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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > IV : (OLIVER-VIVES) > RIVADENEYRA, P. PEDRO DE

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[p. 159]

En 1862 publicó el jesuíta francés Prat, una extensa y excelente biografía de este predilecto discípulo y compañero de San Ignacio. Posteriormente, el señor don Vicente de la Fuente ha coleccionado sus obras selectas para la Biblioteca de AA. Españoles, encabezándolas con un discurso rico en noticias.

Nació Rivadeneyra en Toledo, el 1.º de noviembre de 1527. Aprendió gramática latina con el Maestro Alejo de Venegas y entró después, como paje, al servicio del Cardenal Farnesio, que le llevó a Roma prendado de su ingenio y travesura. Allí conoció a Íñigo de Loyola, y entró en la Compañía el 18 de septiembre de 1540, cuando aun no estaba aprobado por la Santa Sede aquel Instituto. Descubrió pronto San Ignacio altas dotes de entendimiento en Rivadeneyra, hízole su secretario y confidente, y aun recibió de él lecciones de italiano, aunque con poco fruto. En 28 de abril de 1542, salió Rivadeneyra de Roma para hacer sus estudios en la Universidad de París en compañía de otros seis jesuítas. Pero al mes de haber comenzado a asistir a las aulas del colegio de Santa Bárbara, tuvo que salir precipitadamente del territorio francés con todos los estudiantes españoles a consecuencia de la declaración de guerra entre Carlos V y Francisco I. En la Universidad de Lovaina y en el primer colegio que la Compañía [p. 160] estableció, el de Padua, cursó más adelante Rivadeneyra. En octubre de 1549 pasó, en calidad de maestro de Retórica, al colegio de Palermo; en 1552, y con igual cargo, al Germánico de Roma, en el cual fué moderante de estudios, pronunciando un elegante discurso de apertura. En Lovaina y en Bruselas, adonde le envió San Ignacio con encargo de plantear las constituciones de la Orden y disipar ciertos recelos en el ánimo de Felipe II, predicó diversas veces en latín con general aplauso. Muerto San Ignacio el 31 de julio de 1556, el nuevo General, Diego Laínez, empleóle asimismo en comisiones de alta importancia y le dispensó la misma confianza que el fundador le había otorgado. Durante su generalato fué Rivadeneyra provincial de Toscana y de Sicilia, y en el de San Francisco de Borja, superintendente del Colegio Romano, visitador de la provincia de Lombardía y asistente de España en Roma. Muerto el antiguo Duque de Gandía y elegido el primer General extranjero, Everardo Mercuriano, Rivadeneyra, con la mayor parte de los jesuítas españoles, fué enviado a su tierra, y en 1574 desembarcó en Barcelona. Después de recorrer varias casas profesas de la península, fijóse definitivamente en Madrid, y allí escribió la mayor parte de las obras suyas que hoy conocemos. Murió en 22 de septiembre de 1611, y el P. Mariana compuso un elegante epitafio para su sepulcro.

Las obras originales de Rivadeneyra, son:

Castellanas

Vida del padre Ignacio de Loyola, fundador de la religión de la Compañía de Jesús. Escripta en latín por el Padre Pedro de Rivadeneyra de la misma Compañía, y ahora nuevamente traducida en romance, y añadida por el mismo autor. En Madrid, por Alonso Gómez, impresor de su majestad. MDLXXXIII. 8.º 304 folios.

(2) En Madrid, por la viuda de Alonso Gómez, impresor de la C. R. M. Año MDLXXXVI. 8.º 419 folios sin los preliminares y la Tabla. Con el retrato de San Ignacio y la Bula de Gregorio XIII, Ascendente Domino, confirmatoria de la Compañía.

(3) En 1594 unida a las de Diego Laínez y San Francisco de Borja, en un tomo en folio (Vid. infra).

(4) Reimpresa en 1596.

[p. 161] (5) En la colección de 1605.

Hay dos reimpresiones modernas:

Barcelona, 1863, imprenta de Subirana, 8.º 700 pp.

En el tomo LX de la Biblioteca de Rivadeneyra, coleccionado por D. Vicente de la Fuente. En esta edición se ha seguido el texto de 1583, imprimiéndose el quinto libro que trata de las virtudes del santo, y añadiéndose algunas notas marginales que de su mano puso Rivadeneyra en un ejemplar de la edición primera.

