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Epistolario > Volumen 20 (Diciembre 1908... > Vol. 20 - carta 62

Datos del fragmento

Remitente JOSÉ DE ARMAS Y CÁRDENAS Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 4 enero 1909 Lugar Consulado 80, La Habana

Texto

Volumen 20 - carta nº 62

De JOSÉ DE ARMAS Y CÁRDENAS
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Consulado 80, La Habana, 4 enero 1909

Mi ilustre y querido amigo: Tengo el gusto de remitirle tres ejemplares del folleto de que le hablé en mi carta anterior, rogándole que entregue uno de ellos á su Sr. hermano don Enrique.

Muy preocupado me tiene, aunque ya no hay remedio, mi osadia en colgarle al Duque de Sessa semejante sambenito; pero fíjese, querido maestro, en las burlas de Cervantes al Conde de Cabra, en las interpretaciones que doy á ciertas palabras del mismo Cervantes, y en lo cerca que V. tambien ha estado de mi teoría al hablar del soneto de Solisdan.

De todas suertes, mi objeto ha sido despertar aquí la dormida afición á estos asuntos españoles, ahora que con motivo de la estatua alzada al Príncipe de los Injenios en el parque de San Juan de Dios de esta ciudad se han escrito no pocos disparates sobre Cervantes y el Quijote. La prensa ha hecho grandes elojios de mi y del folleto y aunque esto, naturalmente, es obra de mis amistades y relaciones, algo se gana, sin embargo, en el terreno de aficionar á la juventud á las viejas y buenas cosas de la madre España.

El Sr. Mellado ha escrito al Sr. D. Nicolas Rivero director del «Diario de la Marina», pidiéndole su cooperación para el establecimiento en Cuba de una correspondiente de la Academia. Rivero me enseñó la carta en el acto de recibirla consultándome lo que debía hacer. Yo le manifiesté los mismo escrúpulos que ya he dicho á V.; pero no me ha parecido que debía desanimarlo por completo, ya que cuando el Sr. Mellado ha dado ese paso, será porque cuenta con la opinión favorable de V. y sus demas compañeros. El Sr. Rivero, por indicacion mía, llamará al sr. Pichardo, que hace tiempo tiene ese deseo de la Correspondiente y algo harán en el sentido que el Sr. Mellado indica. Yo les ayudaré en cuanto pueda; pero ya le he dicho al Sr. Rivero que no deseo tomar iniciativas, porque es asunto ocasionado á crearse disgustos y enemistades, como todo aquello en que entra en juego el amor propio de los hombres, que en los paises tropicales es como el calor, excesivo. Convendria, desde luego, que para ser académico de la Correspondiente Cubana, no fuera condicion esencial la nacionalidad, quiero decir, que pudieran ser nombrados lo mismo españoles que hijos del país. El Sr. Rivero por ejemplo, no es cubano sino español y nadie mejor que él para entrar en esa Academia y hasta para presidirla. Es el primer periodista en Cuba. Ha prestado y presta grandes servicios á España, hasta el punto de haber dado el Gobierno Español las gracias en una Real Orden al «Diario de la Marina». Y es Caballero Gran Cruz de la Orden de Alfonso XII.

Despues de la gestion del Señor Mellado, si V. considera, como es probable, que la Academia no debe hacer las dos cosas: nombrar un individuo correspondiente y establecer una Academia Correspondiente en Cuba, tenga por no escrita la pretension que contenia mi anterior carta.

Sabe V. que mi viaje del año pasado fué por motivos de salud. A mi regreso se han arreciado mis males y el reuma me obliga á dictar, por serme imposible escribir, como hago ahora esta carta. Habrá, pues, que volver á Vichy en el verano y entonces cambiaré el itinerario para abrazar á V. en su hermosa y simpática Santander.

Reciba, querido maestro, los afectuosos saludos de su invariable admirador y amigo

José de Armas

 

Hispanoamericanos – Menéndez Pelayo, p. 124-126.

Notas