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Obras completas de Menéndez... > LA CIENCIA ESPAÑOLA > III. La Ciencia Española :... > INVENTARIO BIBLIOGRÁFICO DE... > XII. — CIENCIAS FÍSICAS Y SUS APLICACIONES

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[p. 239]

A) Física general, Alquimia, Química, etc.

Siglo I. Lucio Anneo Séneca: Quaestiones naturales, en siete libros, que principalmente tratan de Meteorología.

Siglo VII. San Isidoro: (De natura rerum ad Sisebutum Regem). Así este libro como el anterior, tuvieron grande [p. 240] importancia como manuales de Física durante la Edad Media. Véase también el libro décimotercio de las Etimologías de San Isidoro.

Abul Cassem Molesma ben Ahmed el Magherity (siglo X): Dejó un tratado de Alquimia (ms., en la Biblioteca de El Escorial), y otro de piedras preciosas (ms. en la Bodleyana).

Avempace (siglo XII): Anotaciones sobre el tratado de Alquimia de Alfarabí.—Tratado de los elementos.

Arnaldo de Vilanova: Liber appellatus Thesaurus Thesaurorum, Rosarius philosophorum ac omnium secretorum maximum sacramentum, de verissima compositione naturalis philosophiae.—Novum lumen.—Perfectum magisterium et gaudium Mag. Arnaldi de Villanova (conocido también por el título de Flos Florum... in quo reperitur vera compositio et perfectio elixir).—Epistola super alchymia ad Regem Neapolitanum.—De lapide philosophorum.—Novum Testamentum.—Speculum Alchymiae.—Practica Mag. Arnaldi de Villanova.—Semita Semitae.—Tractatus Parabolarum.—Recepta de arte Alchymiae.—De origine metallorum.—Rosa Novella, etc.

La autenticidad de algunos de estos tratados es dudosa. A Arnaldo se atribuye con más o menos fundamento la extracción del espíritu de vino, del aceite de trementina, de las aguas de olor, etc.

También ofrece dificultades el determinar los escritos auténticos de alquimia que dejó el célebre franciscano ampurdanés Juan de Peretallada, Ribatallada o Rupescissa.

Ramón Lull (Raimundo Lulio): Corren a nombre de este gran filósofo una multitud de tratados de alquimia, que la crítica ha declarado apócrifos, pero que no podemos dejar de mencionar, porque algunos de ellos pueden ser obra de alquimistas españoles de los siglos XIV, XV y XVI. Los más conocidos de estos opúsculos pseudolulianos son: De secretis naturae seu de Quinta Essentia.— Epistola accurtationis lapidis Philosophorum.—Testamentum Novissimum.—Cantilena Raymundi Lulli.—Elucidatio Testamenti R. L . Lux Mercuriorum R. L. Maioricensis.—Liber Mercuriorum.—Experimenta R. L..... in quibus verae philosophiae chymicae operationes clarissime traduntur.—Liber artis compendiosae quem Vade-mecum nuncupavit.— Compendium animae transmutationis artis metallorum.—Apertorium.—Ars intellectiva super lapidem philosophorum.—Practica Raym. Lulli.—Magia Naturalis.—Tertia distinctio [p. 241] quintae essentiae.—Lucidarium totius Testamenti.—Liber naturae et Lumen nostri lapidis.—Investigatio secreti occulti, etc., etc. Siendo apócrifos a toda luz estos tratados y otros muchos que citan y discuten Luanco y Littré, creemos, de acuerdo con estos doctos críticos, que carecen de todo fundamento los descubrimientos e invenciones químicas que se atribuyen a Raimundo Lulio; es a saber, el horno llamado Athanor, el ácido nítrico o agua fuerte, la destilación alcohólica, el tártaro calcinado, la extracción de la potasa de las cenizas vegetales, la copelación de la plata, un aparato para recoger y determinar el ácido carbónico en la análisis de las substancias orgánicas, etc. Es enteramente fabuloso que Raimundo Lulio se dedicase en ninguna época de su vida a las operaciones alquímicas, ni siquiera que estuviese iniciado en ellas al contrario, en sus libros auténticos niega rotundamente la posibilidad de la transmutación.

Por lo demás, en el reino de Aragón alcanzó mucho favor la Alquimia, contando entre sus protectores a los reyes D. Pedro IV, D. Juan I y D. Martín el Humano. Las mismas impugnaciones de la Alquimia hechas por Fr. Nicolás Eymerich (Tractatus contra Alchymistas), y por otros, dan testimonio del crédito que alcanzaban las ideas transmutatorias.

El libro del Tesoro: Este tratado alquímico, en verso castellano, atribuído por una superchería a Alfonso el Sabio, no parece remontarse más allá del siglo XV. También se le ha atribuído, sin fundamento, otro tratado alquímico: Clavis Sapientiae.

Don Enrique de Aragón o de Villena: Carta de los veinte sabios cordobeses a D. Enrique y respuesta de éste.

Anónimo catalán de Alquimia (Ms. de la Biblioteca Provincial y Universitaria de Barcelona). En la misma Biblioteca existe otro manuscrito de igual carácter, cuyo autor parece ser Francisco Borrell o Miguel Carbonell.

Ricardo Estanihmnst: Toque de Alquimia (ms. de la Biblioteca Nacional).

Colección Alquímica de Gonzalo Rodrigo de Passera (códice existente en la Biblioteca de la Universidad de Oviedo).

Libro manuscrito de Alquimia que perteneció al canónigo ilerdense D. José Besora (existen en la Biblioteca Provincial y Universitaria de Barcelona).

[p. 242] Sobre el modo de hacer la piedra filosofal (ms. de la Biblioteca Nacional).

Recetas Alquímicas.—Secreto para aumentar el Sol (oro) a todo juicio y examen.—De la piedra filosofal (Ms. de la Biblioteca Universitaria de Granada). [1]

Diego Álvarez Chanca: Commentum novum in Parabolis Divi Arnaldi de Villanova (1514).

Pedro Ciruelo: Paradoxae quaestiones (1538). Tres de ellas versan sobre las cuestiones siguientes: De virtute activa agentis naturalis in Physica.—De Potentia motiva corporis naturalis.—De Rarefactione et condensatione corporum.

Juan de Jarava: La Philosophía Natural brevemente tratada y con mucha diligencia copilada de Aristóteles, Plinio, Platón y otros graves autores (1546).

Alonso de Fuentes: Suma de filosofía natural, en la qual asimismo se trata de Astrología y Astronomía et otras sciencias en estilo nunca visto (1547).

Pedro de Mercado: Diálogos de philosophía natural y mora (1558). Del mismo género son tres de los Coloquios de Pero Mexía (1547).

Luis de Centellas: Coplas sobre la piedra filosofal.—Cartas al doctor Manresa sobre la ciencia oculta y piedra philosophal (1552).

Caravantes: Praxis artis alchimicae, publicada por Gratarolo en 1561.

Lorenzo Gozar: De Medicinae fonte (1589). Es un diálogo en alabanza de la Alquimia. El autor era secuaz de Paracelso.

Francisco Vallés: De iis quae scripta sunt physice in libris sacris, sive de sacra philosophia (1587).

Fray Andrés de Urdaneta, agustino, que antes de serlo navegó en la expedición del comendador Jofre de Loaisa, y después asistió con Legazpi a la expedición de Filipinas (1564). Quedan [p. 243] de él varias relaciones y derroteros, y de él escribe el cartujo don Esteban de Salazar, en sus Discursos sobre el Credo (1591), las siguientes palabras, que no carecen de interés para la historia de la teoría de los ciclones: «Como en el arte náutica hiciese ventaja a cuantos a la sazón vivían... añadió aquel viento a la aguja, que con vocablo indiano los marineros llaman huracán, los cuales creen, cuando él sopla, que soplan todos los treinta y dos vientos de la aguja, no corriendo más de uno solo, cuyo rumbo va haciendo el caracol de polo a polo, y por eso sopla en todas partes y es tan violento, haciendo remolino.»

Gerardo Vaget de León. Compendio de la naturaleza, virtud y aplicación de la quinta esencia del oro medicinal, a que los antiguos llamaron Panacea (1604).

Cristóbal de Santiago: Arte Separatoria de los licores.

Padre Hernando Castrillo, S. J.: Magia Natural o ciencia de filosofía oculta, con nuevas noticias de los más profundos secretos y misterios del universo visible (1649).

Anónimo: Paracelsina admirable de la piedra filosofal, cuya materia es el mercurio. Fundada sobre el número ternario (1658).

Don Andrés Dávila y Heredia, señor de la Garena: Disertación sobre este asunto: Demostrar la inteligencia de Arquímedes, que con el Espexo quemó la armada enemiga; materia que hasta el día de hoy no la ha escrito nadie (1679).

Isaac (por otro nombre Fernando) Cardoso: Philosophia Libera in septem libros distributa (1673). Los libros III, IV y V de esta obra importantísima pertenecen totalmente a las ciencias naturales, tratadas conforme a las más avanzadas teorías y experimentos de aquella época.— Discurso sobre el monte Vesubio... y el origen verdadero de los terremotos, vientos y tempestades (1633).

Don Diego de Torres Villarroel: El Ermitaño y Torres, Conversaciones physico-médicas y chimicas, aventura curiosa en que se trata de la piedra philosophal (1726).

Fray Benito Jerónimo Feijoo: En su Theatro Crítico Universal (1726 a 1739) pueden verse, entre otros, los discursos titulados: Peso del Aire, Esfera del Fuego, Del Antiperístasis, Paradojas físicas (tomo II), Nuevas Paradojas físicas, Nuevas propiedades de la luz, Existencia del vacío, Intransmutabilidad de los elementos, El gran magisterio de la experiencia (tomo V) , Lo máximo en lo [p. 244] mínimo, De lo que sobra y falta en la física (tomo VII), Patria del Rayo (tomo VIII). En las Cartas eruditas y curiosas (1742-1760), las que versan sobre los asuntos siguientes: Respuesta a algunas cuestiones sobre los cuatro elementos.—Sobre las cualidades elementales.—Sobre la porosidad de los cuerpos.—Sobre el tiempo del descubrimiento de las variaciones del imán.—De las batallas aéreas y lluvias sanguíneas (tomo I), Dimensión geométrica de la luz.—Si se va disminuyendo o no sucesivamente el agua del mar.—Causas del atraso que se padece en España en orden a las ciencias naturales.—Explicación de un raro fenómeno ígneo.—Sobre la Electricidad.—Señales previas de terremotos.—Crítica de una disertación sobre el mismo asunto.— Cinco cartas más sobre el mismo asunto, etc. etc.

En todos estos escritos, que son hoy, naturalmente, los más anticuados del P. Feijoo, pero que todavía ofrecen lectura agradable y provechosa aparte de la importancia que tienen en la historia de nuestra cultura, hay, además de una predicación constante en favor del método experimental, y una vulgarización fácil y amena de las principales nociones físicas, meteorológicas, etcétera, algunas teorías originales, entre las cuales debe citarse por su singular importancia, la que atribuye el origen de los terremotos «al cúmulo de materia eléctrica amontonada en una alta profundidad». El P. Feijoo escribía esto en 1755, sin haber leído ni la Memoria inglesa del Dr. Stuckely, que es de 1750, ni el libro italiano de Beccaria, que es de 1753. Es evidente que uno y otro le precedieron, pero Feijoo llegó a la misma conclusión por impulso propio y por diferente camino.

Don Francisco de Tejada (Theophilo, no Adepto, sino apto Escrutador del Arte): El Mayor Thesoro: Tratado del Arte de la Alchimia o Chrisopoeya, que ofrece la entrada abierta al cerrado palacio del Rey, compuesto por Ireneo Philaletha, cosmopolita, Philosopho y Adepto de la piedra philosophal. Traduzido de latín en lengua castellana por.... Ilustrado de varias questiones, que real y physicamente, con razones y experiencias de la transmutación de los metales, evidencian la possibilidad de la Alchimia y de una Analysis del mismo Arte... Añadido con una Mantissa Metalúrgica, que clara e individualmente enseña el modo de hazer los ensayos por fuego y por azogue, muy útil y provechosa para el beneficio de [p. 245] las minas (1727). (Todos estos últimos tratados son originales del traductor, que pretendía, entre otras cosas, haber descubierto la transmutación del hierro en cobre.) La Mantissa Metalúrgica es un tratado de Docimasia, bastante apreciable para su tiempo.

Don Antonio Campillo y Marco: Arte Chymica universal antigua y moderna (1736).

Don Francisco Sebastián Bruno: Clara y verdadera explicación de la composición del mercurio simple de los filósofos, que enigmáticamente describió el anónimo Ægraneo Philaletha Cosmopolita (mediados del siglo XVIII).

Padre Teodoro de Almeida, del Oratorio: Recreación filosófica o Diálogo sobre la Filosofía Natural (1751-1799).— Cartas físico-matemáticas de Teodosio a Eugenio (1787) (once volúmenes en todo). Libros de vulgarización, que fueron bastante útiles en su tiempo.

Don Ignacio López de Ayala: Disertación Física sobre la Aurora Boreal (1768).

Don Juan Pablo Canals y Martí: Memorias sobre el Albayalde, Sal de Saturno, Genuli, Minio y Lithargirio..., que por medio de algunas operaciones químicas se sacan del plomo (1769).— Sobre el carbón de piedra.—Sobre el alumbre y caparrosa de Aragón.

Don Francisco Carbonell y Bravo: Ensayo de un plan de enseñanza de las ciencias naturales en España (1812).— Disertación sobre el álcali volátil (1789).— Pharmaciae Elementa Chemiae recentioris fundamentis innixa (1796).—De este libro se hicieron varias traducciones francesas y castellanas, y sirvió para la enseñanza mucho tiempo.— De Chemiae ad Medicinam applicationis usu ac abusu disceptatio.— Discurso inaugural de la cátedra de Química aplicada a las Artes (1805).— Nuevo método de la destilación del vino.—Arte de hacer y conservar el vino.

Don Félix Palacios: Palestra farmacéutica chímico-galénica (1792).

Don José Luis Proust: Anales del Real Laboratorio de Química de Segovia (1791-95).— Experimentos hechos en la platina (en los Anales de la Historia Natural) (1799) (tomo I). — Análisis de la plata roja arsenical y antimonial (en el tomo VII de los mismos Anales) .—Observaciones sobre el sistema de los conocimientos [p. 246] químicos de Bourcroy (en el Memorial Literario, tomo I de la última serie) (1801).— Indagaciones sobre el estañado de cobre, la vajilla de estaño y el vidriado (1803).— Carta sobre los salitres (1804).— Introducción al Curso de Química (1799). (En los Extractos de las Juntas de la Sociedad Bascongada).—Memoria sobre la mina del hierro llamada vulgarmente pyrita (1795).— Memoria sobre el azul de Prusia (1795), etc.

Don Francisco Salvá y Campillo: Memoria sobre la electricidad aplicada a la telegrafía (1795).— Disertación sobre el Galvanismo (1800).— Sobre la aplicación del Galvanismo a la Telegrafía (1800).— Memoria segunda sobre el Galvanismo aplicado a la Telegrafía (1804).

Extractos de las Juntas Generales celebradas por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Veintitrés tomos, en que abundan los escritos de mineralogía, metalurgia, agricultura, etc. constituyendo una especie de enciclopedia de conocimientos útiles.

Don Mateo Orfila: Elements de Chemie Médicale (1817).—Traducción castellana, hecha por el mismo autor (1818).— Mémoire sur l'absorption des sels de plomb, de bismuth, d'étain, d'argent d'or, de zinc et de mercure (1842). (Vid la sección de Ciencias Médicas.)

B) Mineralogía y Metalurgia

San Isidoro: Libro XVI de las Etimologías (De Lapidibus et metallis).

Siglo XIII. Mahomad Aben-Quich: Lapidario. Va unido a Lapidarios de Rabí Jehudáh Mosca-ha-Qaton, y, como ellos, fué mandado traducir por Alfonso el Sabio. Hace, por orden alfabético, la enumeración y descripción de las virtudes de las piedras, conforme al especial color que han por natura, y segund el saber de los libros de los Sabios.

