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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 452

Datos del fragmento

Remitente JUAN VALERA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 12 noviembre 1893 Lugar Viena

Texto

Volumen 12 - carta nº 452

De JUAN VALERA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Viena, 12 noviembre 1893

Mi muy querido amigo Menéndez: Hasta hace dos o tres días no he recibido la muy deseada carta de Vd. del 2, cuando ya me disponía yo a escribir a Vd. para lamentar la espantosa catástrofe de que su amada ciudad natal ha sido víctima, catástrofe que nos ha afligido a todos en extremo, viniendo a ser el colmo de las infinitas calamidades que caen sobre nuestro desventurado país.

Dios quiera, al fin, apiadarse de nosotros. En el alma celebraré que su familia de Vd., su casa y sus libros no hayan padecido nada en esta ocasión. También me intereso singularmente y estoy con cuidado por Amós Escalante y por Pereda. Déme noticias de todo y ojalá no sean muy malas.

Como hay tanto infortunio en esa tierra, casi no me atrevo a contar a Vd. cosas indiferentes, más o menos divertidas, de por aquí, pues me parece que es como reírse en un entierro o decir chistes en unas exequias.

He visto y hablado con Beer y él ha quedado en escribir pronto el informe que Cánovas y Vd. desean. Cuando me le traiga le remitiré sin tardanza. Si Kende no ha vendido los papeles, cada día que pase perderá más la esperanza de venderlos bien y estará más inclinado a darlos por poco.

A fin de que yo pueda regatear, sin escribir de nuevo sobre esto, convendrá que me fijen Vds. el máximum de lo que puedan y quieran dar por todo; por ejemplo, 700 u 800 florines (el doble de francos), que yo empezaré por ofrecer 400 ó 500 para ir subiendo si fuere necesario. Esta monarquía, complicada y doble, es, sin duda, muy digna de estudio en lo que tiene de alemana, pero lo es mucho más por las otras nacionalidades, que se desenvuelven hoy, como la Bohemia y la Hungría, y quizá más aún por el movimiento unificante que se nota en todos los eslavos del Sur, así austriacos, como no austriacos, sino resurgiendo de la barbarie y cautiverio de los turcos. Dálmatas, croatas, bosniacos, herzegovinos, montenegrinos, etc., todos se consideran como una sola nación o gente. Sueñan con que Alejandro Magno era de ellos, y el Alejandrito, Rey de Servia ahora, si no se propone conquistar al mundo, no deja de pensar en que la Bosnia, la Herzegovina, la Croacia y la Dalmacia y la Istria, todo debiera estar bajo su cetro. Sus más alborotados súbditos inquietan y soliviantan a los servios de aquí, y Kalnoky rabia y se carga y reclama, aunque el reyezuelo, que es muy tunante, se disculpa siempre.

El movimiento, con todo, empezó mucho antes de que él naciese. Hace más de un siglo que se funden los dialectos todos y hay una lengua literaria común en la que escriben multitud de novelistas, historiadores y poetas. Además, todo lo antiguo, que es mucho, sale a relucir: cantos épicos populares, que en calidad y cantidad suponen ellos que no tienen rival sino en nuestro romancero; crónicas, leyes y poemas eruditos y libros religiosos de cuando la Servia era independiente y estaba bajo sus propios Zares hasta que cayó bajo el dominio de los turcos, y, por último, el rico producto de la alta cultura intelectual, que, cual reflejo y en competencia de Venecia, hubo en la República de Ragusa, singularmente en los siglos XVI y XVII. De todo esto, que para mí es punto menos que desconocido, trataré de estudiar y aprender algo, así porque algo de original ha de tener como nuevo modo y manifestación del genio europeo, como por las consecuencias políticas que más tarde o más temprano traerá consigo.

Ya fraternizarían más los paneslavos meridionales si no fuese por los dos opuestos gérmenes de su antigua civilización, griega y latina, traída de Bizancio o de Roma y que aun se manifiesta y simboliza en la religión, siendo católicos unos y de los llamados ortodoxos otros. Cuando se erigió la estatua del poeta Gundalic (ya estaba yo en Viena) hubo conatos de fraternizar que por lo dicho se malograron.

También en Hungría hay ahora gran florecimiento literario. De allí he recibido varias cartas en buen castellano y uno de los que me las ha escrito ha traducido y publicado en húngaro cosillas mías. Ahora van a hacer una a modo de coronación o apoteosis en vida, como hicimos nosotros de Quintana y de Zorrilla, de su famoso y celebérrimo Mauricio Jokai. Eotvös, Presidente de aquella Academia de Ciencias, me ha hecho la honra de escribirme pidiéndome un artículo para un álbum internacional y políglota que van a consagrar a su héroe literario en el 50 aniversario de su consorcio con las Musas en estas espirituales bodas de oro, que serán en enero. Yo no sé qué responder, pero lo primero que tengo que hacer es enterarme bien de quién es Jokai y leer novelas y versos suyos en lengua que yo entienda. Por ahora no sé sino que ha escrito mucho; que fué un héroe patriota en 1848, y que hoy es muy querido de la familia imperial, habiendo sido como maestro y valido del Príncipe heredero, el que murió tan trágica y misteriosamente.

Mucho hay que contar de por aquí, pero no puedo extenderme más hoy.

Cuando salga el Romancero Catalán de Aguiló envíeme Vd. un ejemplar, y aun dos o tres más, si quiere y puede, que yo los colocaré a trueque o con ventaja. Daré, v. gr., uno a mi colega el Conde Constantino Nigra, que me daría, en cambio, para Vd., si Vd. no los tiene, sus Cantos Populares del Piamonte y su eruditísima Cabellera de Berenice,, donde se vierte a raudales erudición griega y latina.

Adiós. No sea tan flojo para escribirme; dé mil cariñosas expresiones a Tamayo, Aureliano, al P. Mir y a todos los demás colegas de Academia que tengan siquiera de mí la vigésima parte de saudades que tengo yo de ellos y de las juntas ordinarias y de la Comisión del Diccionario; y Vd. crea que le quiere, a pesar de frialdades y de ingratitudes, su constante y buen amigo

Juan Valera

 

Valera - Menéndez Pelayo , p. 465-468.

Notas