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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > IV : (OLIVER-VIVES) > ULLOA Y PEREYRA, LUIS

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Texto

[p. 301]

U

Natural de Toro. Protegido por el Conde-Duque de Olivares obtuvo señalados cargos administrativos. En 1627 era corregidor de León, donde se señaló por el acierto de sus benéficas providencias en tiempo de carestía. Con destinos de importancia pasó también a Navarra, al principio de la guerra con Francia, y a Zamora y a Toro, su ciudad natal, poco antes de la revolución de Portugal, en 1640. Tres años después caía de la privanza el de Olivares y manifestaba Ulloa la entereza y magnanimidad de su carácter, permaneciendo fiel a su protector en la desdicha, como lo había sido en la prosperidad. En Toro casi siempre, y algunas temporadas en la corte, pasó Ulloa el resto de su vida, consagrado exclusivamente a las letras. En 1653 escribió en colaboración con D. Rodrigo Dávila y Ponce de León una comedia que se representó en Palacio con ocasión de la mejoría de la Reina D.ª Mariana de Austria, y en 1660 concurrió al certamen de Nuestra Señora de la Soledad, celebrado en el convento de la Victoría, de Madrid. Sedano fija su muerte en el mismo año, pero el infatigable y docto D. Cayetano A. de la Barrera, que recopiló con diligencia y esmero todos los datos biográficos de nuestro autor que pudo allegar, juzga, y no sin razón, a juzgar por los indicios, que está equivocada esta fecha. Tuvo Ulloa estrecha amistad con Góngora, Salcedo Coronel, D. Gabriel de Corral y otros poetas de su tiempo. Él gozó fama de lírico, y aun hoy la conserva gracias a su hermoso canto de la Judía Raquel, cuyas rotundas octavas y sentencias felices consérvanse como por [p. 302] tradición en la memoria de los doctos. El resto de sus poesías no corresponde a tan brillante ensayo; resiéntanse de oscundad, afectación y conceptismo no obstante la profundidad, a veces notable, del pensamiento. Algunos romances, sin embargo, ciertas elegías y epístolas, sobre todo la escrita en defensa de la corte son dignas de lectura y estudio.

En 1653 solicitó Ulloa licencia para publicar sus Obras, y en 1655 comenzó a hacer uso de ella, imponiendo la obrita que le da lugar en este Catálogo:

Paráfrasis de los siete Psalmos Penitenciales, y soliloquios en Romances castellanos. Madrid, año de 1655. No hemos visto esta primera edición que, según Barrera, lleva aprobaciones de los PP. de la Compañía de Jesús, Agustín de Castro y Ambrosio de Peñalosa.

(2) Paráfrasis de los siete Psalmos, &. &. Amberes, 1656. Va unida a las Siete Meditaciones de Sta. Teresa sobre el Padrenuestro, glosadas por D. Ramón Montero de Espinosa. Cítala Barrera, y es para nosotros desconocida.

No acontece otro tanto con la de 1659, en que de nuevo aparecieron estos Psalmos unidos a las demás poesías del autor, con este título:

(3) Versos que escribió don Luis de Ulloa Pereira. Sacados de algunos de sus borradores. Dirigidos a la Alteza del señor don Juan de Austria. Con licencia. En Madrid, por Diego Díaz de la Carrera. Año M.DC.LIX. 4.º Lleva una aprobación del P. M. Fr. Juan de Avellaneda, de la Orden de S. Jerónimo, fecha en 1653, y otra de Fr. Francisco Antonio de Isasi, mercenario, de 1659. Dobles licencias lleva tambíén, una otorgada en el año 53 a favor de D. Suldino de Ovalle, anagrama de Ulloa, y otra de 6 de noviembre del 59. Completan los preliminares una dedicatoria del autor y un prólogo, en que advierte que personas cuerdas quitaron a sus versos mucho del verdor que traían de la juventud, lo cual indica que debieron salir bastante mutilados de manos de la censura. Terminadas la Raquel, las poesías propiamente líricas y la paráfrasis de los Psalmos se lee una «Defensa de libros fabulosos y poesías honestas y de las comedias que ha introducido el uso en la forma que hoy se representan en España», pieza rica de erudición y de doctrina.

[p. 303] (4) Obras de don Luis de Ulloa Pereyra, prosas y versos, añadidas en esta última impresión. Recogidas y dadas a la estampa por don Juan Antonio de Ulloa Pereyra su hijo, Regidor y alguacil mayor de la Ciudad de Toro, con primera voz y voto en su Ayuntamiento: Dedicados al Sereníssimo Señor Don Juan de Austria. Año 1674. Con privilegio. En Madrid, por Francisco Sanz. En la Imprenta del Reyno. A costa de Gabriel de León, mercader de libros. 4.º A los principios de la edición anterior se agregan la suma del privilegio, la fe de erratas y la tassa, además de una nueva dedicatoria del hijo del autor. Esta edición, bastante incorrecta y que hoy no escasea, contiene un número de poesías mayor que el de la 1.ª y dos nuevos opúsculos en prosa: la Apología de cierta Congregación Religiosa y la Instrucción a su hijo D. Juan Antonio, cuando pasaba de corregidor a Écija, dándole consejos para el buen desempeño de su cargo.

No aparecen incluídas en esta colección cuatro comedias, citadas por La Barrera, a saber:

Porcia y Tancredo. Impresa en la parte 43.ª de Comedias Escogidas, Madrid, 1678.

No muda el amor semblante.

La mujer contra el consejo. Es de autenticidad dudosa.

Pico y Canente. Ni ésta ni la segunda parecen.

Dejó además inéditas y no terminadas unas Memorias históricas de su tiempo.

La Raquel, principal fundamento de la gloria de Ulloa, fué sometida por su autor a la crítica de D. Gabriel Bocángel y Unzueta. Gallardo cita y extracta un ms. que contenía la censura de Bocángel y las respuestas de Ulloa a sus advertimientos. El poemita de nuestro autor fué reimpreso en el Parnaso Español de Sedano, en el tomo 3.º de la Colección de Quintana, en la de Poemas Épicos de la Biblioteca de Rivadeneyra (tomo 2.º) y en otras antologías del siglo pasado y del presente. Alguna de sus poesías sueltas ha tenido igual fortuna; en la Floresta de Böhl de Faber y en el tomo 2.º de Líricos de los siglos XVI y XVII de la Biblioteca citada hallamos reproducida la Epístola sobre la vida de la corte.

La traducción de los Salmos Penitenciales que, como vinos, cuenta, cuatro ediciones, es obra de escaso mérito, llena de [p. 304] resabios culteranos, amplificadora y difusa por demás, y harto distante de la sublime sencillez de la lírica hebrea. Con razón escribía el secretario de un Vejamen celebrado en Jaén en 1661: «Tradujo el Miserere con música, mas no con disciplina. También tomó este mismo trabajo en los Salmos Penitenciales, con que vienen a ser de doblada penitencia.»

Santander, 10 de marzo de 1876.

Notas