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Obras completas de Menéndez... > ESTUDIOS Y DISCURSOS DE... > VI: ESCRITORES MONTAÑESES > BIBLIOGRAFÍAS BREVES

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HIJOS ILUSTRES DE LA PROVINCIA DE SANTANDER

EL P. RÁVAGO
por D. Enrique de Leguina

ENCOMIOS merece sin tasa la diligencia con que el señor Leguina procura ilustrar la historia de esta comarca, no obstante haber nacido lejos de su suelo. Así ha debido comprenderlo el público, agotando en breve tiempo el primer volumen de sus Hijos ilustres de Santander. A tal benevolencia corresponde nuestro cronista dando a la estampa hoy la biografía del Padre Rávago, el montañés a quien más altos servicios debe su tierra natal. Su trabajo es curioso e incluye, así en el texto como en las notas, documentos inéditos de alguna importancia. Sentimos, no obstante, que las dimensiones de su opúsculo hayan impedido al erudito investigador darnos cabal idea del personajes historiado, considerándole ya como teólogo, ya como escritor de filosofía. De los escritos de Rávago nos da el señor Leguina muy escasa noticia que no basta a satisfacer la curiosidad bibliográfica, según entendemos. Hoy, que la historia de la filosofía se cultiva con tanto ardor y entusiasmo, estaría muy en su punto una exposición y un [p. 400] juicio siquiera breve de las doctrinas científicas de Rávago, su encadenamiento sistemático, enlace con las de pensadores antecedentes, etc. Es más de reparar esta falta en el muy apreciable libro a que nos referimos, porque en él se intercalan largas ilustraciones genealógicas, menos importantes, en nuestra opinión.

La ejecución material de este tomo es esmeradísima, y en nada inferior a la del primero. Entrambos son muy lindos, y merecen figurar en la biblioteca de todo montañés amante de su patria.

NOTICIA HISTÓRICA DE LAS BEHETRÍAS

por D. Angel de los Ríos y Ríos

Con intento de que precediese a su frustrada edición del Libro Becerro de las Behetrías trazó el muy erudito escritor montañés don A. de los Ríos y Ríos el precioso estudio que hoy separadamente publica. Investigar el origen probable de aquellas singulares instituciones, deslindar claramente sus límites y carácter, explicar las transformaciones que sufrieron en diversos períodos de la Edad Media, compendiar cuanto en nuestras leyes se refiere a las benefactorías , reconstruir en los posible aquel estado social con las escasas noticias de él que hasta nosotros han llegado: tal es la empresa dignamente realizada por el docto académico. Largamente expone el señor Ríos el sistema tributario de las Behetrías, las relaciones entre el señor y sus vasallos y las de unos y otros con el Rey; claramente señala los límites del condado de Castilla, valiéndose de un casi ignorado documento; exorna y ameniza su trabajo con otras no menos curiosas digresiones, habla con sagacidad y erudición sobre manera notables del carácter y formación del Fuero Viejo de Castilla, discute hábilmente la naturaleza y legitimidad de los Fueros vascongados probando que no son otra cosa que la libertad primitiva¸ conservada algún más tiempo que en la generalidad de la Península , llega a tratar las cuestiones relativas a la composición del Becerro , opinando atinadamente que don Alfonso XI mandó hacer las pesquisas, terminándose éstas en [p. 401] tiempo de don Pedro, y explica por último la muerte o desaparición de las behetrías en posteriores tiempos. La copia de datos recogidos en esta memoria es inmensa, las conjeturas probables en materia tan sujeta a dudas y divergencias, el lenguaje puro y castizo, el estilo correcto y lleno de sabor erudito de bonísima ley. No haremos cargo alguno al autor por cierta falta de método, puesto que él la reconoce, y no altera, además, en parte sustancial el encadenamiento de los hechos y de las reflexiones. Lo que sí hubiera sido conveniente, alguna división en párrafos, capítulos o cosa semejante que hiciera más descansada la lectura y contribuyera a fijar con más distinción las ideas en el ánimo de los lectores. Fuera de esto y de algún punto más o menos dudoso, como el de Bernardo del Carpio, cuya existencia se inclina a admitir el señor Ríos, cuando, según entendemos, fué este héroe una creación poética de la fantasía nacional para oponerle al Roldán de los franceses, creación formada con muy varios elementos, entre ellos el recuerdo del Pros Bernat , conde de Ribagorza y de Pallars; fuera de esto, decimos, y de alguna otra cosilla de poca monta, como el atribuir al Lope García de las Bienandanzas la portentosa prole de aquel antepasado suyo que murió sobre Algeciras, el libro es doctísimo, curioso, agradable, y honra en gran manera el talento y la erudición de su autor, digno compatriota de Floranes, del Padre La Canal y de Martínez Mazas.

