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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 560

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario JUAN VALERA Fecha 21 febrero 1894 Lugar Madrid

Texto

Volumen 12 - carta nº 560

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A JUAN VALERA

Madrid, 21 febrero 1894

Mi muy querido amigo D. Juan: Recibí con gran placer sus dos últimas cartas, y estoy muy ufano de que le haya parecido a Vd. bien mi artículo sobre el discurso de Vallín. También a los de la Academia de Ciencias les ha gustado, especialmente a D. Miguel Merino, que me ha escrito una carta muy cariñosa.

En el número próximo hablaré del discurso de nuestro amado hijo político, procurando entresacar de aquel pedantesco fárrago las cosas verdaderamente útiles que contiene y ponerlas en forma llana e inteligible.

Conviene que Vd. escriba algo en dicha Revista. Lázaro tiene buena intención y creo que debemos ayudarle para ver de lograr una revista española decente. Si le abandonamos, el hombre volverá al fárrago de las traducciones hechas a destajo, con lo cual le saldrá la Revista por una friolera, pero ninguna persona formal querrá escribir en ella. Su crédito, lo mismo en España que en América, dependerá exclusivamente de las firmas conocidas con que cuente.

Anímese Vd., pues, a escribir contándonos algo de ese nuevo mundo literario húngaro, tcheco, etc., del cual aquí no sabemos jota.

El viernes pasado pregunté en la Academia de la Historia sobre el estado en que se hallaba el asunto de los papeles de Kende. Y vine a sacar en limpio que (durante mi ausencia en Santander) se había nombrado para examinarlos una comisión compuesta de D. Hermógenes, Hinojosa y Rodríguez Villa, los cuales, según fueron manifestando, habían examinado los papeles y opinaban que algunos debían comprarse y los demás devolverse por ser inútiles para nuestra biblioteca. Cánovas, a quien yo había enterado del asunto, opinó lo mismo, y la Academia acordó que en la sesión próxima (es decir, este viernes) presentarían esos señores su dictamen determinando lo que a la Academia convenía y lo que debe devolverse y proponiendo precio. De modo que pronto saldremos de dudas.

Tamayo me dijo ayer que había recibido la colección de las obras de Grillparzer y que abonaría el importe a su primo de Vd. en la Secretaría de Estado. Propuse a la Academia de la Historia, y quedó aceptada la propuesta, el cambio de un ejemplar del Oviedo (Historia de Indias) por los Monumentos de los Concilios Generales del siglo XV, que nos interesan mucho. Esta Academia anda siempre a la quinta pregunta, pero en materia de libros suele ser desprendida. No sé si la de Viena tendrá todas nuestras publicaciones, que, como sabe Vd., son bastantes; pero aquí no poseemos los tomos publicados de la colección de Santos Padres y Escritores Eclesiásticos de los primeros siglos, que imprime esa Academia, entre los cuales hay varios de españoles y otros que importan a España. Yo he ido comprando para mí los tomos que me hacían falta, pero en la Academia no poseen ninguno, y si por este medio del cambio pudiéramos lograrlos, ganaría bastante nuestra biblioteca.

A Beer se le pagará bien la copia de la comedia de Lope si esa diabólica y estrafalaria Princesa de Metternich llega a encontrarla. ¡Qué estupidez la del difunto Duque de Osuna en dejar salir de España semejante original sin quedarse siquiera con una copia paleográfica! Y no es el único regalo de este género que hizo aquel desdichado, como si fuera lícito a nadie ceder a extranjeros estas venerables reliquias de la cultura patria.

Oliveira Martins me mandó su Vida del Condestable, que encuentro preciosa. Me alegro que se haya dejado de sociologías, positivismos y otras garambainas y escriba en este modo poético y ameno los episodios más interesantes de la historia de la Península. Creo que en este género y modo de escribir la Historia hay muy pocos hoy en España que puedan ponerle el pie delante.

Ayer enterramos al pobre Barbieri, uno de los amigos mejores y más cariñosos que he conocido. No se habla todavía de sucesor en la Academia, pero dícese que será Moret, por haberse terminado durante su Ministerio las obras del nuevo edificio de la Academia. Yo preferiría al Conde de la Viñaza, que también se presenta como candidato.

Suyo de todo corazón

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera - Menéndez Pelayo , p. 487-488.

Notas