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Datos del fragmento

Remitente ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 15 febrero 1907 Lugar Barcelona

Texto

Volumen 19 - carta nº 69

De ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Barcelona, 15 febrero 1907

Mi muy querido Marcelino; no puedes imaginarte cuánto te agradecí tu cariñosa carta de 12 de Enero pasado, que me traia además la grata sorpresa de tu retrato. Cuantos más años voy teniendo más me aferro a mis antiguos afectos, y con más solicitud cuido las pocas y exquisitas flores de la amistad, que arraigaron en mi corazón casi al salir de mi infancia. Tu retrato está muy bien; pero, a decirte verdad, más me gusta el del Homenaje del Ateneo. Hay en el cierta sonrisa bondadosa que refleja del todo tu temperamento moral. Muchas gracias por la expresiva dedicatoria que tanto avalora tu recuerdo.

Al dia siguiente de tu carta llegó a mis manos el ejemplar de los versos póstumos de Amós Escalante de que me hablabas. Apesar de mi afanada vida, robé los cortos momentos que puedo dedicar al descanso, para devorar tu delicioso prólogo, y hoy antes de tomar la pluma para escribirte, he querido renovar la honda y poética impresión que me dejó, porque las preocupaciones que me agobian son capaces de amargar y oscurecer cuanto embalsama ó ilumina mi existencia. No te equivocas en tu juicio; tu prólogo es lo mejor del tomo, y eso que no trato de quitarle su valor a los versos de tu compatricio. Pocas veces se ha revelado con más fuerza en otras páginas tuyas tu alma poética y delicada y la hermosa y serena nobleza de tus sentimientos. El analisis psicológico, tan profundo, tan sutil, del poeta, es un primor. La intimidad afectiva, la ternura patriótica, el amor generoso del hogar solariego, tu profundo sentimiento cristiano, tu culto hacia cuanto eleva el espíritu, te han dictado frases a la par vibrantes y serenas, que si no las escribiste con lágrimas, las hacen derramar a quien te lee. Yo lo he hecho con recogimiento y emocion, y he sentido los escalofrios que humedecen los ojos, y purifican el alma, en las páginas finales, y en algunas del principio, y en las n. o 87-88, 116 y en otros pasajes que tengo anotados, como rasgos exquisitos de sensibilidad

ética y estética. Me he convencido una vez más de que los cantabros con vuestra recia musculatura moral, teneis un alma céltica en que se asila la generosa dolencia romántica. Y no tomes esta expresión en mal sentido; porque apesar del tierno sentimiento que ha dictado tu prólogo, pocas veces has alcanzado una mayor serenidad, sobriedad y dominio de la forma y de ti mismo como en ese hermoso canto en prosa que has entonado a la amistad y a la Montaña, donde cabe lo más íntimo y lo más glorioso de su presente y su el pasado, bordado con ricos detalles y amenos escarceos de erudición, tan amenos como cuanto sale de tu pluma. Dichosa la tierra que como la tuya cuenta con tan excelsos hijos.

Pagada esa deuda de mi corazón, permíteme que te hable de mis cosas. Sé el interés con que miras cuanto a mi se refiere, y tú eres de los pocos amigos que pueden hacer brillar en mi porvenir un rayo de esperanza. Ante todo he de decirte que no he cobrado aun esas 30.000 pesetas municipales que me hicieron confiar en que podria dedicarme despues de tantas contrariedades a aquello para que he nacido, aunque con modestas facultades. Yo me siento hombre de estudio más que otra cosa, y no me gusta hacer trabajo alguno que no sea serio y sincero. Si me dedico á la Cátedra, la preparación se me lleva toda la mañana, y mi explicación resulta una conferencia, que agota mis fuerzas. Si escribo para un periódico, por mi gusto, convertiría el artículo en una monografia. Por eso, en la aguda crisis económica que estoy pasando y que no puede prolongarse mucho, presenté una razonada exposición al Ayuntamiento, pidiendo su protección para mi Historia del Oriente catalán, a la que he consagrado 28 años de mi vida, y que no he podido escribir nunca por mi tenaz lucha contra la desgracia y la necesidad. Entre otras cosas decia al Municipio que no solo se trataba de escribir la historia de un episodio glorioso de nuestro pasado, sino de una ciudad famosa que interesa a toda la humanidad «porque esas ciudades, como Atenas o Roma, que fueron como el alma mater de una raza, y en las cuales quedó

