Buscar: en esta colección | en esta obra
Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > I : (ABENATAR–CORTÉS) > CANGA-ARGÜELLES, JOSÉ

Datos del fragmento

Texto

[p. 269]

Fuentes para la parte biográfica.

Exposición elevada a S. M. la Reina Ntra. Sra. por D. Felipe Canga-Argüelles. Madrid, imprenta de Matute, 1852. 4.º mayor 67 paginas.

Ensayo de una biblioteca de escritores asturianos, por D. Máximo Fuertes. Tomo I. Ms. existente en la Biblioteca Nacional. Encuéntranse en esta obra copiosos datos sobre Canga-Argüelles. Valióse el señor Fuertes para su artículo del Ms. siguiente:

Memoria de los servicios prestados por D. José Canga Argüelles, durante su vida política. Ms. que conserva la familia del autor.

Véanse, además, todos los escritos relativos a las Cortes de Cádiz, a la segunda época constitucional de 1820 a 1823 y a la historia de la Hacienda Pública en España. En todos ellos pueden encontrarse curiosas noticias sobre nuestro autor y algunas de sus obras. Nuestro objeto no es considerarle como político, ni como hacendista, materias ajenas de nuestro propósito, sino como poeta y traductor de los líricos griegos. Bajo este punto de vista, Canga-Argüelles es casi desconocido; y sus más diligentes biógrafos se han limitado a dar sucinta noticia de sus traducciones poéticas, haciendo más hincapié en los escritos políticos y económicos. Pero ante todo parece conveniente dar algunas noticias respecto a su vida. El que las desee más amplias puede consultar la erudita obra del señor Fuertes, que desgraciadamente permanece inédita todavía. La materia en que nos ocupamos no permite largas disquisiciones biográficas.

[p. 270] Don José Canga-Argüelles y Cifuentes, hijo de D. Felipe, fiscal del Supremo Consejo de Castilla, nació en Oviedo, el año, de 1770. Cursó Leyes y Cánones en la Universidad de Oviedo, recibiendo en la primera de dichas facultades el grado de bachiller. Trasladado a Zaragoza, continuó en ella sus estudios canónicos, doctorándose en esta facultad. A los veinticinco años emprendió, en unión con su hermano D. Bernabé, la traducción de los líricos griegos. Presentó además diversos trabajos sobre puntos económicos a los concursos abiertos por la Sociedad Económica Matritense. En 1798 se trasladó a Gijón, de donde era oriunda su madre. En enero del mismo año fué nombrado, por aquella villa, Procurador general síndico del Estado noble. En 3 de marzo de 1798, ingresó como oficial del Ministerio de Hacienda en la Dirección de Vales Reales. Recibió el encargo de formar un censo y se le encomendó la redacción de un reglamento para la Secretaría de Hacienda. En 1800, propuso la formación de un nuevo censo, que corrigiese los errores del primero. Confiósele la redacción de una Memoria sobre los puntos que debían tratarse en el Congreso de Amiens. En octubre de 1804, fué nombrado contador general del Ejército de Valencia. En aquella ciudad vino a sorprenderle el alzamiento nacional de 1808. Fué miembro de la Junta de Valencia y autor de la circular dirigida a las demás Juntas, proponiendo la formación de una Central. Renunció el cargo de Intendente general del Ejército de Valencia y Murcia, que le ofrecía la Junta valenciana. En septiembre de 1808 salió de Valencia, y más tarde ajustó, por encargo de la Junta Central, las bases del tratado de alianza con Inglaterra. En 1809 volvió a Valencia, encargándose allí de la Intendencia Militar. En noviembre de 1810 se trasladó a la Isla de León, por llamamiento que, en nombre de la Regencia, le hacía el Ministro de Marina D. José Vázquez de Figueroa. En 15 de enero de 1811 fué nombrado Secretario interino de Estado y del Despacho de Hacienda. En 26 de febrero de 1811 leyó a las Cortes un presupuesto de gastos e ingresos. En 15 de diciembre de 1812 fué nombrado jefe político de la provincia de Soria, cuyo cargo desempeñó hasta el 2 de septiembre de 1813, en que fué elegido diputado por Asturias. Como es sabido, las Cortes se trasladaron a Madrid en 15 de enero de 1814. Restablecido a poco el [p. 271] Gobierno absoluto, Canga-Argüelles, que había sido ministro y diputado en la primera época constitucional, fué sentenciado a ocho años de prisión en el castillo de Peñíscola. Restablecida la Constitución en 1820, nuestro autor entra como ministro de Hacienda en el Gabinete presidido por D. Agustín Argüelles. Fué después elegido diputado para las Cortes de 1822 a 1823. A la caída del Gobierno constitucional emigró a Londres y allí publicó, en unión con D. Joaquín Lorenzo Villanueva, los Ocios de españoles emigrados. Hasta 1833 no pudo volver a España. Vivió retirado en Asturias el resto de sus días, ocupándose principalmente en tareas literarias. Murió en 1843.

