Apuntes biográficos/históricosLa irradiación de los escritos árabes y judíos, y con ellos, de la tradición griega, aristotélica y neoplatónica sobre Europa, se intensificó - y aun a veces se supone que comenzó propiamente- en España desde fines del siglo XI, una vez tomada Toledo por Alfonso VI (1096). El impulso fue dado principalmente por el Raimundo de Toledo, Obispo de Toledo (1126-1152), así como por el Obispo Michael (en Tarazona), y aunque fue Toledo el centro principal se formaron núcleos de traductores o "centros de traducción" en varios puntos, entre ellos en Barcelona. Los nombres "Escuela de Traductores de Toledo" o "Escuela de Toledo" -éste propuesto por el por Valentín Rose ("Ptolomeus und die Schule von Toledo", Hermes VIII [1874], 327-348), que fue el primero en llamar la atención sobre los traductores toledanos- no son, sin embargo muy adecuados. Como señala José María Millás y Vallicrosa (Las traducciones orientales de los manuscritos de la Biblioteca Centra de Toledo, 1942, pag. 9), sse juntaron al lado del Obispo Michael "varios traductores que le dedicaban, a veces, sus traducciones, y de aquí que se haya hablado de Colegios o Escuelas de Traductores, lo que, según parece, sólo de un modo impropio puede aplicarsse". Los textos vertidos comprendían obras de Aristóteles según textos árabes, obras atribuídas a Aristóteles de contenido neoplatónico, obras de filósofos árabes y judíos y obras y complilaciones científicas de diversas procedencias. entre los escritos traducidos de interés filosófico figuran los Analytica posteriora, el De coelo et mundo y el De generatione et corruptione, de Aristóteles, el influyente Liber de causis, buen número de obras de Avicena (tales como la Lógica, la Física, la obra sobre el cielo y el mundo, los libros sobre el alma y la Metafísica), de Agazel (la Lógica, la Fósoca y la Metafísica), de Alkindi y de Avicebrón (la Fons Vitae). Esta simple lista de permite ver que la obra de los traductores fue decisiva para el desenvolvimiento filosófico de los dos siglos subsiguientes; trátase de algunas de las obras sobre las cuales giró lo más substancial de la especulación filosófica medieval cristiana.
Señalaremos algunos nombre de traductores: Juan hispalense, Domingo González o Dominicus Gundissalinus (con más frecuencia conocido bajo el nombre de Dominico Gundisalvo), gerardo de Cremona, Marcos de Toledo. A ellos deben agregarse Miguel Escoto (que se trasladó luego a la corte de Federico II, en Sicilia) y Hermann el Alemán (Luego trasladado a la Corte de Manfredo). Plato Tiburtinos tradujo en Barcelona, en colaboración con Abraham bar Hiyya. Hugo Sanctallensis dedicó traducciones al Obispo Michael de Tarazona. Pedro Alfonso de Huesca (probablemente relacionado con Adelardo De Bath) fue así mismo un traductor destacado. Finalmente, En el valle del Ebro se encontraban, dedicados a la misma actividad, Hermann el Dálmata, su discípulo Rodolfo de Brujas y Roberto de Retines. [Ferrater Mora, J.]
Fuentes consultadas1. Benito Ruano, Eloy. En revista Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, Hª Medieval, t. 13, 2000, págs. 13-28. - "Ámbito y ambiente de la "Escuela de Traductores de Toledo".
2. Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía Española. Tomo 4. pp. 3299-3300
3. García-Junceda, José Antonio. Anales del Seminario de Historia de la Filosofía , Vol. III. Ed. Univ. Complutense. Madrid, 1982-83. Págs. 65-93. - La filosofía hispano-árabe y los manuscritos de Toledo. Una meditación sobre el origen de la Escuela de traductores.
4. Gargatagli, Marietta. Quaderns. Revista de traducció 4, 1999. Págs. 9-13
5. Millás Vallicrosa, José María. "Las traducciones orientales en los manuscritos de la Biblioteca Catedral de Toledo". Madrid : Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1942, págs. 15-27
6. Vegas González, Serafín. En Revista Española de Filosofía Medieval, 12 (2005), pp. 109-134. - Significado Histórico y significación filosófica en la revisión de los planteamientos concernientes a la Escuela de Traductores de Toledo