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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > I : (ABENATAR–CORTÉS) > ABRIL, PEDRO SIMÓN

Datos del fragmento

Texto

[p. 13]

Nació este doctísimo y celebrado humanista en Alcaraz, ciudad del campo de Montiel, por los años de 1530, según cuerdamente conjetura D. Juan Antonio Pellicer, su biógrafo. Fué su apellido paterno Simón y el de su madre Abril, como se infiere de la dedicatoria de su Arte Poética, dirigida a Francisco Abril, ciudadano de Játiba, tío materno suyo. Por la misma dedicatoria sabemos que nuestro Pedro se crió en casa de su tío paterno Alonso Simón, médico doctísimo, que no sólo le enseñó la lengua latina, sino que le inspiró el amor a las Buenas Letras. Estudió Filosofía, en la cual se graduó de maestro y dedicóse más tarde al estudio de las Matemáticas. Desde muy joven se dedicó a la enseñanza pública en diversos pueblos de España. Acaso fué catedrático de Elocuencia en Villanueva de los Infantes, pues que siéndolo de la misma villa Bartolomé Jimenez Patón le llama «su antepasado» en la dedicatoria del Trimegistus. Por los años de 1572 era maestro mayor del Estudio de Tudela de Navarra. Enseñó por espacio de 24 años, los mejores y más floridos de su vida, en el reino de Aragón y principalmente en la ciudad de Zaragoza. Ejerció primero su magisterio por cuenta de la ciudad, pero habiendo reformado la Universidad de Zaragoza el docto y piadoso Prior del Pilar D. Pedro Cerbuna, nombró catedrático de Latinidad y Retórica en ella a Pedro Simón Abril, que dió principio a sus explicaciones el día de San Lucas, del año de 1583, en que se abrió la nueva Universidad. En 1584 publicó en Zaragoza su traducción castellana de la Política, de Aristóteles, dedicándola al reino de Aragón y en su nombre a sus diputados. Ignoramos el tiempo de su muerte; parece que aún vivía por los años de 1589.

[p. 14] En un tomo de papeles varios existente en la Biblioteca Nacional y marcado con la signatura Y-197, hemos hallado una carta de Simón Abril a Felipe II dándole cuenta de su Gramática griega y de varias obras que tenía traducidas. Dice así:

