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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > I : (ABENATAR–CORTÉS) > ALDANA, EL CAPITÁN FRANCISCO DE

Datos del fragmento

Texto

[p. 52]

El 1578 un ejército portugués desembarca en las costas de África y se dirige contra la plaza de Larache. Comandaba aquella expedición un príncipe joven, descaminado por perversos consejos, conducido por las instigaciones de sus aduladores a perecer triste, aunque gloriosamente, en la flor de sus años. Deshecho fué el ejército lusitano en las orillas del Luco; más de 6.000 cadáveres quedaron tendidos en el campo de batalla; el rey Don Sebastián y la flor de sus nobles perecieron en aquella sangrienta jornada. Entre los que valerosamente murieron combatiendo en tan reñida pelea, distinguióse más que todos el valenciano Francisco de Aldana, capitán en los ejércitos de Felipe II y alcaide que había sido de la fortaleza de San Sebastián.

Francisco de Aldana, natural de Valencia, segun Mayáns y Ximeno, o de Tortosa, como pretende Torres y Amat, distinguióse por su esfuerzo militar en repetidas ocasiones, llegando a obtener el título de capitán, después de haber seguido por espacio de muchos años las vencedoras haces del rayo de la guerra y de su hijo el prudente y católico Felipe. Ejerció el mando de general de artillería en los Estados de Flandes y en el ducado de Milán, siendo más tarde castellano del fuerte de San Sebastián. Apenas empezó a tratarse en Portugal de la guerra contra los moros de África, Felipe II, comisionó a Aldana para reconocer las costas y los lugares inmediatos a ellas, enviándole después al rey Don Sebastián, que le recibió cariñosamente. Informóle Aldana con toda detención y representóle la conquista de África como cosa más difícil de lo que pensaba. Quiso luego Don Sebastián que Aldana, como hombre experto en cosas de guerra, le diese algunas noticias sobre diversos pormenores del arte militar. Hízolo de buen grado nuestro autor, y Don Sebastián hubo de quedar tan satisfecho que, al despedirse Aldana para España, le dió un collar de oro, de valor de mil ducados, exigiéndole la promesa de acompañarle en la expedición, si llegaba a verificarla. Volvió Aldana al campo del Rey con objeto de cumplir su palabra empeñada, trájole cartas del duque de Alba, en que le aconsejaba desistiese de emprender la conquista por tierra, animándole, no obstante, [p. 53] para la toma de Larache. Puso Aldana en manos del joven Rey de Portugal una celada que había sido del emperador Carlos V y una sobreveste blanca, con la cual este monarca había entrado victorioso en Túnez. Dedicóse Aldana a organizar el ejército, que se hallaba a la sazón en el mayor desorden, pero, como era desconocido entre los portugueses, carecía de autoridad y fuerza moral para contenerlos. Los desaciertos del Rey le llevaban fatal e irremediablemente hacia su ruina. Cuarenta mil caballos y ocho mil infantes aguardaban a los portugueses en los llanos de Alcazarquivir. Quince mil hombres componían el ejército de Don Sebastián. Divididos en tres cuerpos atravesaron al quinto día de su marcha el vado de Mucassen, cerca del paraje en donde desemboca en el Luco. En el primer escuadrón iban los españoles, italianos y alemanes voluntarios; seguíales la infantería portuguesa, la caballería cerraba los costados. Moluc, Rey de Fez y de Marruecos, había puesto su campo en aquel sitio. D. Sebastián, sin escuchar prudentes consejos, dió al punto la señal del combate, y entonces, como briosamente cantó Herrera:

El Santo de Israel abrió su mano
Y los dejó, y cayó en despeñadero
El carro y el caballo y caballero.
......................................................
El cielo no alumbró, quedó confuso
El nuevo sol presago de mal tanto
Y con terrible espanto
El Señor visitó sobre tus males
Para humillar los fuertes y arrogantes
Y levantó los bárbaros no iguales
Que con osados pechos y constantes
No busquen oro, mas con hierro airado
Venguen la ofensa y el error culpado.
...........................................................

Murió Moluc en la refriega, pero las haces de Portugal fueron una y otra vez rotas y despedazadas. En vano Aldana, el duque de Aveiro y otros señores principales esforzáronse en contener el desorden, acudiendo ya a una parte, ya a otra, según arreciaba el peligro. La derrota de los portugueses era inminente. El Rey, arrastrado por su juvenil ardor, se había lanzado en lo más recio del combate, en donde, al fin, encontró la muerte. Aldana [p. 54] pereció herido de un arcabuzazo. Creció la confusión, aumentóse el desorden, el estrago y la carnicería. Entonces, como cantó el gran poeta sevillano:

Los impíos y robustos indignados
Las ardientes espadas desnudaron
Sobre la claridad y hermosura
De tu gloria y valor y no cansados
En tu muerte, tu honor todo afearon,
Mezquina Lusitania sin ventura,
Y con frente segura
Rompieron sin temor con fiero estrago
Tus armadas escuadras y braveza.
La arena se tornó sangriento lago,
La llanura con muertos aspereza,
Cayó en unos vigor, cayó denuedo,
Mas en otros desmayo y torpe miedo.

