Ignacio Hernando de Larramendi

Los 100 empresarios españoles del siglo XX

Biografía publicada en el libro:
'Los 100 empresarios españoles del siglo XX'


Los 100 empresarios españoles del siglo XX
Eugenio Torres (ed.), prólogo Gabriel Tortella.
LID Editorial Empresarial, S.L., Madrid, 2000.
ISBN: 84-88717-27-X
Jerónia Pons Pons escribe el capítulo sobre Ignacio Hernando de Larramendi.


Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano nació en Madrid el 18 de junio de 1921 en el seno de una familia de ascendencia vasca. Su padre, Luis Hernando de Larramendi (1882-1957), fue un destacado abogado y político carlista que ejerció de secretario general político del pretendiente a la corona de España, Jaime de Borbón. Estos postulados políticos, que se plasmaron en su obra fundamental Cristiandad, Tradición, Realeza (1952), fueron asumidos con pasión por su hijo. De los ascendientes familiares de su madre, María de Montiano y Uriarte, le viene tal vez su vocación americanista y su interés por la cultura. Entre los antecesores de la rama familiar materna encontramos a Manuel de Montiano, gobernador de La Florida y a Agustín de Montiano y Luyando (1697-1764), miembro fundador y director de la Real Academia de la Historia y miembro de la Real Academia Española de la Lengua.

La infancia de Ignacio Hernando de Larramendi transcurrió entre San Sebastián y Madrid junto con sus ocho hermanos. Tras unos años de enseñanza impartida por una preceptora particular ingresó en el colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid. En 1936, al estallar la Guerra Civil, a pesar de sus escasos quince años, se alistó en el requeté auxiliar que combatía en el Norte de España. Una vez finalizado el conflicto bélico concluyó sus estudios de bachillerato y de Derecho, carrera que terminó en junio de 1941.

Su conexión con el mundo del seguro viene de la mano de la casualidad, según su propia confesión. La proximidad a su domicilio de la Dirección General de Seguros le impulsó a opositar al cuerpo superior de inspección de esta Dirección General, en la que ejerció su actividad entre 1944 y 1952. De esta misma institución recibió el premio Marín Lázaro por su trabajo El riesgo catastrófico en los seguros personales (1947). El 5 de octubre de 1950 contrajo matrimonio con Lourdes Martínez, nieta del general Alfredo Gutiérrez Chaume y sobrina del general Troncoso, a la que había conocido en el verano de 1936. El matrimonio tuvo nueve hijos: Carmen (1951), Luis (1952), Coro (1953), Ignacio (1955), Lourdes (1957), Carlos (1958), Margarita (1960), Miguel (1964), y Ramón (1965). Entre 1947 y 1951 realizó tres viajes a Londres donde completó su formación como profesional del seguro. Fruto de estos viajes es su obra Tres claves de la vida inglesa  (1952), en la que analiza el funcionamiento de las instituciones aseguradoras, sobre todo de la Lloyds, de la justicia y de la abogacía inglesas.

En 1952 abandonó la Dirección General de Seguros para incorporarse a la filial española de la compañía de seguros inglesa Royal Insurance Company, en la que desarrolló su actividad hasta 1955. Desavenencias con la estrategia de la empresa le impulsaron a abandonarla y a reincorporarse de nuevo y por un breve lapso de tiempo —de abril a septiembre— a la Dirección General de Seguros. Este mismo año entró en la Mutualidad de Seguros de la Agrupación de Propietarios de Fincas Rústicas de España (MAPFRE), que estaba atravesando un momento crítico de su historia. A partir de entonces, su larga vida profesional ha estado unida a esta entidad, que de su mano ha pasado de ser una mutualidad en quiebra a convertirse en la principal entidad de seguros española con proyección internacional.