Fué traducida al italiano esta preciosa biografía por Giovanni Giolito de Ferrara (Venecia, 1586), al latín por Andrés Scoto (Roma, 1596), y al francés, alemán, etc., en diversas ocasiones.

Aparte de su extraordinario mérito literario, es notable este libro como obra de un testigo ocular y aun actor de buena parte de los sucesos que describe.

Relación de lo que ha sucedido en la canonización del beato padre Ignacio de Loyola. Madrid, por Sánchez, 1609.

Relación de la fiesta de nuestro santo padre Ignacio, que en Madrid se hizo en la beatificación, a 15 de Noviembre de 1609. Manuscrito en la Academia de la Historia.

Vida del Padre Maestro Diego López, que fué uno de los compañeros del Beatísimo Padre Maestro Ignacio de Loyola, en fundar la Compañía de Jesús, y el segundo Prepósito General della, escrita por el Padre Pedro de Rivadeneira, de la misma Compañía. Madrid, 1594, con las de San Ignacio y San Francisco de Borja. La primera edición es de 1592.

(2) En 1596, imprenta Real.

(3) En 1605.

(4) En las Obras Escogidas del P. Pedro de Rivadeneyra, tomo LX de AA. Españoles.

Vida del padre Francisco de Borja... Madrid, por Pedro Madrigal, 1592. 4.º

En 1594 con las de San Ignacio y Laínez.

En 1596, imprenta Real. Folio.

En 1605.

En Madrid, 1622. 8.º Suelta.

Fué traducida al latín por Andrés Scoto (Roma, 1596; Maguncia, 1613 y Ausburgo (Augustae Vindelicorum , 1616), y al francés [p. 162] por Miguel o Esne de Betencourt (Douay, 1596 y 1603; Lyon, 1609). 8.º

A estas vidas de los tres primeros Generales, añadió Rivadeneyra las de Salmerón y otros jesuítas célebres.

Flos Sanctorum o Libro de las Vidas de los Santos. Madrid, por Sánchez, 1599. Dos volúmenes, fol. 1601, 1604, 1616, 1651 y 1675. Barcelona, 1688, con adiciones del P. Nieremberg. Madrid, 1716, con nuevos aumentos del P. Francisco García, seis tomos 4.º Barcelona, 1734, por Piferrer, con vidas agregadas por el P. Andrés López Guerrero. Madrid, 1790. Cádiz, 1863, imprenta de la Revista Médica. Siete tomos 4.º

Es de lamentar que el Año Cristiano del P. Croisset, bastante mal traducido por el P. Isla, viniese a desterrar de nuestros estantes el Flos Sanctorum de Nieremberg, escrito en castiza y gallarda prosa castellana.

El P. Jacobo Canisio trasladó al latín esta obra de Rivadeneyra (Colonia Agripina, 1630, dos tomos folio, impresos allí mismo en 1700). El eminente historiador eclesiástico, abate Darrás, publicó en Arras, en 1858, nueva traducción francesa revisada y aumentada del Flos Sanctorum en doce volúmenes, 8.º, y en 1862 se ha dado a la estampa en París otra edición corregido y aumentada por Timoleón Vassel de Fauteneau. Consta de quince tomos asimismo en 8.º

Historia Eclesiástica del Scisma del Reino de Ingalaterra, en la cual se tratan algunas de las cosas más notables que han sucedido en aquel reino tocantes a nuestra santa religión, recogida de diversos y graves autores por el Padre Pedro de Rivadeneyra, de la Compañía de Jesús. Madrid, 1588, por Pedro Madrigal, 8.º Amberes, 1594, por Martín Nucio, 8.º Estas primeras ediciones abrazan sólo dos libros. En la colección de 1605 apareció completa esta obra, que ha sido reimpresa más tarde infinitas veces y últimamente en el tomo LX de la Biblioteca de AA. Españoles. El libro de Rivadeneyra es una traducción libre o arreglo del latino de Nicolás Sander, aumentado con noticias de diversas fuentes y quizá algunas de la Crónica de Henrico Octavo ha poco publicada por el Marqués de Molíns.

