Catedrático y publicista católico español. Aunque estudió Derecho y trabajó puntualmetne como abogado, se dedicó sobre todo a la enseñanza universitaria de lengua árabe y de literatura española, primero en Toledo y después en Sevilla. Tambié desempeñó otros cargos públicos, como censor de teatros o juez suplente. Como defensor del catolicismo, fundó la revista La Cruz (1852-1915), en la que participó junto a destacadas figuras de la época como Juan Nepomuceno y Francisco de Paula Lobo, y estuvo relacionado con otras publicaciones tales como El Conciliador, el Boletín Eclesiástico de Sevilla y El Mosaico. Además, formó parte y dirigió la Asociación de Católicos de España. Defensor de Carlos María Isidro y la causa carlista, fue expatriado a Lisboa y desterrado a Estella en 1875. A pesar de ello, se mantuvo al margen de la instrumentalización política del catolicismo. Destacó su papel como publicista de los problemas religiosos de su época.Con este propósito tradujo La suma teológica y De Regimine Principum, de santo Tomás de Aquino. Fue uno de los descubridores de obras inéditas de Fernando Ceballos.