MAPFRE se había fundado en mayo de 1933, dos años después que la Agrupación que la impulsó, para hacer frente a las obligaciones y responsabilidades de los patronos agrícolas derivadas del Decreto de 12 de junio de 1931 de bases para la aplicación a la Agricultura de la Ley de Accidentes de Trabajo, que se hizo efectiva a partir de 1932. Desde sus inicios, MAPFRE abordó un proceso de diversificación similar a otras muchas mutualidades patronales, añadiendo al ramo de accidentes de trabajo la actividad en el ramo de incendio y pedrisco (1933), accidentes individuales y robo (1936) y vida, transportes y responsabilidad civil (1943). Al mismo tiempo, aprovechando la organización territorial de la Agrupación de Propietarios de Fincas Rústicas, se inició un proceso de expansión geográfica estableciendo delegaciones comarcales en toda España, que le permitieron superar el ámbito local o regional propio de la mayoría de mutualidades patronales de accidentes de trabajo a lo largo de este período. Al establecerse en 1944 el seguro obligatorio de enfermedad, MAPFRE acordó con el Ministerio de Trabajo su conversión en entidad colaboradora de la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad por espacio de 10 años. En este período de tiempo MAPFRE acumuló un importante déficit originado por el creciente gasto farmacéutico y la insuficiencia de primas. Al cumplirse los 10 años del acuerdo en 1954, la entidad cesó en esta actividad aunque las deudas pusieron en peligro su continuidad. Esta situación dio lugar a una grave división interna que acabó en 1955 cuando un grupo de mutualistas, dirigido por Dionisio Martín Sanz, consiguió el control de MAPFRE frente a la candidatura de Ernesto Castaño.

En estas circunstancias asumió Ignacio Hernando de Larramendi la dirección general de la Mutualidad. Las pérdidas producidas por el seguro de enfermedad superaban los 26 millones de pesetas y las deudas habían dado lugar al embargo de bienes de MAPFRE por parte de los colegios farmacéuticos. Tras un análisis de la situación financiera, Larramendi tomó una serie de medidas, entre las que estuvo la firma en 1957 de un convenio con el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España, por el que se aplazaron durante siete años los pagos de todas las deudas, la reducción incentivada de plantilla excedente y, en 1958, la creación de la comisión liquidadora de la Entidad colaboradora número 35 en el seguro de enfermedad. Con estas medidas consiguió en poco tiempo el saneamiento de la Mutualidad que hizo posible el retorno de la política de extorno (en 1957 pudo efectuar la devolución del 15% de las primas a los mutualistas del ramo de incendios).

Salvada esta adversa coyuntura, Larramendi impuso un nuevo estilo de gestión en MAPFRE con el objetivo de modernizarla. Una de sus primeras medidas fue el refuerzo de la red territorial —con la sustitución de los delegados provinciales a comisión por sucursales con directores y empleados en nómina—, además de la ampliación geográfica y la descentralización de las funciones operativas a través del establecimiento de direcciones regionales. Al mismo tiempo, tuvo lugar una ampliación de actividades con la incorporación de otros ramos del seguro, y se inició uno de los procesos que luego caracterizaron la estructura de la entidad: la especialización con la creación de servicios gracias a la incorporación de un equipo humano joven y de formación universitaria, al que MAPFRE formó en el extranjero, ofreciéndole la oportunidad de estudiar los mercados anglosajones, con el objetivo de aportar sus novedades y avances.

La aprobación de la Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963 y su aplicación definitiva en 1966 propiciaron una importante reestructuración en la entidad. En 1966 se constituyó MAPFRE Mutua Patronal de Accidentes de Trabajo (la actual FREMAP), que asumió la gestión del ramo de accidentes de trabajo, se convirtió en entidad colaboradora de la Seguridad Social y se independizó de la Mutualidad, que siguió operando en los seguros privados. En octubre de 1969 Ignacio Hernando de Larramendi presentó con gran visión de futuro, un Proyecto de reforma estructural de MAPFRE, ratificado por la junta general el 1 de marzo de 1970. Como consecuencia de su aplicación se creó el grupo MAPFRE, integrado por MAPFRE Mutualidad como sociedad matriz especializada en el ramo del seguro del automóvil y dos sociedades anónimas filiales: MAPFRE Industrial, centrada en seguros generales, y MAPFRE Vida, dedicada a los seguros de vida. Esta reforma perfiló lo que iba a ser en el futuro MAPFRE: una estructura empresarial basada en la autonomía funcional de las distintas sociedades, pero donde se aprovechan una serie de servicios comunes, lo que permite el abaratamiento de los costes. La actuación conjunta se consigue gracias a la coordinación de MAPFRE Mutualidad como propietaria de la mayoría absoluta de capital de las demás empresas del grupo. Larramendi apostó entonces por el seguro de automóviles, sector en el que MAPFRE se convirtió en líder nacional y en destacada especialista en el contexto europeo. En 1972 se produjo un cambio en la presidencia del consejo directivo de MAPFRE Mutualidad: el 4 de diciembre este órgano eligió como presidente a José Antonio Rebuelta en sustitución de Dionisio Martín Sanz debido a las discrepancias que habían surgido con el director general Ignacio Hernando de Larramendi.

