Buscar: en esta colección | en esta obra
Epistolario > Volumen 17 (Junio 1903 -... > Vol. 17 - carta 267

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN Fecha 28 diciembre 1903 Lugar Santander

Texto

Volumen 17 - carta nº 267

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN

Santander, 28 diciembre 1903

Mi muy querido amigo: Hace tiempo que tenía intención de escribir a Vd.; pero de tal modo se ha acumulado el trabajo en este final de año, que hasta hoy no he podido realizar mi propósito.

Le deseo mil felicidades en el año que va a comenzar, y, sobre todo, plena y definitiva curación de su padecimiento de la garganta. En la salud de Vd. nos interesamos todos los amigos de las letras españolas, que tienen en Vd. uno de sus más insignes y simpáticos cultivadores, y me intereso de un modo especial yo, que, además de la altistíma estimación en que tengo al escritor, guardo en lo más hondo de mi corazón un aprecio entrañable a la bondad y rectitud moral del hombre, tan rara en los tiempos que alcanzamos.

Continúo recibiendo pruebas del Quevedo, y veo con gusto que Díaz se porta mejor que Rasco. Anteayer devolví pruebas del incomparable Orlando, que me parece que va a salir muy mejorado en esta edición.

He de tener entre mis libros, pero hasta ahora no he dado con él, un tomito de opúsculos de Espinosa; pero me parece que no está en él el Espejo de cristal fino. La edición de Cuenca, 1637, seguramente no la tengo. Continuaré buscando, y haré extensiva la pesquisa a la Biblioteca Nacional cuando vuelva a Madrid. La conjetura de que el Arte de bien morir citado por Nicolás Antonio sea el mismo Espejo de cristal fino me parece plausible.

En el primitivo Rengifo, de 1592, no están las composiciones de Espinosa. Supongo que las añadiría Vicens, el editor del siglo XVIII. Pero acaso estén en alguna edición intermedia que no tengo, por ejemplo, la de 1664, citada por Gallardo.

Supongo que en la biografía de Espinosa incluirá Vd. el estudio de todo el grupo antequerano. ¡Qué cosas tan nuevas nos puede Vd. decir de Agustín de Tejada, de doña Cristobalina y tantos otros!

Supongo que el Marqués, a quien apenas he echado la vista encima durante la última temporada que pasó en Madrid (o, más exactamente, en el Casino), habrá dado a Vd. un ejemplar del tomito de sainetes, en que hay uno de Quevedo.

Puesto que Huntington va a Sevilla y corren peligro los libros del Duque, agradeceré a Vd. mucho que me haga copiar, antes que se los lleve, cuatro o cinco pliegos sueltos de Juan de Timoneda que el Duque tiene, procedentes unos de la biblioteca de Salvá, y otros, de una compra reciente que hizo en Alemania. Son para la edición de Timoneda que va a hacer la Sociedad de Bibliófilos de Valencia, que abonará los gastos.

Estoy enfrascado en un estudio muy largo sobre los novelistas anteriores a Cervantes. Irá al frente del primer tomo de una continuación de la Biblioteca de Rivadeneyra, empresa magna que ha acometido la casa de Bailly-Bailliere. Otro día hablaré a Vd. de este gran proyecto, en que es menester que Vd. colabore.

Suyo de todo corazón,

M. Menéndez y Pelayo

 

Tomada de: Rodríguez Marín - Menéndez Pelayo , p. 246-248.

Notas