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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 459

Datos del fragmento

Remitente ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 21 noviembre 1893 Lugar Clarís 9, Barcelona

Texto

Volumen 12 - carta nº 459

De ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Clarís 9, Barcelona, 21 noviembre 1893

Mi muy querido Marcelino: sé por nuestro buen amigo Gomez Restrepo, y lo supuse sin que él me lo dijera, los malos ratos que has pasado con motivo de la horrible catástrofe de Santander. Por lo mismo que pensé que no estarias para nada, no quise molestarte con telégrama directo, al que quizás no hubieras podido contestar dado tu estado febriscitante, y preferí enterarme por amigos mios de la Trasatlántica de la extensión y localización de la catástrofe. En cuanto me enteré de que no habian sufrido daño los barrios en que tú estas, me quedé más tranquilo, si bien presumo que habrás tenido que llorar la pérdida de muchos amigos tuyos. Dios quiera que á ningun individuo de tu familia le haya alcanzado perjuicio alguno. Hace pocos dias leí una carta de Pereda, en la que decia que podia cantar victoria, aunque habia pasado ratos muy amargos. También los he tenido yo con la horrible salvajada del Liceo, de la que van enterradas ya treinta víctimas. La familia del vecino de enfrente de esta misma calle ha desaparecido toda. El gefe de ella era muy amigo mio y hubo tiempo en que nos veíamos muy á menudo, pues era individuo de la Junta del Centro Excursionista cuando yo la presidia. Además murió una amiga mia de infancia, en lo mejor de su juventud. En fin dejemos estos horrores, y quiera Dios librarnos de ellos para siempre.

Cuando llegaron á mis manos los libros que tuviste la bondad de regalarme, me hallaba molestado por una bronquitis agudísima, que me dió mucho que hacer y para librarme de la cual tuve que emprender un serio tratamiento. Me pasaba entonces las noches de claro en claro, con ataques asmáticos un tanto graves. No por eso te agradecí menos el obsequio, aunque no pude ser oportuno en mostrarte mi gratitud. Las obras de Milá, las que creo tener derecho por la buena y antigua amistad que nos une, me serán de gran provecho. Pero, te lo digo con franqueza, hubiera renunciado á ellas, bien á pesar mio, por la indigna conducta de su cuñada, que parece se ha propuesto hacer antipático, ó hundir en el olvido la memoria del que fué inolvidable maestro nuestro.

Tu hermoso prólogo á las obras de Quadrado, del que hablé á poco de haberlo recibido en las columnas de Colombia Cristiana, le conocia ya por haberme leido el interesado grandes fragmentos, y por haberlos publicado La Almudaina de Palma, que dirige el aprovechado Oliver. Quadrado está que revienta de satisfacción. Aquel elogio tuyo á lo Tácito, «donde está la justicia, allí está Quadrado, con la patria, ó contra la patria», le tiene chiflado. Está tambien muy contento porqué te ha comprometido á hablar de política: jo 'l som compromés en política, dice muy á menudo.

Sé que por Estelrich estás informado de que pasé este verano una temporada en mis predilectas Baleares. En Menorca estuve en casa de mi amigo Despujol (un aristócrata de por acá, que debes conocer de nombre), y en Palma en la de Estelrich, que es para mi algo así como un hermano. Tiene un corazón de oro. A tí te quiere con delirio mezclado con veneración. Que dias más deliciosos los que pasé en su compañia! Esas amistades literarias que concluyen por hacerse familiares, le endulzan a uno horas muy amargas.

Me dá vergüenza que hayas leido mi crítica de tu Antologia en el Centenario, revista clandestina como tú la llamas con razón, que efectivamente me pagó tarde y mal. Fué un compromiso de Valera. Aquello más que crítica es un compterendu, con cuatro pobres observaciones preliminares. Para los Anales de Instrucción Pública escribí un artículo muy extenso (supongo que cojera unas 40 pags. en cuarto), y otro para la Union Católica de Costa-Rica. El primero no ha visto la luz; mas si el segundo. He encargado que te lo manden, aunque mutatis mutandis leerás las mismas cosas que en el Centenario . No dirás que no te explote. Muchas gracias y Dios te lo pague.

Acabo de recibir carta de Ruben Darío, que reside en la Argentina, el cual te pone en los cuernos de la luna. Nada digo de los piropos que te echa a cada paso Gomez Restrepo, el cual me escribe muy á menudo y con mucha extensión. Aunque no menos ocupado que tú, ya ves que quieras que no, tengo que cultivar el género epistolar.

Estoy aguardando con verdadero afán el IIº y III tomo de la Antología americana, y el prólogo del V.º de la castellana. Quisiera aprovecharme de éste en mis explicaciones del actual curso. Ya sabes que á falta de otro servicio mejor que prestarte, soy un entusiasta vulgarizador tuyo en América y en Cataluña. Mis alumnos no se libran de mis manos, sino conocen tus obras y las de Milá. Gran curiosidad tengo de conocer tu magnífica Biblioteca, definitiva y sibariticamente instalada. Este sería uno de los móviles principales que me llevarian á visitar tu tierruca. Podré realizar este deseo? Por ahora no se me presentan bien las cosas. Tengo otro hijo en camino y mis emolumentos disminuyen. Si llegas a Ministro, has de ver lo que haces de mí. Se me acaban tiempo y papel, antes que las ganas de charlar contigo. Si en Fomento no hubiesen suprimido las dietas de los jueces de los Tribunales de oposiciones, me hubiera dado este invierno, este gusto, porque acabo de ser nombrado, para la vacante de Literatura griega y latina de esa Universidad. A Dios Marcelino, y hasta otra.

Tuyo siempre invariable,

Antonio

P.D. No se te olvide el II tomo del Catálogo de Ricardo Heredia. El III es cosa buena.

 

Notas