Volumen 17 - carta nº 310

De VICENTE GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI
CRONISTA HONORARIO DE ÁLAVA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Vitoria, 18 enero 1904

Muy Sr. mio y de mi mayor admiración: He recibido con sin igual satisfacción su carta fecha 13 del actual, que es el mas honroso documento que poseo y puedo apetecer por mis pobres é insignificantes investigaciones sobre historia alavesa.

Aunque hasta ahora no he tenido el honor de ser inmerecidamente agraciado con sus cartas, hace muchos años que me une á V. un vínculo de afecto, cual es el del asiduo lector y admirador de sus obras y escritos, vínculo que siempre produce cariño hacia el autor que con sus talentos y trabajos enseña al lector lo que de otro modo habia de ignorar. Confieso pues que debo á sus obras mucho de lo poco que sé, y aprovecho esta ocasión para mostrarle mi gratitud por haberme servido de Mentor en materias que de otro modo no hubiera podido estudiar.

Si no tengo inconveniente en afirmar, y expontáneamente lo hago, que son inmerecidos los elogios que me dedica, trazados indudablemente por V. para que viniendo de tan competente mano sirvieran de estímulo á mis aficiones, tampoco creo inmodestia decirle que no me considero acreedor al olvido en que tiene mis trabajos la Real Academia, y aun a trueque de molestarle, diré á V. dos palabras sobre esta materia.

Como correspondiente que soy de ella, he remitido siempre ejemplares de todos mis escritos, y mientras veo publicar largos informes de la docta corporación sobre pequeños folletos escritos en esta, por personas que no han entrado jamás en los archivos de Alava, nunca se ha ocupado la Academia de mis trabajos. ¿Será que no lo merezcan?

Unicamente recibí una comunicación, con fecha 7 de Octubre de 1901, del Sr. Fernandez Duro en que por orden de la corporación me anunciaba haber pasado los tomos publicados á informe del Sr. Arteche, y otra del 10 de Mayo de 1902, diciendome que el General fundado en su mucha edad y achaques devolvia sin informe la obra.

Como Alaveses ilustres es una obra que publico solo por amor al pais y sin lucro alguno; que la Diputación la patrocina editando en su imprenta 200 ejemplares que reparte á su capricho entregandome 50, de los qué el remitido á V. es el ultimo que poseia, yo tenia verdadero afan de un informe para poder pagar con él á la corporación los sacrificios hechos y estimularla á que diera mas actividad a los dos tomos que faltan y duerme su original en aquella imprenta provincial.

Ademas este país esta acostumbrado á tomar por verdadera historia las leyendas que en los siglos XVIII y XIX han inventado sus escritores con la errónea idea de que así defendian y ensalzaban sus libertades forales; novelas y leyendas que yo me he propuesto combatir y desvirtuar dejando las cosas en su verdadero lugar, probando que nuestros pactos forales no necesitan invenciones ridículas de independencias absurdas, ni voluntarias entregas apócrifas, para ser defendidos en el terreno legal y que nuestras mayores glorias estriban, no en un egoismo pernicioso adoptado á la sombra de privilegios dudosos, sino en los grandes servicios prestados á la integridad de la patria, ora siguiendo los pendones de Castilla en la reconquista, ora en la guerra de Navarra, ora en las eternas luchas con la vecina Francia. Con este fin tenemos escritos con la cooperación del ilustrado Secretario de esta Diputación D. Eliodoro Ramirez Olano, varios tomos de Historia de Alava (hasta terminar el reinado de los Reyes Católicos) que no nos decidimos á publicar sin ir previamente por medio de folletos como mi Vitoria histórica (el cual remití á V. la pasada primavera) y mis Alaveses, acostumbrando á los alaveses á ver su historia bajo otro aspecto mas veraz. Como V. comprende muy bien, si la Real Academia apoyase estas tendencias; si fijase su atencion en los documentos que en ambas obras he publicado; si informara sobre ellas, podiamos revestidos con la autoridad de su opinión escudar mejor el radical cambio de ideas que ha de introducir nuestra inédita obra.

Pero para esto se necesita tambien tener influencia en aquel centro, conque yo no cuento, y por eso me resigno á proseguir con nuestra historia dejando quiza archivadas las cuartillas en la biblioteca provincial.

Voy dando demasiada extensión á mis cuitas y á esta carta, y molestando en exceso su atención que se fatigará con mis pesadas observaciones, mas sin embargo fiado en la indulgencia, que siempre es virtud de personas doctas voy a exponerle otro asunto.

En el tomo VI de mis Alaveses incluyo al P. Guevara. Mi querido amigo Carmelo Echegaray, cronista de las Vascongadas, me decia este verano que V. no lo consideraba alavés fundado en su famosa carta, donde dice que nació en Asturias de Santillana, y no en el Potro de Cordoba, frase que pudiera ser entonces usual para mostrar pericia en cuestion de embutidos y conservas de carnes. Yo me fundo para considerarlo alavés, opinión que tambien tienen algunos frailes de su orden, en la lápida de su sepultura y de la capilla que fundó en S. Francisco de Valladolid, en la que dice « Carolo V. Hispaniarum Rege imperante = Illustriss. D. D. Fr. Antonius de Guevara = Fide christianus, natione Hispanus, = Patria alabensis; genere de Guevara, = Religione S. Francisci, habitu bujus conventus, = Profesione Theologus = Offitio Praedicator, et chronista Coesaris, = Dignitate Episcopus Mindoniensis. Fecit An. Dom. M.D.X.L.» Pero como Carmelo me dice que V. tiene diversa opinión, y para mi es tan indiscutible su autoridad, desearía, si tiene un momento libre, me digera que razones tiene para pensar que nuestro Guevara no es alavés, pues no quisiera tener que rectificar una vez publicado el tomo.

Perdone la pesadez de esta carta y lo mucho que le he molestado; reciba el testimonio mas sincero de mi gratitud por sus inmerecidos favores, y disponga incondicionalmente de su ferviente admirador y s.s.q.l.b.l.m.

Vicente Gz. de Echávarri

P/D Dirijo esta carta á Madrid porque supongo habrá V. regresado, una vez terminadas las vacaciones.