El señor Fuertes enumera así los títulos, honores y distinciones de Canga-Argüelles: «Era miembro de la Sociedad Económica de Madrid (desde 1800), de la de Oviedo (desde 1801), de la de San Lúcar de Barrameda (desde 1803), de la de Murcia (desde 1820), de la de Gijón (1834), supernumerario de la Academia de la Historia (1835), y de número (1838), individuo de la de San Carlos de Valencia (1809) y de la de Ciencias Naturales de Madrid. Caballero de la Orden de Carlos III (1805), de la Flor de Lis, de Francia (1816), de la de Isabel la Católica (1837), etc., etc.»

Sus libros, en número de 1.132 volúmenes y 520 cuadernos y folletos, fueron donados por el actual conde de Canga-Argüelles, en 1863, a la Biblioteca del Instituto de Gijón, viniendo a acrecentar el rico legado de Jovellanos.

Obras impresas

Suplemento al Apéndice de la Educación Popular. Contiene dos discursos de Francisco Martínez de la Mata, siervo de los pobres afligidos, y de la Orden Tercera de la Penitencia. Los publica con algunas notas D. José Canga-Argüelles, Madrid, imprenta de Sancha, 1794. 8.º 2.ª edición. Madrid, Oficina de García y C.ª, 1802. 12.º

Son de Canga Argüelles los prólogos a los Censos de población de 1797 y de 1800.

Enciclopedia de Matemáticas. Traducción con notas. Dos tomos. El señor Fuertes menciona esta obra sin advertir el año ni el lugar de la impresión.

[p. 272] Gaceta de los niños o principios generales de Moral, Ciencias y Artes. Madrid. Sancha. 1798. Dos tomos en 8.º

Colección de Reales Cédulas, Órdenes y Providencias dadas para gobierno del real patrimonio del Reino de Valencia, formada por acuerdo de la Real Junta Patrimonial y aprobada por S. M. Valencia. Imprenta de Benito Monfort. Año de 1806. Folio.

Recopilación de todas las leyes, ordenanzas y reglamentos del cuerpo político de los ejércitos de España. Seis tomos. Folio.

Memoria leída en la Janta Suprema de Valencia por uno de sus vocales, en defensa del Consejo Real. Valencia, 1803.

Memoria sobre la constitución de la Junta Central de Gogierno. Valencia, 1808.

Manifiesto de la Junta Superior de Valencia, sobre los servicios y heroicos esfuerzos prestados por este reino en favor de la libertad e independencia de la nación, y de los derechos de su augusto y legítimo soberano el Sr. D. Fernando VII. Valencia, 1809 (23 de agosto).

Observaciones sobre las Cortes de España y su organización. Valencia, 1809.

Memoria presentada al Consejo Supremo de la Regencia sobre arbitrios extraordinarios para sostener la guerra. 1811 (6 de febrero). Cádiz.

Memoria sobre la cesión de los presidios menores a favor del Emperador de Marruecos, en cambio de trigo y carnes. Cádiz. Marzo de 1811.

Memoria presentada a las Cortes generales y extraordinarias de Cádiz, por D. J. C. A. siendo secretario interino de Estado y del Despacho de Hacienda de España, sobre las rentas y gustos de la corona después del movimiento generoso de la nación, y de las reformas que deberán hacerse para arreglar el presupuesto de cada clase. Cádiz. En la Imprenta Real. 1811. 4.º

Memoria sobre el estado de las provincias, sus gastos y rentas, y providencias generales acordadas por el Consejo de la Regencia, para proporcionar recursos y economizar gustos. Agosto de 1811.

Memoria sobre el medio de aprovechar para el erario las alhajas con pedrería de las iglesias, sin que éstas se desprendan de ellas. Septiembre de 1811.

[p. 273] Memoria sobre la renta del tabaco, Leída en las Cortes generales y extraordinarias, el día 2 de noviembre de 1811. Cádiz, 1811. 4.º

Manifiesto de la conducta política de D. José Canga-Argüelles, diputado por Asturias en las Cortes de 1813 y 1814, escrito en el castillo de Peñíscola, en 29 de Marzo de 1816. Folio.

Memoria sobre el estado de la Hacienda Pública de España, presentada a las Cortes ordinarias de 1821. Madrid, imprenta oficial de las cortes, 1821. 4.º

Memoria sobre el crédito público, presentada a las Cortes ordinarias de 1820. Madrid, imprenta de García, 1820, en 4.º

Nota de las cuotas de la contribución general y de las equivalentes a los derechos suprimidos de puertas, impuestas a cada provincia por las Cortes ordinarias, en Decreto de 6 de Noviembre de 1820. Madrid, 1821. 4.º

Ocios de españoles emigrados. Londres, 1824 a 1826. Siete tomos en 4.º Redactaron esta curiosísima revista varios emigrados españoles, entre ellos D. Pablo Mendíbil, D. Joaquín Lorenzo Villanueva y D. José Canga-Argüelles.

