Volumen 15 - carta nº 77

De JOAQUINA DE LA PEZUELA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

[Madrid], 21 diciembre [1898?]

Ayer recibi su carta que en verdad no se ha apresurado V. gran cosa en escribir querido Marcelino, y como no llego siquiera el domingo, no se cuando llegara a concluirse esta en el poco tiempo que queda para escribir con la luz del dia, siendo estos tan cortos, y aun mas mi vista, que voy perdiendo en estos ultimos tiempos con aterradora rapidez; pero en fin alguna vez se concluirá, y llegara como Mambru sino para la pascua para la Trinidad.

Mucho me alegro hiciera bien el viaje y encontrara tan buena toda su gente, y sobre todo su hermano aunque no tenga gana de arreglar libros, que es cosa pesadísima.

Y tambien celebro haya emprendido con tan buenos auspicios sus tareas, que ya llevaba tanto hecho cuando escribio, y que supongo saldrá tan bien como los otros tomos.

El dia que V. se fue Pedro al venir a comer dijo que el imprescindible Cotarelo habia llegado al Ateneo diciendo habia visto a V. marchar en compañia de un amigo, y como el tiempo ha sido en todas partes tan hermoso, ya suponiamos habra hecho ese pesado viaje lo mejor posible. Aqui sigue tambien como ahi el tiempo lo mejor que podia esperarse en invierno, no solo con un cíelo azul y un sol explendido, sino hasta templado al centro del dia, con lo cual todo el mundo creo yo ha mejorado en sus dolencias, y yo tambien como los demas, de cuerpo y de espíritu pues tiene en el mio mucha influencia la belleza de la naturaleza, que ahora nos obsequia con sus ultimos explendores.

Pedro ha visto en no se que periodico, que sus paisanos habian obsequiado a V. haciendole una recepcion extraordinaria y una gran ovacion, y como V. nada dice, ni ahora precisamente vemos motivo ninguno especial para tan inusitado entusiasmo en esos helados zanguangos, nuestras dudas ya muy acentuadas sobre tan nunca visto acontecimiento, han llegado, casi a la certidumbre, y suponemos sera el entusiasmo como aquel que producia en toda la provincia cuando V. la recorria en todos sentidos, predicando el carlismo.

Siento mucho lo que me dice de la mala salud del pobre Agabio, que ya me habia parecido flaquísimo, y desmejorado, cuando le vimos a nuestro paso por esa y quisiera escribirle, pero con las visitas a los parientes, inevitables, y los dias tan cortos no se cuando podré hacerlo con el sosiego necesario. Cuanto siento que no vivan aqui para verle en lugar de escribirle, que no resulta igual ni mucho menos.

Ayer no pude escribir casi nada; pero hoy empiezo temprano, suprimiendo las visitas de la mañana y concluiré esta. Lo que no suprimiré será la visita a los pobres Srs. de Cueto para desearles un buen año, que Dios solo lo sabe si verán acabar, y si puedo meter baza ya le diré su recuerdo y encargo de trasmitirle sus cumplimientos; pero no crea V. que es igual que visitarle en ocasion oportuna para su interesado proposito de sacarle libros.

A mi con estos males no me presta ningunos este invierno; pero ahora no me hacen falta, porque como leo poco aun no he concluido los desvencijados sobre el teatro de ese profesor que asoma la oreja de cuando en cuando ademas de ser no muy ameno, como tal profesor que es y los otros solo Pedro los ha leído, gustandole uno mucho.

Me alegro que Pereda haya acertado con ese artículo de folk-lore para contribuir a(l) embellecer su libro, que bajo el punto de vista de la amenidad, no le vendra mal; pues con el criterio de la mayor parte de sus colaboradores, debe ser algo plomífero.

Yo tambien deseo pase V. muy bien las Pascuas con todos los suyos buenos, y con buenas esperanzas entren tambien todos en el nuevo año, ya que pueden tenerlas y quiera Dios no se parezca a este, aunque para nosotros, no puedo hacerme ilusiones, de que haya mucha diferencia, y estos dias seran bien tristes como siempre; pero a la gracia de Dios, y que El le conceda, en ese y en los demas cuanto le desea su siempre affma.

Joaquina