habla de participación, inclusión, subsidiariedad, respeto, verdad. Todo esto son factores de éxito. Nosotros tenemos mucho más que los otros. Tenemos los libros; igual que ellos, pero nosotros tenemos la fe y la convicción y la conciencia de que esto merece de verdad la pena. Y esto tenemos que cuidarlo.

Bruno Bobone anunció durante su intervención una primicia para todos. El Papa le había recibido muy recientemente en el Vaticano y había tenido la oportunidad de disfrutar de una reunión de cuarenta minutos con él, en soledad. Anunció que el papa le había dado un mensaje para todos ellos, que cree en los empresarios, que ve a los empresarios como fuente de creatividad.

Carlos Álvarez siguió desarrollando el tema con algunas consideraciones

Después de Ignacio Larramendi hubo otro buenos presidentes, Jiménez Casina y Eugenio Marín García Mansilla. Se hicieron muy buenos trabajos y se crearon códigos de conducta mucho antes de que se hablara de ello. Prestábamos mucha atención a las encíclicas, especialmente a la Centesimus annus, de 1992.

Se formaron equipos de trabajo con dos aspectos que estaban siempre presentes en todo: la ética y la responsabilidad empresarial. MAPFRE tenía prestigio y conseguía que vinieran personas muy importantes. Los años de la presidencia de don Ignacio fueron tiempos difíciles. El apoyo económico de las empresas disminuyó porque era la época de las multinacionales y estas y sus directivos no querían apoyar una asociación confesional y preferían no comprometerse mucho desde un punto de vista ideológico.

Se organizaron en esta época numerosos congresos durante los cuales los participantes, grandes empresarios de gran categoría, se transmitían experiencias y establecían lazos de amistad. Y en ellos no se hablaba de negocios, sino del bien común y de la búsqueda de una sociedad más justa.

Domingo Sugranyes se planteó en su nueva intervención: ¿cuáles serían las virtudes del empresario de una empresa cristiana?

Hay muchas respuestas. Yo voy a limitarme a dar unas pinceladas basadas en lo que aprendí de Larramendi:

  1. Lo primero es que un empresario cristiano no se distingue de otro empresario o buen directivo.
  2. Asume su autoridad como líder, sin miedo a ejercer el poder, sin falsa humildad y sin timidez; él ha recibido unos talentos y los hace fructificar a fondo.
  3. Un buen directivo acorta distancias hacia los resultados. Construye vías de aproximación hacia unas metas empresariales que no son metas egoístas, sino metas colectivas, interdependientes, cooperativas y logra alcanzarlas utilizando los recursos tecnológicos más avanzados, venciendo resistencias.
  4. Un buen directivo es capaz de corregir errores, sin engañarse a sí mismo sobre lo que hace falta cambiar; y toma las decisiones necesarias, aunque supongan cambios difíciles de explicar
  5. Un buen empresario sabe que necesita controles y límites. Sabe que debe rendir cuentas. Y si no existe la institución de control, aunque le cueste disgustos presentes y futuro, él crea esta institución. Quiero recordar aquí, por ejemplo, como Ignacio Larramendi fue precursor en MAPFRE de las funciones de auditoría interna y externa en una época en lo que aquello parecía un lujo inútil. Y esto me da también la oportunidad para recordar a otro gran líder de UNIAPAC, el chileno Santiago Brurón, que se ocupó de la auditoría externa en MAPFRE.

Luis H. de Larramendi expresó que «El principal problema era cambiar el foco de las empresas a las personas y, en segundo lugar, la financiación de las propias empresas para su mantenimiento y desarrollo en provecho propio, de sus equipos materiales y humanos, pero también de la sociedad. A propósito del espinoso tema de la financiación, Luis H. de Larramendi recordó unas palabras que le dijo D. Celso García, cura gallego, «¡Ay, Luisiño! Yo no sé si la Iglesia hace siempre lo que debe, pero lo que sí te digo es que siempre debe todo lo que hace…».

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Del presente al futuro

ASE está preparando un plan estratégico para los próximos cinco años, que comienza con la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, Javier Fernández-Cid preguntó: ¿qué acciones creéis que se podrían acometer en el futuro? En ambas asociaciones, tanto en ASE como en UNIAPAC.