Tal fué la terrible jornada de Alcazarquivir, fecha funesta en los anales de Portugal que vió hundirse en las aguas del Luco los últimos restos de su poder y hasta de su independencia. Pocos años gobernó el cetro lusitano el infante cardenal Don Enrique. Pronto recayó en Felipe II la sucesión de Portugal, de cuyo reino sin dificultad se hizo dueño el duque de Alba, después de haber vencido en el puente de Alcántara a D. Antonio, prior de Ocrato.

Volvamos a nuestro Aldana. Pocos meses después de su muerte, publicase en Milán una corona poética dedicada a su memoria por su hermano Cosme de Aldana, gentilhombre de S. M. Católica. He aquí la nota bibliográfica de este volumen bastante raro en nuestras bibliotecas:

Sonetos: | y octavas | de Cosme de Aldana: | Gentil hombre de su Magest. Cathol.| En lamentación de la | Muerte de su Hermano el Capitán| Francisco de Aldana, Alcayde de | S. Sebastian, que murió | peleando en África. | Dirigidas al Illustríssimo Señor D. Fernando | de Sylva, Conde de Cifuentes, Alférez mayor de Castilla, y Castellano | Del Castillo de Milán | por S. M. C. & &. | Victor Mars a Marte | victo | victus. | Un grabado en madera | En Milán, Por Juan Baptista Colonio, 1587. | Con licencia de los Superiores.

En 8.º, 104 hojas, signaturas A-M. Portada. In obitu Francisci de Albana Bernardini Baldini hexastichon. Otro del mismo autor. Dedicatoria. Soneto. Al benigno lector (cuatro sonetos). Texto.

[p. 55] Contiene este volumen cincuenta y seis octavas de Cosme de Aldana, en lamentación de la muerte de su hermano, varias composiciones sueltas, doscientos veinte sonetos propios y ciento veintinueve ajenos, la mayor parte obra de poetas poco conocidos. Al poco tiempo publicase otra colección de versos italianos relativos al mismo asunto:

Rime | di Cosimo | d'Aldana | Gentil' Huomo di sua | Maestá Catolica, | In morte di suo Fratello. | Il Capitano Francesco d'Aldana | Castellano di San Sebastiano | Il qual mori combattendo nella giornata di África. | Enitet insignis | Novus, | Et te major Apollo. Grabado en madera.) In Milano. | Per Giacomo Picaglia. 1587.

En 8.º, 50 f., sig. A-F. Portada. Bernardi Baldini hexastichon. Dedicatoria. Soneto. Texto.

Deseoso de honrar la memoria del capitán Aldana dedicóse Cosme a recoger y poner en orden sus borradores, y en 1589 publicó en un volumen la primera parte de las poesías de su hermano:

Primera parte | de las obras, que hasta agora se han | podido hallar | del Capitán Francisco de Aldana, | Alcayde de la fortaleza de S. Sebastián, | el qual murió peleando en la jornada de África. | Agora nuevamente puestas en lux por su hermanos Cosme de Aldana, gentil hombre del Rey | D. Phelipe nuestro Señor. &. | Dirigidas a su Sacra, Católica, Real Magestad. (Escudo del Impresor.) En Milán, Por Pablo Gotardo Poncio, | Con licencia de los Superiores.

En 8.º, 104 hojas, sig. AA-M, hoja en blanco. Portada. Escudo de armas. Dedicatoria. Cuatro sonetos de Cosme a Felipe II. Otro de Pedro de Frías en alabanza del autor. Otro de Antonio Pérez a Cosme de Aldana. Bernardini Baldini tetrasticon, página en blanco. Texto, cuyo contenido es el siguiente:

Octavas al Rey Don Felipe, nuestro Señor.
Octavas sobre la creación del mundo.
Otras a Dios nuestro Señor.
Ocho sonetos.
Carta a Arias Montano, en tercetos.
Veinte y cinco sonetos.
Diálogo entre la cabeza y el pie.
Carta a D. Bernardino de Mendoza.
Carta de Cosme de Aldana a su hermano.
Respuesta de Francisco.
Tercetos a un amigo.
[p. 56] Octavas al Duque de Alba.
Fábula de Faetonte.
Epístola a Galanio.
Dos octavas sueltas.

Obra del capitán Francisco de Aldana, intitulada Parto de la Virgen.

