Volumen 17 - carta nº 445
De ENRIQUE MENÉNDEZ PELAYO
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
Santander, 14 mayo 1904
Mi querido Marcelino: Por tu carta vemos que sigues bien. Aquí no hay novedad; la madre está muy bien esta temporada, salvo el humor que suele ser tremendo. Ayer no es de extrañar que estuviera caída de ánimo, al recordar que era el aniversario del fallecimiento de nuestro padre (q. e. g. e.).
Adjunta te envío esa autorización para que hagas el favor de firmarla y devolvérmela, para que la firmen la madre y Jesusina, y se puedan cobrar unos días de sueldo del padre, que no habían sido satisfechos, y que, con la celeridad acostumbrada en España, pagan ahora. No son más que unos veinticinco duros, pues he tenido que sacar y legalizar varios documentos que acreditasen nuestra condición de herederos.
Ya se ha empezado la obra. Están los albañiles recibiendo las faltas del revoque, y la semana entrante comenzarán su labor los pintores.
Voy numerando en el fin del segundo estante, donde hay un bajo — en todas las acepciones de la palabra— de comedias sueltas, que retarda mucho la marcha. El catálogo va todavía por los extranjeros de arriba, pues es mucho lo que allí hay metido.
Pereda, como sabrás, ha entrado en franca convalecencia; pero quedará malamente. ¡Qué pena me da!
Ya había leído la convocatoria de Buenos Aires. Se pensará en ello.
Abrazos de la madre, recuerdos afectuosos de María y otro abrazo de tu hermano
Enrique
Devuélveme en seguida la autorización, y con más espacio me escribirás.
M. P., Enrique - M. P., Marcelino, p. 87-88.