Volumen 12 - carta nº 603
De GUILLERMO JÜNEMANN
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
San Javier, 19 marzo 1894
Señor de todo mi respeto: Después de agradecer á Vd. cordialmente su atenta carta, me atrevo á apelar nuevamente á su benevolencia.
Por el correo de hoy envio á Vd. la traducción del primer canto de la Ilíada, para que, en algun momento completamente libre, tenga la bondad de echarle una ojeada y de decirme, con toda libertad, el juicio que el trabajo le merezca y de hacerme las observaciones que le sugiera.
Lo único que le puedo decir, es que la traducción es fidelísima, y literal en toda la extensión de la palabra. He procurado conservar no solo la palabra y la idea sino tambien el sabor homérico, si me puedo expresar así. La edición que me ha servido de guía, es la de G. Dindorf, una de las mas reputadas; pero he consultado también, con la mayor escrupulosidad, los trabajos filológicos y críticos mejores del dia.
Avanzando en mi trabajo, he pensado que, empleando un lenguaje y una frase algo mas escogidas (como he tratado de hacerlo) sería acaso innecesaria una traducción libre.
Apesar de las grandes dificultades del trabajo, me sobraria ánimo para proseguirlo, si Vd. se dignase revisarlo ó tuviese para él una palabra de recomendación.
Suplicando á Vd. disculpe la confianza que me tomo y se sirva contestarme, para continuar la traducción, con sentimientos del mas alto aprecio, soy su servidor y capellán
Guillermo Jünemann
P.D. Remito un giro postal á su orden para el franqueo del manuscrito, si no puede Vd. revisar la obra.