Presentación de la Universidad de Salamanca

Ricardo Rivero Ortega
Rector

imagenEntre los eventos programados por la Universidad de Salamanca para conmemorar el VIII Centenario de su constitución por Alfonso IX en 1218, me complace presentar esta nueva edición de la publicación en Internet de la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca 3.0. La Escuela de Salamanca es uno de los más altos ejemplos de la actividad intelectual nacida en las aulas salmanticenses y que la presentación pública de la nueva edición de esta Biblioteca Virtual consagrada a ella tenga lugar en la cátedra Francisco de Vitoria de esta Universidad, tiene todo el sentido.

La Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca es obra de la iniciativa de la Fundación Ignacio Larramendi y de la Fundación MAPFRE y reúne a los veinte autores que se suelen incluir en la nómina de los catedráticos de Salamanca, así como a aquellos con quienes tuvieron relación directa o que fueron influidos por ellos.

El objetivo de esta Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca es hacer visibles y accesibles los textos de esos autores, convenientemente digitalizados, y  con unos metadatos que se ajustan a los estándares de la Web Semántica, de Hispana y de Europeana, de forma tal que los textos tengan una presencia en la Web verdaderamente potente. Además se beneficia de una política de reutilización de los resultados de proyectos de digitalización de todo el mundo a través de unos enlaces y vínculos normalizados.

Hay que destacar, como fruto de esa estrategia, que son muchas las digitalizaciones de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca que se encuentran dentro de este proyecto. Me gustaría mostrar un par de obras, como la edición de 1562 del Confessionario util y prouechoso, de Francisco de Vitoria, o el Thesaurus Indicus, de Diego de Avendaño, cuyos seis volúmenes se imprimieron en Amberes entre 1668 y 1686.

Esas digitalizaciones, ya muy ricas en sí mismas, se reutilizan en el proyecto de la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca para que, a través de los vínculos semánticos, se enlacen unas con otras de forma tal que el estudioso y el público en general puedan navegar entre ellas y puedan acceder a la mayoría, si no a todas, las ediciones digitalizadas de un autor, como, digamos, por ejemplo Tomás de Mercado. Además, los metadatos han permitido vincular a los autores entre sí y hacer explícitas sus relaciones, así como las influencias en autores extranjeros, como la de Francisco de Vitoria en Hugo Grocio.

La Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca contribuye también a trazar, con herramientas informáticas, la influencia histórica de estos autores, puesto que a partir de los ejemplares digitalizados de un autor en concreto se conserva el rastro de la pluralidad de bibliotecas de todo el mundo, sobre todo de Europa, que conservan esos ejemplares. Además, con las sucesivas actualizaciones, se muestra cómo el número de ediciones, de reimpresiones y de bibliotecas que las conservan se va incrementando con nuevos ejemplares digitalizados.

Son muchas las ventajas que se derivan de este entramado de autores y obras digitalizadas, pero lo más importante es que queda muy patente que, gracias a este proyecto, es posible apreciar que la influencia de la Escuela de Salamanca fue, y sigue siendo, enorme. Si hay algo que pone de manifiesto la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca 3.0 es que a partir de ella se dispone de evidencias, constantemente actualizadas, de la presencia de los textos de los autores de la Escuela en las bibliotecas universitarias de todo el mundo, y de la vigencia de su estudio, ya que estas obras siguen figurando en las selecciones bibliográficas de nuevos proyectos de digitalización que se realizan internacionalmente.

Como estudioso del Derecho y rector de esta centenaria institución, me congratulo de que iniciativas como la de la Biblioteca Virtual de la Escuela de Salamanca 3.0 se estén aplicando a una de las más importantes y fecundas épocas de esta Universidad cuyo VIII Centenario se cumple este año.

Salamanca, 1 de octubre de 2018