Volumen 17 - carta nº 188
De FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
Sevilla, 1 noviembre 1903
Mi querido y respetable amigo: Recibí las pruebas del Quevedo, y después la grata carta de V.
Hoy, en paquetillo certificado, como siempre, mando a V. las capillas de los primeros pliegos y veinte nuevas galeradas de pruebas, todas del Epicteto. Dije a Díaz que no compusieran las licencias, aprobaciones, etc., que Janer dió en forma de notas, y no sé sí habré hecho bien. Si han de componerse, convendrá, para ahorrar tiempo, que V. me indique las modificaciones que haya que introducir en esos preliminares, con arreglo a la edición de 1635.
Díaz quisiera ir desocupando pronto la letra que tiene levantada; por lo tanto, si V. anda muy atareado, como supongo, y no puede revisar de un tirón todas esas pruebas (en las cuales, con mucho menos que reparar, invertí anoche más de tres horas), convendrá que me las devuelva en dos o tres veces, a medida que las vaya repasando.
Aunque disto mucho de estar bien de la voz y temo que sea menester que me operen de nuevo (lo cual me quita el gusto para todo, y aun me hace columbrar muchas negruras de mañana), dedico a mis trabajos literarios cuanto tiempo me dejan por mío las demás tareas. De Guadix me han enviado muy curiosas noticias de Mira de Amescua, y de Córdoba, otras referentes a Góngora. Aquí he hallado muchas de poetas tan poco conocidos como Juan López del Valle y otros ingenios de las Flores. Aunque todo esto me alienta a proseguir mi trabajo, algunas veces se me achica el ánimo en términos, que estoy a dos dedos de enlegajar y arrinconar lo hecho y lo por hacer, mirando lo mucho que me queda que andar, lo poco que resta del plazo, y lo echado a perder que estoy. ¡Allá veremos!
Consérvese V. bien y mande, como puede, a su siempre afectísimo amigo y discípulo, q. l. b. l. m.,
Francisco Rodríguez Marín
Rodríguez Marín - Menéndez Pelayo , p. 243-244.