Rabí Jehudáh Mosca-ha-Qaton: Tradujo del árabe desde 1241 a 1250, por orden de Alfonso el Sabio (todavía Infante), y en colaboración con el clérigo Garci Pérez, los tres Lapidarios de Abolays. Comprenden la descripción, en forma de catálogo, de 360 piedras, con sus supuestas virtudes astrológicas.

[p. 247] Otro pequeño Lapidario existe al fin de la segunda parte del libro intitulado Poridat de Poridades (De secretis secretorum), que en la Edad Media se atribuía a Aristóteles.

Anónimo: Lapidario.—De las declaraciones de la naturaleza de las piedras et de las virtudes et gracias que nuestro Señor Dios en ellas dió (siglo XV).

Anónimo: Relación del sitio de la mina del Azogue que está en el Almadén, con la manera del distillarse el azogue y hacerse el bermellón (1543). Es el escrito más antiguo de los que se refieren al beneficio y explotación de dicha mina.

Bartolomé de Medina: Inventor o introductor del procedimiento de la amalgamación en Méjico hacia 1555, aunque Mosén Antonio Boteller quiso disputarle esta gloria.

Mosén Antonio Boteller: Memorial y cartas sobre beneficiar con azogue los deshechos de los terreros de las minas de Guadalcanal (1564). Boteller se titula en este escrito «primer inventor y artífice de sacar plata de los metales por la industria y beneficio del azogue, ansí en la Nueva España como en estos vuestros reinos»; pero otros atribuyen a Bartolomé de Medina la gloria de haber inventado el procedimiento de amalgamación.

Bernal Pérez de Vargas: De Re Metallica, en el qual se tratan muchos y diversos secretos del conocimiento de toda suerte de minerales, de cómo se deben buscar, ensayar y beneficiar.... (1569). Sigue mucho a Jorge Agrícola, que era antes de él el único autor notable que en Europa hubiese escrito sobre este asunto. No elude siquiera al procedimiento de amalgamación. Traducido al francés en 1642.

Juan Arphe de Villafañe: Quilatador de la plata, oro y piedras..... (1572). Nueva edición refundida en 1598. Adicionada por autor ignorado en 1678. Importantísimo tratado de platería, joyería y aleaciones.

Juan Capelín: Invención para sacar la plata con azogue (manuscrito, 1576).

Don Carlos Corzo y Lleca: Relación y testimonio del nuevo beneficio de metales (ms., ¿1587?). El invento de Corzo (y de su hermano Juan Andrés) consistía en «amolar hierro en piedras echando las moleduras dello mezcladas con azogue».

Pedro Fernández de Velasco: No dejó ninguna obra, pero [p. 248] sábese que introdujo en las minas de Potosí el procedimiento de amalgamación hacia 1571.

Juan Fernández Montano: Beneficio de los metales de plata (manuscrito, ¿1588?). Perfeccionó el beneficio por azogue, añadiendo sulfato de cobre y otros ingredientes.

Bachiller Garci-Sánchez: Del beneficio de las minas por azogue (¿1588?). Inventó un procedimiento para evitar la pérdida de azogue mediante el empleo de la escoria de hierro.

Don Pedro de Contreras, Alonso Pérez y Rodrigo de Torres Navarra: Memorial de los inconvenientes que tiene el hacer el asiento y arrendamiento de las minas de Guancavélica, etc. (1589). Pedro de Contreras, descubridor de muchas minas del Perú, perfeccionó los hornos llamados de javeca. A Rodrigo de Torres atribuye el P. Acosta la invención de aplicar el icho o esparto para dar fuego a las ollas en el beneficio del azogue.

Padre José de Acosta: Historia natural y moral de las Indias... (1590). En el libro cuarto describe por primera vez el procedimiento de la destilación del azogue y el beneficio de la plata por azogue, tal como se practicaba en las minas de Potosí.

Fray Alonso Chacón: De metallis et mineralibus libri V. El autor murió en 1600.

Don Jerónimo de Ayanz: Respuesta a lo que el reino preguntó acerca de las minas destos reinos y del metal negrillo de Potosí (1603). El autor expone, entre otros inventos suyos, una balanza de ensayos, el dinamómetro, los hogares fumívoros y la escafandra.

Gaspar de Morales: Libro de las virtudes y propiedades maravillosas de las piedras preciosas (1605).

Juan de Sotomayor: Memoria de lo que debe hacerse en las minas de Guancavélica.—Relación de las minas de azogue de Guancavélica (1616).

Don Luis Sánchez de Aconcha: Tratado o breve discurso en el qual se declaran los beneficios para los metales de plata y conservación del azogue (1616).

Jorge de Fonseca: Parecer sobre la labor de las minas de azogue del cerro del Guancavélica (1605).— Relación sumaria de las Minas de azogue que hay en el Perú (1622).

Juan Fernández del Castillo: Tratado de ensayadores (1623).

[p. 249] Don Alonso Carrillo Laso: Tratado de las minas antiguas de España (1624).

Don Lope de Saavedra Barba: Perfeccionó los hornos empleados en la destilación del azogue en Guancavélica (1633). Los hornos de esta nueva invención, llamados busconiles, son los mismos que en 1646 introdujo en Almadén D. Juan Alonso de Bustamante, y que todavía están en uso.

Licenciado D. Fernando Montesinos: Beneficio común o Directorio de beneficiadores de metales, y Arte de ellos (1638). También hay cosas importantes sobre esta materia en sus Memorias antiguas y nuevas del Pirú (libro II).

Álvaro Alonso Barba: Arte de los metales, en que se enseña el verdadero beneficio de los de oro y plata por azogue, el modo de fundirlos todos y cómo se han de refinar y apartar unos de otros (1640). Es el más ilustre y clásico de los antiguos metalurgistas españoles, y su obra mereció el honor de ser traducida repetidas veces al inglés, al alemán, al italiano y al francés, aun en tiempos relativamente modernos. El libro está lleno de observaciones y descubrimientos nacidos de propia experiencia. Vivía aún este insigne mineralogista en 1661, fecha del Papel que dirigió al Inquisidor General sobre el beneficio de las minas, y principalmente «acerca del modo que se han de beneficiar las escorias y blanquillo de que abundan los escoriales y fundiciones de los minerales argentíferos del Andalucía».

Don Juan Alonso de Bustamante: En 1647 introdujo en Almadén los hornos que Lope de Saavedra Barba había planteado en Guancavélica desde 1633.

Don Luis Berrio de Montalvo: Informe del nuevo beneficio que se ha dado a los metales ordinarios de plata por azogue, y philosophia natural a que reduce el método y arte de la minería (1643).— Memorial al conde de Alba de Liste, explicando el modo del beneficio de la plata y conservación del azogue, y modo de prepararle con el antimonio y beneficiarle nuevamente (1650).— Informe sobre las minas de Tasco (1634).

Hernando Becerra: Tratado de la cualidad manifiesta y virtud del azogue, llamado comúnmente el Mercurio, y por otro nombre el Argentum Vivum (1649).

[p. 250] Juan Ramos de Valdárrago: De la generación de los metales y sus compuestos. Escrita por los años de 1661 ó 1662.

Don Fernando de Contreras: Noticias del mineraje de Indias y de las minas que hay en España (¿1673?).

Don Juan del Corro Segarra: Forma del nuevo beneficio de los Metales de plata (1676). El invento consiste en sustituir el mercurio con la pella de plata.

Don Juan de Alcalá y Amurrio: Directorio del beneficio del azogue en los metales de plata (1691).

Miguel de Rojas: Arte general en que se descubren los medios más eficaces para el beneficio de los metales de plata por azogues (siglo XVII).

Don Andrés Dávila y Heredia, señor de la Garena: Memorial sobre el medio de convertir el hierro en acero (impreso, sin año, a fines del siglo XVII).

Don José García Caballero: Theórica y Práctica de la arte de ensayar oro, plata y vellón rico. Danse reglas para ligar, religar, alear, etc. (1713).

Don Teodoro Ardemans: Descripción de las minas de Almadén (1718).—El mismo Ardemans es autor de un curioso libro de Hidrología Subterránea: Fluencias de la tierra y curso subterráneo de las aguas (1724).

Don Dionisio Mosquera: Lithostática o Theórica y Práctica de medir piedras preciosas (1721).

Don Lorenzo Felipe de la Torre Barrio y Lima: Arte o Cartilla del nuevo beneficio de la Plata en todo género de metales fríos y calientes (1738). El nuevo beneficio consiste en el empleo de la caparrosa.

Padre Feijoo: Expone por incidencia, pero de un modo para su tiempo notable, algunos principios de esta ciencia en el discurso Peregrinaciones de la naturaleza (tomo VII) y aun en otro del tomo V, que versa sobre la primitiva población de América y revoluciones del globo terráqueo. En el Teatro Crítico (tomo I), el discurso sobre la Piedra filosofal, combatiendo a los alquimistas, y especialmente al traductor del Filaleta; en el tomo II, Nueva precaución contra el artificio de los alquimistas (réplica al traductor del Filaleta), negando la supuesta transmutación del hierro en cobre; en el tomo VI, Hallazgo de especies perdidas (con [p. 251] notable doctrina propia sobre la composición del aurichalco de los antiguos, que asimila con el latón). En el tomo I de las Cartas Eruditas, Sobre la resistencia de los diamantes y rubíes al fuego; en el II, Carta sobre el Nuevo Arte del Beneficio de la Plata.

Don José Carbonell: Historia de los systemas sobre los lechos terrestres y los cuerpos heterogéneos que encierran (ms., 1753).

Don Bernardo Muñoz Amador: Arte de ensayar oro y plata (1755).

Doctor D. Juan Ordóñez de Montalvo: Arte o nuevo modo de beneficiar los metales de oro y plata, y de plata con ley de oro por azogue... (1758).

Don Juan Manuel de Orozco: Cartilla Metálica, que enseña desde sus principios a conocer y beneficiar toda suerte de Metales... (1737).

P. Xavier Alejo de Orobio: Metalogía o Physica de los metales (¿1755?).

Don José Celestino Mutis: De glebis aureis memorabilibus.—Informe sobre el descubrimiento y aplicaciones de la Platina del Chocó (1774).— Informe acerca del estado de la minería y riqueza mineral del reino de la Nueva Granada (1782).— Relación de las operaciones y experimentos... para indagar cuál es el mejor método de beneficiar los minerales de plata, si el de fundición o el de amalgamación (1786).

Don Martín Diego Sáenz Díez: Manual de Joyeros, con la teórica y práctica (1781).

Don Agustín de Betancurt y Molina: Tres Memorias sobre las minas de Almadén, escritas en 1782 y 1783. Este ilustre ingeniero es mucho más célebre por haber colaborado en la grande obra de Cinemática de D. José Lanz y por haber hecho los primeros ensayos de telegrafía eléctrica.— Memoria sobre el método de construir y usar los hornos para extraer el betún que tiene el carbón de piedra, quedando éste purificado al mismo tiempo.

Don Francisco Xavier de Sarria: Ensayo de Metalurgia, o descripción por mayor de las catorce materias metálicas, del modo de ensayarlas, del laboreo de las minas, etc. (1784).— Suplemento al ensayo de Metalurgia (1791).

Don Fausto de Elhuyar: Descubrió, juntamente con su hermano D. Juan José, un nuevo cuerpo simple: el tungsteno o [p. 252] wolfram.—Estado de las minas de Somorrostro (1783).— Carta sobre el nuevo método de beneficiar los metales preciosos por amalgamación (1787).— Modo práctico de beneficiar las minas de cobre (1787). Diferentes métodos de trabajar el hierro (1787). — Discursos sobre la Minería y su reforma.—Reconocimiento de las minas de Guadalcanal (1826).— Memoria sobre el influjo de la Minería en la Agricultura, Industria, Población y Civilización de Nueva España (1825).

Don Juan José Elhuyar: Análisis químico del wolfram y examen de un nuevo metal que entra en su composición (1783). El metal en cuestión es el tungsteno. Esta Memoria fué traducida al inglés y al francés en 1785. Uno y otro de los hermanos Elhuyar publicaron otros escritos breves concernientes a cuestiones mineralógicas. Del primero baste citar Métodos de extraer la platina (1780). Memoria histórica de la amalgamación establecida en Hugría. Informe sobre la diferencia entre el beneficio por azogue y el de fundición (1793).—Del segundo: Instrucción para el descubrimiento de las vetas de azogue (1786).

Don Valentín Foronda: Ventajas de la purificación de la platina (en su Miscelánea, 1787).

Don Diego de Larrañaga: Observaciones y experimentos sobre el beneficio de las minas de plata por medio de la amalgamación (en los Anales de Ciencias Naturales, tomo III).— Itinerario de su viaje científico a Alemania (1798).—Traducción del alemán de la Geometría Subterránea de Moheling.— Memoria sobre la fabricación del bermellón y lacre, etc. (1813).

Don Domingo García Fernández: Informes sobre algunas producciones naturales descubiertas en estos últimos tiempos en los dominios de España (1798).—Varios artículos muy importantes en los Anales de Historia Natural (1799).

Don Cristiano Herrgen: Descripción geognóstica de las rocas que componen la parte sólida del globo terrestre, extractada de varias obras alemanas de la escuela de Werner, y aumentada con observaciones hechas en la Península (1802).— Materiales para la geografía mineralógica de España, según el sistema de Videnmnnn.—Diferentes combinaciones del carbono en el reino mineral.—Descubrimiento de dos substancias nuevas en el reino mineral (el cromato de hierro y el fluato de alúmina).— Descripción de varios minerales del reino de Chile. Estos y otros muchos artículos se [p. 253] publicaron en los Anales de Historia Natural, donde puede leerse también el Discurso inaugural de Herrgen en su cátedra de Mineralogía de Madrid, 1.º de febrero de 1802.

Don Antonio de Arnaud: Carta a D. Cristino Herrgen sobre el análisis de varios minerales, con algunas reflexiones sobre el estañado. (En los Anales de Ciencias Naturales, tomo VI.)

Don Andrés Manuel del Río: Elementos de Orictognosía, o del conocimiento de los fósiles, dispuestos según los principios de A. G. Werner (1795-1805).—Nuevas ediciones «según el sistema de Berzelius» en 1832 y 1846: suplemento en 1848.— Nuevo sistema mineral de Berzelio (1827).— Teoría de vetas y arte de minas.—Tratado de Cristalografía.— Traducción de las Tablas Mineralógicas de Karsten, etc. D. Andrés del Río es el descubridor del vanadio, que él llamó pancronio y eritronio.

Don José Garcés y Eguía: Nueva teoría y práctica del beneficio de los metales de oro y plata por fundición y amalgamación (1802). Es la obra más estimada en su género, después de la de Alonso Barba.

Don Carlos Gimbernat: Extracto de una carta a un amigo suyo sobre sus observaciones geológicas... en la cordillera central de los Alpes (1803).— Planos geognósticos de los Alpes y de la Suiza con sus descripciones (ms. , 1804).

Don Francisco Serra y Canals: Tratado del beneficio de minas de plata por amalgamación, según se practica en América (1806).

Don José Vicente Pereda: Memoria sobre el carbón fósil (1814).

Don Ignacio María Savall y Gener: Memoria sobre la situación de algunas minas metálicas del Principado de Cataluña... (¿1816?). Disertación sobre los álcalis en general (1817).— Discurso inaugural en la cátedra de Química de la Real Sociedad Aragonesa (1818).

Don Juan Sánchez Cisneros: Elementos sublimes de geografía física (1819).— Memoria indicativa de los minerales de la provincia de Valencia, con algunas observaciones geognósticas (1805).—Varios artículos en los Anales de Ciencias Naturales.—Memoria sobre los caracteres orictognósticos del carbón mineral (1805).

Don José Antonio Alzate: Modelo y descripción de los hornos de Almadén, con dos instrucciones para extraer el azogue: descripción del horno inglés y su uso.—Noticia de las minas de azogue que hay en la Nueva España.—Memoria presentada al real [p. 254] tribunal de la Minería de Nueva España sobre el uso del álkali volátil para desvanecer el gas mefítico en las minas abandonadas, etc.