Larramendi mantuvo hasta 1981 la estructura empresarial establecida en 1970. Sin embargo, en aquel año se produjeron cambios debidos a la necesidad de reestructurar una de las entidades financieras del grupo. En 1962 MAPFRE había adquirido una sociedad domiciliada en Barcelona denominada Central de Obras y Créditos, S.A. (COC) y la transformó en 1966 en Central de Inversión y Crédito, S.A. (CIC) con la intención de relacionar el negocio de la financiación de la compra de automóviles con el de los seguros. En los años siguientes esta sociedad vinculada al grupo hizo importantes operaciones inmobiliarias. Sus resultados se vieron afectados negativamente por la crisis de la economía española iniciada en 1974, y esta situación obligó a acometer su profunda reestructuración en 1978. En los años siguientes Ignacio Hernando de Larramendi se dedicó a su saneamiento y en 1981 se cambió de denominación por la Corporación MAPFRE y se le transfirieron las participaciones mayoritarias que tenía MAPFRE Mutualidad de Seguros en MAPFRE Vida y MAPFRE Industrial. De esta forma, la nueva entidad se convirtió en la compañía tenedora (holding) de las sociedades mercantiles promovidas por MAPFRE en los sectores de seguros y financieros. La Corporación, al igual que anteriormente CIC, continuó cotizando en bolsa, reduciendo progresivamente la Mutualidad su participación hasta el 51-52% del capital.

Las sucesivas transformaciones en la estructura empresarial no han hecho más que avanzar en el sistema diseñado en 1969. En 1983 el consejo de administración aprobó el denominado "Sistema MAPFRE 85" que acentuaba la división de MAPFRE en tres grandes unidades de gestión autónoma (automóviles, riesgos diversos y reaseguro y vida). La Mutualidad continuó siendo, y aun hoy lo es, la propietaria de la mayoría de las acciones de la Corporación MAPFRE. Con ello, Larramendi pretendía que la sociedad matriz fuese titular de las nuevas sociedades que se creasen, el soporte para su expansión internacional y sirviera como sistema de autocontrol presupuestario, de gestión y de resultados común para todas las sociedades básicas de MAPFRE. En 1988 este sistema fue sustituido por el "Plan Sistema MAPFRE 92", con el que la Corporación MAPFRE tendió a eliminar su actividad operativa directa, convirtiéndose en la entidad principal propietaria de las restantes sociedades anónimas que la integran.

Una de las inquietudes de Larramendi desde la década de los años setenta ha sido la creación de un banco. Este proyecto se hizo realidad en 1990 cuando empezó a operar el Banco MAPFRE con tres oficinas territoriales. En la actualidad, el Banco MAPFRE figura a la cabeza de la unidad operativa Crédito del Sistema MAPFRE. De 1955 a 1990 Ignacio Hernando de Larramendi ha ocupado la máxima responsabilidad ejecutiva de MAPFRE: hasta 1975 como director general, desde este año a 1985 como consejero delegado, y entre 1985 y 1990 como presidente de la comisión de control institucional.

En el ámbito internacional, Larramendi impulsó desde 1969 la expansión de las operaciones del grupo fuera de España y, junto con el consejo directivo, consideró que la zona más adecuada para iniciarla era el mercado iberoamericano. El primer paso fue dar a conocer el nombre de MAPFRE en el continente americano participando en congresos y reuniones internacionales, donde el propio Larramendi y sus directivos aportaron ponencias y conferencias. A ello se unió la constitución de la Editorial MAPFRE, creada en 1970, y que desde entonces realiza una importante labor de difusión de publicaciones sobre seguros y temas empresariales en estos países. Estos inicios se completaron con el desarrollo del reaseguro y con la adquisición de participaciones en empresas de seguros regionales. El paso del campo del reaseguro al seguro director se realizó a través de MAPFRE Internacional, una sociedad de cartera extranjera que MAPFRE adquirió en 1976 con un capital de 50 millones de pesetas y que en 1990 contaba con 14.893 millones de fondos propios. En ese mismo año MAPFRE estaba presente en Iberoamérica a través de sociedades de seguros o de servicios en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Guatemala, Paraguay, Uruguay y Venezuela. En América del Norte disponía de filiales en Puerto Rico, Florida y Méjico, y en Europa en Portugal e Italia.

