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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 222

Datos del fragmento

Remitente SERVANDO ARBOLÍ Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 20 febrero 1893 Lugar Sevilla

Texto

Volumen 12 - carta nº 222

De SERVANDO ARBOLÍ
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Sevilla, 20 febrero 1893

Amigo queridísimo: molesto á V. en consulta de un punto que podrá exclarecer con su talento para mi completa tranquilidad. Próximo á entrar en prensa para la crónica del congreso Católico, su discurso, su admirable y monumental discurso sobre S. Fernando, y siendo yo presidente de la comisión que entiende en llevar á cabo dicha crónica, se me há ocurrido alguna duda sobre la mayor o menor oportunidad (mera cuestion de oportunidad) que pueda tener en los momentos actuales un parrafito de su discurso, en que trata de la pena de fuego, etc. en tiempo del Sto. Rey, diciendo á este proposito « que ya es sabido que no todas las acciones de los santos, son santas». Ya sabe V. el párrafo á que me refiero: tiene pocas lineas, y como ese criterio siendo como es tan sabio, cuando se aplica por hombres de la talla de V., pudiera causar extrañeza en el ánimo de otros; y despues de todo, como á V. le es tan facil una ligerisima modificación que ponga á cubierto todas las opiniones y satisfaga á todos los escrúpulos, aquí mi consulta ¿quiere V. que así se imprima ó tendrá la bondad de endulzar un tanto la aspereza del concepto? Es verdad: no todas las acciones de los santos, son santas, «pero ellos las han visto y tenido por santas» y en este concepto subjetivo, como dirán los alemanes, las acciones son santas, aunque los hechos analizados más tarde y depurados por la crítica puedan ser tenidos por leyes y condiciones del tiempo, mas bien que como ajustadas á la ley eterna y universal. Ya vé V. S. Pedro en Arbués! pues en los altares está, y no hemos de decir que Roma se equivocó en canonizarlo, por mas que no se canoniza el fuego para los hereges.

Como hablo con V. en la intimidad fraternal me he permitido esta sencilla observacion para evitar que pueda ni remotamente sospecharse que ese concepto de su discurso sale fuera de nuestros moldes, ¿que más he de decir que V. no comprenda, siendo yo el pobre discipulo y V. tan gran maestro? respóndame lo antes posible y tenga la seguridad de que entre los dos y nada más quedará el asunto.

Sabe cuanto le quiere y respeta su apasionado am.º SS. y Capn. q.b.s.m.

Servando Arboli

 

Notas