El señor La Fuente cita entre las ediciones del Scisma de Ingalaterra la de 1674, en la Imprenta Real; la de 1781, por Manuel [p. 163] Martín, y la de 1786, por Plácido Barco López. Por diligencia (según entendemos) del señor don Adolfo de Castro, fué reimpresa en Cádiz, 1863, imprenta de la Revista Médica.

Tratado de la Tribulación repartido en dos libros. En el primero se trata de las tribulaciones particulares, y en el segundo de las generales que Dios nos envía y del remedio de ellas compuesto. &. Madrid, 1589. Barcelona, 1591. 8.º En la colección de 1605. Valencia, por Ildefonso Mompié, 1831, 8.º En el tomo LX de AA. Españoles. Fué traducido al francés, impreso en París, 1600, 12.º y recomendado eficazmente por San Francisco de Sales. Es un tratado verdaderamente áureo y digno de contarse entre las obras maestras de nuestros ascéticos.

Tratado de la Religión y Virtudes que debe tener el Príncipe Cristiano para gobernar y conservar sus estados contra lo que Nicolás Maquiavelo y los políticos deste tiempo enseñan escrito por el P. &. En Madrid, en la emprenta de P. Madrigal, 1595. 560 páginas, 8.º, sin las de preliminares y Tabla.

Amberes, 1597. Madrid, 1601, por Luis Sánchez. En la colección de 1601. En Madrid, por Pantaleón Aznar, 1788, dos tomos 4.º de linda impresión, con una dedicatoria (escrita por Forner) al príncipe de Asturias (después Carlos IV). Rivadeneyra había dedicado su libro a Felipe III, siendo todavía Príncipe.

Traducción latina del P. Juan Orán (que vertió asimismo el tratado De la Tribulación), Amberes, 1603. Francesa, de P. Eys par de Balviglim, Douay, 1610. Italiana, de Scipion Metello da Castelnouvo di Lunigiana, Brescia, 1599. Ginebra. 1598. Bolonia, 1622. Inglesa, del P. Tomás Everardo, etc.

Se ha reproducido el original en el tomo LX de AA. Españoles.

Estímase este tratado por clásico entre los de nuestros políticos del siglo XVI.

Manual de Oraciones para el uso y aprovechamiento de la gente devota, escrito por el Padre Pedro de Rivadeneyra. &. &. Incluyóse por primera vez en la colección de Madrid, 1605. Reimpreso suelto en Madrid, 1611, 16.º Zaragoza, 1651. Madrid, por Aguado, 1835. Tradújose al francés y al italiano.

Tratado en el cual se da razón del instituto de la religión de la Compañía de Jesús. Madrid, 1605, y Salamanca, 1730.

[p. 164] Todas las obras de Rivadeneyra hasta aquí mencionadas se hallan reunidas en la colección siguiente:

Obras del Padre Pedro de Ribadeneyra, de la Compañía de Jesús, agora de nuevo revistas y acrecentadas. Lo que se contiene en esta postrera impresión se verá en la hoja siguiente. Tres tomos folio; el primero, de 468 pp., contiene las vidas de San Ignacio, Laínez, Salmerón y San Francisco de Borja; el segundo, de 568, abraza la Historia del Scisma de Inglaterra, el Tratado de la tribulación y el del Príncipe cristiano; el tercero, además del Manual de Oraciones, las traducciones que luego especificaremos. Esta tercera parte no tiene nueva foliatura y comienza inmediatamente después de la segunda, aunque con portada diversa.

Obras inéditas

Tratado del medio de gobierno que tenía nuestro beato padre Ignacio.

Tratado de las persecuciones que ha tenido la Compañía de Jesús.

Diálogos en los cuales se tratan algunos ejemplos de personas que habiendo salido de la religión de la Compañía de Jesús, han sido castigados severamente de la mano del señor. Son tres estos diálogos. El cuarto fue añadido a fines del siglo XVII por el P. Andrade.

Vida de D.ª María de Mendoza, fundadora del colegio de la Compañía de Alcalá de Henares.

Vida de D.ª Estefanía Manrique y Castilla, fundadora con D. Pedro Manrique su hermano de la casa profesa de Toledo.

Fundación del colegio de Madrid.

