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Epistolario > Volumen 17 (Junio 1903 -... > Vol. 17 - carta 386

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario ALFRED MOREL-FATIO Fecha 25 marzo 1904 Lugar Madrid

Texto

Volumen 17 - carta nº 386

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A ALFRED MOREL-FATIO

Madrid, 25 marzo 1904

Mi muy querido amigo: Adjunta va la noticia de las más antiguas ediciones sueltas de Pan y Toros que tenemos en la Biblioteca Nacional. Creo, a pesar de la opinión de Somoza, que la primera no fué la de Madrid, 1812, en 8.º sino la de Cádiz en 4.º del mismo año, que no está en la Biblioteca, pero que debe de estar entre varios folletos impresos durante la guerra de la Independencia, que compré juntos hace algún tiempo y que tengo todavía sin clasificar en mi biblioteca de Santander.

Sobre esta edición gaditana, debió de hacerse la traducción inglesa, que efectivamente fué impresa a bordo de un barco de guerra, y que es de insigne rareza, por lo cual remito a Vd. nota detallada de su contenido y preliminares. El ejemplo de la B. N. único que he visto perteneció a Ricardo Heredia, cuyo ex libris tiene al principio. A mi entender, la atribución del opúsculo a Jovellanos no es tan antigua como generalmente se cree. Nació con estas ediciones del año 12, y no como da a entender el canónigo Posada, por malevolencia de los enemigos de Jovellanos, sino al contrario por el empeño que los primeros radicales españoles tuvieron en hacer a D. Gaspar cómplice de sus declamaciones.

Digo esto porque en las varias copias de la Oración que he visto, una de las cuales tengo, aparece sin nombre de autor, diciéndose sólo que fué revisada «por D. N. de la Plaza de Toros de Madrid», dato evidentemente absurdo.

Mi opinión es que el autor de Pan y Toros (Arroyal, Santibáñez, Marchena o quien fuese) dejó correr anónimo su escrito, y que en tal estado llegó a manos del impresor de Cádiz en 1812. En ningúno de los papeles relativos a la persecución de Jovellanos, ni en la correspondencia de éste y de sus amigos que conocemos hasta ahora, hay la menor referencia a tal escrito. Creo, pues, que la atribución fué pura y sencillamente una superchería del editor gaditano, favorecida por las circunstancias políticas.

Y ya que de revolucionarios de principios del siglo XIX se trata, ¿ha tropezado Vd. en sus investigaciones con algún rastro de un sujeto que vivía en París por la época del Directorio, y que se hacía llamar el ciudadano Florián Coetanfao? Algunos indicios me llevan a tenerle por español. Cienfuegos le dedicó en términos enfáticos su tragedia Idomeneo, y tuvo relaciones literarias con el P. Arteaga, colaborando con él en un trabajo inédito sobre métrica y rítmica de los antiguos, que existe incompleto entre los papeles de mi difunto amigo el Maestro Barbieri. Si Vd. puede descubrir algo sobre el tal Coetanfao (nombre falso según toda apariencia) se lo agradeceré mucho.

Suyo de todo corazón,

M. Menéndez y Pelayo

 

Morel-Fatio - Menéndez Pelayo , p. 166-167.

Notas