Gian Pietro Carafa. Nacido en Capriglia Irpina en 1476. Su calidad de miembro de una ilustre e influyente familia napolitana le permitió comenzar desde muy joven su carrera eclesiástica, en la cual fue iniciado por su tío, el cardenal Oliverio Carafa. Bajo el pontificado del papa León X actuó como nuncio apostólico en España e Inglaterra, para ser posteriormente transferido a la sede de arzobispal de Bríndisi en 1518. En 1524, el entonces papa Clemente VII le autorizó a renunciar a sus privilegios y beneficios eclesiásticos para ingresar en el “Oratorio del Amor Divino” de Roma, donde conoció a san Cayetano de Thiene con quien fundó la Orden de Clérigos Regulares, cuyos miembros fueron pronto llamados «teatinos». El papa Paulo III convocó a Gian Pietro Carafa de Venecia a Roma, y en diciembre de 1536 lo nombró cardenal. El 1 de mayo de 1555, tras solamente veintiún días de pontificado, moría en Roma el papa Marcelo II; el 15 de mayo siguiente, los cincuenta y seis cardenales de que constaba entonces el Colegio Cardenalicio, se reune para elegir al sucesor; en el cónclave, contra todo pronóstico, fue elegido Carafa como Sumo Pontífice, siendo ya octogenario, escogiendo el nombre de «Paulo IV». Falleció en Roma en el 18 de agosto de 1559 sus restos fueron colocados en la basílica de san Pedro y trasladados posteriormente a la basílica de Santa Maria sopra Minerva.