Don Ramón Gil de la Quadra: Tablas comparativas de todas las substancias metalíferas (conforme al sistema de Werner). En el tomo VI de los Anales de Ciencias Naturales.

C) Botánica

Columela y San Isidoro (libro XVII de las Etimologías) consignan en sus escritos algunas noticias acerca de las plantas.

Maimónides, R. Gerson ben Selomoh y otros hebreos, tratan largamente de los medicamentos simples, y, entre ellos de los vegetales. Lo mismo algunos árabes, especialmente Averroes en su libro de Medicina intitulado Colliget; el famoso geopónico Abu Zacaria ben el Awan; el médico Albucassis en el libro XXVIII de sus obras, que anda en castellano con el título de El Servidor; Aben Golgol, adicionador de Dioscórides en el siglo X; Aben Bageh (siglo XII), que comentó los libros De las Plantas de Aristóteles, y, sobre todos, el que pudiéramos llamar Dioscórides español del siglo XIII, es a saber:

Abu Mohamed Abdallah ben Almed, conocido por Aben-el-Beithar, de Málaga, autor de la Gran Colección de medicamentos y alimentos simples, que puede tenerse por el más insigne trabajo botánico de los tiempos medios, puesto que su autor, que herborizó incansablemente en Andalucía, África septentrional, Egipto, Arabia, Siria, etc., además de haber condensado en su libro las noticias anteriores, dió a conocer más de 200 especies nuevas, presentando también la sinonimia de las plantas en diversas lenguas, una de ellas la de los cristianos españoles.

Siglo XIII: Arnaldo de Vilanova. Decandolle y otros le atribuyen con error la primera clasificación de los vegetales por orden alfabético. Pero en su Liber de simplicibus, en el Regimen sanitatis y en otras obras suyas demostró poseer nociones botánicas nada vulgares para su tiempo. Lo mismo puede decirse de Raimundo Lulio en El Libro Félix y en otras obras suyas.

Siglo XV: Los españoles dan a conocer por primera vez la vegetación del Nuevo Mundo.—Diego Álvarez Chanca, compañero de [p. 255] Colón en su segundo viaje (1493), describe algunas plantas en su Carta a la ciudad de Sevilla.

Maese Rodrigo Fernández de Santaella: De ignotis arborum atque animalium apud Indos speciebus.

Siglo XVI: Ilustradores de la Flora de ambas Indias:

Tomé Peres: Fué el primero que herborizó en la China (1527), muriendo víctima de su amor a la ciencia.

Gonzalo Fernández de Oviedo: Sumario de la natural y general historia de las Indias (1526). Es el primer tratado de la Historia Natural de América: hay diez y nueve capítulos relativos a las plantas.— Primera parte de la Historia Natural y General de las Indias (1535).

García de Orta: Coloquios dos simples e drogas e cousas medicinais da India, impreso en Goa en 1563.

Nicolás Monardes reunió en Sevilla un verdadero museo de productos naturales de América.— Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven en Medicina (1565-1571-1574).

Juan Fragoso: Discursos de las cosas aromáticas, árboles y frutales, y de otras muchas medicinas simples que se traen de la India Oriental (1572). Herborizó con Francisco Hernández en Castilla y Andalucía. Ofrecen también algún interés botánico su Catalogus simplicium medicamentorum (1566), su libro De succedaneis medicamentis (1575), y el De la naturaleza, calidades y grados de los medicamentos simples.— Dejó inédita una Historia plantarum Hispanicarum.

Cristóbal de Acosta: Tractado de las drogas y medicinas de las Indias Orientales, con sus plantas debuxadas al vivo (1578).

Francisco Hernández: Su viaje científico a América por orden de Felipe II. Quatro libros de la naturaleza y virtudes de las plantas y animales, que están recebidos en el uso de Medicina en la Nueva España (1615).— Rerum Medicarum Novae Hispaniae Thesaurus (1651).— Historia Plantarum Novae Hispaniae (publicada por primera vez en 1790; tres volúmenes en folio).

Padre José de Acosta: Historia Natural y Moral de las Indias (1590). El libro cuarto es casi todo de Botánica. La mayor parte [p. 256] de nuestros libros históricos de América contienen muchas noticias de plantas y otras cosas naturales.

Ilustradores de los botánicos antiguos:

Antonio de Nebrija: Publicó en 1518 una edición del Dioscórides, traducido al latín por Ruellio, añadiéndole un Lexicon de nombres de plantas en griego, latín y castellano.

Hernán Núñez Pinciano, el Comendador Griego: Observationes in loca obscura C. Plinii (1544). Sobre el mismo autor trabajaron Juan Andrés Estrany y Pedro Chacón.

Juan Páez de Castro: Preparó una edición del Tratado de las plantas de Teofrasto.

Pedro Jaime Esteve, traductor del poema de Nicandro sobre la Triaca (1552).— Diccionario de las yerbas y plantas medicinales del reino de Valencia.

Juan Rodríguez de Castello-Branco (Amato Lusitano): In Dioscoridis Anazarbei de Materia Medica libros Enarrationes (1553) Index Dioscoridis (1536).

Andrés Laguna: Annotationes in Dioscoridem (1554).— Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos, traducido de lengua griega en la vulgar castellana, e illustrado con claras y substanciales annotaciones y con las figuras de innumerables plantas (1555). Tradujo además el libro De natura stirpium, atribuído a Aristóteles (1543).—Apuntó notables ideas sobre el modo de fecundación de las plantas fanerógamas. Por iniciativa suya estableció Felipe II en Aranjuez el primer jardín botánico.

Juan de Jarava: Historia de las yerbas y plantas (1557).—Traducida en gran parte de la de Fuchsio, pero añadiendo los nombres castellanos de las plantas.

Simón Tovar: Epístolas a Clusio (1596) .—De compositorurn medicamentorum examine (1586).— Hispalensium Pharmacopoliorum recognitio (1587), etc. Tuvo en Sevilla un jardín botánico, y dió a conocer el Nardo o Tuberosa.

Rodrigo Zamorano: Carta a Clusio (1603).

Juan Plaza, otro de los corresponsales de Clusio: In Dioscoridem Annotationes.

Lorenzo Pérez, a quien Sprengel llama «émulo de Maranta»: Herborizó mucho en España, Italia y Austria.— Libro de [p. 257] Theorica (1575).— De medicamentorum simplicium et compositorum delectu (1590).

Francisco Micó: Treinta especies nuevas descubiertas por él se describen en la Historia Generalis Plantarum, de Dalechamp (1587).

Arias Montano: Estuvo en correspondencia botánica con Clusio. Véase además su Naturae Historia.

Siglo XVII: Juan Castañeda: Catorce cartas a Clusio desde 1600 a 1604. Así éstas como las de otros botánicos españoles se leen en el curiosísimo libro de Asso: Clarorum Hispaniensium Epistolae (1793).

Antonio Robles Cornejo: De las plantas de la India Occidental. Examen de los simples medicinales (ms. de 1617).

Padre Bernabé Cobo, S. J.: En su Historia del Nuevo Mundo concede grande atención a la Botánica, dedicando a ella íntegros los libros cuarto, quinto y sexto.

Jerónimo de Huerta, traductor de Plinio (1624-1629).

Bernardo Cienfuegos: Historia de las Plantas (ms. en siete volúmenes en folio) (1627-1631).

Ildefonso Sorolla: Epitome medices de diferentiis herbarum ex Historia Plantarum Theophrasti (1627).

Juan Ximénez Gil: Salubridad del Moncayo en sus yerbas y plantas (ms.).

Juan Eusebio Nieremberg: Historia Naturae (1635). Incluye muchas plantas mejicanas descritas por Hernández.

Esteban Villa: Libro de simples incógnitos en la Medicina (1643-1654).— Ramillete de plantas (1637).

Jaime Salvador y Pedrol, amigo y colaborador de Tournefort: Fundó un jardín botánico en Barcelona hacia 1681.

Siglo XVIII: Juan Salvador y Riera: Catalogus plantarum rariorum in insulis Balearicis anno 1712 observatarum. Herborizó con los dos Jussieu. —Catalogus plantarum quae in herbariis meis demonstrantur.

Pedro Montenegro: Tratado de las plantas y árboles del Paraguay.

Francisco Suárez de Rivera: Clave Botánica (1738).

Juan Minuart: Opúsculos sobre la Cotyledon hispanica y sobre [p. 258] la Cerviana (1739). Estuvo en correspondencia botánica con Linneo.

Francisco Fernández de Navarrete: Ensayo de la historia natural y médica de España (ms., 1742). Formó un herbario de 1.200 plantas de Castilla y Andalucía.

Don Antonio Ulloa y D. Jorge Juan presentan algunas observaciones botánicas en sus Noticias Americanas (1772) y en la Relación histórica del viaje a la América Meridional (1748).

Cristóbal Vélez: Dejó inédita una Flora Matritensis que utilizó Quer.

José Quer: Fundador del Jardín Botánico de Madrid en 1755, y primer director y profesor de él: Flora española o Historia de las plantas que se crían en España (1762 a 1784). Los dos últimos volúmenes de los seis de que consta pertenecen a Gómez Ortega.

Fray Martín Sarmiento: Viaje a Galicia.—Onomástico latino-gallego de los vegetales.— Memorias para la Historia Natural de Galicia.—Pensamientos crítico-botánicos, etc., etc.

Miguel Barnades: Principios de botánica (1767).— Specimen Florae Hispanicae.—Herbarium Pictum Hispanicum.

Buenaventura Serra: Flora Baleárica (ms . de 1772).— Historia Natural del reino de Mallorca.

Casimiro Gómez Ortega, continuador de la Flora Española de Quer y autor del primer Indice del Jardín Botánico de Madrid.— De nova quadam styrpe seu Cotyledonis Mucizoniae et Pistoriniae descriptio (1722). —Tabulae botanicae tournefortianae (1773). Florae Hispanicae delectus (1791 a 92).— Novarum aut rariorum plantarum Hot. Reg. Botan. Matrit. descriptionum Decades (1797 a 1800).— Tratado de la naturaleza y virtudes de la Cicuta (1763).— Historia Natural de la Malagueta (1780).— Curso Elemental de Botánica teórico y práctico (en colaboración con Antonio Palau, 1785).—Notas a la Philosophia Botánica de Linneo (1792).—Traducción anotada de la Física de los árboles de Duhamel (1772).

Joaquín Velloso de Miranda: Florae Fluminensis Icones (1827).

Don Ignacio de Asso: Synopsis stirpium indigenarum Aragoniae (1779).— Mantissa stirpium indigenarum Aragoniæ (1781).— Enumeratio stirpium indigenarum Aragoniae (1784).—Tradujo del sueco el Iter Hispanicum de Loefling.

José Celestino Mutis, director de la expedición científica a la [p. 259] América del Sur en 1783: Correspondencia con Linneo en A Selection of the correspondance of Linnaeus and other naturalists (1821).— Flora de Santa Fe de Bogotá o de Nueva Granada.—Observaciones sobre la vigilia y sueño de algunas plantas.—El Arcano de la Quina.—Memoria de las Palmas del Nuevo Reino de Granada, etc.

De Mutis dice Linneo: nomen immortale quod nulla aetas nunquam delebit. Humboldt le apellida ilustre patriarca de los Botánicos del Nuevo Mundo. [1]

Padre Juan Ignacio Molina: Primera parte de la Historia Geográfica y Natural de Chile (1788).

Antonio Palau, colaborador de Gómez Ortega y propagandista de la doctrina de Linneo, cuyas obras tradujo: Explicación de la Filosofía y Fundamentos Botánicos de Linneo (1778).— Parte Práctica de Botánica (1784 a 1788). Publicó bastantes monografías originales.

Antonio José Cavanilles: Monadelphia classis dissertationes decem (1785 a 1790).— Colección de papeles sobre controversias botánicas (1796).— Observaciones sobre la Historia Natural... del reino de Valencia (1795 a 1797).— Icones et descriptiones Plantarum (seis volúmenes, 1791-1801).— Anales de Ciencias Naturales (revista publicada desde 1799 a 1804).— Principios elementales de Botánica (1803). Introdujo algunas modificaciones en el sistema de Linneo, reduciendo las veinticuatro clases a quince. En los Icones describía cincuenta y nueve géneros nuevos. En total, las descripciones son setecientas doce.

Vicente Alfonso Lorente: Nova generum Poligamiae classificatio (1796).— Systema botanicum Linnaeano-anomalisticum (1799). Disertación sobre el sistema de Linneo (1806). Publicada simultáneamente en latín y en castellano.

Félix Avellar Brotero: Compendio de la Botánica, en portugués (1788).— Flora Lusitana (1804).— Phytographia Lusitaniae selectior (1816 a 1827). Publicó, además, innumerables [p. 260] descripciones y monografías, y unos Principios de agricultura philosóphica (1793).

Padre Juan Loureiro, jesuíta: Herborizó en Cochinchina, Bengala, Malabar, Mozambique, etc.: Flora cochinchinensis (1790), etc.

Antonio Martí, impugnador de Spallanzini: Experimentos y observaciones sobre los sexos y fecundación de las plantas (1791).

Hipólito Ruiz, jefe de la expedición científica enviada al Perú y Chile en 1777: Quinología o tratado del árbol de la Quina (1792) .—Suplemento a la Quinología.—Epístola ad A. L. Jussieum... in quo ejus dubio circa nova plantarum genera in Flora peruviana et in D. Cavanilles operibus constituta respondetur (1801).— De vera fuci natantis fructificatione Commentarius (1798).— Florae Peruvianae et Chilensis Prodromus (1794).— Systema Vegetabilium Florae peruvianae et chilensis (1798-1802). Sólo se publicaron tres tomos de los doce de que consta la Flora manuscrita. Muchas monografías, polémicas con Cavanilles, Zea, Jussieu y otros. Describió centenares de plantas. En el Prodromus dió a conocer 130 géneros nuevos.

José Pavón, compañero de Ruiz en su expedición y colaborador suyo en la Flora Peruana y Chilena; Disertación botánica sobre los géneros Tovaria, Actinophyllum, Araucaria y Salmia (1797). —Laurographia.—Nueva Quinología, etc.— Flora Peruviana et Chilensis, sive descriptiones et icones.... secundum systema Linnaeanum digestae (1798-1802).

Expedición científica de D. Antonio Pineda, D. Luis Née y D. Tadeo Haencke a la América Meridional, Nueva España Filipinas, Marianas y Australia, en 1789.

Expedición científica de D. Fernando de Noroña a la isla de Java en 1786. En la Biblioteca del Museo de Historia Natural de París existe la relación de su viaje con dibujos de plantas y animales, y consta que escribió una obra titulada Gazophylacio Botánico, en que se describían cien géneros nuevos de plantas y más de dos mil especies.

Vicente Cervantes, primer profesor de Botánica en la América Española. Reunió muchos materiales para una Flora Mexicana.

Martín Sessé, director de la expedición científica enviada a Nueva España de 1787. Exploraron más de tres mil leguas, reuniendo 1.400 dibujos de plantas: Flora Mexicana (inédita).

[p. 261] José Mariano Mociño, compañero de Sessé y colaborador suyo en la Flora Mexicana. Es obra suya exclusiva la Flora de Guatemala.

José Francisco Correa da Serra: Carpología (1806 y 1807).— Sobre la Familia de los Naranjos.—Sobre la germinación del Nelumbo.—Sobre el valor del Perisperma, considerado como carácter de afinidad de las plantas (1811).— Sobre la Fructificación de las Algas, etc., etc.

Don Félix Azara: Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata (no impresa hasta 1847).

Don Mariano Lagasca: Introducción a la Criptogamia Española (1802), en colaboración con Rojas Clemente y otros.— Amenidades Naturales de las Españas (1811).— Dispositio umbelliferarum Carpologica, precedida de una Disertación sobre la familia natural de las aparasoladas (1821).— Elenchus plantarum del Jardín Botánico de Madrid en 1816.—Genera et species plantarum, quae aut novae sunt aut nondum cognoscuntur (1816).— Memoria sobre las plantas barrilleras de España (1817).— Observaciones sobre la familia natural de las plantas aparasoladas (1825).— Curso de Botánica (inédito).— Hortus siccus Londinensis.— Grandes trabajos para la Flora y la Ceres Españolas.