grabada de una manera plástica é indeleble una civilización entera, son siempre inmortales y universales». Hoy agita nuestro pais una fiebre de actividad, y un anhelo frenético de progreso, no siempre bien definido, y mi peticion no fué desoida. Giner de los Rios pidió la fuerte suma de 30.000 pesetas, y fué aceptada la consignación sin protesta alguna aparente, como consignación, pero con desviaciones molestas en cuanto a su aplicación. Se dividió la cantidad en dos partes: 15.000 ptas. para la publicación, y otras 15.000 para complementos de viaje (! ! ! ). El detalle no tiene importancia, porque todos mis amigos del Municipio, que son la mayoria, estoy seguro que no han pensado jamás en convertirme en un almogaver forzoso , sino que su ánimo ha sido el de subvencionarme para que durante dos o tres años pudiera consagrarme tranquilamente a mi trabajo; pero aquí me tienes, mi buen Marcelino, luchando con una triquiñuela burocrática, que hay que deshacer y aclarar. Supongo que allá para el verano habré cobrado parte o todas las 15.000 ptas. y entonces ó en el otoño, si el Gobierno me faculta para ello, volveré a Grecia e Italia, acompañado de Jorge, a ultimar mis investigaciones.

Entre tanto las estoy continuando aqui en nuestro inagotable Archivo, con buena fortuna, porque de tal considero el descubrimiento de inesperados documentos que adelantan la invasión navarra en Grecia, y me han revelado el conquistador navarro de Tebas, Juan de Urtubia. Excuso decirte que tendré que rehacer por completo los primeros capítulos de mi historia de los Navarros en Grecia, publicados en 1887. Ahora solo falta que tu consigas de Silió, el actual Director de Instrucción Pública, que supongo debe de ser el Evaristo Silió, poeta y escritor, tan conocido, y sino me engaño, además, compatricio tuyo, una comisión amplia, que me permita consagrarme un par o tres de años a mi trabajo con completa libertad, sin la carga de la cátedra, y conservando el sueldo. Me parece que te será facil, y que la misma magnitud de la subvención municipal, no concedida hasta ahora a escritor alguno, dará una idea al Ministro de la importancia escepcional que mis paisanos dan a mi trabajo.

Estos dias he concluido de preparar para la imprenta, y esta es la causa del retardo con que contesto a tus cartas, una colección de documentos para la historia literaria de Cataluña del siglo XIV, encontrados tambien en el Archivo de la Corona de Aragón. Es este una mina de datos literarios riquísima, y mi deseo fuera explotarla por completo, porque una investigación de este género deparará muchas sorpresas interesantes para la cultura de nuestra patria y hasta para la europea. Hasta ahora llevo recogidos unos 200 documentos, hallados tras muchos afanes, porque los registros y cartas reales los brindan con avaricia, como perlas exquisitas. La mayor parte son inéditos, pero en mi colección recojo cuanto se ha publicado y anda disperso en libros y revistas. Pedro el Ceremonioso se lleva hasta ahora la mejor parte de la colección, pues de él solo me han salido hasta ahora mas de 100 documentos; y si vieras cuan notables y curiosos son muchos de ellos! Jorge, que es todo un paleógrafo y un investigador de buena mano, me ha ayudado mucho en esta tarea, y es el que copia los documentos, porque el estado fatal de mi vista no me consiente hacerlo. Emprendí esta investigación el año pasado, y di acerca de ella dos nutridas conferencias en la Academia de Buenas Letras, pero ha excitado tanto la codicia que tengo que apresurar la publicación de las piezas originales, á pesar de que creo que un año más de esfuerzos, daria un gran resultado, porque no faltaria quien cazara la liebre que yo he levantado. El año pasado mismo a los dos meses de dar mi conferencia, Gonzalez Hurtebise pidió turno tambien en la Academia, a lo cual tenia perfecto derecho; pero al publicar un largo extracto en la Revista de Archivos, no fue bueno para mencionar siquiera mis trabajos anteriores sobre el mismo asunto (Pedro IV). La desgracia de mi vista malogra gran parte de mis esfuerzos. Todo tengo que fiarlo a la viva voz, y apenas puedo escribir nada, porque el esfuerzo más penoso para mi es el tomar la pluma.