«Señor. Porque confío me hará V. M. merced de leer la carta, que al principio de este libro va escrita al Secretario de S. M. Matheo Vázquez, en que van escritas las causas y necesidad de su impressión, no las digo aquí a V. M. La que a mí me ha movido a suplicar a V. M. me haga merced de leer en él algún rato desocupado, es el mostrar a V. M. por la experiencia cuán capaz es de toda buena doctrina la lengua castellana y el gran fruto que se pierde en no enseñar en ella a los españoles toda buena doctrina, pues en menos tiempo serían en ella sabios en las cossas, del que gastan en aprender un poco de bárbaro latín y una mala e inútil gramática extranjera. Yo, como V. M. me mandó, tengo puesta en esta lengua toda la elegante doctrina de los Griegos y Latinos, porque tengo Gramática, con que se pueda aprender en todas naciones, como el latín y las demás lenguas que se aprenden por arte de Gramática. Le tengo hecha Lógica, que dispone y alumbra el entendimiento, para que pueda aprender las ciencias con orden y concierto, tengo también toda la Filosofía Natural, conforme a la doctrina de Aristóteles y Platón, y traduzidos y comentados los diez libros morales de Aristóteles y los ocho que escribió del buen gobierno de la república, por los cuales libros se puede aprender toda buena doctrina y lo que ha menester saber un hombre discreto, para regirse bien a sí, a su familia y a la república, sin andar a buscar esta doctrina por lenguas extrañas mal entendidas y peor usadas, pero todo esto no sirve de nada, sin viva voz de maestro que lo enseñe, como lo hallará V. M. escrito por Tulio en la carta 19 del seteno libro y así aunque los Griegos tenían harta abundancia de libros, siempre tuvieron escuelas, en que enseñaban la doctrina con viva voz de maestro. De manera que para que esta nación sepa cosas graves en su lengua, solo falta que V. M. como Señor a quien sólo toca mirar por el bien de ella, y que sólo tiene poder para mandar ponello por obra, mande que los pueblos granados, como tienen asalariados maestros para enseñar la Gramática latina, que es cosa de muy poco momento, tengan también hombres sabios en la [p. 15] doctrina, que enseñen en castellano a los mancebos la doctrina, que cuando lleguen a ser varones perfectos los haga aptos para saberse regir en toda cosa grave. Esto es cosa digna de la prudencia de V. M., digna de su real autoridad y digna de la edad y años que el Señor ha sido servido de dar a V. M. y que en los siglos venideros, cuando los hombres juzgarán de los que hoy vivimos desapasionadamente, le dará a V. M. eterno nombre y alabanza, no menos que le dió al emperador Augusto el haber hecho escuelas latinas y puesto en aquella lengua la doctrina, que antes solían aprendella de los griegos. Bien veo que esta empresa no será muy útil para los que hoy se hallan ya adelantados en edad, cuando ya parece cuesta arriba el aprender, aunque si quieren y tienen deseo de saber, también les será útil, pues Marco Catón de sesenta años estudió lengua griega, por saber doctrina y el rey D. Alonso de Aragón, rey de Nápoles, en medio del bullicio de sus guerras, estudió latín, queriendo mas aprender tarde que ignorar siempre, los cuales lo hicieran con mayor gusto, si en sus propias lenguas tuvieran la doctrina, pero, pues, V. M., en sus bosques y arboledas, los árboles que ya halló crecidos y endurecidos en mala figura, los deja estar así, y los que plantan de nuevo manda formar en figura hermosa y poner por muy buena orden y concierto, tanto mas razón es mande formar bien los hombres, que como nuevas plantas pueden ser bien instruidos por ser tiernos: cuánta diferencia hay del plantar árboles al plantar hombres tales que llegados a grandes se les pueda encomendar toda cosa grave por razón de su doctrina y su virtud. No puedo yo en tan breve carta declarar a V. M. por entero los grandes bienes que de aquí procederán, y así concluyo, suplicando a V. M. no dé crédito a los que le dijeren que con esto se vendrán a perder las lenguas latina y griega, sino que V. M. entienda al contrario que de perdidas y arruinadas que están, tornarán con esto a su antigua perfección y dignidad, pues sabiendo los hombres las buenas doctrinas en su propia lengua, les será fácil por las mismas cosas entender la buena lengua latina y la buena griega en sus propias fuentes sin error de barbarismo. Este consejo no es mío sino de Plutarco en el paralelo de Demóstenes y Tulio. Conserve Dios la vida de V. M. por largos años, como todos habemos menester y le ponga todos sus [p. 16] enemigos debajo de sus pies. De Madrid, a 4 de octubre de 1589. El Doctor Abril. »

De grande interés consideramos esta carta de Simón Abril, hasta hoy inédita, porque manifiesta muy claro el propósito constante, que abrigaba, de desterrar el latín bárbaro que se hablaba en las aulas y hacer que las ciencias se aprendiesen en lengua castellana. La misma doctrina expuso en sus excelentes Apuntamientos sobre la manera de reformar las ciencias y la manera de enseñallas, en los cuales señala como primer error «enseñar las ciencias en lenguas extrañas y apartadas del uso común y trato de las gentes, porque en los tiempos antiguos no hubo nación tan bárbara que tal hiciese, sino que enseñaron los caldeos en caldeo y los hebreos en hebreo y lo mismo hicieron las demás naciones, egipcios, fenices, griegos, latinos, árabes y casi desde los primeros tiempos los españoles», añadiendo que «en menos tiempo del que se gasta en aprender mal aquellas lenguas, se sabrían las ciencias con mayor luz y facilidad». Pasando a señalar los errores en la gramática, censura el no enseñar a los niños la gramática de su propia lengua, y truena contra la absurda preocupación de «enseñar las lenguas extrañas por gramáticas escritas en las mismas lenguas», añadiendo trabajo a trabajo y dificultad a dificultad», a cuyo error se agregaba el de hacer traducir a los discípulos del castellano al latín, en vez de hacerlo del latín al castellano, ejercicio ridículo que corrompía la pureza y propiedad de la lengua latina «transformándola en diversos barbarismos». Consecuente con tales doctrinas, propúsose poner en nuestra lengua lo mejor de la antigüedad griega y romana, para que llegase a conocimiento de doctos e ignorantes en las lenguas sabias. De la constancia con que realizó su buen propósito dan testimonio sus numerosas obras repetidas en multitud de ediciones. Hablaremos ligeramente de los escritos originales y con mayor extensión de los traducidos.