Don Simón de Rojas Clemente: Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía (1807). —Lista de las plantas observadas en el reino de Sevilla.—Memoria sobre el cultivo y cosecha del algodón (1818), etc. Preparó con Lagasca la Ceres Española, y dejó muchos materiales para la Flora Bética. [1]

[p. 262] Francisco José de Caldas: Memoria sobre la nivelación de las plantas que se cultivan en la vecindad del Ecuador (1802).— Geografía de las plantas del Virreinato de Santafé, y Carta Botánica. Caldas formó un herbario de cinco a seis mil plantas, y dió grande impulso a la geografía botánica de la América del Sur, determinando los perfiles de las varias ramificaciones de los Andes en la extensión de nueve grados de latitud, para dar a conocer la altura en que vegeta cada planta, el clima que necesita para vivir y el que mejor conviene a su desarrollo.— Quinología o geografía de los árboles de la quina.—Fitografía o geografía de las plantas del Ecuador comparadas con las producciones vegetales de todas las zonas y del globo entero...

Don Jorge Tadeo Lozano, colaborador de Caldas: Tradujo y anotó la Geografía de las plantas de Humboldt (1809).

Don Pablo de la Llave y D. Juan Lexarza: Novorum vegetabilium descriptiones (Méjico, 1824-25). Contiene veintiséis géneros nuevos.

Don Francisco Antonio Martínez Robles: Disertación sobre las causas de las enfermedades de las plantas (1819).— Disertación sobre las enfermedades del Trigo, Cebada, Arroz y demás cereales (1819).— Disertación sobre el cultivo de la vid.—Ensayo sobre las castas de Olivo de Andalucía (1833).

Bernardino Antonio Gomes: Observationes botanico-medicae de nonnullis Brasiliae plantis (1803), etc., etc.

Fray José de Jesús Muñoz Capilla: Correspondencia botánica con Lagasca desde 1814 hasta 1830.

Don Claudio Boutelou: Observaciones sobre las plantas y yerbas de que se componen los prados naturales y artificiales de Inglaterra, con sus nombres botánicos según Linneo, los castellanos, ingleses y franceses.—De una especie nueva de Jacinto (1802), etc.

[p. 263] Don Esteban Boutelou: Memoria sobre el cultivo de la vid en Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera (1807).— Experimentos y observaciones sobre la cebada ramosa (1806), etc., etc.

D) Agricultura

Siglo I de nuestra era. L. Junio Moderato Columela: De Re Rustica libri XII. Es el mejor y más elegante libro que nos ha dejado la antigüedad sobre esta materia.

San Isidoro: El libro XVII de las Etimologías es todo De rebus rusticis.

Siglo XII. Abu Zacaría Hiaya ben Mohamed ben Alavam, el más insigne de los geopónicos árabes: Kitab el Fellaha. El autor de esta vastísima compilación nos ha conservado preciosos fragmentos de la ciencia agrícola de los antiguos (Árabes, Latinos, Griegos, Cartagineses, la Agricultura Nabatea, etc.). Menciona más de 600 plantas, y termina con un tratado de medicina veterinaria. Traducido al castellano por Banqueri en 1802.

Gabriel Alonso de Herrera: Obra de Agricultura copilada de diversos auctores (1513). La mejor edición de esta obra clásica es la de 1818, publicada por la Sociedad Económica Matritense, con extensas adiciones de Arias, Boutelou (D. Esteban), Rojas Clemente, Elizondo, Lagasca, Martí, Martínez Robles y Pascual.

Juan de Arrieta Valdés: Diálogos de la fertilidad y abundancia de España..., y la verdadera manera de cavar y arar las tierras (1578). Más conocidos con el nombre de Despertador, etc. Suelen acompañar a las ediciones de la Agricultura de Herrera.

Gonzalo de las Casas: Arte de criar seda en Nueva España (1587).

Luis Méndez de Torres: Tratado breve de la cultivación y cura de las colmenas (1587).

Gaspar de los Ríos: Agricultura de Jardines, que trata de la manera cómo se han de criar, gobernar y conservar las plantas (1592).

Diego Gutiérrez de Salinas: Discursos del Pan y del Vino (1600).

Lope de Deza: Gobierno Político de Agricultura (1618).

[p. 264] Fray Miguel Agustín, Prior del Temple: Llibre dels Secrets de Agricultura, Casa rústica y pastoril (1617). Este libro ha sido muy popular en Cataluña y aun fuera de ella, y se han hecho de él, por lo menos, once ediciones.

Jaime Gil: Perfecta y curiosa declaración de los provechos grandes que dan las colmenas (1621).

Don Francisco Gilabert: Agricultura Práctica (1626).

Francisco de la Cruz: Tratado breve de la cultivación de las colmenas (1653). El autor era ermitaño en el yermo de Bolarque.

Fray Benito Jerónimo Feijoo: Honra y provecho de la Agricultura (tomo VIII del Theatro Crítico Universal).

Don Francisco Luis Laporta: Historia de la Agricultura Española (1718).

Don Antonio de Elgueta y Vigil: Cartilla de agricultura de moreras y arte para la cría de la seda (con un diccionario de los nombres y voces de este arte usados en el reino de Murcia) (1761).

Don José Antonio Valcárcel: Agricultura General y Gobierno de la casa de campo (1765 a 1795), diez volúmenes. Sirvió de base a esta Maison Rustique, otra de Hall; pero Valcárcel hizo considerables adiciones para dar a su libro carácter nacional.

Don Vicente Calvo y Julián: Discurso político, rústico y legal sobre las labores, ganados y plantíos (1770).— Memoria acerca de los medios de fomentar sólidamente la Agricultura sin detrimento de la cría de ganados. (En el primer tomo de las Memorias de la Sociedad Económica Matritense.) Omitimos innumerables estudios útiles de diversos autores, esparcidos en los tomos de Memorias y Actas de ésta y las demás Sociedades Económicas. Véase para todo ello, el Diccionario de Bibliografía Agronómica de don Braulio Antón Ramírez.

Don Casimiro Gómez Ortega: Traducciones muy adicionadas de los tratados de Duhamel du Monceau sobre Física de los Árboles (1722), sobre Siembras y plantíos de árboles (1773), sobre Cuidado y aprovechamiento de montes y bosques (1774), de los Elementos teórico-prácticos de Agricultura, del mismo autor, y de los Elementos Naturales y Químicos de Agricultura, del conde Gustavo Adolfo Gyllemborg (1794).

Don Miguel Jerónimo Suárez: Arte de cultivar las Moreras (1776).— Memorias Instructivas y Curiosas sobre Agricultura, [p. 265] Comercio, Industria, Economía, Química, Botánica, Historia Natural, etc.

Don Juan Pablo Canals y Martí: Colección de lo perteneciente al ramo de la rubia o granza en España (1779). Canals escribió sobre otras varias plantas tintóreas, a cuyo estudio se dedicó con particular ahinco.— Informe sobre las gomas, resinas y gomo-resinas de las Indias Occidentales (en el tomo III de Memorias de la Sociedad Económica Matritense, 1778).

Don Francisco Vidal y Cabasés: Conversaciones instructivas en que se trata de fomentar la Agricultura por media del riego de las tierras (1778). En su mayor parte es un tratado de hidráulica con aplicaciones agronómicas.— Reflexiones económicas sobre ciertos arbitrios de propagar la Agricultura (1781).

Don Francisco Salvá y D. Francisco Samponts: Disertación sobre la explicación y uso de una nueva máquina para agramar cáñamos y linos (1784).

Don Ignacio Jordán de Asso: Discurso sobre la langosta y medios de extinguirla (1785). Traducida al alemán por Thychsen en 1786.

Don Francisco Cónsul y Jove: Ensayo sobre la hidráulica rústica (1788).— Memoria sobre el conocimiento de las tierras y método de cultivarlas (1786).

Diego Carballo y Sampayo: Elementos de Agricultura (1790). Esta obra, escrita en portugués, aunque impresa en Madrid (singularidad casi única en el siglo XVIII), presenta un carácter bastante científico, y contiene buen número de nociones astronómicas, físicas, meteorológicas y aun de geología agrícola.

Don A. de San Martín y Burgoa: El Labrador Vascongado o antiguo agricultor español (1791).

Don Gaspar Melchor de Jovellanos: Informe de la Sociedad Económica de Madrid en el expediente de la ley agraria (1795).

Don Miguel Ignacio Pérez Quintero: Noches de Diciembre. Entretenimientos rústicos y conversaciones para la gente del campo (1796).— Pensamientos políticos y económicos dirigidos a promover en España la Agricultura... (1798).

Don Josef Navarro Mas y Marquet: Memoria sobre la viña, su plantación, propagación, reparación, conservación, enfermedades, accidentes, cultivo y vendimia en el Principado de Cataluña (1797).— [p. 266] Memoria sobre la bonificación de los vinos..., sobre la teoría y práctica del arte de hacer el vino (1784), etc., etc.

Don Miguel de Maurueza Barreda y Méndez: Abundancia de comestibles que a moderados precios tendrá España con la extinción de las Mulas y restablecimiento del ganado boyal y caballar en la labranza y conducción de frutos (1790). Sirve de adición al Despertador de Juan de V. Arrieta.

Don José Manuel Fernández Vallejo: Nuevo Uso del arado común para labores profundas (1806).— Cosecha de la Seda en la costa de Cantabria (1797).— Plan de una escuela práctica de Agricultura (1804).— Prados Artificiales (1797).

Don Simón de Rojas Clemente: La mayor parte de sus producciones interesan por igual a la Botánica y a la Agricultura, especialmente el Ensayo sobre las variedades de la vid común y la Memoria sobre el cultivo del algodón. Son suyas gran parte de las adiciones que lleva la Agricultura de Herrera, en su edición de 1818, especialmente las que versan sobre las castas de trigo. Hay muchos artículos de Rojas Clemente en el Semanario de Agricultura y Artes, que se publicaba en los primeros años de este siglo, y dejó inéditos unos Apuntes sobre Colmenería.

Don Claudio Boutelou: Discurso acerca del origen y progresos de la Agricultura (1816).— Elementos de Agricultura (1817).— Tratado de la Huerta (1801).— Tratado de las flores, en que se explica el método de cultivar las que sirven para adorno de los Jardines (1804).

En estas dos últimas obras colaboró con él D. Claudio Boutelou, su hermano D. Esteban, autor también de una Memoria sobre el cultivo de la vid en Sanlúcar y Jerez (1807) y de muchos trabajos insertos en el semanario de Agricultura y Artes.

Juan Francisco Bahi: Gran número de estudios insertos en las Memorias de Agricultura y Artes, que publicó la Junta de Comercio de Barcelona desde 1815 a 1821.

Don Antonio Cavanilles: Observaciones sobre el cultivo del arroz en el reino de Valencia (1812), en el tomo I de las Memorias de la Real Academia Médica de Madrid).

Antonio Sandalio de Arias y Costa: Adiciones a la Agricultura de Herrera en la ed. de 1818.— Agricultura Práctica o Tratado de la Huerta.—Lecciones de Agricultura, explicadas en la [p. 267] cátedra del Jardín Botánico de Madrid (1816).— Colección de disertaciones sobre varios puntos agronómicos (1819). Sería muy prolijo insertar el catálogo de sus restantes publicaciones geopónicas, que pueden verse por extenso en el Diccionario de Bibliografía Agronómica de A. Ramírez.

Don José Mariano Vallejo: Disertación sobre el modo de perfeccionar la Agricultura por los conocimientos astronómicos y físicos, y elevarla al grado de ciencia físico-matemática (1815).

E) Zoología y Tratados generales de Historia Natural

Columela: En los libros VI, VII, VIII y IX de su obra De re rustica trata de los animales domésticos y útiles para la labranza con gran copia de observaciones directas.

San Isidoro: Libro XI de las Etimologías (De homine et portentis), y libro XII (De Animalibus).

Abul Cassem Moslema el Magherity: Tratado de la generación de los animales (siglo X). Ms. en la B. del Escorial.

Avempace (siglo XII): Discurso sobre ciertos puntos del Libro de Los Animales de Aristóteles.— Discurso sobre el Libro de las plantas del mismo.

Abén Béithar, en su libro de Botánica, presenta algunas observaciones zoológicas muy nuevas e importantes sobre las panteras, la cochinilla de humedad, el pez-rata (uranoscopus scaber), el francolín y varios peces, especialmente la tremielga y el Myliobatis Aquila.

Abu-Zacaría trata extensamente de los animales domésticos y útiles al agricultor.

El granadino Alasadi compuso un Tratado de la caza de los mamíferos y de las aves, manifestando conocimientos extraordinarios para su época (siglo VII de la Égira).

Todos los libros de cetrería y montería de nuestra Edad Media (D. Juan Manuel, Alfonso XI, el canciller Ayala, etc., etc.) ofrecen verdadero interés para la ciencia zoológica, no menos que los posteriores de Zúñiga, Espinar, Mateo. Otro tanto puede decirse de los escritos de los primitivos descubridores y conquistadores de Indias.

[p. 268] Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés: Relación Sumaria de la historia natural de las Indias (1526). (Es el libro más antiguo de Historia Natural americana.) El autor le amplió extraordinariamente en la vasta obra que a continuación citamos, y que ha inmortalizado su nombre entre los historiadores y entre los naturalistas.— Historia General y Natural de las Indias. (Los veinte libros primeros fueron impresos en 1535-1557; los restantes no han visto la luz pública sino en la edición de 1851-55, publicada por la Academia de la Historia.) Oviedo dió a conocer, entre otras especies nuevas, los didelfos y las iguanas, y tuvo el buen acuerdo de designar las especies, siempre que pudo, con los nombres indígenas.

Álvaro Castro: Janua Vitae (1526). Es un diccionario de Historia Natural, con la nomenclatura castellana, latina, griega y árabe.

Juan Caro: De las Aves del Nuevo Mundo (siglo XVI).

Juan Andrés Strany: Annotationes in C. Plinii Secundi Naturalis Historiae libros XXXVII (anterior a 1531).

Fray Bernardino de Sahagún: Historia de las Cosas de Nueva España (¿1575?). El libro XI trata «de los animales, aves, peces, árboles, yerbas, flores, metales, piedras, y de los colores».

Pedro Cieza de León: Primera Parte de la Chrónica del Perú, que trata de la demarcación de sus provincias, etc., etc. (1553).

Licenciado Tomás López Medel: De los tres elementos, aire, agua y tierra, en que se trata de las cosas que en cada uno dellos, acerca de las Occidentales Indias, naturaleza engendra y produce comunes con las de acá, y particularmente de aquel Nuevo Mundo (escrito hacia 1565).

El protonotario Luis Pérez: Libro del Can y del Caballo (1568).

Lorenzo Palmireno: Vocabulario del Humanista, donde se trata de aves, peces, quadrúpedos, con sus vocablos de cazar y pescar; yerbas, metales, monedas, piedras preciosas, gomas, drogas, olores... (1569). Es un pequeño diccionario de Historia Natural con las correspondencias latinas, catalanas y castellanas, especialmente usadas en Aragón.

Cristóbal de las Casas: Tradujo la obra de Solino, De las cosas maravillosas del mundo (1573).

Pedro Fernández de Andrada: De la Naturaleza del Caballo (1580). El mismo autor publicó varios libros de jineta.

[p. 269] Juan Bustamante de la Cámara: De Animantibus Sacrae Scripturae (1595).—Estudió perfectamente la estructura de las víboras, y describe con mucha exactitud las metamórfosis del gusano de seda.

Padre José de Acosta: De natura novi orbis libri duo (1588).— Historia natural y moral de las Indias, en que se tratan las cosas notables del cielo y elementos, metales, plantas y animales dellas (1590). Obra notabilísima y muy elogiada por Alejandro Humboldt, como la primera en que se intentó metodizar con carácter científico la Geografía física y la Historia Natural del Nuevo Mundo. Fué traducida al italiano, al holandés, al francés, al inglés y al alemán, y valió a su autor el dictado de Plinio del Nuevo Mundo.