El emigrado observador. Londres. 4.º De esta obra no tenemos más noticia que su título.

Elementos de la Ciencia de Hacienda. Londres, 1825. 4.º

Elementos de la Ciencia de Hacienda, por D. José Canga-Argüelles, los publica D. Felipe Canga-Argüelles. Madrid, julio de 1833. Imprenta de D. Félix Palacios. 4.º

Ensayo sobre las libertades de la iglesia católica en ambos mundos. Londres. Imprenta de D. M. Calero, 1826, en 8.º

Diccionario de Hacienda para uso de los encargados de la suprema dirección de ella. Londres. Imprenta de D. Manuel Calero, 1826. Cinco tomos en 4.º

Reimpreso en Madrid con el título de:

Diccionario de Hacienda con aplicación a España. Madrid. Imprenta de D. M. Calero y Porto-Carrero, 1833 y 1834. Dos tomos en folio.

En el tomo II se hallan varias de las Memorias sobre asuntos de Hacienda, mencionadas anteriormente, y además las siguientes

Memoria sobre nivelar en tiempo de paz los ingresos y los gastos del erario español, escrita de orden superior en 1802 por D. J. C. A. siendo oficial de la Secretaría de Estado y del Despacho de Hacienda. (Página 198 del tomo II del Diccionario; tiene 15 pp.)

[p. 274] Memoria presentada al Rey sobre la organización de la Secretaría del Despacho de Hacienda, escrita de orden del Excmo. señor D. Miguel Cayetano Soler. (Página 552 del Diccionario; tiene 16 pp.)

Memoria sobre las bases para el ajuste de un tratado con el Gran Señor, acerca de la Navegación del Mar Negro y del Comercio de Levante, escrita y presentada al rey por D. J. C. A. Aranjuez, 17 de junio de 1802. (Página 41 del Diccionario; 13 pp.)

Memoria sobre las relaciones mercantiles de España y Prusia. Madrid. 12 de diciembre de 1802. (Página 468 del Diccionario; 4 pp.)

Alemania sobre las relaciones mercantiles entre España y Suecia, escrita de orden de S. M. Aranjuez, 24 de abril de 1804. (Página 583 del Diccionario; 3 pp.)

Memoria sobre el arreglo de las relaciones mercantiles entre España y Sajonia, escrita de orden de S. M. Madrid. 21 de junio de 1804. (Página 538 del Diccionario; 6 pp.)

Informe dado por la Secretaría del Despacho de Hacienda a la de Guerra, sobre los privilegios de los Secretarios de Rey. (Página 567 del Diccionario; 9 pp.)

Memoria para fijar las bases del tratado que debería ajustarse con la Gran Bretaña en el Congreso de Amiens.

Observaciones sobre el tratado de Amiens.

Memoria sobre los presupuestos de los gastos de los valores de contribuciones y rentas públicas de la nación española, y de los medios de cubrir el déficit, presentada en las Cortes ordinarias de 1820, leída en las Sesiones de 13 y 14 de Julio de 1820. (Página 234 del Diccionario.)

Quelques mots en réponse a une petition des negotiants de Londres, ainsi qu'a plusieurs articles du «Times» tendant á attaquer l'honneur et les droits du Roi d'Espagne, sur l'independance des Ameriques, par D. Joseph Canga-Argüelles. Londres. Publié et imprime par D. M. Calero. 1829. 8.º

Observations sur la guerra d'Espagne par D. Joseph Canga Argüelles. Londres, 1829. Imprenta de Calero.

El Comercio de los algodones ingleses en España. Londres, 15 de diciembre de 1829.

[p. 275] Semanario de Agricultura y Artes. Londres, imprenta de M. Calero, 1829, 30 y 31. Folio.

Memorándum sobre la derogación de la Ley Sálica en España. Londres, junio de 1830.

Memorándum sobre la intervención de los Cónsules de Francia en las visitas domiciliarias de los súbditos de su nación, residentes en España. Londres, 1831.

Recapitulación de las Leyes y Reales Órdenes de Propios, hecha por Real Orden de 13 de Agosto de 1833. Madrid, 1833.

Observaciones sobre la Historia de la guerra de España, que escribieron los SS. Clarcke, Southey, Londonderry y Napier. Londres, imprenta de Calero. Segunda edición, Madrid, imprenta de D. Miguel de Burgos, 1833 a 36. Tres tomos en 4.º y dos apéndices. Trabajo de los más curiosos e importantes de Canga-Argüelles.