Sólo hay impresas de este poema 26 octavas, quedando interrumpida la obra en el único ejemplar que hemos logrado ver de esta rarísima edición, si bien creemos que todos debieron quedar del mismo modo, pues al publicar Cosme de Aldana la segunda parte de las obras de su hermano, la encabezó con el Parto de la Virgen.

Segunda | parte de las | Obras, Que se han podido hallar | del Capitán Francisco de Aldana, Alcayde | de Sansebastián (sic) , que fué Maestredecampo general del Rey de Portugal, en la | jornada de África, a donde mu | rió peleando. | Sacadas a luz por su hermano Cosme de Aldana, Gentilhombre entretenido del Rey núes- | tro Señor, y dedicadas a la misma Ma- | gestad Católica. (Escudo del impresor.) Con privilegio | En Madrid, por P. Madrigal, 1591.

En 8.º, 120 hojas, sig, A N. Portada. Escudo con las armas reales. Tassa. Suma del privilegio. Aprobación de Fr. Pedro de Padilla. Erratas. Dedicatoria. Treinta y tres sonetos de Cosme de Aldana en alabanza de Felipe II. Otros dos en elogio de las obras de su hermano. Cuatro sonetos Al lector. Texto, página en blanco.

Contiene esta segunda parte:
Obra del capitán Aldana, intitulada Parto de la Virgen.
Octavas sobre la verdad y Dios.
Octavas sobre el juicio final.
Octavas sobre el bien de la vida retirada.
Otras de diversas materias.
Otras pastoriles.
Glosa del soneto Pasando el mar Leandro el animoso.
Canciones.
Cinco sonetos, el primero del Dr. Herrera de Arceo, los otros cuatro del autor.
Catorce octavas, que son fragmentos de otras tantas composiciones distintas.
Redondillas.
Fragmentos.
[p. 57] Cuatro sonetos.
Epístola a una dama, en tercetos.
Octavas toscanas.
Soneto en toscano.
Octavas españolas y toscanas.
En el folio 81 se lee:

«Aquí se acaba todo lo que se ha podido hallar del capitán Francisco de Aldana y síguense otras cosas escritas para él:

Canción de Jerónimo de Silva.

Tercetos de incierto autor.

Respuesta de Cosme de Aldana a su hermano... de Italia a Flandes. (En verso suelto.)

Tercetos de Cosme de Aldana.

Soneto a la muerte de su hermano.

Cuatro sonetos a D. Juan de Idiáquez. (Hállense también en la Invectiva contra el vulgo.)

Sonetos de las miserias en que el dicho Cosme de Aldana se halla en Madrid.

En el folio 101 se encuentra una nota de las obras de Francisco de Aldana, que su hermano no publicó por no haber podido encontrarlas:

Tratado del santísimo Sacramento, en prosa.

Tratado de la verdad de la fe, en prosa.

Tratado del amor.

Ciprigna, diálogo en prosa y verso.

Infinitas octavas sobre el Génesis.

Perfecciones de la Virgen, Señora Nuestra.

Las Epístolas, de Ovidio, traducidas en verso suelto.

Poema de Angélica y Medoro, en innumerables octavas.

Tratado de la hermosura y del amor.

Muchas epístolas en tercetos.

Obra de Partenio y Nise, con otro poema pastoril.

Infinitos sonetos, octavas, canciones y todo género de versos. Muchas cartas doctas, sobre varios asuntos, y otras ridículas y llenas de gracias, donaires, burlas y buenos dichos.»

Hasta aquí la nota de las obras perdidas de Francisco de Aldana. Agotada muy pronto la primera parte de sus obras poéticas, dada a luz en Milán, el año 1589, hubo de reimprimirla su [p. 58] hermano Cosme, sin hacer adición alguna en el texto. La nota bibliográfica de esta edición es como sigue:

Todas las | obras que hasta | Agora se han podido hallar del Capitán | Francisco de Aldana Alcayde de S. Se- | bastián, que fué Maestro de Campo Ge- | neral del Rey de Portugal en la jorna- | da de África, a do murió | peleando. | Agora nuevamente | Puestas en luz por Cosme de Aldana su hermano, | Gentil hombre entretenido del Rey | nuestro señor. | Dirigidas por él | A la misma Magestad Católica. | Con privilegio. | En Madrid, Por Luys Sanchez. | Año 1593.

Colofón: En Madrid, Por Luys Sanchez. Año 1593.

En 8.º, 112 hojas, sig. A-N. Portada, vuelta en blanco. Tasa. Erratas. Suma del privilegio. Dedicatoria. Cuatro sonetos de Cosme de Aldana a Felipe II. Sonetos de Pedro de Frías y Antobio Pérez. Composición latina de Bernardo Baldino. Soneto de Fr. Pedro de Huete. Texto, pág. en blanco. Colofón, hoja en blanco.

El texto como en la edición de Milán, pero no contiene el Parto de la Virgen.