Gran número de cartas. Algunas han sido incluídas en el torno rotulado:

Obras Escogidas del P. Pedro de Rivadeneyra, de la Compañía de Jesús, con una noticia de su vida y juicio crítico de sus escritos por D. Vicente de la Fuente. Madrid, M. Rivadeneira editor. 1868. Contiene, como ya advertimos, las vidas de San Ignacio y Diego Laínez, el Cisma de Inglaterra, los tratados de la Tribulación y del Príncipe y el Epistolario.

[p. 165] Obras latinas

Vita Ignatii Loyolae, Societatis Jesu fundatoris, libris quinque comprehensa. Nápoles, 1572. Mucho más breve y en ciertas cosas distinta de la que publicó luego en castellano. De la latina hay varias ediciones: Madrid, 1583; apud Gometium, 1584, 1586; apud viduam Gometii, Amberes, typis Plantinianis, 1588; Ingolstad, 1590; León de Francia, 1595; Colonia Agripina, por Arnoldo Byrcman, 1602; Madrid, por Sánchez, 1622, en latín y en castellano, muy modificada respecto a las primeras impresiones en ambas lenguas.

Cítanse de la Vida de S. Ignacio (no sabemos positivamente si de la latina o de la castellana) una traducción alemana del jesuíta Theobald, otra bohemia del P. Jorge Fero, y una polaca del P. Simón Visoki.

Illustrium Scriptorum Societatis Jesu Catalogus... Antuerpiae, apud Joannem Moretum, 1608.

Lugduni 1609, typis Joannis Pillehotte. Con algunas adiciones.

Antuerpiae, typis Plantinianis, 1613. Con Observaciones de Julio Nigroni y Andrés Scotto.

Bibliotheca Societatis Jesu... Antuerpiae, apud Meursium, 1643. La base de esta obra del P. Alegambe fué el Catálogo de Rivadeneyra.

Officia propria sanctorum Ecclessiae Toletanae.

Historia de la Asistencia de España. (Ignórase en qué lengua.)

Menciona él estos dos trabajos en la Biblioteca citada.

Traducciones

Tratado de las Virtudes, intitulado «parayso del Alma», compuesto por Alberto Magno, y traduzido en nuestra lengua Castellana por el Padre P. de Ribadeneyra de la Compañía de Jesús. Van añadidas algunas oraciones, cada una a su capítulo, para pedir a nuestro Señor aquella virtud que en el capítulo se contiene.

Hállase incluído este tratado en el tomo o parte tercera de las Obras de Rivadeneyra (edición de 1605). Pero Nicolás Antonio cita la primera edición suelta hecha en Valencia, 1594, y la dedicatoria de que luego hablaremos lleva la fecha del 83. Hízose una [p. 166] reimpresión suelta de este libro en Madrid, 1644, y sin duda habrá otras de que no tenemos noticia.

Dedicó Rivadeneyra esta excelente versión a D.ª Ana Félix de Guzmán, Marquesa de Camarasa, a cuya instancia la llevó a término. Fué esta señora muy afecta a la Compañía y fundadora del colegio de Cazorla, mereciendo por ello y su acendrada piedad el obsequio literario de Rivadeneyra, que le endereza su traslado en estas breves y discretas frases: «Vtra. Sra. reciba mi voluntad y traiga siempre este libreto como un manojo de flores, entre las manos, y aprovéchese de su doctrina y avisos, y no se contente con las sombras o primeras líneas de las virtudes, mas por medio de la continua y fervorosa Oración y por el uso y ejercicio dellas procure aventajarse cada día más y crecer en el santo temor y amor del Señor, el cual guarde a vuestra señoría con el aumento de su gracia que yo deseo y le suplico.» La traducción está bien hecha y soberanamente escrita, como todas las obras de Rivadeneyra, pero no ofrece materia a particular elogio.

Libro de Meditaciones, Soliloquio y Manual del glorioso Doctor de la Iglesia San Agustín. Traduzido del latín en lengua Castellana, por el padre Pedro de Ribadeneyra, de la Compañía de Jesús.

Es el segundo tratado incluído en el tomo o parte tercera de las obras de Rivadeneyra. Dedicó esta versión, nuestro ilustre jesuíta a la Duquesa de Arcos D.ª Teresa de Zúñiga, dedicatoria que lleva la fecha de 1594, lo cual indica que la primera edición suelta debió hacerse en aquel año o en el siguiente.

