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Datos del fragmento

Remitente CAMILLE PITOLLET Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 17 julio 1910 Lugar St.-Brieuc

Texto

Volumen 21 - carta nº 100

De CAMILLE PITOLLET
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

St.-Brieuc, 17 julio 1910

Respetadísimo señor y de mi mayor aprecio y veneración: Hoy sólo después de una ausencia de St.-Brieuc causada por los exámenes de bachillerato en Rennes (adonde me marcho de nuevo mañana para permanecer allá hasta el 27 del mes), puede leer su apreciada y muy deseada carta de Santander y me apresuro en contestarla.

Primero debo decirle que todavía no me han remitido las hojas de referencia. Espero me las hayan mandado certificadas , pues de haberse perdido ellas, me resultaría grande trabajo escribir de nuevo la Introducción. Pero, dadas las costumbres postales vigentes en España, posible es que las reciba sólo dentro de algunos días. Se las mandaré con las deseadas correcciones unos días después de haberlas recibido.

Siento mucho el que tanto se dilate la publicación de mis anteriores trabajos («Keil» y «Poesías hispano-judías»); pero, ¿qué hacer cuando se está uno, como yo, tan abandonado? Lo que más me gustó de su carta fué el juicio que le causa a Vd. mi crítica del Bretón . Cierto es que no quería escribirla. Toda mi correspondencia con el editor del Bulletin lo prueba; pero insistieron tanto que accedí a sus ruegos y acepté el trabajo, el cual sabía no había de gustar al interesado y a su «coterie». Y si Dibie lo publicó, fué porque conoció que sólo el deseo de decir la verdad ( mi verdad, como siempre) había guiado mi pluma. Pero el pobre debió de estar tan molesto por ella, que ni siquiera se atrevió a escribirme después de publicada, y, por consiguiente, a publicar la continuación, que tiene más de 10 páginas, llenas todas de errores materiales cometidos por Le Gentil. Le copio a Vd., por otra parte, en hoja suelta adjunta, lo que, a propósito de dicha crítica, me escribió el señor Mérimée, el cual fué, ciertamente , la causa de que Dibie ha quedado mudo.

A la segunda carta de Mérimée no contesté, por haberle expresado ya todo lo que pensaba acerca del particular en la carta a que aludo en dicha hoja suelta. ¡Vea Vd. si tenía razón al decir que nuestro hispanismo es «hybride» (en la «Selbstanzeige» del Lessing , que le mando con otro trabajo, sobre el tan decantado valor «civilizador» del idioma alemán).

Mi artículo sobre el Orfeo se ha publicado ya hace un mes y pronto se lo mandaré. Verá Vd. que, sin conocer su opinión actual , estoy del mismo parecer que Vd. en la cuestión de la paternidad del Orfeo.

Como ya le había escrito antes, iré a España a pasar mis vacaciones, más bien: a trabajar en mi libro sobre el «complot» bretón de Pontcallec, episodio hasta hoy no estudiado (suficientemente) de la conspiración de Cellamare. Ya he descubierto en París y en los archivos de Bretaña una gran cantidad de documentos inéditos curiosísimos, y en particular cosas extraordinarias de Alberoni. Me falta ver los papeles de la Casa de Borbón en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.

¡Cuánto siento el que esté Vd. todo el verano en Santander! Pero, ¿me hará Vd. el gran favor de recomendarme a don Juan Menéndez Pidal, para que me autoricen a trabajar a mis anchas en el Archivo? Ve Vd. que sigo trabajando mucho , aunque sin resultado ninguno. El Sr. Mérimée, cuando se hace festejar en Madrid, es más admirable que cuando comete en Francia injusticias atroces.

De Vd. se repite muy afmo. y devoto.

C. Pitollet

ANEXO A CARTA DE 17 julio 1910 [*]

Carta de 2 de junio de 1910

«...Acabo de leer su reseña de la tesis del Sr. Le Gentil. No le ocultaré que me ha producido una impresión penosa. La encuentro injusta y malintencionada. Las insinuaciones que contiene son desagradables. Se advierte demasiado el firme propósito de insistir sólo en lo que, en su opinión, se presta a la crítica, y de no ver o no alabar (lo que viene a ser lo mismo) las cualidades muy ciertas de este trabajo. La crítica, a mi juicio, no debería consistir en amontonar, sobre un punto dado, una colección de referencias la mayor parte de las cuales no tiene ningún valor, para terminar abrumando al infeliz que las ha ignorado o desdeñado. Yo diría incluso que esto me parece lo contrario de la «crítica científica». Pero sobre este punto temo que íbamos a discutir largo tiempo sin llegar a entendernos. No dudo de que el Sr. Le Gentil se haya sentido vivamente herido. ¿Era esto le que Vd. quería? ¿No hay modo de poder decir lo que honestamente cree Vd. que debe decir sin que se sospeche que ha sido impulsado por otros móviles que la simple verdad?».

Carta de 7 de junio de 1910

[Texto de Pitollet:] (En contestación a una carta de 9 páginas fº que escribí al Sr. M. para presentarle la expresión objetiva de mis motivos al escribir la crítica del Bretón ).

«...Creo que podríamos continuar durante mucho tiempo este inútil y aburrido diálogo dado que los conceptos que intercambiamos no corresponden casi nunca los unos a los otros. Me he creído autorizado, por las relaciones que hemos tenido ambos, a manifestarle mi sentimiento sobre el artículo que Vd. ha dedicado al Sr. Le Gentil... Vd. defiende... los derechos de la crítica, que yo conozco y reconozco como Vd. Querría sólo que no olvidara jamás sus deberes, y precisamente porque creo que, en este caso, Vd. los ha descuidado demasiado me he permitido sumar mi protesta a la de no pocos lectores de su artículo [1] y dirigírsela a Vd. Observe, le ruego, que yo no niego en modo alguno que algunas de sus críticas sean fundadas, y pienso que en algunos puntos el autor lo reconocería sin dificultad... Su innegable derecho a Vd. era discutir lo que en sus tesis le pareciera inexacto o poco justo, y nadie piensa en atentar contra su libertad de Vd. No me haga Vd., pues, decir lo que yo no pienso, y sobre todo no crea o no tenga la apariencia de creer que todos los que no piensan como Vd. son necesariamente personas deshonestas o imbéciles, impresión que dejan demasiado a menudo sus artículos de crítica... En todo caso, no me acusará Vd., pienso yo, de falta de franqueza: acaso le haga algún servicio reteniéndole ante una pendiente por la que Vd. tiene cierta tendencia a deslizarse. Ello me haría muy feliz».

 

Pitollet-Menéndez Pelayo, p. 320-322.

Notas

[*] Publicamos en este anexo la traducción de los fragmentos de estas dos cartas de E. Mérimée a C. Pitollet, que éste envía a Menéndez Pelayo en el segundo pliego, en el que después continúa y termina su carta. Por cierto que C. Pitollet es harto sincero al enviar esto que le perjudica, ya que el juicio de E. Mérimée sobre su talante coincide substancialmente con el manifestado por Menéndez Pelayo, por ejemplo en cartas a A. Farinelli o al mismo Pitollet.

[1] Dichas protestaciones conocí sólo por la referencia del Sr. M. Serán las de Martinenche, Cirot y Cia. [nota de Pitollet].