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Datos del fragmento

Remitente ANICETO DE PAGÉS Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 13 marzo 1901 Lugar Madrid

Texto

Volumen 16 - carta nº 19

De ANICETO DE PAGÉS
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Madrid, 13 marzo 1901

Mi respetable maestro: la tarde en que tuve el gusto de conversar con Vd., no le expuse el actual plan de mi libro (plan que han modificado varias veces enojosas exigencias editoriales) por dos razones: la una por no ser importuno; la otra porque soy muy premioso de palabra y tambien de entendimiento.

Lo que voy á exponer aqui breve y familiarmente pienso decirlo en el prólogo que por necesidad ha de anteceder al texto de la obra que he sometido á su, para mí, inapelable juicio.

Pero para que este pueda formarse y emitirse es preciso conocer aquello sobre que ha de recaer. Y yo no supe explicarselo á Vd., Don Marcelino. Veamos si ahora seré (mas) más afortunado.

Mi objeto es aclarar, ampliar, ilustrar, por decirlo así, con el ejemplo las definiciones de nuestros vocablos. Y para esto ¿que se necesita principalmente? Pues que los ejemplos estén conformes con las definiciones á que se aplican. Y esto, que parece tan facil, suele no suceder aun en obras tan afamadas como la primera edicion del Diccionario de la Academia.

Cuanto al ejemplo, lo tomo de todas partes, donde lo encuentro. Para mí su fuerza está en su bondad, no en su autor, sea este quien fuere. En esto de lenguaje no hay autoridades absolutas: la misma puede tener una estrofa de Fr. Luis de Leon que un cantar popular. Así es que en los ejemplos que en mi libro presento no tendria inconveniente en suprimir el nombre de los autores, cuanto mas el título de las obras! Me basta con que el ejemplo, aun anónimo, sea bueno y esté conforme con la definicion.

En ninguna manera me ha pasado por las mientes presentar al público un trabajo docto. Yo no tengo fuerzas para ello. Esto puede hacerlo con éxito un bibliófilo, un bibliógrafo tan eminente como Vd., no un pobre diablo como yo. De ningún modo aspiro a que mi diccionario sea sabio; propongome solamente que sea popular, propio para andar en manos de la gente medianamente instruida.

Por consiguiente, para juzgarlo, no debe elevarlo hasta Vd., sino bajar Vd. hasta él un momentito y luego perderlo de vista, que bien merecido lo tiene.

Yo soy, estimado maestro, un humilde menestral, muy laborioso, eso sí, que se presenta vestido de americana. ¿No seria injusticia notoria ponerle reparos porque no viste de frac?

Y voy a acabar. El título que va en la muestra no está completo: hay que añadir « y aumentado con mas de veinte mil voces »

Perdone Vd., Don Marcelino, la molestia que le ocasiono, y en cambio promete no hacerlo mas su incondicional admirador y amigo q.b.s.m.

Aniceto de Pagés

 

Notas