La publicación de esta nueva colección diplomática la hago a mis expensas, gracias a un buen amigo, que me adelantará los fondos, y como quisiera que me dejara algo, pues

ya sabes cuan difícil es mi situación, te agradeceré que al enviarte las listas de manuscritos, recomiendes el asunto a tus amigos. Excuso decirte cuanto te agradecería que tu nombre fuera el primero que figurara en dicha lista, aunque no por eso te faltaria la ofrenda del amigo.

Inmediatamente que recibí tu 2. o carta pidiéndome informes sobre Boscan, encargué a uno de mis mas aventajados alumnos de la clase de Lit. catalana, que hiciera investigaciones en el Archivo Municipal. Sé que trabaja en él y lo hará con conciencia, pues está versado en tales trabajos. Hablé también con Massó, que tan a fondo conoce nuestros Cancioneros, y de él es la adjunta nota, que no sé si llenará tu objeto. [1] En cuanto al Archivo de la C. de A. recorrí el índice de Registros de la época, y vi que la investigación para ser segura y fructuosa, debía abrazar el estudio de unos 330 Registros, trabajo sumamente penoso y que no puede exigirse a nadie. Consulté a Bofarull, y el me dijo que el difunto Barallat habia hecho esta investigacion para escribir un trabajo sobre Boscan (del que seria sin duda un resumen, una conferencia que dió en el Ateneo) y que no le habia dado resultado alguno. Como Hurtebise está recorriendo actualmente los registros de Juan II, le encargué que buscara noticias del padre de Boscán, y sé que lo está haciendo, y que ha encontrado algun dato, bien que de poca importancia. Cuando haya concluido su pesquisa te comunicaré inmediatamente los resultados.

Confidencial.

Mucho me ha alhagado como padre el juicio que has formado de mi hijo Jorge. El ha quedado encantado de tu amabilidad, y muy agradecido a tus bondades. Me encarga que en su nombre te dé las gracias por la puntualidad con que despachaste la consulta del Dr. Pohl, mientras espera hacerlo personalmente dentro de pocos días. El pobre ha tenido que abandonar temporalmente sus estudios del Doctorado

para venir a ayudarme a llevar mi pesada cruz, a trabajar en el Diccionario de Montaner y Simon, y a preparar su discurso del Doctordo, a fin de poderme acompañar en verano en mi viaje a Italia, y facilitarme el pesado trabajo de mi investigación. Mientras gozó de una posición independiente pudo consagrarse por completo a sus estudios y hacer una cartera brillante. Ahora es víctima de la suerte de su padre. Esta es la más insoportable de mis contrariedades. Desgraciadamente para ser sabio se necesita ser rico. La ciencia requiere una consagracion completa. Merced a la colocacion en casa Montaner se ha podido costear sus viajes a Madrid; la estancia gracias a mis buenos amigos, los de Liñán, no le cuesta nada. ¿Pero sabes cuanto le dan los sórdidos editores por su colaboración en las secciones americana, griega y catalana del Diccionario? Catorce duros por cada 100.000 letras. Ahora se pagan los trabajos intelectuales como los comestibles; a peso. Pero no te horrorices que aun es peor lo que voy a contarte: hace pocos dias me ofrecieron por una traducción en prosa de la Iliada, hecha directamente sobre el texto griego, 80 $! ! Verdad que esto subleva?

Jorge esta preparando como tesis del Doctorado una monografia sobre Desdot, que creo será notable y muy completa. Jimenez te vendrá con la pretensión de pedirte para la continuación de Rivadeneyra, la traducción, publicacion y estudio de aquel cronista. No obstante yo te agradeceria que lo reservases para mi hijo, que bajo mi dirección podrá desempeñar perfectamente este trabajo. Eso no seria obstáculo para que yo le diera el nombre, si tanto te conviniera, aunque, como es natural, prefiriera que sonara el de mi hijo.

