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Epistolario > Volumen 16 (Marzo 1901 -... > Vol. 16 - carta 6

Datos del fragmento

Remitente ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 2 marzo 1901 Lugar Barcelona

Texto

Volumen 16 - carta nº 6

De ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Barcelona, 2 marzo 1901

Mi muy querido Marcelino; aunque no te debo carta, pues si mal no recuerdo, te escribí el verano pasado, te debo un libro, y esto me basta y sobra para considerarme archiobligado contigo. Recibí en efecto, y le estoy leyendo con la lentitud que me impone mi vista delicada, el tomo III de tu magnífico romancero que vá á hacer inútiles los de Wolf y de Durán. El que acabas de enviarme me ha interesado como puedes suponer, mucho más que los tomos anteriores. Es el más nuevo y original; las pequeñas colecciones de romances castellanos tradicionales en Asturias, Portugal, Cataluña y entre los judios de Levante, es decir, en regiones donde el habla castellana no es natural, le dan un valor extraordinario. Se lo dan también las introducciones hechas con aquella serenidad y transparencia críticas y con aquella asombrosa abundancia de datos, que te dan la superioridad sobre cuantos se dedican á este linaje de estudios. Con el amigo Lomba, que suele visitarme un par de veces todas las semanas, hablamos muchas veces de la labor extraordinaria á que hace treinta años te dedicas, y convenimos con la opinión de tus discípulos, en que la historia de la literatura española, en su aspecto expositivo y crítico presenta dos grandes fases: la anterior á tus esfuerzos, y la posterior á ellos. Yo, que quizás soy el más antiguo de tus discípulos, puedo dar fé de ello. Nuestra historia literaria ha cambiado completamente de rumbos, desde que pusiste mano en su reconstitución. Yo no comprendo un catedrático de literatura española que pueda desempeñar su cargo, sin haber leido tus obras, y sin embargo creo que la mayoria están en este caso. No se preocupan más que de la asignatura, que es, como suelo decir á mis alumnos, un aspecto puramente burocrático de la ciencia, la ciencia sujeta á dos límites raquíticos, la matrícula y el examen, y geometricamente amojonada en un programa. Durante este curso, en que me he encargado con algunas intermitencias por efecto de mi desgracia, de una clase de más de ochenta alumnos, sus textos han sido Milá, tu Antología de poetas líricos y tus restantes obras literarias. Ellas son las que preferentemente consultan en las bibliotecas públicas de esta ciudad; he acabado con los Canos, Sorianos, Sanchez de Castro, etc. etc.

A pesar de que el programa es para mi una continua pesadilla, pues me cuesta cogerle afición, y suelo modificarlo todos los años, me he visto obligado este curso, por razón del número y escasa preparación de mis alumnos, á publicar una quisicosa híbrida que no es texto ni programa. Mi principal objeto ha sido asilar dentro de él, pues he temido que el catalanismo de mis compatriotas no me pagaria el esfuerzo, una especie de plan ó ensayo de historia de la literatura catalana, para que mis discípulos tengan siquiera una idea de ella, ya que no me es posible explicarla en cátedra por la extensión de la materia. Esta parte es la más personal y original del trabajo que te remito, y sobre el cual aguardo tu parecer. Es el resultado de quince años de investigaciones y de estudios. Faltan todavia en ella algunos estudios, como v. gr. el de la poesia popular, el de la influencia provenzal, el de la prosa científica de la decadencia etc. pero todo ello lo añadiré y publicaré en una nueva edición, si la primera tiene salida. Entonces redactaré quizás el período de la Renaxensa, y daré más interés y caracter práctico al trabajo con la bibliografia tan completa como me sea posible de cuanto se ha escrito sobre literatura catalana.

En cuanto á la parte castellana te pido benevolencia y perdón; pues si algo bueno hay, es todo tuyo. Es un trabajo atropellado por la necesidad de su publicación oportuna, en que se condensa lo más importante de lo que tú has escrito de historia literaria española.

Todavia confio en que hemos de vernos antes de acabar el curso, pues me han nombrado juez de uno ó dos tribunales de oposiciones.

Te agradeceré que recomiendes mi trabajo, que á más de un objeto de propaganda científica, tiene el de ayudarme á sobrellevar mis cargas matrimoniales, con el modestísimo lucro que pueda granjearme. Si te parece, pues, que quizás lo adoptaría ó recomendaría algún catedrático amigo tuyo, no dejes de indicármelo.—Te recuerdo igualmente tu promesa sobre la provisión de la vacante de mi padre en la Academia Española.—Tuyo siempre,

Antonio

 

Notas