Francisco Hernández: Historia Natural de Cayo Plinio Segundo, trasladada y annotada. (Llega esta versión inédita hasta el libro XXV, cap. XIII, de Plinio.) —Cuatro libros de la naturaleza y virtudes de las plantas y animales, que están recevidos en el uso de Medicina en la Nueva España (compendio hecho por Francisco Ximénez) (1615).— Rerum Medicarum Novae Hispaniae Thesaurus, seu plantarum, animalium et mineralium mexicanorum Historia (compendio hecho por Nardo Antonio Reccho) (1651).

Doctor Juan Cárdenas: Primera parte de los problemas y secretos maravillosos de las Indias (1591).

Bernardo Vargas Machuca: Milicia y descripción de las Indias (1599).

Benito Arias Montano: Naturae Historia (1601). [1]

[p. 270] Juan Bautista Xamarro: Conocimiento de las diez aves menores de jaula (1603).

Enrique Martín: Repertorio de los tiempos, e Historia Natural de la Nueva España (1606).

Jerónimo Cortés: Libro y tratado de los animales terrestres y volátiles, con la historia y propiedades dellos (1613). Es un tratado de zoología popular y recreativa.

Lucas Marcuello: De la Naturaleza de cien aves o Historia Natural y Moral de las Aves (1617).

Francisco Vélez de Arciniega: Historia de los animales más recebidos en el uso de la Medicina (1613).— Libro de los quadrupedes y serpientes terrestres recebidos en el uso de la Medicina (1597). Hizo una clasificación de las tortugas, idéntica a la de Brongniart, hoy generalmente aceptada.

Diego de Funes y Mendoza: Historia General de Aves y Animales de Aristóteles Estagirita (1621). No es mera traducción, sino una compilación zoológica, en que Funes añadió lo que tuvo por conveniente, tomándolo de otros 200 autores.

Don Juan de Cisneros y Tagle: Libro que trata de la naturaleza de las aves, de los animales cuadrúpedos y terrestres, de los acuáticos y marinos, de los pescados del mar y de la conchas, de las yerbas, plantas, legumbres y semillas, de los árboles y sus frutos, de los minerales y metales... (1622).

Jerónimo de Huerta: Historia Natural de Plinio... ampliada con escolios y anotaciones (1623-1629). La parte relativa a los animales se había impreso en 1599, y el libro IV, Historia Natural de los Pescados, en 1603. Las adiciones son todavía más importantes que la versión.

[p. 271] Padre Juan Eusebio Nieremberg: Historia Naturae maxime peregrinae libris XVI distincta, in quibus rarissima Naturae arcana, etiam astronomica, et ignota Indiarum animalia, quadrupedes, aves, pisces, reptilia, insecta, zoophita, plantae, metalla, lapides et alia mineralia, fluviorumque et elementorum conditiones, etiam cum proprietatibus medicinalibus, describuntur (1635). —Curiosa y oculta filosofía de las Maravillas de la Naturaleza, que contiene historias muy notables, averíguanse secretos y problemas de la naturaleza (1630). Lo más curioso de estos libros es el tratado De la piedra imán. Pero también en la parte zoológica se encuentran interesantes observaciones, especialmente en lo que se refiere al gorila y a varias especies de aves.

Padre Alonso de Ovalle: Histórica relación del reino de Chile (1646). Los libros I y II pertenecen a la Geografía física e Historia Natural.

Padre Francisco Ignacio Alcina, S. J.: Historia Natural de las Islas Bisayas. Floreció en el siglo XVII, y fué uno de los iniciadores del estudio científico de la naturaleza de Filipinas.

Padre Bernabé Cobo, S. J.: Historia Natural del Nuevo Mundo (manuscrito, 1653). Fruto de cincuenta y siete años de estudios y observaciones.

Licenciado Antonio de León Pinelo: El Paraíso en el Nuevo Mundo, comentario apologético, historia natural y peregrina de las Indias Occidentales (1656).

Jerónimo Cortés: Tratado de los animales terrestres y volátiles y sus propiedades (1672).

Padre Pedro Lozano, S. J.: Descripción Chorográphica del Terreno, Ríos, Árboles y Animales de las dilatadísimas provincias del Gran Chaco Gualamba (1733).— Historia de la conquista de la provincia del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán . (Esta obra importantísima ha permanecido inédita hasta 1874.) El libro primero pertenece totalmente a la Geografía física y a la Historia Natural.

Doctor D. Francisco Fernández Navarrete: Ensayo de la Historia natural y médica de España (1740).

Padre José Gumilla, S. J.: El Orinoco ilustrado y defendido: historia natural, civil y geográfica de este gran río y de sus [p. 272] caudalosas vertientes... con nuevas noticias de Animales, Árboles, Frutos, Aceytes, Resinas, Yerbas y Raíces medicinales... (1741).

Antonio Martras: Dilatada Historia y Diccionario de Animales, Plantas y Minerales, y de todo lo demás que a estos tres Reynos corresponde (ms. de 1744).

Francisco García Hernández: Nuevo Discurso de la generación de las plantas, insectos, hombres y animales (1747).

Fray José Torrubia, franciscano: Aparato pora la Historia Natural española (1754, traducida al alemán en 1773). Es notable especialmente el tratado de los fósiles, siendo el P. Torrubia uno de los primeros que afirmaron su especial configuración orgánica.

Padre Miguel Venegas: Noticia de la California (1757). Hay una sección (la IV de la I parte) que trata «De los animales, aves, insectos, árboles, frutas, plantas, minerales, peces, conchas y placeres de perlas de la California y sus mares».

Doctor D. Gaspar Casal: Historia Natural y Médica del Principado de Asturias (1762). Dió a conocer, por vez primera, el sucino, o ámbar de Asturias.

Fray Martín Sarmiento: Historia Natural de Galicia (ms., 1762, cuatro volúmenes en folio).— Carta sobre la Historia Natural (1764).— Onomástico etimológico de la lengua gallega (en la parte concerniente a Historia Natural).— Onomástico latino-gallego de los vegetales, según el sistema de Tournefort, etc., etc.

Padre Ignacio Campserver, S. J.: Proyecto de Historia Natural de Cataluña.

Padre Mateo Aymerich, S. J.: Historia geográphica y natural del Principado de Cataluña (ms., 1766).

Don Antonio de Ulloa: Noticias Americanas: entretenimientos físico-históricos sobre la América... territorios, climas y producciones en las tres especies vegetales, animales y minerales, con relación particular de las petrificaciones de cuerpos marinos... (1772). Ulloa fué el primero que dió a conocer el platino y sus propiedades.

Don Guillermo Bowles: Introducción a la Historia Natural y a la Geografía física de España (1775). (Corregida y publicada por Azara.) Tiene especial interés para la Mineralogía y Metalurgia.

[p. 273] Don José de Viera y Clavijo: Diccionario de Historia natural de las Islas Canarias, publicado en 1866.— Las Bodas de las Plantas, poema botánico.— Los aires fijos, poema químico (1779).— Muchas Memorias sobre asuntos de botánica.

Fray Antonio Caulín: Historia corográfica, natural y evangélica de la Nueva Andalucía, provincias de Cumaná, Guayana y vertientes del río Orinoco (1779).

Padre Francisco Javier Clavigero, S. J.: Storia antica dal Messico (1780 a 1781). El libro primero de esta obra pertenece a la Historia Natural. En el último tomo hay disertaciones sulla terra, sugli animali e sugli abitatori del Messico.

Don Ignacio Jordán de Asso: Introducción a la Historia Natural del reino de Aragón (1783).— De claris Hispanis Historiae Naturalis cultoribus (1788).— Discurso de los naturalistas españoles en los Anales de Ciencias Naturales (1801), tomo III.— Primitiae Ichtiologiae Hispanicae (ms., 1784). Enumera unas cien especies y propone dos géneros nuevos, el Lepidotus Catalaunensis y el parus Cantabricus.—Introductio in Oryctographiam et Zoologiam Aragoniae (1784). Enumera unas seiscientas especies de animales, muchos de ellas nuevas.

Don Buenaventura Serra y Ferragut: Historia Natural del Reino de Mallorca. (El autor murió en 1784.)

Don Pedro Franco Dávila: Verdadero fundador y organizador del Gabinete de Historia Natural de Madrid, al cual sirvieron de base sus propias colecciones, adquiridas por Carlos III.

Don José Clavijo y Faxardo: Vocabulario de Historia Natural, con sus acepciones en castellano, latín y francés.— Traducción (clásica y magistral) de la Historia Natural de Buffon (24 volúmenes, 1785-1805).— Catálogo científico del Gabinete de Historia Natural.

Don Antonio Parra: Descripción de diferentes piezas de Historia Natural, las más del ramo marítimo (1787). En esta obra se dió cuenta de un gran número de peces no citados en las anteriores obras ictiológicas.

Padre Juan Ignacio Molina, S. J.: Compendio de la Historia geográfica, natural y civil del reino de Chile. El libro II pertenece a la Mineralogía; el III, a la Botánica, y el IV, a la Zoología (1788). La primera edición de esta obra se publicó en italiano en 1782.

[p. 274] Molina dió a conocer por primera vez el género de la Phytotoma, y la forma peculiar de los huevos del Phenicopterus Chilensis.

Don José Andrés Cornide y Saavedra: Ensayo de una Historia de los peces y otras producciones marinas de las costas de Galicia (1788). —Ensayo sobre el origen, progresos y estado de la Historia Natural entre los antiguos anteriores a Plinio... (1791).

Don Felipe Gómez de Vidaurre, S. J.: Historia geográfica, natural y civil del reino de Chile (ms., 1789).

Don Francisco Chabaneau: Elementos de Ciencias Naturales (1790).

Don Pedro de Leiva: Vocabulario de Historia Natural, en latín, castellano y francés.— Diccionario razonado de Historia Natural. (El autor murió en 1793.)

Don Antonio José Cavanilles: Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del reino de Valencia (1795-97). D. Vicente Ignacio Franco publicó varios reparos a esta obra en forma de cartas.

Don José Ignacio Lequanda: Cuadro de Historia natural, civil y geográfica del Reino del Perú (1799).

Anales de Historia Natural. Esta importantísima publicación, que consta de siete tomos, comenzó en 1799 y terminó en 1804. Desde el tomo III se tituló Anales de Ciencias Naturales. Fueron redactores Cavanilles, D. Domingo Fernández, D. Luis Proust y D. C. Herrgen.

Marcos Antonio Orellana: Catálogo y descripció d' els pardals de l'Albufera de Valencia (1795).— Catálogo d' els peixos qu's crien e peixquen en lo Mar de Valencia (1802). Hay otro catálogo de los peces de la Albufera, por Ignacio Vidal, en el tomo I de las Memorias de la Academia de Ciencias de Valencia.

Don Félix de Azara: Apuntamientos para la historia natural de los cuadrúpedos del Paraguay y Río de la Plata (1802).— Apuntamientos para la historia natural de los pájaros del Paraguay y Río de la Plata (1802-1805). Describió más de 400 aves y cerca de 100 cuadrúpedos, «clasificándolos por grupos tan naturales, que algunos han sido admitidos como géneros». (Pérez Arcas.)

Don Simón de Rojas Clemente: Historia Natural de Granada. Los numerosos materiales que el autor dejó para esta obra se guardan en el Jardín Botánico de Madrid.— Nomenclátor [p. 275] ornitológico español y latino. Es el más antiguo trabajo de este género en nuestra lengua. Enumera más de 200 especies, todas de España.— Discurso inaugural del Jardín de la Paz, en Sanlúcar, 1804. Así este parque de aclimatación zoológica, como el de Orotava, en las Canarias, fueron los más antiguos de su clase en el mundo, antecediendo, en cuarenta y seis años a los de Francia. Declara Isodoro Geoffroy Saint-Hilaire, en su obra Sobre la aclimatación y domesticación de los animales (1861), que «de todos los pueblos de Europa, los españoles son los que más han trabajado por la domesticación de los animales, y particularmente de las especies útiles.»

Don Francisco José de Caldas: Semanario de la Nueva Granada: miscelánea de ciencias, literatura, artes e industria (1808-1810). A este ilustre neogranadino se debió, entre otros importantes descubrimientos, un procedimiento para hallar, mediante la observación del calor del agua hirviendo, la elevación correlativa del mercurio en el barómetro y la altura del lugar sobre el nivel del mar. En una Memoria escrita en 1802, y no impresa hasta 1819, desarrolló el principio de que «el calor del agua hirviendo es proporcional a la presión atmosférica, y puede indicárnosla del mismo modo que el barómetro y con igual seguridad que él». Dejó importantes trabajos geodésicos para la carta del Virreinato; hizo multitud de observaciones astronómicas, barométricas, meteorológicas; estrenó el Observatorio de Bogotá, fundado por Mutis, etc. Véanse sus estudios astronómicos y botánicos en las secciones respectivas. En el Semanario publicó, entre otros, un importante Estudio sobre la Geografía Física del Virreinato, y otro sobre el Influjo del clima en los seres organizados. Colaboraron con Caldas en el Semanario D. Jorge Tadeo Lozano, D. Joaquín Camacho, D. Diego Martín Tanco, D. José Manuel Restrepo (Ensayo sobre la Geografía, producciones, industria y población de la provincia de Antioquía), D. José María Salazar, D. Francisco Antonio Ulloa (Ensayo sobre el influjo del clima en la educación física y moral del hombre del Nuevo Reino de Granada), D. Eloy de Valenzuela y otros.

Don Jorge Tadeo Lozano: Formó parte de la expedición científica de Mutis; preparó una Fauna Cundinamarquesa , y publicó en el Semanario de Bogotá: Memoria sobre las serpientes, y plan [p. 276] de observaciones para aclarar la historia natural de las que habitan el Nuevo Reino.— Tratado de las hormigas de Nueva Granada.

Don Juan Ramis: Specimen animalium, vegetabilium et mineralium in insula Minorica frequentiorum ad normam Linneani systematis exaratum (1814). Es uno de los primeros trabajos de naturalistas españoles en que se encuentran algunas indicaciones de Malacología, enumerando 61 especies de moluscos. Estaba escrito desde 1786.

Don Antonio Cabrera, magistral de Cádiz: Lista de los peces del mar de Andalucía (1817).— Lista de las aves.

Don Agustín Yáñez y Girona: Lecciones de Historia Natural (1820). (La segunda edición, de 1844, está muy aumentada, pero cae ya fuera de la época a que se refiere nuestro catálogo.)— Memoria sobre el plan más ventajoso para el estudio de la naturaleza, deducido de la comparación de los sistemas llamados naturales y artificiales (1818).— De la aplicación de la Química a la Mineralogía (1818).— Reflexiones sobre el sistema mineralógico de Berzelius (1820), etc.

F) Ciencias médicas

Vestigios de conocimientos médicos entre los primeros pobladores de España.—Strabón y Plinio les atribuyen el descubrimiento de varias hierbas medicinales, como la betónica, la centaura , la cantábrica y la composición de varios remedios, especialmente del muy famoso de las cien hierbas, etc., etc.—En la época romana, Marco Anneo Novato escribió sobre las plantas medicinales que se crían en los huertos.—En las colecciones epigráficas no faltan nombres de médicos.—En el siglo VII, Paulo, obispo de Mérida, practica la operación cesárea.

MEDICINA DE LOS ÁRABES ESPAÑOLES

Siglo X. Hiaya ben Isaac, médico de origen judío o cristiano, como otros muchos sabios españoles de este tiempo. Compuso un tratado de Medicina en cinco volúmenes, conforme a la doctrina de los griegos.

[p. 277] Said ben Abd Rabihi, inventor de un método particular de tratamiento para las fiebres. Compuso un poema de Medicina.

Abderrahman ben Ishag ben el Heitham. Autor de un célebre tratado que se intitulaba Iktifa o el libro suficiente.

Aben Golgol: Explicación de los nombres de los medicamentos simples mencionados en la obra de Dioscórides.— Suplemento al mismo Dioscórides con los medicamentos que él no conoció.—Tratado de la Triaca.—Historia de los médicos que florecieron bajo el reinado de Al-haken, etc.

Arib ben Saïd el Kateb: Tratado de la generación del feto y arte de los partos (Ms. de la Biblioteca Escurialense).

