Volumen 21 - carta nº 1

De JAIME SALA
REAL COLEGIO DE MISIONEROS FRANCISCANOS
DE SANTO ESPÍRITU DEL MONTE
(SAGUNTO-GILET)
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

1 mayo 1910

Mi respetable y venerado maestro en Cristo: Su carta del 7 de Marzo ppdo. á vueltas del gozo que me proporcionó viendo el interés (con) que toma por la publicación de las Obras del P. Angeles, me dió un mal rato por las desavenencias que me descubre entre V.E. y otros miembros de la Real Academia Española.

Creía yo que todos los compañeros que V.E. allí tiene, le respetaban y amaban segun merece y es para mi doloroso que personas como V.E. que ha vivido y vive siempre para su patria sean blanco de persecución de los mismos que le deben gran parte sino toda la ilustración que los ha entronizado.

Peor para ellos pues los que se dejan llevar de sabandijas tan sucias como la envidia tarde ó temprano reciben el castigo merecido...

Siguiendo su consejo escribí al Sr. Mir proponiendole que la Academia se encargase de lo que debian hacer los Sres. Baily-Baliere y se contenta con lamentarse de que no lo hagan dichos Editores y me ofrece parte del tomo de Misticos (¿?) que esta preparando para incluir alguna obrita de Fr. Juan de los Angeles que todavia no se haya reimpreso.

Yo prefiero esperarme un poco mas y supuesto que V.E. me promete apretar á D. Enrique para que esté á lo ofrecido y se encargue de dar cabida á nuestro P. Descalzo, pediré prórroga á los conventos y bibliotecas que me dejaron los

ejemplares antiguos y Dios querrá que sea una realidad la palabra que dí aunque venga mas tarde su cumplimiento.

Entre tanto el Señor que lo conserve muchos años para escribir cartas tan sólidas é instructivas como la que dirigió al Sr. Obispo de Madrid contra las escuelas laicas ó neutras, excusandose de no considerarse apto para alternar con los oradores del mitin.

Tambien me uní en espiritu á todos los amigos que le han festejado y honrado con motivo de su elección para Director de la Academia de la Historia.

Que estos plácemes y norabuenas le desquiten de los sinsabores que otros malos españoles le propinan y que todo sirva para establecer y confirmar su fama, en base tan maciza como la virtud, divino sillon que ni lo humano ni lo temporal podrá conmover.

Si tiene alguna buena noticia que darme ya me la comunicará y si nada me dice me esconderé algunos meses en un rincón que enseña este mote: In silentio et in spe erit fortitudo vestra.

Suyo affmo. en Cristo

Fr. Jaime Sala O.F.M.