Buscar: en esta colección | en esta obra
Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 247

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario ENRIQUE MENÉNDEZ PELAYO Fecha 14 marzo 1893 Lugar Madrid

Texto

Volumen 12 - carta nº 247

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A ENRIQUE MENÉNDEZ PELAYO

Madrid, 14 marzo 1893

Mi muy querido Enrique: He andado buscando estos días inútilmente un libro que sin duda se me ha quedado ahí, y probablemente en la mesa del despacho o en sus cercanías. Se trata de un cuaderno manuscrito de poetas puerto-riqueños, remitido por el Capitán General de aquella isla a la Academia Española. Recuerdo que es un tomo delgado en cuarto pequeño, con encuadernación verde, o tirando a verde, y que dice en la tapa con aureas letras: Poetas puerto-riqueños. Tú comprenderás la falta que me hace semejante colección, no sólo por las poesías que contiene, sino por los datos biográficos de los autores, que es imposible adquirir en Europa. El segundo tomo de mi Antología (supongo que habrás visto el primero) llega ya a los poetas de Puerto-Rico, y tengo parada la impresión hasta que ese mamotreto parezca. Házme, pues, el favor, de darte un paseo por la Biblioteca y buscar ese manuscrito cuanto antes y remitírmelo certificado, si le encuentras

De paso te agradeceré que hagas una visita a los libros en folio que colocaste en el último rincón de la sección de Historia confinando con la de Bibliografía: rincón que yo tenía condenado por haberse manifestado allí la humedad con caracteres alarmantes. Y no me haría gracia que fueran víctima de ella libros de trabajo tan importantes como los Anales de Zurita, y preciosidades bibliográficas como la Crónica catalana de Carbonell, que me costó 40 duros, cuando tenía todavía menos dinero que ahora, o Las quatro partes de la crónica general de España de don Alfonso el Sabio, que me costaron 25 duros. Lo mejor que puedes hacer es sacar esos libros de ahí, y ponerlos sobre una mesa o en cualquier parte. Los que no sois bibliófilos no comprendéis las angustias que padece el verdadero aficionado cuando ve mezcladas estas joyas con esos libros que el vulgo puede comprar en cualquiera librería por tres o cuatro duros.

Sé por carta de papá que tuve anteayer que seguís todos buenos. Y tú sabes cuanto te quiere tu hermano

Marcelino

 

M. P., Enrique - M. P., Marcelino, p. 14-15.

Notas