Por apéndice acompañan el Fuero de Cervatos y el de San Salvador de Cantamuda , hasta hoy inéditos.

LAS CUATRO ESTACIONES

por D. E. Bustillo

El autor de este libro es un verdadero poeta. Canta en todas estaciones, y canta como los pájaros. En el volumen que a la vista tenemos, hay poesías de todo linaje, enlazadas por el orden cronológico de ideas y sentimientos en el autor. No ha señalado las fechas, pero tampoco es necesario. Harto las descubren y manifiestan los poemas mismos.

[p. 402] Lírico por excelencia es el ingenio del señor Bustillo, y no se equivoca mucho al considerar sus inspiraciones como hijas de un subjetivismo profundo . Libros semejantes no admiten fácil análisis. Leerlos equivale a conversar íntimamente con el autor, y ver al descubierto toda su alma. Y el alma del poeta, tal como en el libro aparece, es por cierto simpática, noble en las aspiraciones y sentimientos, valiente para levantarse de las caídas de ánimo o de fortuna.

Grandes y señaladas dotes literarias avaloran los versos del señor Bustillo. Pureza y tersura en las formas, sobriedad en el uso de ciertos primores, decoro artístico , hoy, por mala suerte, harto raro, pruebas son de que el autor de las Cuatro Estaciones considera y estima el arte no como ligero pasatiempo, sino cual ocupación constante y virtuoso ejercicio. Fiel a las buenas tradiciones de estilo y de lengua poética, vése claro que lima y caldea sus versos con empeño notable. Su labor no es arrebatada y sin reparos, al modo de la de tantos otros ingenios contemporáneos, a quienes la poesía no parece otra cosa que un medio de decir cosas agudas o profundas, sea cual fuere la manera como se dicen. Tales producciones son incompletas y aun fugaces cuando sucede (y sucede a menudo) que las ideas a que responden no son de las eternas y humanas , sino de las accidentales y pasajeras, que se mudan y trastruecan a la vuelta de cada sistema filosófico o teoría social.

No cede el señor Bustillo a la manía de los poemas trascendentales y del arte docente que hoy lleva a muchos a poner en verso a Hartmann y a Schopenhauer y a Darwin y Littré, a la manera que Fray Andrés del Olmo puso en octavas reales los veinte libros de haeresibus de Fray Alfonso de Castro, o como don Bernardino de Rebolledo versificó la genealogía de los reyes de Dinamarca.

Muy rara vez, acaso en los cantares por otra parte muy lindos, pero cuyo género nos ha parecido siempre un tanto fugaz e inocente, ha pagado tributo nuestro agradable poeta a otra manía contemporánea, la de esas cancioncitas entre sentimentales y discretas, que ahora llaman, no sé por qué, género alemán (para que todo lo bueno venga de aquella tierra), pero que, exprimidas, apenas dan un adarme de sustancia. Y entiéndase bien que esto va con el género y la escuela, no con los cantares del señor [p. 403] Bustillo, que en su mayor número me parecen bellísimos y sobremanera delicados.

Huyendo, pues, el autor de quien venimos hablando, de las torcidas corrientes que hoy asuelan el campo de las letras, ha cantado con sencillez y limpio acento lo que piensa y siente su alma, sin tender a nebulosidades ni aberraciones, sino inspirándose en sentimientos universales y que hallarán siempre eco en todo corazón e inteligencia sanos.

Algunas de las joyas que este libro encierra eran ya conocidas y apreciadas, sobre todo la triste leyenda de la casa del Renegado . La que el autor prefiere entre todas, quizá con justicia, es el lindo poemita ( pequeño poema que diría Campoamor) Pájaros y Hombres .

Nada citaré del libro, porque sería difícil abrirle en parte alguna sin hallar algo que agrade y embelese.

Felicitamos al señor Bustillo por el nuevo laurel que añade a su corona, y que lo es a la vez, y en parte, de nuestra literatura regional, puesto que de las Asturias es oriundo y a orillas del mar de Cantabria se ha inspirado el autor del Romancero de Africa y del Libro de María .

Notas

[p. 399]. [1] Nota del Colector .-Estas concisas notas bibliográficas aparecieron en varios números de La Tertulia y la Revista Cántabro-Asturiana . Nos ha parecido conveniente reunir todas bajo el mismo título.

Se publica por primera vez en Estudios de Crítica Literaria .