Abulcassis o Albucassis (Abul Cassem Kalef ben Abas), el nombre más ilustre de la cirugía arábiga y aun de toda la cirugía de la Edad Media. Su obra se divide en 30 libros, y lleva el título de Tesrif. Es una verdadera enciclopedia médica. El primer libro comprende la Teoría general de la Medicina; el segundo, la Práctica terapéutica; los 23 libros siguientes tratan de los medicamentos compuestos; el 26, del régimen alimenticio en los diversos estados de salud o de enfermedad; el 27, de los medicamentos simples y de los alimentos por orden alfabético; el 28, conocido con el nombre de Libro del servidor, es una especie de manual de boticarios para la preparación de los simples; el 30 (que ha sido traducido al francés por el doctor Leclerc) es un tratado de Cirugía, acompañado de las figuras de los instrumentos, que pasan de 200. El mismo Leclerc dice que la obra de Abulcassis «debe quedar en la Historia como la primera expresión de la Cirugía, constituyéndose en estado de ciencia distinta, y fundándose en el conocimiento de la Anatomía». Indicó Abulcassis la ligadura de las arterias antes de Ambrosio Paré, inventó un procedimiento para la extracción de los pólipos, fué el primero que enseñó el modo de operar la litotomía en las mujeres, expuso un procedimiento de litotricia, etc., etc.

Siglo XI. Aben Guefith, célebre por sus grandes conocimientos en materia médica y en terapéutica.— De los medicamentos simples.—Experiencias médicas.—Tratado de las enfermedades de los ojos.—Manual de terapéutica (Bibl. Esc.).— Sobre los baños.— Tratado del sueño, etc.

Mohamed Ettemimy: De él existe en El Escorial un [p. 278] manuscrito de sesiones o consultas de un médico, recogidas por un discípulo suyo, algo parecidas a los cuadernos de historias que hoy se usan. Los casos registrados son unos 50.

Siglo XII. Abu Salt Omeya: Tratado de los medicamentos simples.

Avempace: Discurso sobre el tratado de los Simples de Galeno.—Libro de las dos Experiencias.— Extracto de Rasis.— De los temperamentos desde el punto de vista médico.— Del amor físico.

Errafequy: Tratado de los tumores y de las fiebres.—De la manera de expulsar del cuerpo los humores nocivos. Es también famoso como botánico.

Mohamed ben Quassum Errafequy, distinto del anterior. Autor de un tratado de oculística, con figuras intercaladas, que existe en la Biblioteca del Escorial. Descríbese ampliamente la operación de la catarata.

Abu Meruan Abd el Malek ben Abil Ola ben Zohar (Avenzoar), distinto de otros cinco médicos escritores de la misma familia sevillana. Es generalmente considerado como el médico más ilustre de la raza árabe, exceptuando si acaso a Avicena y a Rasis. Su libro más importante es el Teissir, dedicado a Averroes, y notable especialmente por la independencia de espíritu con que el autor discute las opiniones de los médicos griegos y proclama las excelencias del método experimental. Describió por primera vez algunas enfermedades, verbigracia, las inflamaciones y abscesos del pericardio y del mediastino, las parálisis parciales, principalmente la del esófago. Dió razón de las virtudes de la famosa piedra benzoar y otras muchas substancias medicinales, y renovó el uso de la traqueotomía. Por sus ideas generales, el alemán Sprengel le supone predecesor del vitalismo de Stahl. Hay otro libro de Medicina, fruto de su juventud, el Iktisad, y se citan otros de la lepra, del tratamiento de las enfermedades, del modo de administrar los purgantes, etc.

Averroes: El Colliget o libro de las generalidades de Medicina. Este tratado, que es tan curioso para la teoría como el de Avenzoar para la práctica, consta de siete libros, que pertenecen, en su mayor parte, a la fisiología y a la higiene. Comentario al Cántico de Avicena.— Tratado del temperamento.—Tratado de las fiebres periódicas.—Tratado de las fiebres pútridas.— Tratado de la [p. 279] triaca.— Comentarios sobre varios libros de Galeno.—Cánones para la administración de los medicamentos laxantes, etc. Averroes considera el corazón como el órgano principal y la fuente de todas las funciones de la vida animal. Fué el primero en observar la metastasis o transmigración del reuma de los brazos a los intestinos.

Siglo XIII. Abdalah ben-Ahmed-Dhiaeddin Abu Mohammed, conocido por Aben Albaitar: Famoso botánico malagueño, autor de un diccionario de medicamentos simples donde dió a conocer más de 200 plantas nuevas estudiadas por él en Andalucía, África y Oriente. Esta obra, llamada Almofridat, es la más importante de materia médica que apareció después de la de Dioscórides y es mucho más rica que ella, aunque la toma por base. [1]

[p. 280] Siglo XIV. Ben Aljhatib: De la peste.—Cuestiones de Medicina.—De la confección de la triaca.—Tratado de medicina.—De la generación del feto.—De los medios de conservar la salud.—Poema sobre la medicina.—Poema sobre los alimentos, etc.

MÉDICOS JUDÍOS

Siglo XII. Maimónides (1135-1204): Escribe sus aforismos medicinales, comparados por algunos con los de Hipócrates; su tratado de la conservación de la salud; su compendio de las obras de Avicena; su tratado de Toxicología; su libro de materia médica intitulado Huerto de la Salud; su compendio de los diez y seis libros de Galeno; sus reglas higiénicas o macrobióticas, y otros muchos tratados (Del asma. De las hemorroides, etc.) que le dieron, entre los árabes mismos, la reputación de ser el primer médico de su tiempo, a lo menos en la esfera teórica.

Siglo XIV. Notable tratado sobre las fiebres, incluso las intermitentes, conocido con el nombre de Libro de Isaaque (en su forma actual castellana no puede ser anterior a este siglo). Combatió la esencialidad de las fiebres.

Un médico toledano anónimo, probablemente judío, escribió uno de los primeros tratados de topografía médica, vulgarmente conocido con el nombre de Medicina Castellana Regia. Florecía en tiempo de Fernando IV de Castilla.

[p. 281] LA MEDICINA ENTRE LOS CRISTIANOS

Siglo XIII y XIV, Arnaldo de Vilanova: Medicinalium Introductionum Speculum.—Liber de diversis intentionibus Medicorum. De humido radicali.—Regimen Sanitatis: es un tratado de Higiene.— De Phlebotomia.—Parabolae.—Liber de parte operativa.—De regimine castra sequentium.—Commentum super «Regimen Salernitanum».—Breviarium Practicae.— Compendium Regimenti acutorum.—Cautelae Medicorum.—Tractatus de dosibus theriacalibus.—Antidotarium.—Liber de vinis.—Tractatus de aquis medicinalibus. De Epilepsia, etc. etc.—Importancia de Arnaldo en la Higiene y en la Medicina Práctica.—Aplicación de la esponja marina a la curación del bocio.

Raimundo Lulio: Liber de principiis Medicinae.—Ars compendiaria Medicinae.—Liber de regiminibus sanitatis et infirmitatis, etc. etc.

Pedro Hispano, fué Papa con el nombre «de Juan XXI: Thesaurus pauperum, famoso libro de vulgarización.

Estéfano, médico sevillano de 1387: Liber de visitatione et conciliatione medicorum, en castellano.

Siglo XV. Fray Jofre Gilabert: Funda en Valencia (1409) el más antiguo hospital de locos del mundo. Alfonso V de Aragón funda en 1425 el de Zaragoza; Marcos Sánchez de Contreras, el de Sevilla, en 1436, y el protonotario Francisco Ortiz, en 1483, el de Toledo. Instalación del primer lazareto, en Mallorca, el año 1471. Instalación de los estudios anatómicos en Zaragoza en 1488. Juan Bruguera funda en Montpellier el colegio de Gerona.

Maestro Diego del Cobo: Cirugía Rimada.

Juan de Aviñón: Sevillana Medicina (1419). Uno de los más antiguos tratados de topografía médica Impresa por Monardes en 1545.

Alfonso Chirino, médico de D Juan II: Espejo de Medicina o Menor daño de Medicina (impreso por primera vez en 1513). Es un tratado de higiene y de medicina doméstica, notabilísimo en la parte descriptiva.

Vasco de Taranta: Tractatus Epidemialis. Pasa por el primer libro de medicina impreso en España.

[p. 282] Julián Gutiérrez de Toledo: Cura de la piedra y dolor de la hijada y cólica renal (1498). Fué uno de los primeros en dar importancia a los baños minerales artificiales.— De potu in lapidis praeservatione (1494).

Anónimo: Autor del Tratado que se intitula Espejo de Medicina y Cirugía, conveniente a la salud (1495).

Primeros sifiliógrafos.—Gaspar Torrella, obispo de Cerdeña: Tractatus cum consiliis contra pudendagram seu morbum gallicum (1497).— Dialogus pro regimine sanitatis (1506).— Consilium de aegritudine pestifera et contagiosa, etc.—Francisco de Villalobos: Sumario de Medicina en romance trobado, con un tractado sobre las pestíferas bubas (1498); Congressiones vel duodecim principiorum liber (1514).—Pedro Pintor: Aggregator sententiarum doctorum omnium de praservatione et curatione pestilentiae (1499) . Tiene dos capítulos importantes de morbo foeda.— Juan Almenar: De lue Venerea sive de morbo gallico (1502).—Luis de Alcanys: Regiment preservatiu et curatiu de la pestilencia.

Siglo XVI. Influjo del Renacimiento.—La medicina árabe cede ante la hipocrática.

Escuela clínica de Guadalupe.—Rodríguez de Guevara funda el anfiteatro anatómico de Valladolid, tercero de Europa en antigüedad.—Juan Valero Tabar inventa las figuras anatómicas de seda.—Descubrimiento de la circulación pulmonar por Miguel Servet.—Sistema del suco nérveo imaginado por doña Oliva Sabuco de Nantes.—Introducción del mercurio y de los leños de Indias (guayaco, sasafrás, etc.) en la Terapéutica.—Francisco Delicado publicó en 1529 un tratado sobre el guayacán o palo-santo.

Diego Álvarez Chanca (uno de los compañeros de Colón): Commentum in Parabolas Divi Arnaldi de Villanova (1514).

Primeros ensayos de farmacopeas.—Fr. Bernardino de Laredo: Modus faciendi cum ordine medicandi (1522).—Fernando de Sepúlveda: Manipulus Medicinarum (1522).

Médicos humanistas.—Luis de Lucena: De tuenda praesertim à peste integra valetudine, deque hujus morbi remediis (1523).—Juan Aguilera.—Antonio de Cartagena: Liber de peste, de signis febrium et de diebus criticis (1529).—Leonardo Jacchino: Adversus Avicennam, Mesuem et vulgares medicos omnes (1533); Opuscula elegantissima, nempe praecognoscendi methodus: De rationali curandi arte: De acutorum morborum curatione (1563), etc., etc.

[p. 283] Andrés Laguna: Anatomica Methodus seu de sectione humani corporis contemplatio (1535): descubrimiento de la válvula íleocecal.— Vera et exquisita ratio noscendae, praecavendae atque propulsandae febris pestilentialis (1542).— Galeni vita.—Annotationes in Galeni versiones, quae ad suum tempus prodierant (1548).— Galeni omnium operum, exceptis iis quae in Hippocratem composuit, Epitome... (1551).— Epitome omnium rerum et sententiarum, quae annotatu dignae in Commentariis Galeni in Hippocratem extant (1551).— De articulari morbo Commentarius (1551).— Methodus cognoscendi, extirpandique nascentes in vesicae collo carunculas (1551). De contradictionibus quae apud Galenum sunt (1554).— Discurso breve sobre la cura y preservación de la pestilencia (1566).—Traducción y comentario de la Materia Médica de Dioscórides (1566), etc.

Cristóbal de Orozco: Castigationes in interpretes Pauli Æginetae (1536).— Annotationes in interpretes Aetii medici praeclarissimi (1540).

Juan Bautista Monardes: Pharmacodilosis, o declaración medicinal (1536).

Pedro Díaz de Toledo: Opusculum de morbis puerorum (1538).

Rodrigo Díaz de Isla: Tratado contra el mal serpentino venido de la Isla Española (1539).

Nicolás Monardes: De secanda vena in pleuritide inter graecos et arabes concordia ad hispalenses medicos (1539).— Dos libros, el uno que trata de todas las cosas que se traen de las Indias Occidentales para el uso de la Medicina, y el otro que trata de la piedra bezoar y de la yerba escorzonera (1565).— Diálogo del hierro y de sus grandezas..., y de las grandes virtudes medicinales que tiene (1571).— Libro de la nieve y sus propiedades (1571), etc., etc.

Jorge Gómez de Toledo: De ratione minuendi sanguinem in morbo laterali (1539).

Antonio Luis: Erotematum sive Commentariorum in libros de crisibus Galeni libri III.—Erotemata de difficili respiratione.—De usu respirationis.—De Corde, contra Aristóteles.— De eo quod Galenus animam immortalitatem esse dubitaverit.—De tipsana.— De praegnoscendo.—De occultis proprietatibus libri V (1540).— Problematum libri V (1539).— Annotationes aliquot in Aphorismos Hippocratis, etc., etc.

Luis Vasseo, autor de las más antiguas tablas anatómicas (In Anatomen corporis humani tabulae quatuor) (1540). [p. 284] Amato Lusitano (Juan Rodríguez de Castellobranco): Comentarios a Dioscórides (1536-1553)...— Centurias de curaciones medicinales (1551, 52, 70...). Fué discípulo del doctor Aldrete.

Luis Lobera de Ávila: Remedios de cuerpos humanos y Libro de Anatomía, en forma alegórica (1542).— Libro de pestilencia, curativo y preservativo, y de fiebres pestilenciales.—Vergel de Sanidad o Banquete de Caballeros (1542): es un Tratado de Higiene.— Libro de las cuatro enfermedades cortesanas (1544).— Libro de experiencias de medicina (1544).— Libro del regimiento de la salud... y de las enfermedades de los niños (1551).

Miguel Jerónimo Ledesma: Primi Canonis Avicennae ad arabicam veritatem interpretatio atque enarratio (1547).— De Pleuritide (1546).

Alfonso Gómez: Libellus de humorum praeparatione, adversus arabes (1546).

Alfonso López de Corella: Enchiridion Medicinae (1549).— De Arte Curativa (1555).— Annotationes in omnia Galeni opera (1565). De morbo pustulato sive lenticulari, quem nostrates «tabardillo» appellant (1574): es la primera monografía de esta enfermedad.— De tuenda valetudine, etc., etc.

Miguel Juan Pascual: Praxis Medica sive methodus curandi (1555).

Pedro Ximeno, famoso anatómico, descubridor del hueso estribo del oído: Dialogus de re medica... universam anatomen corporis humani perstringens (1549).

Bernardino Montaña de Monserrate: Libro de la anatomía, del hombre..., y declaración del sueño del Marqués de Mondéjar (1551).

Pedro Jaime Esteve: Traducción y comentario del libro II de las Epidemias de Hipócrates (1551).

Juan Valverde de Amusco: Historia de la composición del cuerpo humano (1556). Es el primer Tratado importante de anatomía que se publicó después del de Vesalio.

Francisco de la Reina: Libro de Albeitería (1552). Tiene cierta importancia en la historia del descubrimiento de la circulación.

Fernando de Mena: Comentarios a los libros de Galeno De urinis y De pulsibus.—Liber de ratione permiscendi medicamenta (1555).— Methodus febrium omnium (1568).

[p. 285] Cristóbal de Vega: Comentarios a varios libros de Galeno y de Hipócrates (1552 a 1568).— De medendi methodo libri tres (1565).— De pulsibus (1554).— De curatione caruncularum (1552).

Miguel Servet: In Leonardum Fuchsium pro Symphoriano Campeggio Apologia (1532).— Syruporum universa ratio ad Galeni censuram diligenter expolita (1537), etc.

Gómez Pereira: Novae veraeque medicinae, experimentis et evidentibus rationibus comprobatae (1558).—Coincidencia de Gómez Pereyra con Sydenham en la doctrina de las fiebres.