Te felicito por la grandiosa manifestacion que te hizo el pueblo de Santander, y por el hermoso discurso que con tal motivo pronunciaste. Nuestro homenaje de simpatia hubiera salido con muchas más firmas sin las precipitaciones con que se llevó a cabo. Aqui tienes muchos admiradores, hasta el punto que el Ateneo desearia que vinieses a darnos una conferencia sobre Milá y Fontanals; para que te conociera la nueva generacion de Barcelona. Estoy autorizado para tratar

contigo confidencialmente de este asunto y explorar tu voluntad, para que obres con más independencia. Lo que si puedo asegurarte es que se te obsequiará con la discrecion más exquisita y se te recibiria en palmas. Supongo que Bonilla quedó convencido de que los barceloneses no hacemos nunca quedar mal a Cervantes. Tratándose de ti, mi creencia tendria una espléndida confirmacion. Cuando sepa que el pensamiento no te desagrada, te escribiré con más amplitud sobre el asunto. Oliver me dijo que ya te habia remitido el Mensaje que te dirigimos publicado en casi todos los periódicos de Barcelona, junto con tu cariñosa contestacion. Entre todos los que de veras te admiramos, hemos procurado indemnizarte de la injusticia que cometió contigo la Academia, de la cual eres la primera figura literaria.

Mi vida afanada me impidió consagrarte en la Revista del Ateneo un tributo de mejor calidad. No sé si cometí alguna indiscreción. Perdónamela si así fuera, que mi voluntad no pudo ser mejor intencionada.

Aguardo con impaciencia ese segundo tomo de la novela que me anuncias. Serán los dos de que consta tu notabílisimo trabajo, los únicos del nuevo Rivadeneyra que poseeré, porque el sueldo de un catedrático no permite ni siquiera comprar un libro. Desde que dejé de ser Cónsul no entran en mi Biblioteca más que los que me regalan. Siento mucho no poseer la publicacion de Menendez Pidal de la Crónica general. Si alguna vez se te presenta ocasión de hacerme llegar una obra útil como ésta, la harás de caridad científica. ¿Porque no me mandas ese Quijote de Avellaneda, que se publicó en Barcelona hace dos años?

Entre las obras de tu primera época de escritor que poseo, me falta una, de la cual no tenia noticia alguna: la traducción de los Cautivos de Plauto. ¿Te quedó algun ejemplar? En fin, mi querido Marcelino, no dejes de mandarme cuanto escribas, o cuanto prologuices, que con ello solo ya se tiene una buena biblioteca.

Llevo ya cuatro dias escribiendo este formidable protocolo, que han interrumpido ocupaciones y latas de todo género

(me llueven a diario), y la necesidad de no fatigar mis ojos. No puedo escribir seguido mas allá de una hora. Mi horrible miopia me congestiona y me fatiga atrozmente. A Dios, mi querido Marcelino. Tuyo siempre fraternal amigo,

Antonio

(Confidencial)

P.S. Me olvidaba de decirte que, con mucha pena, he tenido que dejar la suscripción de vuestra interesante Revista de Archivos; lo mismo he tenido que hacer con las demás suscripciones. Hace más de medio año que no compro un sólo libro. Sólo tú eres capaz de comprender la extension de mi sacrificio. Pero se me ocurre una cosa. Creo que pagais y aun premiais ciertos artículos. Pues bien; cuando salga de mi contestacion al discurso de Bonsoms y de las tres presidencias que desempeño (Juegos Florales, Reformas id. y Centenario de D. Jaime), podria ofrecerte una docena y media de documentos relativos a las relaciones literarias entre D. Pedro y el Gran Maestre Heredia, personaje importantísimo, como tu sabes, y sobre el cual he sacado de los Registros más de un centenar de notas de su vida política.—Adjunto se incluyo, suplicándote que me lo devuelvas (es el único recuerdo que me queda de esta conferencia, que no pude escribir, como de costumbre), un recorte del Diario , acerca de la conferencia que dediqué a Pedro IV como cultivador de las letras. Hurtebise trató un punto parecido en la misma Acad. a de B. L. dos meses despues (28 Mayo). ¿No te parece que mi trabajo anterior merecia siquiera una corta mención? Nada digo de su silencio para con Massó y Torrents, que tan competente y generoso es. Vale.

Antonio

 

Notas

[1] No se conserva con esta carta.