Obras originales

Petri Simonis Aprilis, laminitani. De lingua latina, vel de arte grammatica libri quatuor, nunc denuo ab ipsomet auctore correcti et emendati, atque ad multo faciliorem dicendi stilum revocati, cum [p. 17] Hispana lingua interpretatione, iis certe qui in Latine lingue usu sunt rudes et tirones, utilissima. Adjectus est in firme liber Arte Poetica, versuumque natura ad facile intelligendos Poetas utilis in primis. Editio tertia. Tudela per Thomam Porralis Allobrogem, ipsiusmet auctoris studio et opera correctum.

Colofón: Excussum Tudela per Thomar Porralis Allobrogem impensis ipsiusmet auctoris, anno 1573, decimoquinto Kalendas Aprilis.

En 8.º, 356 páginas, 12 de principios y una suelta al fin. Aprobación del maestro Ripa, canónigo. Pamplona, 27 de julio de 1572. Privilegio. Dedicatoria. Prólogo. La obra está en latín y en castellano, careados de página a página. El Arte Poética está toda en latín. No he tenido ocasión de ver las dos ediciones que precedieron a ésta.

Artis Grammaticæ latina linguæ rudimenta. Casaraugusta (Zaragoza), 1576. Citada por Nicolás Antonio. Es, sin duda, una reimpresión de la anterior.

Grammatica latina, en español. Zaragoza, 1581, en 8.º

Los dos libros | de la grammática | latina escritos en lengua Castellana por Pe | dro Simón Abril, natural de Alcaraz. | Dirigidos al muy alto y muy pode | roso Señor D. Diego de Austria | Principe de las Españas. | Los quales son muy utiles para los que de | sean entender la lengua latina, ora por su | propio estadio y trabajo, ora de biva | voz del Maestro.| Es assí mismo muy util este libro, para que | los niños aprendan de leer en él en las escuelas, para que | se les impriman estos preceptos en los tiernos años fácilmente, y de las escuelas del leer vayan a las del Latin | medio instruidos, con que ahorran mucho tiempo | y gran parte de trabajo. | Con privilegio. | Impresso en Alcalá, por Juan Gracián. | Año de 1583.

En 8.º, 84 h., sig. A-Kq. Portada, vuelta en blanco. Dedicatoria. El autor al benigno lector (prólogo), pág. en blanco. Texto, pág. en blanco. Privilegio (Aranjuez, 12 de mayo de 1583). Privilegio para el reino de Aragón (San Lorenzo, 11 de junio de 1583). Tassa. Erratas.

Hemos visto una reimpresión de esta Gramática hecha a fines del siglo pasado.

Grammática griega, en lengua castellana. Zaragoza, 1586, en casa de Lorenzo y Diego de Robles, hermanos. En 8.º

Reimpresa en Madrid, l587, por Pedro de Madrigal.

[p. 18] Grammática castellana. Citada por el mismo Abril en su carta a Felipe II. Nicolás Antonio la menciona, sin advertir si estaba impresa o manuscrita.

Comparación de la lengua latina con la griega. Citada por Nicolás Antonio.

Tablas de leer y escribir bien y fácilmente. Madrid, 1582, por Alfonso Gómez. En folio.

Aphorismi sive breves sentenciæ. De vitiis orationis barbarismo et solæcismo, deque tropis et figuris orationis, ex dictatis a Petro Simone Aprileo, Alcaracensi in Casaraugustana Schola publico Magistro. Casaraugusta (Zaragoza), ex officina Didaci et Laurentii a Robles, fratrum, anno 1584. En 8.º

Introductiones ad Logican Aristotelis: libri quatuor. Tudela Navarrorum, 1572, en 8.º Tradújola después al castellano y la publicó con el título siguiente:

Primera parte de la Philosophia llamada la Lógica o parte racional. Alcalá de Henares, por Juan Gracián, 1587. en 4.º

Apuntamientos de cómo se deben reformar las doctrinas y la manera del enseñallas, para reducillas a su antigua entereza y perficion, de que con la malicia del tiempo y con el demasiado deseo de llegar los hombres presto a tomar las insignias dellas han caido, hechos al rey nuestro señor (que Dios guarde), por el Doctor Pedro Simón Abril. Madrid, 1589, en 4.º, por Pedro de Madrigal. Este curioso discurso ha sido reimpreso en el tomo LXV de la Biblioteca de AA. Españoles. (Obras escogidas de filósofos, coleccionadas por D. Adolfo de Castro.) Señala en él Simón Abril los errores introducidos en la gramática, en la retórica, en las matemáticas, en la filosofía natural, en la moral, en la medicina, en el derecho civil y en la teología, siguiendo muchas veces las huellas de Luis Vives en su tratado famoso De causis corruptarum artium.

