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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 414

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario LEOPOLDO ALAS Fecha 27 septiembre 1893 Lugar Madrid

Texto

Volumen 12 - carta nº 414

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A LEOPOLDO ALAS

Madrid, 27 septiembre 1893

Mi muy querido amigo y condiscípulo: Las cosas se han arreglado del peor modo posible, y he tenido que venir de Santander directamente sin poder detenerme en Oviedo. Tenía trabajos urgentes que acabar; después cayó enfermo mi padre, y últimamente he tenido que venir a exámenes, porque esta Facultad de Letras está en cuadro, por enfermedades de unos y ausencias de otros y vacantes de cátedras. Me parece mejor y más cómodo para todos hacer por el camino de Oviedo el viaje que hago siempre a mi casa en las vacaciones de Navidad. Aquí las vacaciones se adelantan escandalosamente como Vd. sabe, y siempre lograré tres o cuatro días para detenerme en Oviedo, antes de ir a Santander.

No olvido lo de Shelley: será una de las primeras cosas que haga, sin empeñarme en ningún otro trabajo. Pensé hacerlo este verano, pero no alcanzó el tiempo.

En la adjunta nota he consignado algunos datos cronológicos, únicos que a Vd. pueden faltarle. Lo demás (libros, etc.) lo sabe Vd. de sobra, y lo dirá mejor que nadie.

Un día de estos espero tener ejemplares del 2.º tomo de los Poetas Americanos (con larguísimo prólogo), y le recibirá Vd. en seguida, con alguna otra cosa.

Suyo buen amigo, que de todo corazón le estima,

M. Menéndez y Pelayo

ANEXO A CARTA DE 27 SEPTIEMBRE 1893

Nota Biográfica

Nací en Santander el 3 de noviembre de 1856. Mi padre es asturiano, mi madre montañesa. Estudié la 2.ª enseñanza en el Instituto de Santander, y tuve la fortuna de tropezar con un buen profesor de latín, humanista de verdad. Se llama D. Francisco M.ª Ganuza, y vive aún, aunque jubilado y muy caduco.

En 1871-72 pasé a Barcelona, donde cursé los dos primeros años de la Facultad de Filosofía y Letras, viviendo en compañía del catedrático de Química D. José Ramón de Luanco (paisano y amigo íntimo de mi padre), hombre, además de competente en su ciencia, erudito, bibliófilo y aficionado a la Literatura.

En aquella Facultad de Letras alcancé dos catedráticos de primer orden: D. Francisco Javier Llorens, psicólogo a la escocesa, y kantiano a medias; y D. Manuel Milá y Fontanals, eminente y profundísimo conocedor de las literaturas de la Edad Media, a quien debo mi orientación en este punto; heredé sus papeles y estoy haciendo la edición de sus obras.

En 1873 pasé a Madrid y estudié allí lo restante de la carrera (Bardum, Camus, G. Blanco, Salmerón, Castelar, Amador, Canalejas, Fernández González...). A todos los ha conocido Vd. Mis mejores recuerdos son de Canús (de quien no fuí discípulo oficial, porque ya traía aprobadas sus dos asignaturas, pero sí oyente asiduo en ambas cátedras), de Amador, a quien pongo en segundo lugar entre mis maestros literarios (era menos profundo y estaba menos adelantado que Milá, pero tenía más condiciones de vulgarizador, aunque menos espíritu científico y menos serveridad de método); y finalmente de Bardón, que fué mi verdadero maestro de griego, puesto que el primero, es a saber Bergnes de las Casas, aunque sabía la lengua bastante bien, no sabía enseñarla.

Me gradué de Doctor en 1875, con la tesis que Vd. conoce De la novela entre los latinos. Obtuve aquel año el premio extraordinario del Doctorado en oposiciones con Joaquín Costa, uno de los mejores estudiantes que he conocido en mi vida. García Blanco era Decano de la Facultad en aquella fecha.

En los años que van desde el 76 hasta el 78 en que hice oposiciones a la cátedra, viajé por Italia, Francia, Países Bajos y algo de Alemania, con una subvención que me dieron primero el Ayuntamiento y la Diputación de Santander, y luego el Ministerio de Fomento. Vi muchas bibliotecas, asistí a muchas clases, trabajé de firme.

En 1879 tomé posesión de la cátedra, después de las oposiciones que Vd. presenció y que coincidieron con las suyas. Llevo pues, catorce años de enseñanza, y soy Catedrático de Ascenso. Entré en la Academia Española en 1880, y sucesivamente (no recuerdo en este momento las fechas exactas) en la de la Historia, en la de Ciencias Morales y Políticas, y en la de Bellas Artes, en la cual todavía no he tomado posesión.

He sido Diputado dos veces en las dos últimas situaciones conservadoras: la primera por la isla de Mallorca, la segunda por Zaragoza. Ahora soy Senador por la Universidad de Oviedo, y a mucha honra lo tengo.

Y no se me ocurre más. Los libros y papeles creo que los conoce Vd. todos, y si alguna cosa no recuerda, yo se la indicaré con mucho gusto.

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Fuí Consejero de Instrucción Pública, y presenté la dimisión, hace dos años, convencido de que en aquella casa nada podía hacerse en pro de la enseñanza.

 

Tomada de: Clarín - Menéndez Pelayo, II, p. 85-88.

Notas