Volumen 17 - carta nº 20

De ENRIQUE MENÉNDEZ PELAYO
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Santander, 17 junio 1903

Mi querido Marcelino: Vemos por tu carta que sigues muy bien y deseando abrazarnos... así como a los clásicos latinos.

La madre no está peor, pero esto va pesadísimo, pues todas las noches tiene dolores y además no puede abandonar la cama, lo cual la produce una contrariedad y mal humor grandes. Dios querrá que todo pase, porque para todos es necesario.

Siento que no hayas ido a Alhama, porque sé que no irás a Viesgo tampoco. Lo volverás a prometer si te acomete algún otro acceso, pero no irás. En fin, lo principal es que apenas te haya molestado este invierno, lo cual bien podía ser un alivio real y verdadero, y no una señal de que iba a transformarse en otra cosa, teoría aprendida de Joaquina y que no está bien comprobada.

¡Bonito ejemplar el de Londres! aunque bien creo que te habrá costado uno y la yema del otro como dicen los mal hablados.

Así acabó Barrera; así Gallardo...

El maestro muy ocupado con la boda de su hija, que se celebrará, Dios mediante, el viernes. Llegó su cruz de Alfonso XII, que lucirá en el azto.

Recibe de la madre muchos abrazos, y otros tantos de tu hermano

Enrique

M. P., Enrique - M. P., Marcelino, p. 67-68.