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Epistolario > Volumen 21 (Mayo 1910 -... > Vol. 21 - carta 91

Datos del fragmento

Remitente ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH CONSULAT GÉNÉRAL DE GRÈCE BARCELONE Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 10 julio 1910 Lugar Barcelona

Texto

Volumen 21 - carta nº 91

De ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH
CONSULAT GÉNÉRAL DE GRÈCE
BARCELONE
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Barcelona, 10 julio 1910

Mi muy querido Marcelino: estoy en deuda contigo desde el mes de Enero. De tu última, tan interesante y extensa, te acusé recibo en una postal, que te escribí para cumplir con el encargo relativo a la direccion de Gomez Restrepo, que corria alguna prisa. Lo mismo que a tí, las ocupaciones se me van complicando cada vez más, a medida que se debilitan las fuerzas para llevarlas a cabo. Sobre las ocupaciones, puramente profesionales, tengo además las de la carga y peso de una numerosa familia, de lo cual no me quejo, porque tiene en cambio, grandes compensaciones. De lo que sí me lamento es de lo penosa que se me hace cada dia la lucha por la ciencia; yo creo que lo es tanto o más, que la de la lucha por la existencia, que como sabes muy bien, no ha tenido, ni tiene aun para mi nada de facil. Solo disfruto de relativa autonomia cerebral en las vacaciones de verano y en las de Navidad, y esas se me pasan volando. Cada dia al ponerse el sol siento una gran contrariedad, y solo me consuelo pensando en que despues de una noche más o menos larga ó soportable, vendrá otro dia, con su tesoro de luz y de tiempo, del que podré disponer para consagrarme al trabajo. ¡Pero cuan rápidas transcurren esas horas, para mi gusto! Quien fuera Josué para detener el sol, cuando uno está a mitad de su trabajo! Esas consideraciones rezan más conmigo, que con los mortales que no sufrís la triste limitación del uso de la vista. Dios te la conserve para delicia de todos!

Que charlatán soy, y cuan derrochador de ese tiempo que con tanta avaricia se me concede! En el prólogo se me ha ido casi la mitad de la carta. Cualquiera diria que no tengo que escribir ninguna, y en lo que van de vacaciones llevo contestadas, unas cuarenta! Aguardo estar al corriente de mi correspondencia y de otras deudas de gratitud, como la de cumplir con los escritores que me obsequian con sus obras, para dedicarme de nuevo a las tareas interrumpidas por el fin de las vacaciones del año anterior. Para consagrarme a ellas con más sosiego me trasladaré, como de costumbre, al campo. Allí pienso redactar algunos capítulos a una monografía de mi Historia del Oriente catalán, mi sueño dorado de hace 26 años, que no puedo nunca realizar! Tambien pienso escribir un artículo o estudio, para nuestro próximo Anuari , sobre Pedro IV, considerado como historiador, en el que creo que podré decir algunas cosas nuevas. Antes de estos dos trabajos tengo que contestar a un artículo de cierto mossen luliano, tan irascible como Mossen Bové, á quienes he escandalizado con la sospecha de que Lull no murió en la época que se supone (y aun me callo la de que no murió martir) y con la afirmación de que escribió gran parte de su producción en catalán. Ya ves que novedades más viejas. Creo, con todo, que podré tratarlas con abundancia de datos curiosos y desconocidos. De diez años a esta parte se han publicado muchos textos lulianos catalanes, y se han descubierto muchos más.

Hace pocos dias te remití un ejemplar de la tirada aparte de 50, que he impreso para los amigos, de los llamados castillos catalanes de Grecia. He tenido que dar a mi trabajo una concentración excesiva; le falta amenidad, por carecer del ambiente y espacio necesarios, pero me obliga a ello, la necesidad y el deseo de dar a los especialistas, la mayor cantidad de datos y materiales, y de evitar que se me anticipen en los resultados de mis esfuerzos e investigaciones, a pesar de que tengo mi campo bien defendido y acotado. El mapa que le acompaña es uno de los mayores tour de force de erudicion que haya hecho en mi vida. El esfuerzo ha sido además penosísimo por mi escasa vista. Ya sabes cuan borrosos, difíciles y apretados son los portulanos de la Edad Media.

He dado orden además, para que se te envie un tiraje aparte de nuestra crónica del Anuari . En él te recomiendo que pases tus ojos por el artículo bibliográfico que dedico a las Acta Aragonensia de Finke, y que es hijo de un pacientísimo estudio. Por último te he remitido un fascículo con un artículo mio sobre la Caida del condado catalan de Salona . Por los grabados que acompañan a mis dos monografias sobre el Oriente catalán, reproducción de las magníficas fotografias que sacó durante mi excursión, mi compañero de viaje, el Sr. Röhrer, fotografo del Instituto germánico de Atenas (el que acompaño a Mr. Schliemann, en sus descubrimientos de Troya), te harás cargo de lo que fué aquella penosa excursión, que realicé, a Dios gracias, el año pasado por el interior de Grecia. Con nuestros años, nuestras carnes, y nuestra anquilosidad , esos esfuerzos resultan más difíciles que los trabajos de Hércules. Eso mismo pensaba yo, hace un año, cuando jadeante y sudoroso, contemplaba desde las ruinas del castillo de Neopatria, atrevido nido de aguilas, la vecina cumbre del Oeta, donde murió aquel mitológico jayan.

