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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 586

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario JUAN VALERA Fecha 7 marzo 1894 Lugar Madrid

Texto

Volumen 12 - carta nº 586

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A JUAN VALERA

Madrid, 7 marzo 1894

Mi querido amigo D. Juan: Llegó al fin la colección de Grillparzer, como ya sabrá Vd. por Tamayo. Supongo que Tamayo habrá recibido también el primer acto de La Reina Doña María y que dará cuenta de ello en la sesión de mañana jueves. La copia seguramente estará muy bien hecha y será fidelísima, como cosa de Beer asesorado por Vd. Yo quisiera que la Academia, además de pagársela, le hiciera socio correspondiente extranjero, honor que han obtenido muchos que no pueden competir con él en conocimientos de nuestras cosas.

Creo, como Beer, que el manuscrito de La Reina Doña María no debe de tener de autógrafo más que la firma. Si no tiene enmiendas, la cosa es clara, porque Lope corregía mucho y sus borradores auténticos están plagados de tachones. En casa de Osuna había muchos manuscritos de Lope que pasaban por autógrafos sin serlo, sólo por el hecho de la firma, así como otros autógrafos verdaderos estaban menospreciados por faltarles esta circunstancia. De una y otra cosa he visto bastantes ejemplos en los manuscritos que han ido a la Biblioteca Nacional. De todos modos, no huelga la fotografía de un par de páginas, que podrían ir en el texto como facsímiles. Ya supongo a Vd. enterado de la decisión final de la Academia de la Historia en el asunto de los papeles de Khevenhüller, en que no he tenido arte ni parte, porque llegaron durante mi larga ausencia en Santander y pasaron a examen de una comisión de sabios que después de tenerlos tres meses en su poder han salido con la pitada de que no valen nada, exceptuando tres o cuatro. Yo creo que hasta por decoro nacional o corporativo hubiéramos debido cargar con ello aun siendo inútiles, pero Cánovas lo ha dispuesto de otro modo, y entre él y la Junta de Hacienda, de que el Bibliotecario no forma parte, han dado al negocio la triste solución que Vd. conoce. Parece que lo más importante que había entre esos papelotes era una especie de Memorias o Relación de la corte de España en tiempo de Felipe III escrita por uno de los Khevenhüller, pero sospecho que de esta obra debe de haber copia en alguna de nuestras Bibliotecas, porque la encuentro citada en libros españoles del siglo pasado, lo cual prueba que para nuestros antiguos eruditos no era cosa enteramente peregrina ni recóndita. En definitiva, deploro todo lo que ha pasado, no por el vador intrínseco de ese fárrago de papeles, sino por el deslucido que la Academia ha hecho en todo este negocio.

No he visto todavía las últimas ferocidades de Harrisse contra la Academia y contra España, pero espero recibirlas por conducto de Zarco del Valle, grande amigote de Harrisse, y que es el que se encarga de propagar en Madrid sus lucubraciones. Merece, en efecto, ser contestado y aun triturado, si es posible, pero esto no lo puede hacer, a lo menos bajo su firma, ningún Académico de la Historia, a lo menos tal es mi creencia. Harrisse es un pedantón ridículo, soez y mal criado y hombre, además, de poquísimos alcances y ninguna elevación de pensamiento en cuanto se le saca de la erudición menuda y concerniente a un solo punto histórico: Cristóbal Colón y su descubrimiento. Pero no hay duda que Harrisse está muy enterado de toda la bibliografía americana vetustissima (como él dice) y que tendrá razón en todo caso lo que diga contra la Bibliografía de la Academia, que es una obra vergonzosa y deplorable. Sin haber leído todavía el artículo de Harrisse, adivino ya que tendrá razón en muchas cosas y que quizá otras muchas se le habrán quedado en el tintero. ¡No he visto gazafatón más horrible que la tal bibliografía! Casi todos los libros están descritos de referencia; en otros muchos que sólo indirectamente y en alguna página tratan de Colón no se indica esta circunstancia, con lo cual la cita resulta inútil y ridícula; y para colmo de males el libro está lleno de feísimas e intolerables erratas. ¿Quién va a defender de buena fe semejante gatuperio? Y no defendiéndolo, ¿quién ha de tener valor para empezar dando la razón a Harrisse y poniendo a sus compañeros la ceniza en la frente? Si Duro y Fabié y algún otro a quien por lo visto ataca Harrisse de un modo feroz y desatentado quieren responderle personalmente, allá ellos. En las cosas históricas de Colón pueden triunfar de él a poca costa, porque yo tengo muy pobre idea del criterio histórico de Harrisse, pero la bibliografía es ciertamente indefendible y en cuanto malo diga de ella le sobra la razón por encima de los pelos.

No deje Vd. de escribir algo para la Revista de Lázaro.

Propondré a la Academia que obsequie a la Princesa de Metternich con los tomos publicados de Lope.

Suyo de todo corazón

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera - Menéndez Pelayo , p. 494-496.

Notas