De arte Dialéctica, hoc est de inventione et judicio libri duo. Ms. examinado por Nicolás Antonio.

Libro de la Tassa del Pan y de la utilidad della y del modo que se debe tener en hacella. Ms. que poseía el Marqués de Mondéjar.

[p. 19] Traducciones

Accusationis in C. Verrem liber primus qui Divinatio dicitur: oratio quarta cum interpretatione hispana et scholiis Petri Simonis Aprilei, Laminitani. (Escudo del impresor.) Cæsaraugusta excudebat Petrus Sanchez Ezpeleta, Tipographus Regius permissu Excellentissimi Domini Ferdinandi ab Aragonia, Archiepiscopi Cæsaraugustani, hujus regni Prorege, necnon illustrium Dominorum Inquisitorum. 1574. Prostant exemplaria Cæsaragustæ apud Franciscum Simonem bibliopolam.

En 4.º, 40 págs. dobles, a dos columnas, en una el texto latino y en otra la versión castellana. Dedicatoria a Vicente Agustín decano del Ayuntamiento de Zaragoza. Promete la traducción de las demás Verrinas, si ésta fuere bien recibida. Va intercalando un erudito comentario en latín y en castellano. Hemos visto una reimpresión hecha en Valencia a fines del siglo pasado.

Marci Tullii Ciceronis Epistolarum Selectarum libri tres: cum interpretationibus et scholiis Hispana lingua scriptis, quibus aditus facillimus aperitur ad non magno labore litteras Latinas perdiscendas, Petro Simone Aprileo Laminitano interprete et auctore, etcetera, etc. Auctoris ad lectorem tetrastichon.

Olim quod solitum est numeroso tempore disci
En poteris, Lector, quærere parvo tibi.
Nam tibi dat parvo præsens volumine charta
Quod tulit eloquio lingua Latina suo.

Tudela, per Thomam Porralis Allobrogem, ipsiusmet auctoris studio et opera correctum, 1572. Cum privilegio Regis per decennium. En 8.º, 20 hs. prels., 613 pp. y 4 hs. en que acaba el Índice.

Dedicó esta obra Pedro Simón Abril al célebre D. Antonio Agustín a la sazón Obispo de Lérida. De la dedicatoria se infiere que enseñó en aquella ciudad por algún tiempo. Redúcese la obra a una colección de cartas escogidas de Cicerón, las más fáciles, sencillas y acomodadas a la capacidad de los principiantes. Pónense después del texto latino dos versiones castellanas, una literal y otra parafrástica. A cada epístola siguen unos escolios en castellano que brevemente aclaran las dificultades del original. Este método [p. 20] se observa sólo en los dos primeros libros, pues en el tercero, como destino a la instrucción de los más adelantados, faltan los escolios y las Epístolas carecen de traducción literal, teniendo sólo la parafrástica. Reimprimióse esta obra en Zaragoza, por Juan Soler, año de 1583, suprimiendo el libro tercero. Volvió a reproducirse en Valencia por Benito Monfort a fines del siglo pasado, precedida de un prólogo de Mayáns, lleno de curiosas noticias bibliográficas.

Los Deziseis libros de las Epístolas o Cartas de M. Tulio Ciceron, vulgarmente llamadas familiares, traducidas de lengua Latina en Castellana por el Dotor Pedro Simon Abril, natural de Alcaraz.

Con una Chronología de veintiún consulados y las cosas más graves que en ellos sucedieron, en cuyo tiempo se escribieron estas cartas. Dirigidas a Mateo Vázquez de Leca Colona, del Consejo del Rey Nuestro Señor, y su Secretario. Con licencia impresso. En Barcelona en la Emprenta de Jaime Cendrat. Año 1592. A costa de Francisco Trincel, librero. En 8.º, 8 hs. prls., 431 fols. y una sin foliar en que acaba la Tabla. Esta reimpresión se hizo por otra de Madrid, 1589, como se expresa en la aprobación y privilegio de la edición catalana. En ella se conservó también la aprobación del maestro Lazcano, fecha en Madrid, a 9 de octubre de 1586, que sin duda precedía a la edición citada. Mayans menciona otra de Valencia, 1578, por Vicente Cabrera, y Nicolás Antonio otra de Barcelona, 1615. Los editores de la reimpresión hecha en Valencia en 1797, citan una de Pamplona publicada sin expresión de año, por Joaquín José Martínez (4 hs. prels. y 440 pp.), y otra de 1679 impresa en Madrid, por Antonio González de los Reyes, ambas de surtido y llenas de erratas.