Los Duques de Arcos habían fundado en Marchena un colegio de la Compañía y en muestra de agradecimiento dirigió Rivadeneyra el libro de Meditaciones a la Duquesa, por cuyo encargo había emprendido el trasladarle de lengua latina. Su versión vino a desterrar otra anónima que antes corría de la cual dice el mismo Rivadeneyra: «Andaba... con un lenguaje tan poco polido que le quitaba mucha de la gracia de su autor y de la gravedad y alteza de sus sentencias y dulzura de palabras, y suavidad y espíritu de los afectos, de que todo el libro está tan lleno que no sabe el hombre de qué se deba admirar más, o de la profundidad de las sentencias que dice en estas sus Meditaciones este sapientísimo doctor o del afecto, ternura y devoción con que las dice, por ser dos cosas que raras veces se hallan juntas con [p. 167] tanta excelencia aun en los más sabios y más santos escritores de la Iglesia Católica.»

A diferencia del anónimo, Rivadeneyra atendió sobremanera al ornato y elegancia de la frase, mostrando el mismo esmero y atildamiento que en sus escritos originales, con más la vida y el fuego que alguna vez les faltan y en San Agustín abundan.

Confesiones del glorioso Doctor de la Iglesia San Agustín. Traduzidas de Latín en Castellano, por el Padre Pedro de Ribadeneyra, de la C.ª de Jesús.

A D.ª Estefanía Manrique y de Castilla, fundadora de la Casa Profesa de Toledo, dedicó esta joya el traductor en 21 de septiembre de 1596. Hízolo «para añadir nuevo encendimiento de amor celestial al amor, y fuego al fuego divino que arde en el pecho de vuestra merced, y darle nuevas ocasiones de levantar su entendimiento y afecto al Señor que la crió y la tomó por esposa y dotó en alma de tan extremada belleza, y la atavió y enriqueció con las joyas de tan ricas y tan preciosas virtudes... Vtra. merced se confunda en sí y se goce en Dios, y con la lección destas Confesiones procure avivar y despertar más su espíritu y andar cada día con más largos pasos en el camino de la virtud..., etc.

Hay ediciones sueltas de las Confesiones, la primera de 1598. Ésta es, según entiendo, la mejor de las traducciones de libros ascéticos dadas a la estampa en lengua castellana. Si en ella hablara San Agustín, no lo haría de otra suerte que el P. Rivadeneyra. Hasta puede asegurarse sin temor que es más agradable la lectura del texto castellano sobre toda ponderación animado y gallardo que la del latino, duro e incorrecto, lleno de antítesis y palabras rimadas. Es de sentir que nuestras Sociedades de Bibliófilos no reimpriman éste y otros libros semejantes.

Santander, 4 de agosto de 1876.
Adiciones

En 1604 se imprimió en Madrid, por Luis Sánchez, una Vida de Christo y de su Madre Santíssima, incluída después en el Flos Sanctorum. La segunda parte de éste se dió a la estampa suelta [p. 168] en 1609 y abraza los Santos Extravagantes o fuera del orden del Breviario. Entre las ediciones completas se nos olvidó citar las de Madrid, 1610, y Barcelona, 1623. También omitimos la traducción italiana impresa en Milán, 1613, y tres francesas registradas por Nicolás Antonio, la del mínimo Simón Martín (París, 1644 y 1653; Lyon, 1645), la del jesuíta Girard y la de Bonmois. Tal vez sea distinta de todas ellas la impresa en París, 1616, por Dionisio de La Noue.

La traducción italiana del Manual de Oraciones fué impresa en Venecia, por Juan Bautista Ciotti, 1607. La francesa, en Lyon, 1624. Nicolás Antonio menciona una Vida de Santa Teresa de Jesús, escrita por el P. Rivadeneyra. Dudamos de su existencia.

Fueron biógrafos de Rivadeneyra su asistente, enfermero, secretario y coadjutor el Hermano López; el P. Luis de la Palma y el P. Manuel Suárez, sin otros de menor importancia. Él mismo escribió unas Confesiones acerca de su propia vida, que vagamente vemos citadas por el señor La Fuente.

Notas