Luis Collado: Galeni liber de Ossibus... enarrationibus illustratus (1555).— Isagoge ex Hippocratis et Galeni monumentis (1561).— De indicationibus liber unus (1572).

Francisco Vallés, el Divino: Controversiarum medicarum et philosophicarum... libri decem: accessit libellus de locis manifeste pugnantibus apud Galenum (1564).— De locis patientibus libri sex (1551).— Methodus medendi (1589).— In libros Hippocratis de morbis popularibus commentaria (1577).—Íd. a los De ratione victus in morbis acutis (1569).—A los Aforismos y al libro De alimento (1561).—A los Pronósticos (1567).—A varios libros de Galeno, etc., etc. Boerhaave dice que el alma de Hipócrates había transmigrado a Vallés.

Alfonso Rodríguez de Guevara: De constructione et usu partium corporis humani, et nonnullorum quae in anatome deficere videbantur supplementum (1559).

Juan Tomás Porcel, el primero que hizo autopsias en cadáveres de apestados: Información y curación de la peste de Zaragoza, y preservación contra la peste en general (1565).

Juan Fragoso: Erotemas quirúrgicos... (1570).— De los medicamentos compuestos (1575).— Cirugía universal (1601), etc. Dió mucha luz a la Cirugía y a la Medicina legal. Émulo de Bartolomé Hidalgo de Agüero.

Juan Bravo de Piedrahita: De hydrophobiae natura, causis atque medela (1571).— De curandi ratione per medicamenti purgantis exhibitionem (1588).

Juan Castellá Ferrer: De communium morborum causis (1572).

Francisco Arceo, insigne cirujano: De recta vulnerum curandorum ratione (1576).

Luis Mercado: De veritate et recta ratione principiorum, [p. 286] Theorematum ac rerum omnium ad medicam facultatem spectantium (1604). Es un tratado de filosofía médica.— De internorum morborum curatione (1594).— De morbis haereditariis.—De febrium essentia, causa, dignotione et curatione (1586). Es notabilísimo el tratado de las intermitentes.— Consultationes morborum complicatorum. Describe por primera vez el garrotillo, al cual aplica las preparaciones de cobre, y el cáustico de oro candente.— De puerorum, custodia et providentia (1611).— De mulierum affectionibus (1579). —De motur cordis et arteriarum quem medici «pulsum» vocant (1584).— De recto praesidiorum artis medicae usu (1574).— Institutiones medicae (1594).— Institutiones chirurgiae (1594).— De essentia, causis, signis et curatione febris malignae (1574) . Es una monografía sobre el tabardillo.—Institutiones para el aprovechamiento y examen de los algebristas (1599), etc., etc.

Luis de Toro: De febris epidemicae et novae quae latine «lenticularis», vulgo «tabardillo» dicitur, natura, cognitione et medela (1574).

Andrés Alcázar: Chirurgicae facultatis libri sex (1575). Perfeccionó el trépano e inventó varios instrumentos y aparatos.

Francisco Díaz: Compendio de Cirugía (1575).— Tratado de todas las enfermedades de los riñones, vejiga, etc. (1588).

Diego Merino: De morbis intensis libri sex (1575).

Juan Huarte de San Juan: Examen de Ingenios (1575).

Doña Oliva Sabuco de Nantes: Diálogo de la vera Medicina (1587). Doña Oliva estableció antes de Bichat la diferencia entre la vida orgánica y la de relación, y buscó la unidad fisiológica en el sistema cerebro-espinal.

Jerónimo Ximénez, llamado el Celso español: Institutionum Medicarum libri quatuor (1578), etc.

Juan Calvo: Cirugía universal y particular del cuerpo humano (1580).

Bartolomé Hidalgo de Agüero, famoso cirujano, inventor del método de la vía seca o particular: Tesoro de la verdadera cirugía y vía particular contra la común (1604).— Avisos particulares de Cirugía contra la común opinión (1584).

Dionisio Daza Chacón, el primero entre los cirujanos del siglo XVI: Práctica y teórica de Cirugía en romance y en latín (1609). Es muy original el capítulo sobre las heridas de armas de fuego.

Rabí Zacuto Lusitano, uno de los primeros cultivadores de la [p. 287] Historia de la Medicina: De praxi medica admiranda (1634).— De medicorum principum historia (1629).— De oculorum morbis (1638).

Luis de Lemos: De optima praedicendi ratione libri sex.—Iudicii operum magni Hippocratis liber unus (1584). Fué el primero que aplicó la crítica filológica al examen de la autenticidad de las obras de Hipócrates Comentó, además, los libros de Galeno De facultatibus naturalibus y De methodo medendi (1581 y 1594).

Andrés Velázquez, alienista: Libro de la melancolía (1585).

Rodrigo de Castro: De universa muliebrium morborum medicina (1599). —De officis medico-politicis, sive de medico-politico (1614).— Sobre la Peste de Hamburgo (1597).

Lázaro de Soto: Animadversiones medicae et commentaria in Hippocratem (1589, 1594, etc.).

Bajo el mismo concepto de médicos helenistas brillan Rodrigo de Fonseca, Tomás Fernández de Veiga y otros infinitos

Enrique Jorge de Anríquez: Retrato del perfecto médico (1595).

Blas Álvarez Miraval: Conservación de la salud del cuerpo y del alma (1597).

Jaime Segarra: Commentarii physiologici.—In tres Galeni libros «De Temperamentis».—De facultatibus naturalibus, etc., etc.

Francisco Franco: Libro de enfermedades contagiosas y de la preservación de ellas (1569).

Jerónimo Ximénez: Institutionum Medicarum libri quatuor (1578).

Andrés de León: Libro de Anatomía y compostura del cuerpo humano (1590).

Siglo XVIII. Introducción de la quina en la materia médica, por D. Juan de Vega.—Fundación de la Real Sociedad de Medicina de Sevilla en 1697.

Juan Alonso de los Ruizes de Fontecha: Disputationes medicae, de anginarum natura, speciebus, causis et curationibus (1611). Es notable especialmente la monografía del garrotillo.

Cristóbal Pérez de Herrera: Brevis et compendiosus tractatus de essentia, causis, notis, praesagio, curatione, et praecautione faucium et gutturis anginosorum ulcerum morbi soffocantis «garrotillo» hispane apellati (1615).— Compedium totius medicinae (1614).

Alfonso Ponce de Santa Cruz: Dignotio et cura affectuum melancolicorum (1622).

[p. 288] Antonio Ponce de Santa Cruz: Tratado de las causas y curación de las fiebres con secas pestilenciales (1600).— Philosophia Hippocratica.—Opuscula Medica et Philosophica (1622).— Praelectiones Vallisoletanae, de morbo sacro (1631).— Prolegomena in Galenum, de morbo et symptomate (1637).— De impedimentis magnorum auxiliorum in morborum curatione (1648).

Pedro García Carrizo: Disputationes Medicae de locis affectis (1605).

Alonso de Freilas: Conocimiento, curación y preservación de la peste (1606).

Alfonso Núñez de Llerena: De pulsuum essentia, differentiis, cognitione, causis et prognostico (1606).— De gutturis et faucium ulceribus anginosis, vulgo «garrotillo» (1615), etc.

Francisco Pérez Cascales de Guadalaxara: Liber de affectionibus puerorum (1611).

Juan de Villarreal: De signis, causis, essentia, prognostico et curatione morbi soffocantis libri duo (1611). Es la primera monografía sobre el croup.

Cristóbal Montemayor: Medicina y cirugía de vulneribus capitis (1613).

Enrique Vaca de Alfaro: Proposición quirúrgica y censura juiciosa (1618).

Elías de Montalto: Archipathologia internarum capitis affectionum (1614).

Isaac Cardoso: De febre syncopali tractatus (1634).— Utilidades del agua y de la nieve, del beber frío y caliente (1637).

Melchor de Villena: Relación y discurso de la esencia, preservación y curación de las enfermedades pestilentes (1648).

Esteban Rodríguez de Castro: De complexu morborum tractatus (1624).— De mutatione aliorum morborum in alios (1627), etcétera, etc.

Alfonso Carranza: Disputatio de vera humani partus naturalis et legitimi designatione (1628).

Pedro López de León: Práctica y Theórica de los apostemas en general.—De la Cirugía Theórica y Práctica (1628).

Pedro Gago Vadillo: Luz de la verdadera cirugía (1630).

Juan Gallego Benítez de la Serna: De principiis generationis [p. 289] omnium viventium.—De puerorum alendi ratione et sanitate tuenda (1634), etc., etc.

Juan Gutiérrez de Godoy: Tres discursos para probar que todas las madres están obligadas a criar a sus hijos a sus pechos (1629).

Marcelino Uberte: Medicina Sacra (1645).

Gaspar de los Reyes Franco: Elysius jucundarum quaestionum campus (1661). Es una especie de enciclopedia médica en cien cuestiones.

Gaspar Caldera de Heredia: Inició el estudio de los tubérculos del pecho antes que Morton.— Tribunal sacrum, medicum, magicum et politicum (1658), que comprende, entre otros tratados, De prognostici fallacia, Observationes selectae, De morbis febrilibus, De pulmonis et pectoris tuberculo, De potorum varietate.— Tratado de la peste de 1649 en Sevilla.

Francisco Sánchez, el escéptico: De morbis internis.—De febribus et earum symptomatibus.— De phlebotomia.—De locis in homine.—Censura in Hippocratis opera.— Comentarios a Galeno, etc., etc. (1636).

Cipriano Maroja: De febribus et lue venerea (1641).— Praxis universalis de morbis internis (1642).— Consultationes, annotationes et observationes medicae. Sigue en mérito a Mercado en el estudio de las intermitentes. Observó por primera vez la virtud antisifilítica del sublimado corrosivo.

Fray Esteban de Villa: Libro de simples incógnitos en la Medicina (1643 y 1654).— Ramillete de plantas (1646).

Alonso de Burgos: Tratado de peste, su esencia, preservación y curación (1651).

Juan Lázaro Gutiérrez: Febrilogiae Lectiones Pincianae (1668).

Gaspar Bravo de Sobremonte, partidario de la teosofía de Paracelso: Resolutiones et consultationes medicae (1649).— Disputatio Apologetica pro dogmaticae medicinae praestantia (1669).— De theorica et praxi febrium intermittentium (1674).— De vita et morte (1679), etc.

Juan Bautista Bataller, tratadista de Toxicología: Disceptatio unica de signis propriis veneni sumpti (1661).

Pedro Miguel de Heredia: Opera Medicinalia juxta Hippocratis, Galeni et Avicennae mentem (1665).—Ofrecen especial [p. 290] interés los tratados de fiebres y de epidemias y el estudio de la disentería.

Matías de Llera: Clavis totius medicinae (1674).

Don Luis de Aldrete y Soto, astrólogo, alquimista, iluminado y homeópata: Luz de la Medicina.—La verdad acrisolada con letras divinas y humanas (1682). Sus delirios fueron impugnados por

Juan Guerrero: Sol de la Medicina (1682).

Andrés de Gámez: Discurso filosófico-médico e historial contra D. Luis de Aldrete y Soto (1683). Es una impugnación de las doctrinas teosóficas de los paracelsistas y demás partidarios de la medicina universal.

Luis Amigo y Bertrán: Apología en defensa de la medicina substancial y universal (1682). En sentido opuesto al anterior.

Juan Delgado de Vera: Defensa de la medicina racional y filosófica, profanada por las imposturas de la chímica... (1687).—Nueva invectiva contra Paracelso y los que pudiéramos decir homeópatas de entonces.

Francisco Henríquez de Villacorta: Sus voluminosas obras, impresas en 1670, constituyen una especie de enciclopedia médica, que sirvió de texto en la Universidad de Alcalá.

Juan Bautista Ramírez de Arellano y Almansa: Cirugía teórica y práctica (1680).

Matías García: Disputationes medicinae selectae (1677). Sus doctrinas (en el tratado De motu sanguinis) contra Harvey fueron impugnadas por Alós.— Disputationes Physiologicae antiquorum et neoticorum placita novo acumine experientes (1680).

Juan Alós: De corde hominis, disquisitio physiologico-anatomica (1694). Es una defensa de la doctrina de Harvey sobre la circulación de la sangre.

Francisco Morelló, apologista de Harvey: Medicinale patrocinium in sanguinis circulationem (1678).

Diego Mateo López de Zapata, fundador de la Sociedad Médica de Sevilla: Verdadera Apología en defensa de la Medicina Racional (1690), contra el escepticismo médico del Dr. Gazola, veronés.— Crisis médica sobre el antimonio (1701).—Polémica que excitaron estos opúsculos.

Alfonso Simón Montero, primer tratadista de Hidrología Médica: Espejo cristalino de las aguas de España (1697).

[p. 291] Tomás Fernández: Defensa de la quina (1698).

Alonso López Cornejo: Galeno ilustrado, Avicena explicado (1698). Es una defensa de la medicina tradicional contra la espagírica o químico-experimental, defendida por Zapata y otros.

Nicolás Francisco San Juan y Domingo: De morbis endemicis Caesaraugustae (1686).

Siglo XVIII. Controversia sobre la hidroterapia.—Ídem sobre la inoculación de las viruelas.— Primeros estudios sobre la fiebre amarilla.—Fundación de las Academias de Medicina de Madrid, Barcelona, Málaga, Valladolid, etc.—Ídem de los colegios médico quirúrgicos de Cádiz (1748), de Barcelona (1764), de Madrid (1787), de Santiago (1799), etc.

Don Miguel Marcelino Boix y Moliner, furibundo hipocrático: Hipócrates defendido (1711).— Hipócrates aclarado y sistema de Galeno impugnado (1716). Sus libros suscitaron largas polémicas.

Don Félix Palacios: Palestra farmacéutica químico-galénica (1725).

Don Francisco Santponts y Roca: Varias Memorias, entre las de la Academia Médico-Práctica de Barcelona.

Martín Martínez: Noches Anatómicas (1716).— Observatio rara de corde monstroso (1723).— Medicina Scéptica y cirugía moderna (1722).— Anatomía completa del hombre (1728).

Francisco Suárez de Rivera: Febrilogía quirúrgica (1720).— Teatro de fiebres intermitentes complicadas (1726).— Clave médico-quirúrgica, y diccionario médico, quirúrgico, anatómico, etc. (1730). Este Diccionario de Medicina, el primero que se intentó en España, no pasa del tercer volumen.

Francisco Solano de Luque, autor de una verdadera revolución en la semeyótica o doctrina del pulso: Lapis Lydius Apollinis (1731). Las observaciones que este libro contiene para pronosticar las crisis por el pulso fueron vulgarizadas en Europa por Nihell.— Observaciones sobre el pulso (obra póstuma de Solano) (1787).

Francisco Fernández Navarrete: Hizo varios descubrimientos anatómicos, entre ellos el de los vasos pomagogos , y formó el plan de una topografía médica en España.— El Nereo, director y juez medicinal... (1719). Contra los abusos del método hidroterápico.— Efemérides barométrico-médicas matritenses (1737).

[p. 292] José Fornés: Tractatus de peste (1725).

Luis Enríquez: De las fiebres intermitentes (1734). Partidario de Boerhave.

Fray Benito Jerónimo Feijoo contribuye a la reforma de los estudios médicos en sentido experimentalista.

José Arnau: Opus neotericum medicum theorico practicum, de laxo et stricto (1733). Divulgó en España las ideas de Baglivio.

José Ortiz Barroso: Uso y abuso del agua potable (1736).—Combatió acremente el sistema de Van Helmont.

Fray Antonio José Rodríguez, cisterciense: Palestra crítico-médica (1734).— Nuevo aspecto de teología médico-moral y ambos derechos, o paradoxas físico-teológico-legales (1750). — Disertaciones físico-matemático-médicas sobre el fenómeno de la respiración, y sobre la medicina infusoria (1760). Fué uno de los más notables cultivadores de la Medicina legal.

Mariano Seguer: Enchiridion medicum therico-practicum, sive tractatus de morborum theoria et praxi (1734) .— Epístola a Mangeto sobre el abuso de la quina.—Disertación de medicinae Sthalianae praesentia (1744) .—Dissertatio de virtute Kinae antiepileptica.