Memoria sobre el reparto y cobro de la contribución extraordinaria de 120 millones de reales, impuestos por las Cortes. Isla de León. Febrero de 1811.

Manuscritos

Memoria sobre el estudio que deben hacer de la Filosofía los pintores y estatuarios. 1794. Memoria presentada a la Sociedad Económica Aragonesa.

Discurso sobre los derechos del bello sexo en la sociedad civil y matrimonial. 1794. Presentada a la misma Sociedad.

Traducción de la carta de Gessner a Jueslin sobre el paysage, ilustrada con notas. 1795.

Memoria sobre las causas así físicas como políticas, que han disminuído la población del reino de Aragón, y medios de realizar un comercio expedito y floreciente. Marzo de 1796. Premiada con el accésit por la Sociedad Económica Aragonesa.

Memoria leída en la Junta Suprema de Valencia por uno de sus vocales, en defensa del Consejo Real. Valencia, 1808.

Apuntes para la Historia de la Hacienda Pública de España en 1811.

Apuntaciones canónicas de la Iglesia de España, sacadas de sus Concilios.

[p. 276] Historia del Principado de Asturias, durante los seis años de la Guerra de la Independencia. 1833. Dos tomos. Obra dispuesta para la prensa.

Discurso acerca de la necesidad que los Hacendistas tienen de dedicarse al estudio de la Historia. Leído en su recepción de académico de la Historia (19 de febrero de 1835).

Investigaciones históricas hechas en los códices manuscritos que se conservan en el Museo Británico. Las ofrece a la Real Academia de la Historia D. José Canga-Argüelles. Ms. original en 4.º Madrid, 16 de julio de 1835. Está dividido en siete cuadernos (Biblioteca de la Real Academia de la Historia, E-59, rotulado «Bibliografía y Archivos»).

Causa que en 1814 se formó a varios diputados a Cortes y a otros beneméritos españoles. Ms. presentado a la Academia de la Historia en 1836.

Apuntaciones de la Historia Civil de España.

Extracto o noticia de la colección de Ms. legada por Jovellanos al Instituto Asturiano. Leído por D. J. C. A; a la Academia de la Historia. Ms. original. 1840. 4.º, 7 hoj. (Academia de la Historia, E-59. Bibliografía y Archivos.) Véase un extracto en la Biblioteca (ms.) de escritores asturianos, de D. M. Fuertes.

Memoria de los servicios prestados por D. J. C. A. durante su vida política. Ms. que guarda la familia del autor.

Traducciones

Obras de Anacreonte, traducidas del griego en verso castellano por D. Joseph y D. Bernabé Canga-Argüelles. 1795. (Al fin.) En Madrid, en la imprenta de Sancha. 5 h. prels. y 89 páginas. Dedicatoria al Príncipe de la Paz. Advertencia de los traductores. Vida de Anacreonte. Texto. Notas (p. 77 a 89).

Reimprimióse en la edición políglota de Montfalcon:

Odes d'Anacreon, traduites en français et en prosa par MM. Gregoire et Collombet, en vers français par MM. St. Víctor, P. Didot, Veissier Descombes, Panche, Bignan &. et en vers latins par Henri Estienne (Henricus Stephanus) et Elic André, en vers anglais par Pawkes, Brome, Greene, en vers allemands par Degen, en vers italiens par Rogati, en vers espagnols par D, Joseph et D. [p. 277] Bernabé Canga-Argüelles Texte gree en regard. Edition polyglotte, publiée sous la direction de J. B. Mont-Falcon, M. D.

Lyon. Imprimerie de Louis Perrin. 1835. 178 pp. y una de índices. La traducción de los Canga-Argüelles ocupa la primera columna, parte inferior, desde la pág. 2 hasta la 94, y en la página 107 inserta las diez últimas odas, por considerarlas apócrifas. Tiene esta políglota 28 páginas preliminares. El colector francés emite la dedicatoria, el prólogo, la vida de Anacreonte y las notas que acompañan en la edición española a las obras del poeta de Teos. Escogió Mont-Falcon la versión de Canga-Argüelles, por parecerle, no sin razón, mucho más fiel y ajustada al texto griego que la de Villegas, única que él conocía. No da muestras de haber tenido a la vista la de Conde, inferior, en nuestro entender, a la de Canga-Argüelles; y es seguro que no tenía noticia alguna de la de Castillo y Ayensa, pues, de haberla conocido, la hubiera dado lugar en su colección, con preferencia a cualquiera otra.

