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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > IV : (OLIVER-VIVES) > PÉREZ Y GARCÍA, ANTONIO

Datos del fragmento

Texto

[p. 57]

Publicó la traducción siguiente:

La República | de Cicerón, | conforme al texto inédito recientemente descubierto y comentado | por | Mr. Angelo Mai, | bibliotecario del Vaticano, | con el discurso preliminar y las disertaciones históricas | de Mr. Villemain, | de la Academia Francesa, | y | con la traducción castellana | de | Don Antonio Pérez y García. | Madrid. Imp. de Repullés. 1848. 416 pp. 8.º prolongado.

El maravilloso descubrimiento del tratado, no completo, De república de Marco Tulio, verificado por el Cardenal Mai en los palimpsestos del Vaticano, vino a poner en conmoción al mundo erudito. Cierto que quedaban aún sensibles lagunas en los tres primeros libros, cierto que faltaban casi del todo el cuarto y el [p. 58] quinto, no conservándose del sexto otra cosa que el admirable fragmento de antiguo conocido con el nombre de Sueño de Escipión, pero aun así era de importancia capital el hallazgo de la obra, y milagroso parecía el medio por el cual se había trasladado hasta nosotros. El entusiasmo fué general en Italia, en Alemania, en Francia, en las regiones todas del mundo literario. Leopardi felicitó a Mai en un canto sublime; el insigne crítico Villemain tradujo a lengua francesa la obra de Cicerón, colocando a su frente un erudito discurso, escrito con la solidez, amenidad, discreción y elegancia que caracterizan sus producciones. Y no satisfecho aún, añadió tres disertaciones, trabajadas con igual esmero, a los libros cuarto, quinto y sexto, mostrando el probable enlace de sus fragmentos y haciendo largas y atinadas consideraciones sobre la doctrina en algunos de ellos expuesta. Al fin colocó buen número de notas críticas e ilustrativas.

Sobre el trabajo de Villemain está fundado el del señor Pérez y García, que coloca al frente de su versión el texto ciceroniano y además de traducir las ilustraciones todas del ilustre secretario de la Academia Francesa, inserta las notas latinas del Cardenal Mai, según se hallan en la edición de París que le sirvió de guía.

Eminente servicio prestó a nuestras letras el editor (quienquiera que fuese) de esta obra, y es de sentir que el esmero, así en la traducción castellana como en la parte tipográfica, no corresponda al mérito e importancia del libro.

Santander, 27 de marzo de 1876.

Notas