Juan Vázquez de Cortés, el principal entre los secuaces de Van Helmont: Medicina en las fuentes (1735).

Miguel Borbón: Flumen vitale quatuor liquidorum (1736).

Francisco García Hernández: Tratado de las fiebres malignas (1747).— Doctrina de Solano de Luque aclarada (1765).

Pedro Bedoya y Paredes: Examen crítico de la sangría artificial (1740) .—Historia Universal de las fuentes minerales de España (1764).

Don Pedro Virgili, insigne cirujano: Memoria sobre la broncotomía.—Compendio del arte de obstetricia (1765), Planteó los colegios de Cirugía de Cádiz y Barcelona.

Don Andrés Piquer y Arrufat: Medicina Vetus et Nova (1735). Tratado de calenturas (1751-1768).— Traducción y comentario de Hipócrates (1757-61-70).— Institutiones Medicae (1762).— Praxis Medica (1764-66).— Dictamen para la reforma del estudio de la medicina (1767).— De Hispanorum medicina instauranda.—De procuranda veteris et novae medicinae conjunctione.—Discurso sobre la medicina de los árabes.

[p. 293] Doctor José Ignacio de Torres, médico del Regente de Francia: Méthode aisée et heureuse de guérir radicalement toutes sortes des maladies vénériennes, par une manière speciale de preparer le mercure.

José Belilla, farmacéutico de Tortosa, tenido por descubridor de la magnesia antes que Blank: Discurso físico-químico sobre el mejor método de elaborar la magnesia blanca o leche de tierra (1750).

Juan José de Gastelbondo: Tratado del vómito negro (1752).

Juan Luis Roche, secuaz y expositor de la doctrina del pulso de Solano de Luque: Nuevas y raras observaciones para pronosticar las crisis por el pulso (1761).

Gaspar Casal: Historia natural y médica del principado de Asturias (1762). Estudió por primera vez el mal de la rosa.

José Alsinet de Cortada: Nuevas utilidades de la quina (1774).

Luis José Pereyra: De studiis medicis recte instituendis (1768). Tratado completo de calenturas (1768).

Don Francisco Salvá: La inoculación presentada a los sabios (1777).— Disertación sobre el influjo del clima en las enfermedades.—De analogia inter scorbutum et quasdam febres (1794).— Medicina Clínica (1802).— Pensamiento sobre la reforma de la enseñanza del arte de curar (1812-13).

Diego Velasco y Francisco Villaverde: Curso teórico-práctico de operaciones de cirugía (1780).

Jaime Bonells: Curso completo de Anatomía del cuerpo humano (1796).

Antonio Núñez Ribeiro Sánchez, médico de Catalina II de Rusia: Pensamientos sobre la inoculación.—Observations sur les maladies vénériennes (1785).— De cura variolorum vaporis ope.—Instrucción para los que enseñan la Cirugía en los hospitales de San Petersburgo.—Tratado de la conservación de la salud de los pueblos, etc.

Leonardo Galli: Nuevas indagaciones sobre las fracturas de la rótula (1795).

Miguel Rodríguez: Medicina palpable y escuela de la naturaleza (1742). Fué gran partidario del mecanismo cartesiano.

Agustín Argüello: Método ejemplar para el estudio de la medicina (1765). El principal objeto de este libro es negar la esencialidad de las fiebres.

[p. 294] Francisco Canivell: Tratado de vendajes (1786).— Tratado de las heridas de armas de fuego (1789).

Antonio Pérez de Escobar: Medicina Patria o elementos de la Medicina de Madrid (1788).

Ignacio María Ruiz de Luzuriaga: Disertación químico-fisiológica sobre la respiración y la sangre, consideradas como origen y primer principio de la vitalidad de los animales (1790).—Disertación médica sobre el cólera de Madrid (1796).—Disertación sobre la manía.—Notas acerca de la fiebre amarilla.—Plan de estudios médicos, etc.

Don Antonio Gimbernat: Disertación sobre las úlceras de los ojos (1802).— Discurso sobre la Anatomía, etc., etc. Inventó un método para hacer la operación de la hernia crural; otro para curar el hidrocele por doble punción; el anillo ocular o speculum oris para la operación de la catarata, etc., etc. Inauguró el Colegio de Cirugía de San Carlos.

José Iberti: Método artificial de criar a los niños recién nacidos, y de darles una buena educación física (1795).

Francisco Javier Balmis, introductor de la vacuna en América: Introducción para la conservación y administración de la vacuna (1796).

Ignacio Lacaba: Curso completo de Anatomía del cuerpo humano. En colaboración con Bonells (vide supra).

Joaquín Villalba: Epidemiología Española (1802).

Francisco Carbonell y Bravo: Memoria sobre el uso y abuso de la aplicación de la química a la Medicina (1805).— Sobre la falsa aplicación de la Química a la doctrina médica de la fiebre amarilla.

Don Tadeo de la Fuente: Observaciones sobre la fiebre amarilla (1805).

Don Juan Manuel Arréjula: Breve descripción de la fiebre amarilla (1806).

Don Ramón Romero y Velázquez: Memoria sobre el contagio de la fiebre amarilla (1819).

Don Mateo Orfila, fundador de la Tixocología y de varias ramas de la Medicina legal: Traité des Poisons tirés des trois Regnes ou Toxicologie Générale (1813). Hay muchas ediciones, todas con variantes de consideración: la quinta, enteramente refundida, es de 1844.— Eléments de Chimie Médicale (1817). Traducción [p. 295] castellana hecha por el mismo autor (1818).— Leçons de Médicine Légale (1821). La cuarta edición, enteramente refundida, es de 1848.— Traité des exhumations juridiques (1830). Omitimos un gran número de Memorias, casi todas sobre asuntos toxicólogos (envenenamiento por el ácido arsenioso, envenenamiento por la absorción del sublimado corrosivo, por el ácido hidrociánico, etcétera).— Secours à donner aux personnes empoisonnées ou asphyxiées (1818). [1]

G) Zootecnia y Veterinaria

Siglo XV. Manuel Díaz: Tractat fet per lo magnifich Mossen Manuel Dieç (traducido al castellano por Martín Martínez Dampiés, e impreso con el título de Libro de Albeytería, es a saber, de los caballos y mulas) (1495).

Francisco de la Reina: Libro de Albeytería (1552). Este libro es célebre por un pasaje relativo a la circulación de la sangre.

Licenciado Alonso Suárez: Recopilación de los más famosos autores griegos y latinos que trataron de la excelencia y generación de los caballos, y assimismo cómo se han de doctrinar y curar sus enfermedades (1564).

[p. 296] Fernando Calvo: Libro de Albeytería, en el qual se trata del caballo y mulo y jumento, y de sus miembros y calidades, y de todas sus enfermedades (con un Arte de Herrar, en octavas) (1582).

Baltasar Francisco Ramírez: Discursos de Albeitería (1629).

Miguel de Paracuellos: Libro de Albeitería (1658).

Martín Arredondo: Obras de Albeitería, primera, segunda y tercera parte (1658). Esta Recopilación es muy estimada y de carácter bastante científico, así en la parte de Anatomía como en la de Patología y Terapéutica.

Pedro García Conde: Verdadera Albeitería (1685).

Fernando de Sande y Lago: Compendio de Albeitería (1729).

Domingo Royo: Llave de Albeytería (1734). Parece haber sido el primero que trató con algún método de las enfermedades del ganado vacuno.

Joseph Pérez Zamora: Principios Compendiosos de Albeytería (1735).

Francisco García Cavero: Instituciones de Albeytería (1740). Adiciones póstumas en 1756.— Templador Veterinario... en defensa de la facultad veterinaria o medicina de bestias (1727).— Apéndice Dogmático al Templador Veterinario (1731).— Curación Racional de Irracionales (1728).

Gregorio Sanz Cortés: Thesoro de Albeytería (1757). Dejó otros muchos manuscritos sobre su arte.

Sebastián Robredo y Villarroya: Observaciones prácticas de Albeitería (1774).

Don José Santelí: Tratado de las enfermedades de los animales útiles o domésticos; se imprimió anónimo en 1775.

Don Alonso Rus García: Guía Veterinaria Original, dividida en cuatro partes (1786). (En colaboración con su hermano D. Francisco Rus García.) A éste pertenece la parte de Anatomía Comparada.

Don Ángel Isidro Sandoval: Jardín de Albeitería (1792).

Don Segismundo Malats: Elementos de Veterinaria (1793-94).

Notas

[p. 242]. [1] . Sobre estos y otros autores españoles de Alquimia, completamente desconocidos hasta ahora, da peregrinas noticias, insertando sus obras íntegras o en extracto, nuestro entrañable y docto amigo D. José Ramón de Luanco, en el libro La Alquimia en España: Escritos inéditos, noticias y apuntamientos que pueden servir para la historia de los adeptos españoles. El Sr. Luanco dió algunas muestras de este trabajo en La Crónica Científica de Barcelona.

[p. 259]. [1] . Sobre Mutis y su expedición científica acaba de publicar en Quito una erudita e interesante monografía, llena de datos nuevos, el presbítero D. Federico González Suárez. (Nota de la segunda edición.)

 

[p. 261]. [1] . Para que se comprendan las altas miras científicas con que Rojas Clemente trató el estudio de la Botánica, llamamos la atención sobre el siguiente pasaje de su Ensayo sobre las variedades de la vid: «Mientras la historia natural de los vegetales no sea más que una lista metódica de sus caracteres acompañada tal vez de algunas citas, que a nada suelen conducir, del nombre o nombres que les dan algunos, y de una indicación de los sitios en que se les ha visto, y del tiempo en que florecen o fructifican, nadie podrá vindicarla completamente de la futilidad, aridez y monotonía que retraen de su estudio a muchos buenos talentos, o les obligan a mirarla con desdén. Ya es tiempo de que aspiremos a engrandecerla y hacerla respetar, extendiendo nuestras indagaciones a las latitudes, alturas, exposiciones, temperamento y atmósfera en que vive cada planta, a su organización, propiedades y usos, y, en suma, a cuantas relaciones pueda tener con los demás seres y fenómenos del universo. Entonces sí que nos conducirá la Botánica a grandes e importantes resultados, y deberá esperarse que llegue a ser muy pronto tan exacta como las Matemáticas, tan sublime y profunda como la Astronomía, tan útil como la Agricultura y tan encantadora como la misma Naturaleza.»

[p. 269]. [1] . Sobre el mérito de Arias Montano como naturalista es digno de leerse lo que dice D. Laureano Pérez Arias en su erudito Discurso de recepción en la Academia de Ciencias Exactas, Física y Naturales:

«Arias Montano, en su Naturae Historia, se muestra exento de casi todas las preocupaciones en que tanto abundan, no sólo los autores coetáneos, sino también los posteriores... Apenas hay que suprimir nada en los artículos del águila, de la paloma y de las gallinas; explica la emigración de las aves del mismo modo que se hace hoy... al formar algunos grupos, por cierto muy naturales, los distingue apreciando los caracteres más importantes; v. gr.: al tratar de las aves de rapiña, y más aún del camello, pues indica las analogías que tiene con los demás rumiantes, y lo que le distingue de ellos, que es la forma y estructura de sus pies... Presintió Arias Montano la necesidad de las clasificaciones, y no se contenta con admitir la división de la Biblia de los animales acuáticos, terrestres y volátiles, sino que subdivide los primeros en cetáceos, peces y testáceos, y todavía intenta dividir los testáceos, según que se adhieren o no a los cuerpos sumergidos, y teniendo en cuenta la naturaleza de su dermato-esqueleto. Como si todo esto no fuera suficiente, forma grupos tan naturales como el Canis y el Felis; los distingue por caracteres de la mayor importancia, como son la forma de la cabeza, disposición de las uñas y de los dientes, añadiendo que del mismo modo se podrían formar otros grupos para llegar a conocer con más facilidad los diversos animales: «Quamobren facile fuerit animantium omnium multiplices familias certis veluti ordinibus distributas, et ad cognoscendi et ad disserendi facultatem in promptu habere.»

[p. 279]. [1] . En el año 948, el Emperador de Constantinopla Romano envió al califa de Córdoba, Abderrahman III, un ejemplar de Dioscórides. Este tratado de materia médica fué traducido del griego al Arabe por el monje Nicolás, ayudado de varios médicos árabes y judíos, uno de ellos Chasdaiben-Shaprut. Esta traducción es, según Leclerc, un monumento único para el estudio de la nomenclatura botánica entre los árabes; hay muchas plantas designadas con los nombres que les daban los muzárabes, y que todavía son vulgares en España. Entre los botánicos arábigoespañoles se cuentan, además de Aben-Beitar, Abul Abas el Ennabaty o el herbolario, Aben Golgol, que escribió un libro sobre la explicación de los nombres de los simples de Dioscórides y otro sobre los medicamentos que éste desconoció; Aben-Guefit, que hizo un nuevo trabajo crítico sobre la nomenclatura botánica de Dioscórides y de Galeno, etc.

Abu Abdallah ben Abdel-Aziz, el Bekry, de Murcia, escribió en el siglo XI un libro sobre las principales plantas y árboles de Andalucía, citado varias veces por Ben-Beithar. Además, queda de él una descripción del Magreb, que no carece de interés para la Historia Natural.

Mohamed ben Ali ben Farak, por sobrenombre el Chafra: Estableció en Guadix un jardín botánico.

Siglo XII. Abu Jafar ben Mohamed ben Ahmed ben Seyd, por sobrenombre Errafequy, es uno de los botánicos citados con más frecuencia por Aben-Beithar.

Siglo XIII. Abul Abbas ben Rumía Ennabaty, esto es, el hijo de la Cristiana y el Botánico, maestro de Aben-el-Beithar: Su gloria fué eclipsada por la de su discípulo; pero consta que herborizó en muchas localidades de España, del Magreb, del Egipto, de la Siria y del Irak, y escribió un Viaje botánico, que Aben-el-Beithar cita mas de un centenar de veces. Abdalhah ben Saleh, botánico y maestro de Aben-el-Beithar: Herborizó en España y en el Magreb, y está muchas veces citado por su egregio discípulo.

(Sobre la historia de las ciencias cultivadas por los árabes de Oriente y de España, ofrecen gran riqueza de datos dos excelentes monografías, no mencionadas en el tomo I de esta obra nuestra: la Historia de los médicos y naturalistas árabes, de F. Wüstenfeld (Geschichte der Arabischen Aerzte und Naturforschern: Goettingen, 1840), y la riquísima Histoire de la Médecine Arabe del doctor Luciano Leclerc (París, 1876), obra que abarca mucho más de lo que su título indica, siendo más bien historia general de las ciencias entre los árabes y de su transmisión a los pueblos de Occidente. También ofrece especial interés, en lo tocante a Astronomía y Matemáticas, el segundo tomo de la Historia general de los Árabes, de Sédillot, París, 1877, segunda edición.)

[p. 295]. [1] . Morejón dice, en el prólogo de su Historia Bibliográfica de la Medicina en España, que «somos más ricos que ninguna nación de Europa en ilustradores de Hipócrates, en monografías de pestes y tifus petequiales; que un español fué el primero que describió el croup; que otros fijaron el verdadero método de curar la lúe sifilítica, introduciendo las preparaciones del oro y el método de prescribir el mercurio, el guayaco y otros remedios; que a los españoles se debe la introducción de la quina, de ese árbol de la vida, como le llama Torti; la del chocolate; el pensamiento de las cuarentenas; el establecimiento de los hospitales militares; el origen de la Medicina legal; las figuras anatómicas de seda del aragonés Tabar; la circulación de la sangre; la descomposición del agua; el uso de los eméticos y purgantes en las frenitis y hemotitis biliosas, muchos años antes que los aconsejara Stoll; las hospitalidades domiciliarias a mediados del siglo XVI, dos antes que en Francia e Inglaterra; la institución de la medicina patológica en Zaragoza por los Reyes Católicos en el siglo XV, y en Valladolid y en Salamanca poco tiempo después; el sistema de la curación de los locos en Valencia y Zaragoza; la introducción de la Terapéutica de las aguas minerales artificiales por Gutiérrez de Toledo en el siglo XV, etc., etc.