Los hermanos Canga-Argüelles comienzan su prólogo tratando de la utilidad de las traducciones; elogian el mérito de la de Anacreonte, hecha por Villegas, y se lamentan de que esté incompleta, por faltar muchos monóstrofes, y estar otros no poco mutilados; advierten que su intento no es hacer, como el poeta riojano, una obra original sobre los pensamientos del lírico de la Jonia, sino trasladar fielmente el texto griego. Para su trabajo, siguieron la edición de Barnes, hecha en Cambridge, en 1705, no sin consultar otras ediciones del texto original y algunas traslaciones latinas, españolas y francesas. Suprimieron o procuraron dar diverso giro a algunos pensamientos, un tanto libres, del poeta de Teos, advirtiéndolo siempre por medio de un asterisco. En las breves notas con que ilustraron algunos lugares oscuros del original, reprodujeron varias composiciones anacreónticas de Gutierre de Cetina, Villegas, Meléndez, Iglesias y tal cual sacada de nuestros cancioneros.

Contiene la traducción de Canga-Argüelles sesenta y cinco odas y veintiún epigramas. Villegas había dejado sin traducir veinte de las primeras y todos los segundos.

Extraño es que Castillo y Ayensa omita la versión de los hermanos Canga, al dar noticia, en el prólogo de la suya, de las [p. 278] que hasta entonces se habían publicado en nuestra lengua. Hízolo, sin duda, por vivir todavía el autor del Diccionario de Hacienda. Al decir Ayensa que «en castellano había tres traducciones de Anacreonte», refiriéndose en primer lugar a las de Villegas y Conde, es de creer que daba como tercera la de Canga-Argüelles, más bien que la de Quevedo, cuya existencia tal vez no habría llegado a su noticia.

Por lo demás, la versión que nos ocupa es, a nuestro entender, superior a cuantas se dieron a la estampa con anterioridad a la de Castillo y Ayensa. No tiene la gracia, facilidad y ligereza anacreónticas, tan bien reproducidas en la paráfrasis de Villegas; pero se ajusta mucho más al original y no está afeada con los rasgos de mal gusto, frecuentes en el poeta riojano, y más aún en el Anacreón Castellano, de Quevedo, trabajo por otros conceptos muy curioso, que en su lugar examinaremos. Sin ser tan completa como la de Conde, tiene mayor soltura en el estilo, más pureza y corrección en el lenguaje, mayor fluidez y sonoridad en la versificación. Pocas veces se observan los graves defectos poéticos que en el trabajo del célebre orientalista señaló Castillo y Ayensa. Vamos a transcribir una oda de Anacreonte, traduciéndola literalmente y con la mayor fidelidad que nos sea posible, del texto griego. A continuación pondremos las versiones de Villegas, Canga-Argüelles, Conde y Castillo y Ayensa, para que nuestros lectores puedan apreciar el mérito de cada una. Sea la XIX ῾η Ταντάλου ποτ᾿ &τραδε;στη . En castellano puede traducirse de este modo:

«En otro tiempo se convirtió en piedra la hija de Tántalo en las playas de la Frigia, y la hija de Pandion voló como golondrina. ¡Convirtiérame yo en espejo, para que me mirases siempre! ¡Transformárame en túnica, para que siempre me llevases! Quisiera ser agua para lavar tu cuerpo. ¡Oh amada (a la letra «Oh mujer»), ungüento desearía ser, para con él ungirte! ¡Ojalá me convirtiese en cinta para tu pecho, en perla para tu cuello o en sandalia, para que a mí sólo hollaras con los pies!»

Traducción de Villegas

Así como la Niobe
Se transformó en peñasco,
Y Progne en golondrina
Se fué luego volando;
[p. 279] Yo también en espejo
(Hiciésenlo los hados)
Mudarme ya querría
Porque me estés mirando,
Y luego en vestidura
Por ser de ti tocado,
Y en agua cristalina
Por caer en tus manos.
¡Oh quien ungüento fuera
Dulce, süave y blando!;
Collar de tu garganta,
Faja de tu regazo,
Y luego zapatilla,
Porque me estés pisando.

Sin ser esta versión de las más felices de Villegas, está bien hecha, sin embargo. El original está bien entendido, la poesía es fácil y sencilla, no hay rasgos de mal gusto, el tono es legítimamente anacreóntico. Sólo notaremos la traducción del « σάνδαλον » por «zapatilla». Esta voz es prosaica, y no expresa con bastante exactitud la idea del original.

Traducción de Conde

En un tiempo mudóse
En las playas de Frigia
La de Tántalo en piedra,
Y de Pandion la hija,
Con súbita mudanza
Voló cual avecilla.
¡Ay mí! Si yo pudiese,
Amada Ninfa mía,
El espejo ser hora,
Donde siempre te miras:
Ay si el adorno fuera
De que tú vas vestida:
El agua ser quisiera
La que te baña y limpia:
Ungüento ser quisiera,
Que tal vez te ungiría;
O la dichosa banda,
Que al pecho traes ceñida;
O joyel para el cuello
Y calzado me haría,
Que al menos me pisara
La dulce mi enemiga.