En sus actuaciones y escritos Ignacio Hernando de Larramendi siempre ha hecho hincapié en el sentido de la responsabilidad social de las empresas. Éste es uno de los aspectos más destacados de su pensamiento empresarial que expresa del siguiente modo: "La empresa no está obligada sólo a la prestación eficiente de su propio servicio, sino sujeta a obligaciones institucionales derivadas de su influencia en la vida social y de su participación en el patrimonio nacional". Una de sus mayores aportaciones en este sentido han sido las fundaciones vinculadas al grupo empresarial que ha dirigido: Fundación MAPFRE (1975), Fundación Cultural MAPFRE Vida (1988), Fundación MAPFRE América (1988), Fundación MAPFRE Estudios (1989) y Fundación MAPFRE Medicina (1989).

Este sentido social ha sido transmitido por Ignacio Hernando de Larramendi a MAPFRE y a todos sus empleados hasta el punto de introducir normas para que no se pervierta esta orientación en la entidad. Baste citar a modo de ejemplo que existe una prohibición de incorporar laboralmente a MAPFRE a familiares de empleados, directivos y consejeros, además de la limitación casi absoluta de poseer acciones de empresas del grupo, aplicable a consejeros y directivos centrales. La última limitación establecida se refiere a la edad de jubilación obligatoria, fijada en los 70 años. En 1990, un año antes de cumplir esta edad, Larramendi renunció a todos sus cargos ejecutivos en MAPFRE. El 16 de junio de 1990 se designó presidente de MAPFRE Mutualidad a Julio Castelo, que había ejercido el cargo de director general y de consejero delegado de la Mutualidad desde 1978 y 1985 respectivamente. Excepcionalmente, Larramendi continuó ejerciendo la presidencia de la Fundación MAPFRE América hasta julio de 1995.

Sin embargo, su jubilación en la empresa no le condujo a la inactividad. La inquietud intelectual que le ha acompañado toda su vida se ha reforzado en esta nueva etapa. En 1951 había fundado con Rafael Gambra y Vicente Marrero la Editorial Cálamo, que tenía su sede en el propio hogar de los Larramendi. En 1977 publicó Anotaciones de Sociopolítica Independiente recogiendo su visión sobre algunos temas de actualidad derivados de la finalización del franquismo. En 1987 promovió, a título personal y en memoria de su padre, la Fundación Hernando de Larramendi [actualmente Fundación Ignacio Larramendi], cuyos objetivos son el fomento de la caridad en las relaciones sociales, el impulso del estudio sobre la influencia histórica del carlismo en la sociedad española, el análisis del papel de las instituciones sociales independientes como medio de optimización de recursos sociales y apoyo a su establecimiento, y la promoción de investigaciones y actividades científicas no lucrativas. En 1992, dentro de las Colecciones MAPFRE 1492, publicó Utopía de la Nueva América. Reflexiones para la Edad Universal, en la que medita sobre el futuro de Iberoamérica y Angloamérica. Sus últimos pensamientos se han plasmado en las siguientes publicaciones: Crisis de Sociedad. Reflexiones para el Siglo XXI (1995), Panorama para una Reforma del Estado (1996) y Bienestar Solidario (Cementerio de Buenas Intenciones) (1998). Ha sido presidente —desde su fundación en 1996 hasta enero de 1999— de la comisión directiva de la Fundación Histórica Tavera, cuyo objetivo es la preservación y divulgación del patrimonio bibliográfico y documental de España, Portugal e Iberoamérica [Tras el fallecimiento de Ignacio Hernando de Larramendi se integró en el Instituto de Cultura de la Fundación MAPFRE. Nota de la Fundación Ignacio Larramendi].

En 1998 MAPFRE era el principal asegurador español, la primera empresa extranjera de seguro directo en Iberoamérica y la más importante en reaseguro y asistencia de este continente. Ello es fruto del pensamiento e iniciativa empresarial de Ignacio Hernando de Larramendi y de sus colaboradores. Su destacada actividad en el mundo del seguro y su aportación a la sociedad ha sido distinguida con numerosos premios, entre los que cabría mencionar la Medalla de Oro de la International Insurance Seminar Founder´s Award de Estados Unidos (1986), la Medalla de Oro del Seguro Español (1987), la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica (1996) y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (1998).

Jerónia Pons Pons