Nosotros poseemos únicamente la de Barcelona, ya descrita, y la de Valencia, sin duda la más correcta de todas:

Epístolas o Cartas de Marco Tulio Ciceron, vulgarmente llamadas familiares, traducidas por el Dr. Pedro Simon Abril, natural de Alcaraz.

En Valencia, por los hermanos de Orga, 1797. Con las licencias necesarias. 4 tomos en 8.º Añadióse en esta edición el texto latino de Cicerón, siguiendo casi siempre el que publicó José Olivet, Ad usum Delphini. Túvose grande esmero en la corrección del texto castellano y colocáronse al frente de las cartas los argumentos [p. 21] de la edición Ad usum Delphini, traducidos al castellano. Es la única traducción completa de las epístolas de Ciceron que tenemos en nuestra lengua. Es propia, castiza y verdaderamente castellana. No debe confundirse con la versión de las cartas escogidas para uso de los principiantes, que más arriba dejamos mencionada.

Las seys | Comedias | de Terencio, escritas | en latin y traduzidas | en vulgar Castellano por Pedro Si | mon Abril professor de letras | humanas y philosophia | natural de Alcaraz. | Dedicadas al muy alto y muy poderoso señor | Don Hernando de Austria | príncipe de las Españas. | Escudo de armas. | Impresso en Çaragoça, en casa de Juan Soler, | impressor de libros, 1577. | Véndense en casa de Francisco Simón, librero. | Con licencia.

Colofón: Cæsaragustæ | apud Joannem Soler et | viduam Joannis à Vil | lanova. Idibus Quintilis. | 1577. | Expensis ac sumptibus Petri à Moli | nos civis Cæsaraugustani. Francisci Simonis bibliopolæ.

En 8.º, 404 hojas, sig. a A-Ddd. Portada. Vuelta en blanco. Licencia del Doctor Pedro Cerbuna. Dedicatoria. Prólogo. Vida de Terencio por Elio Donato. Texto. Erratas. Nota final. Cada comedia va precedida de un «argumento», traducción de los atribuídos a Donato. Lleva además los Periocha o argumentos de Sulpicio Apolinar y un breve tratado sobre la tragedia y la comedia atribuído a Cornuto o Aspero.

Las seys | comedias | de Terencio confor | me a la edición del Faerno, Impressas en La | tin y traduzidas en castellano por | Pedro Simon Abril, natural de Alcaraz. | Dedicadas al muy alto | y muy poderoso señor Don Hernando de Austria | Príncipe de las Españas. (Grabado en madera.) Con privilegio. | Impresso en Alcalá, por Juan Gracián. | Año de 1583.

Colofón: Impresso en Alcalá de Henares por Juan Gracián. | Año 1583.

En 8.º, 352 hojas, sig. A-yy. Portada, vuelta en blanco, página en blanco. Dedicatoria, pág. en blanco. Al lector sobre la segunda impression de Terencio en castellano. Texto. Nota final.

Movióse el traductor a reimprimir su versión por haber llegado a sus manos el acrisolado texto de Terencio publicado por Gabriel Faerno, capellán de S. Carlos Borromeo, impreso en Florencia, el año de 1566. Con él mejoró su traducción, aclarando muchos lugares oscuros y siguiendo más el pensamiento que la [p. 22] letra. En el prólogo confiesa que le ayudó mucho el maestro Francisco Sánchez de las Brozas. Suprimió la vida de Terencio y el tratado de Cornuto sobre la comedia.

Las seys comedias de Terencio conforme a la edición del Faerno, Impressas en Latin y traduzidas en castellano por Pedro Simon Abril, natural de Alcaraz: dedicadas al muy Alto y muy Poderoso Señor D. Hernando de Austria, príncipe de las Españas. (Escudo del impressor.) En Barcelona, en la emprenta de Jaime Cendrat, año 1599, a costa de Juan de Bonilla, mercader de libros.

Colofón: Con licencia, en la emprenta de Jaime Cendrat.

En 8.º, 344 pág. dobles sin los principios, que llenan 10 hojas. Al pío y benigno lector (prologo de Abril). Dedicatoria.