«Segunda par- | te de las obras, que se | han podido hasta agora hallar del Ca- | pitán Francisco de Aldana, Alcayde | de Sa Sebastia, aquel que embiado por | su Magestad Cathólica al Rey de Por- | tugal despues de la persona Real governó todo el ejército Christiano con- | tra el de los Moros en la Jornada de Á- | frica según muchas historias lo cuentan | y haviendo protestado al Rey que no diesse la batalla en que se perdió, murió | en ella peleando. | Sacada en luz nuevamente por Cosme de Al- | dana, Gentilhombre entretenido de su | Magestad Católica y hermano del | Author, con algunos sus sonetos, a la fin | del libro, quitados muchos mas que an- | tes havia en lamentacion de la muerte de su hermano. Sin año ni lugar de impresión.

En 8.º, 168 hojas, sig. AA-V. Portada. Ad Franciscum de Alda. Bernardini Baldini hexastichon. Otras poesías latinas del mismo. Dedicatoria al conde de Fuentes, gobernador de los Estados de Flandes. Ocho sonetos de Cosme de Aldana, al duque de Fuentes. Otros dos a su hermano y cuatro al lector. Canción del capitán Aldana, a Cristo crucificado, nunca impresa ni vista primero entre sus obras.

El texto llena 160 hojas que contienen todas las [p. 59] composiciones incluídas en la segunda parte de 1591 con más varios fragmentos. En las 67 hojas restantes se reimprimen la mayor parte de las poesías de Cosme de Aldana, contenidas en sus Sonetos y octavas, de Milán, 1587, y alguna que otra no incluída en aquella colección. Al reverso de la penúltima hoja se halla la siguiente nota: «Faltan aquí unos doscientos sonetos de Cosme de Aldana, escritos a particulares, con sus respuestas, sobre la misma materia de la muerte de su hermano y otras composiciones y al pie de cuatrocientas octavas, en las cuales cuenta la jornada de África, a do dicho su hermano murió peleando y le llora más largamente. Todas las cuales cosas se dejaron de imprimir esta vez por haberlo sido ya otra y porque no se vea tanta cosa sobre un mismo sugeto y todo lamentable. Tambien no ha sido poca parte para que no salgan segunda vez a luz la mucha costa que hubiera en hacello de nuevo imprimir y tambien porque ha pensado añadir la primera parte de las obras de su hermano, dicha la Peregrina, que es muy mayor de esta y sería gran volumen. Quiera Dios que pueda hacerlo por no estar agora para ello por alguna ocasión que lo estorba.»

No hemos tenido ocasión de ver esta edición descrita por los adicionadores de Gallardo. Creemos que se hizo en los Países Bajos y probablemente en Amberes. Los mismos bibliófilos mencionan una primera parte, que forma juego con la anterior, falta de preliminares y de fin en el ejemplar que han tenido ocasión de ver. Contiene todas las composiciones incluídas en la edición de Milán, menos el fragmento del Parto de la Virgen.

En 8.º, 96 hojas, sig. A-M.

La traducción en verso suelto de las Heroidas, de Ovidio, obra que da al capitán Aldana un lugar en nuestro catálogo, nunca ha visto la luz pública, y creemos que desgraciadamente ha perecido. Los versos de Aldana, a quien sus contemporáneos apellidaron el Divino, aunque duros e incorrectos con frecuencia, están llenos de nobles y levantados pensamientos. ¡Lástima grande que a veces los afee la tosquedad y el desaliño de la dicción, que en nuestro poeta es sobrado frecuente! Su Fábula de Faetonte, inspirada en los Metamorfoseos, de Ovidio, tiene pasajes escritos con verdadero entusiasmo poético. Como muestra citaremos las descripciones de una lucha, de un caballo y de un centinela español [p. 60] en el campamento, trozos gallardamente escritos, que se hallan en el poema citado. Sus composiciones religiosas respiran fe viva y ardiente, en especial la Canción a la soledad de la Madre de Dios, llena de ternura y poético sentimiento. En el género amoroso son muy notables algunos sonetos. Como muestra citaremos el siguiente:

De sus hermosos ojos dulcemente
Un tierno llanto Filis despedía,
Que por el rostro amado parecía
Claro y precioso aljófar transparente.

En brazos de Damon con baja frente
Triste, rendida, muerta, helada y fría
Estas palabras breves le decía,
Creciendo a su llorar nueva corriente.

«Oh pecho duro, oh alma dura y llena
De mil crudezas, ¿dónde vas huyendo?
¿Do vas con ala tan ligera y presta?»

Y él soltando de llanto amarga vena
De ella las dulces lágrimas bebiendo,
Besóla y solo un ay fué su respuesta.

El capitán Francisco de Aldana, como militar y como poeta, es una de las más nobles y simpáticas figuras del siglo XVI.

Notas