Esta traducción es más literal que la anterior. Villegas había dejado sin traducir las frases originales, que corresponden a los versos 2.º y 8.º de la oda de Conde. A pesar de esto, su traducción agrada más; tienen sus versos una facilidad y un halago de que carecen los de Conde, filólogo y no poeta. Era además el célebre arabista sumamente descuidado en cuanto a la estructura de los versos. Raras veces cierra bien los períodos poéticos, acabándolos muchas veces en los versos impares; y tenía tan poca cuenta con esta parte un tanto mecánica, pero de importancia decisiva, que no se cuida de evitar las asonancias, y aún consonancias en los impares; defecto que en ocasiones llega a ser intolerable, como acontece en los versos 11.º, 13.º y 15.º de esta oda, en los que para acrecentar la mala impresión en el oído hay la repetición casi inmediata de un «quisiera». En cuanto a [p. 280] fidelidad nada hay que notar, como no sea el «adorno» que Conde puso, donde el original dice «túnica» y Villegas, con más acierto, si bien no con exactitud cumplida, tradujo «vestidura».

Traducción de Canga-Argüelles
Así como en la Frigia
Se convirtió, en un tiempo,
De Tántalo la prole
En un peñasco yerto;
Y de Pandion la hija,
Cual ave, esparció el vuelo,
Mudada en golondrina;
Yo también un espejo
Me hiciera, porque siempre
Me mirases, mi dueño.
Túnica me tornara
Por ir siempre en ti puesto;
Y aún me volviera en agua
Para lavar tu cuerpo.
Hiciérame, sin duda,
Por ungirte un ungüento;
Collar de tu garganta,
Gorguera de tus pechos,
Y de tus pies sandalia,
Porque me pisen ellos.

He aquí una traducción fiel y ajustada al texto griego. Los versos 9.º y 15.º son bastante duros, sobre todo en una oda anacreóntica. Véase ahora una versión superior a todas las restantes:

Traducción de Castillo y Ayensa
En piedra convertida
Niobe en otro tiempo,
Y en ave fué mudada
La esposa de Tereo.
Yo porque me mirases,
Me trocara en espejo,
Trocárame en vestido,
Que tú llevaras puesto.
En agua me cambiara
Para lavar tu cuerpo,
Y para ungirlo todo,
En oloroso ungüento.
Tornárame la cinta,
[p. 281] Que ajustas a tu pecho;
Volviérame la perla
Que pende de tu cuello.
Y fuera la sandalia,
Que el pie te ciñe tierno;
Que por tu planta hollado
Viviera yo contento.

Pocas cosas hay más útiles que el estudio comparativo de las traducciones, para percibir mejor las bellezas de los originales y seguir los pasos de la poesía y de la lengua.

Obras de Sapho, Erinna, Alcman, | Stesícoro, Alceo, Ibico, Simónides, | Bachilides, Archiloco, Alpheo, | Pratino, Menalípides. Traducidas del griego | en verso castellano, | por D. Joseph y D. Bernabé | Canga-Argüelles. 1796. (Al fin.) En Madrid, en la imprenta de Sancha. Dedicatoria al Príncipe de la Paz. Advertencia de los traductores. Texto. Notas al fin de cada uno de los poetas. 4 h. prels. y 159 páginas.

Los traductores advierten que omitirán en su trabajo algunos fragmentos incompletos y sin sentido cabal, y que tampoco insertarán una composición atribuída a Safo, que por entonces corría en verso italiano, como traducción de un manuscrito griego descubierto en la isla de Santa Marta, donde estuvo la antigua Léucades. Como semejante ms. no se había dado a la estampa, y la supuesta traducción italiana presentaba vestigios harto evidentes de fábrica moderna, nuestros helenistas no quisieron publicarla, aunque la tenían vertida a nuestra lengua.

Contiene este tomo la traducción de doce poetas griegos, de los llamados «menores» por los pocos fragmentos que de ellos se han conservado. Muchas composiciones no habían sido traducidas aún a ninguna lengua moderna.

Comienza el tomo con las poesías de Safo (pág. 1.ª a 17) precedidas de una noticia biográfica de la poetisa. La traducción, que al presente nos ocupa, consta de cinco odas, cuatro cantilenas, dos epigramas y cinco brevísimos fragmentos. Castillo y Ayensa sólo incluyó en la suya cuatro odas. La versión de Conde, notable por contener todos los fragmentos que pudo haber a las manos, por breves e insignificantes que fuesen, contiene treinta y tres odas (muchas de ellas brevísimos retazos) y dos epigramas. Luzán se limitó a poner en verso castellano las dos odas [p. 282] universalmenta conocidas. Nosotros vamos a insertar la primera, según la traducción de Canga-Argüelles, inferior a la de Castillo y Ayensa, pero superior a todas las restantes, reservando la segunda para el artículo de Luzán, en donde presentaremos reunidas todas las que en castellano conocemos del célebre fragmento « Faˆntai moˆ keino$ Šso$ qeoisi ».