El orden de las piezas es el mismo en las tres ediciones La Andria, El Eunuco, El Heautontimorumenos, Los Adelphos, El Phormion y la Hecyra.

Las seis Comedias de Terencio, traducidas. Valencia, en la oficina de Benito Monfort. Año 1762. Dos tomos, en 8.º

Cuidó de esta edición D. Gregorio Mayans, que dice en su prólogo haber seguido el texto de Terencio, publicado en La Haya por Westerkovio en 1726, pero conservando el de Faerno, siempre que lo pide la correspondencia de la traducción.

La traducción de Terencio—escribe Moratín—, se contará siempre como una de las mejores que en España se han hecho de los clásicos latinos. Pondré una muestra, sin particular elección, sacada de la Hecyra, para que por ella se vea la fidelidad del traductor, su lenguaje y su estilo. Es la escena segunda del acto cuarto.

SOSTRATA—PÁNFILO

SOSTRAT.—Bien sé yo, hijo mío, que tú tienes de mí sospecha que tu mujer se ha ido de mi casa por mi terribles y malas costumbres, aunque lo disimulas cuerdamente. Pero así los dioses me amen, y así vea de ti aquel gozo que deseo, cómo nunca (que yo sepa) he merecido que ella me aborreciese con razón. Y aquel grande amor, que yo hasta aquí creía que me tenías, agora por la experiencia lo has mostrado, porque tu padre me ha contado allá dentro cómo me has preferido a tu amor. Y yo agora estoy [p. 23] determinada de darte por ello el galardón, para que sepas, Pánfilo, que tengo con qué premiarte ese maternal amor. Hijo mío, yo entiendo que esto es lo que a vosotros cumple y a mí honra; yo estoy determinada de irme de aquí con tu padre al alquería, porque mi presencia no os haga estorbo, ni quede escusa ninguna, para que no vuelva a casa tu Filomena.

PÁNF.—¿Qué determinación es esta, madre mía? ¿Por su necedad de ella te has de ir a morar de la ciudad al alquería? No harás tal ni yo daré lugar a que los que mal nos quieran digan que eso lo ha causado mi porfía y no tu comedimiento; demás de esto yo no quiero que tú por mi respeto dejes tus amigas y tus parientas y tus días de regocijo.

SOSTRAT.—Ninguna cosa de estas me da ya contento ninguno; mientras mis años lo sufrieron, ya yo me he gozado harto de eso; ya agora todos estos ejercicios me cansan; lo que yo agora más procuro es que mis muchos años no den pena a nadie ni que nadie desee ver el fin de mis días. Yo veo que aquí sin razón soy aborrecida; tiempo es ya de dar lugar. De esta manera entiendo que quitaré a todos las ocasiones y yo me libraré de esta sospecha y a ellos les daré contento. Dame por tu vida lugar de librarme de esta mala fama que comúnmente tienen las mujeres.

PÁNF.—Cuán dichoso soy en todo lo demás, si no fuera por esto, en tener tal madre como esta y tal mujer como aquella.

SOST.—Hijo mío, yo te ruego que no se te haga de mal sufrir este inconveniente, como quiera que él sea. Si en todo lo demás ella es a tu gusto, y como yo creo que lo es, hijo mío, hazme este placer y hazla volver a casa.

PÁNF.—Ay desdichado de mí.

SOST.—Y también de mí. Porque eso no menor pena me da a mí que a ti, hijo mío.»

Todo el que conozca el texto original habrá admirado en esta escena la escrupulosa fidelidad del traductor y la bellísima prosa castellana, en que ha sabido trasladar los pensamientos de Terencio. ¡Lástima es que tan acabada versión no se haya reimpreso en el largo espacio de ciento catorce años, escaseando ya las antiguas ediciones, incluso la de Valencia, y vendiéndose a precio harto subido los ejemplares que aparecen en el mercado!

[p. 24] Traducciones del griego

Fábulas de Esopo en latín y romance, traduzidas del Griego por Pedro Simón Abril. Zaragoza, por Lorenzo y Diego de Robles, hermanos, 1575. En 8.º Reimpresa en Zaragoza por Diego Dormer, en 1647 según Mayans en el Specimen de su biblioteca. Hemos visto una reimpresión hecha en Valencia a últimos del siglo pasado.

Sentencias de diversos autores griegos.

Tabla de Cebes, philosopho tebano.

Hállanse estas dos obras, en griego, latín y castellano, al fin de la Gramática Griega en castellano, impresa en Zaragoza, por Lorenzo y Diego de Robles en 1586, y por Pedro de Madrigal, en Madrid, el año 1587.

