Medieval philosophy is the philosophy that existed through the Middle Ages, the period roughly extending from the fall of the Western Roman Empire in the 5th century to the Renaissance in the 15th century. Medieval philosophy, understood as a project of independent philosophical inquiry, began in Baghdad, in the middle of the 8th century, and in France, in the itinerant court of Charlemagne, in the last quarter of the 8th century. It is defined partly by the process of rediscovering the ancient culture developed in Greece and Rome during the Classical period, and partly by the need to address theological problems and to integrate sacred doctrine with secular learning. The history of medieval philosophy is traditionally divided into two main periods: the period in the Latin West following the Early Middle Ages until the 12th century, when the works of Aristotle and Plato were rediscovered, translated, and studied upon, and the golden age of the 12th, 13th and 14th centuries in the Latin West, which witnessed the culmination of the recovery of ancient philosophy, along with the reception of its Arabic commentators, and significant developments in the fields of philosophy of religion, logic, and metaphysics. The Medieval Era was disparagingly treated by the Renaissance humanists, who saw it as a barbaric middle period between the Classical age of Greek and Roman culture, and the rebirth or renaissance of Classical culture. Modern historians consider the medieval era to be one of philosophical development, heavily influenced by Christian theology. One of the most notable thinkers of the era, Thomas of Aquinas, never considered himself a philosopher, and criticized philosophers for always falling short of the true and proper wisdom. The problems discussed throughout this period are the relation of faith to reason, the existence and simplicity of God, the purpose of theology and metaphysics, and the problems of knowledge, of universals, and of individuation.
La filosofía medieval es la filosofía que se desarrolló en Europa y Oriente Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media, que se extiende aproximadamente desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento. La filosofía medieval se caracteriza principalmente por intentar conciliar las doctrinas cristianas (pero también judías e islámicas) con la filosofía heredada de la antigüedad clásica. Algunas de estas doctrinas fueron especialmente difíciles (como la encarnación y la trinidad), pero el esfuerzo por resolverlas fue el motor de gran parte de la filosofía medieval, y llevó a desarrollar conceptos, teorías y distinciones que heredaría toda la filosofía posterior. Aunque la influencia de la filosofía pagana fue crucial para la filosofía medieval, la gran mayoría de los textos de autores clave como Platón, Aristóteles y Plotino fueron inaccesibles a los estudiosos medievales. Los medievales tuvieron acceso al pensamiento de estos y otros autores principalmente a través del trabajo de autores patricios como Tertuliano, Ambrosio y Boecio, y de autores paganos como Cicerón y Séneca. En los siglos XII y XIII, sin embargo, una gran cantidad de trabajos de Aristóteles viajaron a Europa Occidental desde Al-Andalus y desde Constantinopla, influenciando enormemente a la filosofía. Este importante hecho permite dividir a la filosofía medieval en dos períodos: el período antes del reingreso de Aristóteles, y el período durante y después de su reingreso. El primer período fue marcadamente platónico, con un estilo generalmente ameno y asistemático, y sin una distinción clara entre teología y filosofía. Algunos de los autores más importantes fueron Boecio, Juan Escoto Erígena, Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo. El segundo período fue más aristotélico. Asistió a la creación de las universidades, a una mayor profesionalización y sistematización de la filosofía, a nuevas traducciones y a nuevas formas de enseñanza. La escolástica fue el movimiento teológico y filosófico dominante, y entre los autores clave estuvieron Ramon Llull, Tomás de Aquino, Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y Buenaventura de Fidanza. Algunos de los temas centrales a lo largo de la filosofía medieval fueron la relación entre la fe y la razón, la existencia y naturaleza de Dios, la cuestión de la compatibilidad entre atributos divinos, el problema del mal, el problema de la compatibilidad de la omnisciencia divina con el libre albedrío, el problema de los universales, la causalidad, los límites del conocimiento, la lógica aristotélica y la individuación de las sustancias divisibles e indivisibles. Después de las conquistas musulmanas, la filosofía islámica temprana desarrolló las tradiciones filosóficas griegas en nuevas direcciones innovadoras. Esta Edad de Oro islámica influyó en los desarrollos intelectuales europeos. Las dos principales corrientes del pensamiento islámico temprano son Kalam, que se centra en la teología islámica y la escuela , que se basó en el aristotelismo y el neoplatonismo. Aristóteles fue muy influyente entre falsafa como al-Kindi (siglo IX), Avicena (980-1037) y Averroes (siglo XII). Otros, como Al-Ghazali, criticaron a los métodos de la filosofía aristotélica de los falsafa. Los pensadores islámicos también desarrollaron un método científico, medicina experimental, una teoría de la óptica y una filosofía jurídica. Ibn Khaldun fue un pensador influyente en la filosofía de la historia. En Irán, varias escuelas de filosofía islámica siguieron floreciendo después de la Edad Dorada e incluyen corrientes como Illuminacionismo, la filosofía sufí y la de Mulla Sadra. El mundo árabe de los siglos XIX y XX vio el movimiento nahda (despertar o renacimiento) que influyó en la filosofía islámica contemporánea.