Sagrada Venus, cuyo santo numen
En varios pueblos tiene incienso y aras,
Hila de Jove, y de amorosas tramas
Dulce maestra.
Ruégote yo, que no me des tormento
Con duros males, con mortal tristeza;
Tú que escuchaste alguna vez la ardiente
Súplica mía.
Y abandonando la dorada casa
De tu gran padre, desde el alto asiento,
A mis amores descender solías
Blanda y afable.
Sentada ¡ay me! sobre un brillante carro,
Del cual tiraban delicadas aves,
Que hendían el aire con las negras alas
Rápidamente.
Y tú bañada de una afable risa,
Me preguntabas por mi mal piadosa,
Y por qué tanto fervorosamente
Yo te llamaba.
Por qué tan triste en mi dolor gemía;
A quién tentaba enamorar, y quiénes
Mal me trataban. «¿Dime quién te agravia,
Mísera Safo?
Que si te huye, volverá al momento,
Dará regalos, lejos de admitirlos,
Y amará luego, si de amor no siente
Cándida llama.»
Ven, pues, ahora y compasiva acorre,
Líbrame ya de los cuidados graves,
Y favorece los ardientes votos
De este mi ruego.

Traducciones hechas de esta suerte bien merecían librarse del olvido de que están amenazadas.

En las notas (págs. 18 y 19) reproducen los hermanos Canga-Argüelles, como muestra del acierto con que nuestros poetas han imitado el metro sáfico, la oda Al Céfiro, de Villegas.

[p. 283] A las poesías de Safo sigue la oda de Erinna E‡$ (a la fuerza o a Roma), atribuída por otros a la poetisa Melino de Lesbos, y un epigrama, que se encuentra en la Antología Griega a nombre de la misma poetisa. En nota está reproducido un soneto de Jáuregui (págs 22 a 28).

A continuación se encuentran tres odas y un fragmento de Alcmano, con una breve noticia de este poeta (págs. 30 a 37).

De Stesícoro se leen, en la colección de Canga-Argüelles, cinco fragmentos (págs. 40 a 46).

Más numerosas son las poesías de Alceo (págs. 47 a 69). Contiene esta versión diez odas (entre ellas está incluído por error el célebre «escolio» o brindis de Calístrato, en loor de los Matadores de Iliparco; cuatro epigramas, tres fragmentos y la descripción de una tempestad, resto, sin duda, de alguna composición perdida. En las notas está inserta una oda de L. Leonardo de Argensola y un soneto de Herrera.

De Ibico, famoso por su desastrada muerte, traducen los Canga-Argüelles dos odas, o séanse, fragmentos un tanto extensos. En nota reproducen una cantilena de Villegas (pags. 75 a 79).

A nombre de Simónides ponen todas las poesías atribuídas al de Ceos y a su homónimo el de Amorgos. Son las del primero dos odas, cuatro elegías, un trozo en que se describe «el llanto de Danae», el epitafio de los héroes de las Termópilas, quince epigramas y cuatro fragmentos. De Simónides de Amorgos es la sátira yámbica «contra las mujeres», composición la más extensa de todas las incluídas en este tomo. En las notas se copian sonetos de los Argensolas y de Herrera (págs. 81 a 116). A Simónides de Ceos sigue su sobrino Bachilides (págs. 117 a 128), de quien hay cuatro odas, un epigrama y cuatro fragmentos.

A continuación se leen cinco odas y otros tantos fragmentos, únicos restos de las poesías del terrible satírico Arquíloco. En las notas están reproducidas dos odas de Fr. Luis de León y un soneto de Argensola (págs. 129 a 143).

De Alpheo de Mitilene hay una oda anacreóntica (ya traducida por Villegas) y cinco epigramas. En las notas transcriben los traductores un soneto de Herrera y otro de B. L. de Argensola (págs. 145 a 152).

De Pratino se hallan traducidas dos odas y una de [p. 284] Menalípides (págs. 153 a 159). Estos dos poetas cierran la colección de Canga-Argüelles.

Exceptuando las odas de Safo, el himno de Erina a Roma, una oda de Alfeo y alguna otra cosa, de las demás poesías incluídas en este volumen, no existe más traducción castellana, que la de los Canga-Argüelles.

Obras de Píndaro, | Traducidas de el Griegos en verso castellano. | Por | D. Joseph y D. Bernabé | Canga Argüelles. | Tomo primero. | 1798. (Al fin.) En Madrid, en la imprenta de Sancha. Dedicatoria al Príncipe de la Paz. Advertencia de los traductores. Vida de Píndaro. Memoria sobre los juegos olímpicos. Del orden con que se celebraban los juegos olímpicos. Texto. Notas. 5 hojas de preliminares y 153 páginas.