La Tabla de Cebes, philosopho thebano, en griego y español, ilustrada con notas y análisis gramatical, para provecho de los que se aplican a la lengua Griega; por el Licdo. D. Casimiro Flórez Canseco, catedrático de lengua griega en los Estudios Reales de San Isidro de Madrid. Con las licencias necesarias; En Madrid, por D. Antonio de Sancha, año de 1778. Va unida a la traducción del Sueño de Luciano hecha por Canseco. El editor ha señalado en las notas varios pasajes en que difiere de la interpretación dada por Simón Abril.

Progymnasmas de Aftonio, traduzidas de Griego en Latin y en Castellano. Zaragoza, en 4.º Menciona esta traducción el mismo Abril en su Gramática Griega. Nicolás Antonio la cita como impresa.

Los ocho li | bros de república del | Philosopho Aristóteles, traduzidos originalmente de lengua Griega en Castellana por |Pedro Simon Abril, natural de Alcaraz y | cathedrático de Rhetórica en la Universi | dad de Zaragoza, y declarados por él mis | mo con unos breves y provechosos comenta | rios para todo género de gente y par | ticularmente para los que tienen car | go de público gobierno. | Dirigidos al Illustríssimo Señor el Reino de Aragón y en su | nombre al mui illustre Señor sus Diputados. | Están assí mesmo aparejados para salir a luz con la misma diligencia los diez | libros de las Éthicas del mismo Philósopho, si por la experiencia | se viere que da gusto esta doctrina. | Véndese en Zaragoza en casa de Luis Ganareo, mercader | de libros en la Cuchillería. | En Zaragoza. | Con licencia [p. 25] impressos. En casa de Loren | zo y Diego de Robles. Hermanos. | Año 1584.

Colofón: Impressos en Zaragoza, en casa de Lorenzo y Diego de Robles. Herma | nos, año 1584.

En 4.º, 264 hojas, sig. A-kk. Portada vuelta en blanco. Dedicatoria. Texto. Nota final, pág. en blanco.

Esta versión, hecha directamente del texto griego, es muy superior a la antigua traducción anónima de la Política que acompaña a la Ética del Príncipe de Viana, en la edición de Zaragoza, 1509.

«Los diez libros de las Éthicas o Morales, de Aristóteles, escritas a su fijo Nicomaco, traduzidos fiel y originalmente del mismo texto Griego en lengua vulgar castellana por Pedro Simón Abril, profesor de Letras humanas y Philosophía y dirigidos a la S. C. R. M. del Rey Don Felipe, Nuestro Señor, los quales así para saberse cada uno regir a sí mismo, como para entender todo género de policía, son muy importantes.—A la S. C. R. M. del Rey Don Phelipe, N. Señor, Pedro Simon Abril, profesor de letras humanas y philosophía. S. I. P. F. Opina que deben traducirse las obras de la antigüedad, para que llegue a conocimiento de todos su doctrina y censura el mal método de enseñar las ciencias en latín. Califica su versión de «el primer fruto que de este philósopho sale en lengua castellana» de donde se infiere que no conoció las antiguas traducciones de la Ética, la Política y la Económica.—Prólogo del intérprete al lector, en el cual se declara el modo de philosophar de este philósopho y la orden que ha de seguirse en leer estos libros con los de República.» Excúsase en este prólogo de haber empleado algunas palabras griegas.

Libro primero de los Morales, de Aristóteles, escritos a su fijo Nicomacho y por esta causa llamados Nicomacheos. Al principio de cada capítulo pone un resumen de su contenido, y lo mismo hace al comienzo de cada libro, método que facilita mucho la inteligencia de la obra. La traducción esta hecha con fidelidad suma. Cuando cita Aristóteles algunos versos griegos, el intérprete los traslada en verso castellano. Tal ejecuta en el libro primero con citas de Hesiodo y una inscripción del templo de Delos, en el segundo con versos de la Odisea, en el tercero con algunos de la Ilíada, en el quinto con varios anónimos y otros de [p. 26] Eurípides, en el sexto con algunos de Agatón, del Margites atribuído a Homero y de Eurípides, en el séptimo con citas de Homero, de Anaxandrides y otros anónimos, en el octavo con versos de Eurípides y en el noveno con sentencias de Teógnides. En el décimo termina la obra con la siguiente inscripción: «Fin de los diez libros morales de Aristóteles.» Esta versión nunca se ha dado a la estampa. Un manuscrito, con trazas de original, existe en la Biblioteca Nacional, rotulado con la signatura X-222. Útil sería publicar esta traducción de la Ética, reimprimiendo al mismo tiempo la de la Política.