Anteayer recibí tu tomo III de los Orígenes de la novela, que te agradezco en el alma, así por la valia intrinseca del regalo, como por la que le dá la cariñosa dedicatoria. No he tenido tiempo de leerlo de punta a cabo, como ya facilmente comprenderás; pero sí de saborearlo de antemano -como huele un gourmet, un exquisito manjar, con el cual espera refocilarse-, recorriendo y descubriendo por encima las curiosidades que contiene. Lo que sí me he leido de un tirón, ha sido el juicio de los caracteres, de la invencion y composicion de la fábula, estilo, lenguaje, caracter etico etc. Aquí hay, me parece, lo más saliente y hermoso de tu estilo y de tus ideas, y lo que a mí me interesaba conocer; la impresión de una gran obra, en el alma de un gran crítico. Yo que siento mucho, pero muchísimo la música, que a mí manera defino, diciendo, que es la ventana acustica de lo infinito (perdoname la paradoja!), solo te diré que leyéndote, en esas paginas caldeadas por tu elocuencia llameante y luminosa, siento los mismos escalofrios de placer estético, que me producen las amarguras y tempestades de Bethowen ó la majestad esquilina de Wagner. Eres un erudito estupendo; el Proteo de la erudición; pero, sobre todo, para mi, eres un gran artista, el más prodigioso artista de la crítica literaria, el único que nos queda después de la muerte del glorioso Valera. Yo no puedo citarte todas las frases exquisitas que se me meten dentro, muy adentro del alma, y que por fortuna no se convertirán nunca en frases hechas, porque las obras de erudición no se hicieron para el vulgo; pero valgan por las que no puedo apuntar, solo dos que en este momento acuden a mi memoria: «El Renacimiento fiesta pródiga y despilfarrada de la inteligencia y los sentidos.»-la brava arrogancia con que el alma enamorada se pone sola en medio del tumulto de la vida y reduce a su amor el universo...» ... etc. etc.

He de mencionarte, ahora, como uno de los pasajes críticos más sustanciosos, originales y de alto vuelo de tu libro, el cuadro sintético de las vicisitudes de la prosa castellana antes de la aparición de la Celestina. Pocas páginas recuerdo, que me hayan sugerido tantas ideas, que me hayan hecho meditar más. Entre los episodios ó escarceos de amena erudición, me ha llamado la atención la pintura de las antiguas costumbres valencianas. Por lo que he leido de tu juicio de la Hipolita , la Seraphina y la Thebaida , presumo lo mucho de nuevo y curioso, que ha de encerrar tu cap. XI de los origenes de la novela, que es campo virgen y por nadie hasta ahora roturado. Su lectura y estudio necesita de más tiempo, del que ahora puedo consagrarle, pues aun aguardan sobre mi mesa, otros libros de que he de enterarme muy por encima. Es obra la tuya, a la que he de volver a menudo, si Dios me conserva algun tiempo en mi cátedra de Literatura española, porque yo no encuentro preparación didáctica que más encienda y disponga mi ánimo, ya de suyo entusiasta, que el estudio de tus libros. Después de él, me siento orador, y llego a serlo, tal vez, en mi catedra, no con vano estrépito de lenguaje y voz afectada, sino con efusion de alma y acentos de sinceridad. Ha llegado ya la hora de no abusar más de tu paciencia. Por tercera o cuarta vez se te olvidó de cumplir el encargo de enviarme la última edición de tus versos. Si no lo creyera un descuido, no insistiria en recordártelo.

Ya te felicité de todo corazon, en mi última postal, por tu merecido nombramiento de Presidente de la Academia de la Historia. Un descuido lamentable del librero Verdaguer, me ha privado del placer de contribuir a la suscrición de la medalla conmemorativa, que en buena hora se te ha dedicado, y que yo hubiera conservado con la doble satisfacción de antiguo amigo y admirador tuyo. He tenido con ello una grandísima contrariedad; no he de instistir más, pues de sobra conoces mi fraternal afecto.

Espero que este verano será tan aprovechado, como todos los tuyos, y que allá para la próxima primavera nos sorprenderás con alguna otra nueva producción. Será el tomo de Garcilaso? Cuanto deseo que le llegue el turno a este poeta y a fray Luis de Leon!

Me es imposible cumplir con el amigo Caro (q.e.p.d.), como deseaba y como debia, por los vínculos de gratitud y afecto que a él me ligaron. Cada día se me hace más dificil el trabajo, no por mi salud, que ha mejorado mucho, sino por mis ojos. Soy un inválido intelectual, que he tenido que renunciar a estender mi actividad, fuera del campo reducido de la herencia de mis padres, el solo que me consienten cultivar mis escasas fuerzas...!

Tuyo de todo corazón,

Antonio

 

Notas