Esta traducción debió constar de cuatro tomos, conteniendo el primero las Olimpíacas, el segundo las Píticas, el tercero las Istmicas y el cuarto las Nemeas, Pero no se publicó más que el primero, ni hay noticia de que se conserven manuscritos los tres siguientes. Otro tanto acontece con la excelente traducción de Berguizas, aunque de éste sabemos que hizo el trabajo completo, por más que no publicase sino las 14 Olimpíacas.

La vida de Píndaro está traducida del Anacarsis de Barthelemy. La extensa Memoria sobre los juegos olímpicos está formada con datos tomados del mismo Barthelemy, de Buret y de Jaucourt. Todos estos preliminares llenan treinta páginas.

Hemos indicado más arriba que este tomo comprende las catorce Olimpíacas de Píndaro. Por su extensión no es posible transcribir en este lugar ninguna de ellas. Nos limitaremos a citar el comienzo de la primera, « ᾿ʹΑριετον μὲν ὕδωρ », traduciéndole fielmente del texto griego, según lo permita la escasez de nuestros conocimientos helenísticos. A continuación reproduciremos las traducciones de Fr. Luis de León, Canga-Argüelles y Berguizas:

«Cosa excelente es el agua; y el oro, como fuego ardiente que brilla por la noche, resplandece entre la riqueza envanecedora; mas, oh corazón mío, si quieres ensalzar los certámenes, no fijes la vista en otro astro más luminoso que el sol, durante el día, en el desierto cielo. Así nosotros no ensalzaremos certamen más ilustre que la Olímpica contienda; asunto digno de ser [p. 285] celebrado en los sublimes himnos de los sabios que cantan al hijo de Cronio en los umbrales del feliz palacio de Hierón, que empuña el cetro de justicia en Sicilia rica de ganados.»

Traducción de Fr. Luis de León
El agua es bien precioso,
Y entre el rico tesoro
Como el ardiente fuego en noche escura,
Ansí relumbra el oro;
Mas, alma, si es sabroso
Cantar de las contiendas la ventura,
Ansí como en la altura
No hay rayo más luciente
Que el sol que rey del día
Por todo el yermo cielo se demuestra;
Ansí es más excelente
La olímpica porfía
De todas las que canta la voz nuestra
Materia abundante,
Donde todo elegante
Ingenio alza la voz, ora cantando
De Rea y de Saturno al engendrado,
Y juntamente entrando
El techo de Hieron alto y presciado.
Hieron el que mantiene
El sceptro merecido
Del abundoso suelo Siciliano. Etc., etc.
Traducción de Canga-Argüelles
El agua es excelente;
Y cual relumbra el fuego en las escuras
Tinieblas, así el oro
Entre el rico tesoro.
Por esto si procuras
Cantar de los combates, así como
En el desierto cielo
No hay astro más hermoso
Que el sol que nos alumbra luminoso.
De este modo, alma mía,
La Olímpica porfía
Es entre las contiendas la primera;
Pues da asunto abundante
[p. 286] De sublimes canciones a los sabios
A quien la Musa inspira;
Desplegando sus labios
En loor elegante
Del hijo de Saturno; y juntamente
Franqueándoles la entrada
Del gran Hieron en la mansión preciada.
Hieron que justo impera
Al pueblo Siciliano, Etc.
Traducción de Berguizas
Alto don es el agua;
El oro puro cual luciente llama
En noche oscura, entre envanecedora
Riqueza ostenta brillos superiores;
Mas si con tus loores,
Pecho mío, certámenes gloriosos
Intentas ensalzar, tus altas miras
Sólo fija en el sol: en día hermoso
Astro más luminoso
Que el sol brillante, en el desierto cielo
No verás; tal la Olímpica contienda
Es; no hay otra mayor que en tono grave
Loe tu voz suave:
Asunto noble a los sublimes himnos
De los doctos ingenios, que al excelso
Hijo del gran Saturno, en acordada
Voz cantan en la entrada
Del opulento umbral, los altos Lares
De Hieron justo, cuya recta mano
Rige el augusto cetro en la espaciosa
Sicilia, de ganados abundosa.

Esta traducción nos parece superior a las dos anteriores.

Desde la página 129 a la 153, de la de Canga-Argüelles, se leen curiosas y eruditas notas, que explican y aclaran algunas dificultades del original. Como imitaciones de Píndaro se citan, en dichas notas, una oda de Fr. Luis de León y otra de Herrera.

Las traducciones de Canga-Argüelles, en especial el Píndaro, se distinguen por lo puro y castizo de la dicción. Han llegado a hacerse bastante raras y es difícil reunir los tres volúmenes que las contienen.

Santander, 10 de enero de 1875.

Notas