La Medea, de Eurípedes, Tragedia Greco-Hispana. Barcelona, 1599. Cita esta versión D. Luis Velázquez en sus Orígenes de la poesía castellana. Ninguno de nuestros bibliógrafos ha tenido la suerte de haberla a la manos. En vano, aunque con diligencia suma, hemos buscado este libro en las principales bibliotecas públicas y particulares de Barcelona, en donde, por haberse impreso, era posible que se hubiese conservado algún ejemplar. Inútiles han sido nuestras investigaciones hasta el momento en que escribimos estas líneas.

Tamayo de Vargas, a quien sigue Nicolás Antonio, atribuye a Pedro Simón Abril las siguientes traducciones, que él poseía entre sus libros, sin advertir si estaban impresas o manuscritas:

Dos Sermones de San Basilio, el uno del Ayuno y el otro contra la Borrachez.

Dos Sermones de San Juan Chrisóstomo, de los grandes bienes y frutos de la Oración.

Algunos diálogos de Luciano.

El Diálogo Gorgias y el Diálogo Cratylo de Platón.

Las Oraciones de Esquines contra Demóstenes y de Demóstenes contra Esquines.

El Pluto de Aristófanes. Comedia.

Hablando de esta comedia el señor Martínez de la Rosa en los Apéndices a su Poética, asegura que «su dicción es más pura y correcta que clara y sazonada». A la verdad nunca hemos entendido esta manera de juzgar obras que nadie ha visto. ¿Cómo supo el señor Martínez de la Rosa que la dicción del Pluto era más pura y correcta que clara y sazonada, si ni él ni nadie han leído el Pluto, de cuya existencia sólo tenemos noticia por una cita de Tamayo de Vargas? Juzgar de este modo es por lo menos [p. 27] indisculpable ligereza. La prudencia debe precaver al bibliógrafo de semejantes errores, en que con frecuencia incurren los más sutiles y almidonados críticos de gabinete, gente de no muy austera con ciencia en estas materias.

Todas las traducciones citadas por Tamayo de Vargas estaban en griego y en castellano. Poseía, además, las siguientes en latín y en castellano:

Las quatro Oraciones contra Catilina,

Oraciones por la ley Manilia, por Quinto Ligario, por Marcello, por Archías Poeta, por Milon.

El mismo Simón Abril reconoce por suyas todas estas traducciones en su Gramática Griega, en cuyo prólogo dice textualmente:

«Lo que yo tengo trabajado para esta manera de enseñar es lo siguiente: Para la primera clase una Gramática llana y fácil en castellano, con ejemplos en latín y la misma en ambas a dos lenguas latina y castellana. La misma en sola lengua latina, con ejemplos fáciles y claros. Para la griega esta Gramática Griega no muy dificultosa, con estas sentencias escritas en tres lenguas, en que los niños empiezan a destetarse del precepto. Para la segunda las Fábulas de Esopo latino-hispanas y Greco-hispanas. Para la tercera el Terencio latino-hispano, algunos diálogos de Luciano, el diálogo Gorgias, de Platón; el diálogo Cratylo greco-hispanos; el Pluto, de Aristófanes, y la Medea, de Eurípides, greco-hispanas. Para la cuarta las Epístolas selectas de Tulio, con declaraciones en lengua castellana, los deziseis libros de las Epístolas familiares, traduzidos en castellano, y lo mismo se puede hacer fácilmente en las Epístolas Griegas. Para la quinta no se puede dar así fácilmente traducción, por ser poesía; pero ya están los poetas más afamados traduzidos en lengua castellana, como es Virgilio, por Velasco, y Homero, por Gonzalo Pérez. Para la sexta yo tengo a Aftonio, traducido de Griego en latín y en castellano; las Oraciones, de Tulio contra Verres, pro Lege Manilia, pro Archiâ, pro Ligario, pro Marcello, pro Milone. Y para lo Griego las de Esquines contra Demóstenes y Demóstenes contra Esquines, dos sermones de San Basilio, el uno del ayuno y el otro contra la borrachez; dos de San Juan Chrisóstomo, de los grandes bienes y frutos de la Oración, todos en griego y en latín.»

[Sin fecha]

Notas