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Datos del fragmento

Remitente JOSÉ E. SERRANO Y MORALES EL DELEGADO REGIO DE 1.ª ENSEÑANZA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 11 febrero 1905 Lugar Valencia

Texto

Volumen 18 - carta nº 66

De JOSÉ E. SERRANO Y MORALES
EL DELEGADO REGIO DE 1.ª ENSEÑANZA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Valencia, 11 febrero 1905

Mi muy querido amigo: Por carta de nuestro desventurado amigo D. Julian Ribera, tuve noticia anteayer de que ya se halla Vd. en Madrid y de que, gracias á Dios, regresó felizmente de su expedición. Esperaba á saber esto para enviarle á Vd. las cartas copiadas ultimamente de la correspondencia Mayansiana. Por este correo van certificadas 50 cuartillas. Las minutas de D. Gregorio resultan poco menos que indescifrables. La costumbre que tengo de ver esa letra me ayuda mucho á adivinar mas que leer lo escrito; pero para copiar algunos párrafos se necesita la paciencia de Job. En la próxima semana quedarán tirados los pliegos que hay compuestos de Timoneda. No dejo de la mano este asunto; pero como en la imprenta tienen ahora muchísimo trabajo, descuidan el encargado por los amigos de mayor confianza.

Del otro asunto que á mi me afecta (del cual no quisiera acordarme), solo á titulo de informacion y sin pretender que Vd. se tome nuevas molestias, deseo que conozca lo ocurrido en estos últimos dias. Accidentalmente se halla en esta ciudad mi antiguo amigo y compañero de Vd. en el Senado, el Marqués de Villamantilla de Perales, paisano y amigo íntimo del Sr. La Cierva. Un dia que comian en esta su casa el Marqués y Llorente, dijo este que sentia remordimiento por haberme hecho aceptar la Delegación en el supuesto de que era cargo muy honorífico y con gastos de representación por mas que no tuviera asignado sueldo. Que el trabajo que impone, atendiéndolo como yo lo hago, es pesadísimo y continuo y que creía que debia concederserme la Gran Cruz de Alfonso XII, para la cual Vd. me habia recomendado. Acogió el Marqués muy cariñosamente la indicación y ofreció transmitirsela al Ministro. Pocos dias despues, me escribieron desde Madrid que se me habia propuesto para una encomienda de dicha Orden, atendiendo unicamente al donativo de los documentos antequeranos y a la publicación del Diccionario, pero prescindiendo de los servicios prestados en la Delegación; y como esto resultaba algo depresivo para mi, hube de rogarle al Marqués que escribiese al Sr. La Cierva manifestándole que de no otorgarseme la merced que él habia solicitado, era muy preferible que no se me concediese ninguna otra que rebajase los prestigios del cargo en esta ciudad. Ya sabe Vd. que el Delegado de Barcelona tiene los honores de Jefe Superior de Administración y 7500 ptas. para gastos de representación; además se le concedió hace un año la Gran Cruz de Alfonso XII. El de Madrid disfruta las dos primeras concesiones, y no la tercera por no crearle incompatibilidad parlamentaria. El de Sevilla, por ser también Diputado, no puede tampoco hoy recibir mercedes; y el único que carece en absoluto de esta clase de compensaciones, sin incompatibilidad para obtenerlas, es el Delegado de Valencia. En estas condiciones, comprenderá Vd. que si se me concediese una condecoración como la que se habia pensado en el Ministerio, por más que fuera superior á mis merecimientos, confirmaría el concepto, un poco humillante para mí, de que esta Delegación es de 2.ª ó 3.ª clase. Dios me dé paciencia y toda la abnegación que el patrimonio exije.

Muy afectuosos recuerdos de María y reciba Vd. un abrazo de su siempre agradecido y buen amigo que desea verle.

Pepe

 

Notas