Domingo Sugranyes recordó «las cosas nuevas» a las que se refiere ya en 1891 el papa León XIII en la encíclica Rerum novarum y de como la luz de la fe puede iluminarlas en un área tan delicada como la de la economía y, dentro de ella, en particular, la relación entre capital y trabajo.

La Doctrina Social de la Iglesia sería impensable sin la labor de entidades como ASE y de personas como Ignacio Larramendi y muchos más que, desde la experiencia práctica, reflexionan y van construyendo un camino innovador desde dentro de la dinámica económica; inmersos en el desarrollo tecnológico y financiero, con realismo, con espíritu crítico, con sensibilidad por los más vulnerables, con un sentido profundo de lo humano, asumiendo la responsabilidad que tienen como administradores. Todo esto como trasfondo, cumpliendo la función de exploradores del pensamiento social cristiano.

Javier Fernández-Cid trasladó la pregunta a Luis H. de Larramendi, quien con su buen humor recordó que había dejado la presidencia de ASE recientemente y que si contestara a esa pregunta parecería un tahúr que ha ocultado las cartas durante la partida. Sí quiso opinar que dos mandatos en ASE es «lo que procede, lo justo y lo necesario.

Bruno Bobone, en su turno, enlazó con esa idea:

Yo tengo suerte de que UNIAPAC no pertenece a la Iglesia, así que puedo tener un solo mandato. Creo que la pandemia nos ha dado algo muy especial. Por primera vez todo el mundo ha colocado a la persona encima de todo. Nosotros, los empresarios cristianos, ya sabemos que eso es verdad. No podemos seguir la ola; tenemos que pensar primero qué queremos y después actuar; un poco el ejemplo de don Ignacio.

Hoy en UNIAPAC hablamos del salario digno. Ya mucho más que del salario mínimo; eso era importante para empezar, pero eso ya no llega. Tenemos que ir más allá.

¿ Y qué es el salario digno? El salario digno es aquel que permita a cualquiera pagar sus costes de vida, educar a su descendencia y aun quedarse con algún dinero para invertir en desarrollo personal, social y profesional. ¿Y esto por qué? porque una persona así hace un camino para llegar a la felicidad, y la persona que camina  a la felicidad es una persona motivada y también una persona que produce más. Todo esto forma un ciclo positivo y este es el tema que tendremos que llevar adelante. Y para empezar no tenemos que tener miedo. Recordad, la frase del papa Francisco fue: «No tengáis miedo» [en la homilía de marzo de 2020, durante la bendición urbi et orbi, ante la Plaza San Pedro vacía por fuerza de la pandemia]. Tenemos que creer en lo que queremos hacer, en nuestras empresas. El mundo espera un cambio, porque todos nos hemos dado cuenta de que lo que teníamos antes no era correcto. Hay que aprovechar este momento para ser nosotros los que lideremos el cambio.

Le correspondió a Carlos Álvarez la última intervención, que cerró el acto.

Hay que seguir difundiendo la Doctrina Social de la Iglesia. Actualmente hay un gran confusionismo, por lo que ahora ASE es más necesaria que nunca. Ayuda a formar criterio. Detrás de ASE hay mucho conocimiento y mucha experiencia. El conocimiento se consigue estudiando y en ASE hay ahora una oportunidad magnífica, facilitada por la digitalización, que permite crear bancos de conocimiento como el que atesora esta biblioteca virtual sobre Ignacio Larramendi y ASE. Se puede consultar también en ella el magnífico libro de José Andrés-Gallego y Donato Barba Acción Social Empresarial. 50 años de empresariado cristiano en España.

Yo soy caótico y creo que ya solamente leyendo las palabras de don Ignacio se puede impulsar la Doctrina Social de la Iglesia, la cual, aunque se va actualizando, mantiene unos fundamentos que son siempre los mismos, como el cristianismo. El cristianismo es la religión más sencilla del mundo: «amaos los unos  los otros». ¡Y se acabó! Y no lo practicamos… Entonces, qué quiere decir esto, que hay que revitalizar conceptualmente y dar más fuerza para que el mensaje llegue a conocerse. En cuanto al contacto con UNIAPAC es esencial. No solo es bueno, es imprescindible. Si ASE y UNIAPAC no existieran habría que inventarlas.

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